CAPITULO 17.

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-Jude.. ¿Que es eso de los arcángeles?. –Le digo mientras caminamos hacia el coche.

-Veras, los arcángeles tienen más prestigio que los ángeles, tienen más virtudes por lo que los hacen más poderosos que un simple ángel normal.

-Am..no sabía que habían dos clases de “ángeles” por el mundo..

-Oh si bonita, pero descuida, todos los arcángeles se quedaron en el cielo, ellos no se dejaron perturbar por el mal.. Ansher es un arcángel de luz y debemos de darnos prisa.

Llegamos al coche, cerré la puerta de Jude y me senté al lado de Yoel que ya espera con el coche en marcha. Me pare a pensar detenidamente en eso de los arcángeles..Esto era nuevo.

Había salido el sol y tuve una sensación de nostalgia al verlo.  Al poco de comenzar el viaje Jude se quedo dormido. Yoel  se mostraba indiferente, serio y concentrado en la carretera, sabía que si hablaba no me iva a contestar a ninguna pregunta, así que opte por mirar por la ventanilla a cada prado y pueblo que dejábamos atrás.

Tras casi 4 horas infernales por carreteras y más carreteras llegamos a Santa Mónica. Hubo un rato en el que cerré los ojos, recordando anoche, en mi cama, como Yoel me acariciaba la espalda cuando desperté....Me estremecí solo de pensar que había estado toda la noche expuesta a su merced. Abrí los ojos y lo mire de reojo. Estaba distante..¿que le pasaba?

Mire de nuevo por la ventanilla, pasábamos casas bajas y en la calle paralela se veía un gran paseo con palmeras lleno de gente que daba lugar a una hermosa playa tranquila con el mar en calma bajo unos finos rayos de sol que dejaban estelas brillantes sobre el agua… el mar.. Hacia tanto tiempo que no lo veía que no podía quitar los ojos de él.

-Veo que te gusta el mar.

Giro de reojo a ver a Yoel. En todo el camino no ha hablado.

-Si.. en mi tierra tengo el mar a 5 minutos, lo veía todos los días.

Digo recordando mi infancia siempre con los cubos y los rastrillos haciendo castillitos con Carol y mi madre siempre regañándonos de que lo llenábamos todo de arena. Hasta recordaba los días de san Juan, cuando hacíamos las hogueras en la playa y cuando ya éramos más mayores y quedábamos con los chicos a escondidas tras las rocas..qué tiempos aquellos..

-¿Qué piensas?. –Interrumpe mis pensamientos.

-En mi hogar..echo de menos a mi familia y a Carol.. –Digo mientras una neblina triste invade mis ojos.

Tras callejear un poco llegamos a una gran casa que no tiene nada que ver con las demás, una casa blanca, con arcos árabes, rodeada de una verja plata brillante, se nota que es una casa de alguien con dinero,  porque no pinta nada con el resto de casas humildes que hay a su alrededor.

Aparca el coche junto a la verja. Hay un gran camino de tierra blanca rodeado de jardines hasta la puerta, una gran estatua blanca, de tamaño natural de un ángel con un jarrón del que brota agua a un pequeño estanque en el que juraría que habría peces en el interior...Guau. Estaba asombrada mirando desde la ventanilla, aquello era precioso. Escucho la puerta de Yoel abrirse, giro a mirarlo saliendo del espejismo.

-Despierta al viejo.

Giro sobre el asiento y miro a Jude, está con la cabeza hacia un lado y con la boca abierta respirando fuerte. Me paro a pensar..Si Yoel lo despertara, tal vez se asustaría y solo de pensar en la cara que pondría me estaba partiendo de risa.

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