CAPITULO 12.

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Cuando desperté a la mañana siguiente me sentí otra persona diferente. Con la cabeza más despejada y con nuevas ideas que me venían como ráfagas de viento a la cabeza. Anoche  me tiré más de dos horas en casa del restaurador, al final se hizo tan tarde que me tocó llamar a Víctor para que no se preocupara. Había descubierto tantas cosas que no sabía bien por dónde empezar a desfragmentar para asimilarlas.

Tras levantarme entre ladridos, me bajé a la cocina a prepararme algo de café y ponerle comida a Kenzo. Después salimos a pasear por los alrededores de casa. No me iva adentrar mucho y menos después de lo que me dijo anoche Jude, ya no estaba segura en ningún lugar.

 No paraba de darle vueltas a la cabeza recordando esos ojos afilados y esos labios ardientes que me habían quitado el sueño una vez…él.. Un demonio caza recompensas.. oh dios y lo que es peor ¡me había liado con él! De repente un sabor amargo se deslizó por mi lengua.

-¡kenzo para!

Kenzo  tiro de mí provocando que mi mente se quedara en blanco. Lo mire a regañadientes y  nos metimos en casa mientras intentaba despejar todo este amasijo de dudas y preguntas que tenia. Aunque la verdad ya me encontraba mucho más tranquila, al fin alguien podía entenderme.

 Conforme entré cogí el móvil y  llame a mi madre para conectar con el “mundo real”, hablar con mi familia me hacia poner los pies en la tierra y salir de toda esa nube que poco a poco ensombrecía mi vida. Tras contarle “las novedades” seguimos charlando un poco más, me contó alguna trastada de mi hermano mayor pero poca cosa, ellos seguían igual con su vida de siempre.. si mama supiera en el lio que me había metido por esta maldita piedra jamás me la hubiera dado.

Tras estar una hora hablando con mi madre me puse a cocinar intentando distraerme un poco. Llame a linda antes de comer, había preparado una paella, (plato de mi tierra) y sabia que me sobraría más de la mitad, no encontré ningún recipiente más pequeño donde poder hacerla y me pareció una buena idea en llamarla y pasar más tiempo juntas.

-¿Linda?

-oh, sí si dime.. Es que Víctor estaba..

-¡no me digas nada!, no quiero saber las guarrerias que estabais haciendo..-le dije bromeando mientras sentía que me ruborizaba por su tímida voz. Me dió un ataque de risa.

-¡que va! ¡no es eso! o bueno tal vez..

-¡Linda por dios!..-reímos.-.. Escucha, ¿habeis comido?

-no, estábamos discutiendo que hacer de comer cuando...

-¡basta! venir a mi casa os invito a comer, acabo de preparar una paella para chuparse los dedos.

-¡oh!, Víctor vístete nos vamos a casa de Lara a comer, no te vas a creer lo que a echo..

Escuché como hablaban entre ellos. Reí. Valla par de tortolitos.

-¡si! ¡Vamos ya!

-pero vestidos por favor..

-si, descuida.

Colgamos entre risas, no me lo podía creer, con lo tímidos que parecían al principio y ahora eran como una especie de conejos andantes que se restregaban en cualquier sitio. Sonreí.

Me fuí hacia la mesa del comedor y prepare todas las cosas mientras venían. Estaba animada, no sabía bien porque, quizás era que mi cabeza ya encajaba las piezas del puzle y se sentía más tranquila, la charla con Jude esta vez me sirvió de mucho, así que aprovechando el estado de ánimo en el que me encontraba coloqué las flores que había cogido en la mañana con Kenzo y las puse en un jarrón en medio de la mesa. Un toque colorido para recordar que poco a poco el verano se estaba marchando, estas flores solo salían con el buen tiempo, una pena.

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