marido de otro mundo

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Mo Shi hizo lo que dijo y, al día siguiente, preparó una canasta llena de diversos productos y comenzó a caminar por el pueblo.

    Para la comodidad de Mo Shi, Yang Lin preparó una azada de hierro rota para él y luego la golpeó con un palo de madera, para que no pudiera confiar en los rugidos, otros saldrían a abrir la puerta más o menos cuando escucharan los golpes afuera. la casa Coser una mirada.

    "Ha sido bueno estos días. No ha vuelto a nevar. Deberías prestarte más atención cuando salgas".

    Yang Lin estaba arreglando la ropa de Mo Shi, y estaba un poco reacio. También estoy preocupado por Mo Shi. .

    Mo Shi no dijo nada, pero disfrutó bastante de la preocupación de Yang Lin.

    Después de mucho tiempo, Mo Shi todavía abrió la boca para consolarlo, sabiendo que si salía, Yang Lin estaría inquieto y malhumorado en casa.

    "Está bien, debería haber muy pocas personas en este mundo que puedan lastimarme con mi habilidad. Además, no soy estúpido. Si realmente vuelve a nevar, no puedo encontrar un lugar para esconderme y sobrevivir en la nieve. y congelar ".

    Yang Lin miró a Mo Shi con una cara fea, y su tono era un poco malo:" No hables de tus poderes sobrenaturales, no importa cuán poderoso seas, ¿puedes luchar contra Dios? En resumen, es es mejor tener cuidado ".

    Mo Shi asintió pesadamente. Palmeando a Yang Lin en el hombro lo tranquilizó, recogió su canasta llena de productos y estaba a punto de salir.

    Yang Lin dudó durante mucho tiempo, pero aún preguntó: "¿Te gustaría que te acompañe, para que ustedes dos puedan cuidarse el uno al otro?"

    Mo Shi agitó su mano: "No, quédate en casa y espera . Al comienzo de la primavera, la nieve y el hielo se derriten, y te llevaré a donde quiera que vaya ".

    Mo Shi miró la extensión blanca afuera, y cuando lo dijo, salió una espesa columna de humo blanco, y estaba todavía reacio a dejar que Yang Lin se congele con él.

    Además, Yang Lin nunca ha hecho ejercicio en los últimos días, y su estado físico no es tan bueno como el suyo, si se resfría afuera, morirá de angustia.

    Yang Lin se quedó en la puerta hasta que la espalda de Mo Shi desapareció, luego pisoteó y cerró la puerta para volver a la casa.

    Mo Shi deambulaba por el pueblo con la canasta en la espalda. Aunque el pequeño pueblo de montaña no era grande, todavía había bastante gente. Estaba golpeando la mala azada todo el camino.

    Mo Shi, con ojos agudos, se inclinó y preguntó con un rostro serio: "¿Quieres algún producto?"

    Los aldeanos tenían mucho miedo de Mo Shi. Al ver que no había adulación en su rostro como vendedor, no lo hizo. lo encontró extraño, y preguntó tontamente: "¿Qué hay ahí?"

    "Tú, sal, salsa, té de vinagre, agujas de dinero, tela y un poco de harina"

    . El hombre negro y delgado en la puerta escuchó esto y le dio a Mo Shi uno atrevido. Dejando una palabra, se apresuró a regresar a la casa.

    A Mo Shi no le importaba demasiado. La mayoría de las personas en el pueblo de montaña eran esposas y amas de casa. A los hombres nunca les importaba lo que le faltaba a la familia.

    Después de un rato, una mujer delgada apareció en la rendija de la puerta y susurró: "Dame un rollo de hilo negro y compra otro medio catty de vinagre".