MERODEADORES: Historias de amor y guerra.

14.- Trato (Sirius Black)

¡Vaya paliza que me había Moony!

Ahora cojeaba y apenas podía mover el cuello. Hace bastante tiempo que no estaba tan adolorido. Por suerte nuestra experiencia con licántropos nos decía que siempre debíamos estar preparados para todo así que la guía de medimagos la habíamos aprendido al revés y al derecho, por lo que pude saltarme la enfermería sin problemas.

Aún quedan un par de noches más de luna llena y no voy a perdérmelas por nada.

Después de un buen desayuno volví a la sala común con el estómago a más no dar. Todas las mañanas luego de nuestras excursiones por el bosque, despertaba con un apetito enorme. El dolor que tenía no me quitaba el hambre.

La puerta de la sala común estaba abierta, así que con un saludo y guiño de ojo a la Dama Gorda, pasé.

- ¡Tus ojos, por Merlín! ¡Son tus ojos!

Sentí el hablar a gritos de Ayra y miré atento. Estaba aterrada, como si hubiera visto un fantasma, y frente a ella, Remus.

- A-Ayra... - Mi amigo trató de tranquilizarla, pero ella se alejaba de él, retrocediendo y extendiendo las manos, impidiéndole acercarse.

- No olvidaría esos ojos... n..no podría... eres tú, Lupin eres tú... ¡TÚ! ¡Aléjate!

Comenzó a moverse desesperada y Remus estaba cada vez más pálido, mirándola a ella y a los de alrededor que comenzaban a mirar con curiosidad.

- Tengo... tengo que decirle a June... – Se giró de golpe y pude ver una gran herida en su cara.

¿Pero qué...?

Ayra pasó junto a mí y antes de que pudiera hablarle, me hizo el quite llorando, alejándose y corrió como si escapara de su peor pesadilla.

- Moony, ¿Qué demonios?

Me acerqué a mi amigo, que estaba pálido y miraba a un punto indefinido.

- Es mi fin, Sirius - Me miró y pude ver perfectamente el miedo reflejado en sus ojos - No fue Lily a quien ataque anoche, fue a Ayra... quizás tomó la poción multijugos, no losé... pero se transformó en Lily y... ella sabe lo que soy, Snape ya lo sabe... ahora lo sabrá June y estaré acabado.

- ¿Qué? - traté de procesar todo - No. No. Tú tranquilo, Moony - Le palmeé el hombro - Yo voy a arreglar esto, tu tranquilo, hermano. ¡Yo lo soluciono!

Corrí a la habitación y creo que gracias a la adrenalina, el dolor pasó a segundo plano. Con ayuda del mapa - que estaba en el piso a la entrada de la habitación - no me demoré en encontrar a Sparks.

Caminaba sin rumbo fijo, seguramente estaba en busca de June.

Guardé el mapa en mi bolso y corrí tras ella.

Tardé menos de cinco minutos en encontrarla y si hubiera tardado medio minuto más, hubiera sido demasiado tarde: Sparks había divisado a June y se acercaba a paso firma hacia ella.

Corrí a toda velocidad y me acerqué a ella por la espalda. La tomé de la cintura, levantándola del piso.

- ¡HEY! ¿QUÉ TE PASA? - Me gritó pataleando y comencé a caminar rápidamente en dirección contraria - ¡BAJAME, BLACK! ¡SUELTAME! - Empezó a golpearme como podía, y a pesar de mi pierna mala no me detuve hasta que llegamos a un salón, donde se dictaban las clases de historia de la magia pero según mis cálculos a esa debería estar vacío. Abrí la puerta y entré con ella, dejándola en el piso, liberándola.

Antes de poder abrir la boca para decirle o explicarle algo, me giró la cara de una cachetada.

- ¿¡Qué demonios te crees, Black!? - Me gritó y su pelo se volvió rojo fuego, junto con sus ojos. - ¡Déjame salir de aquí ahora mismo! ¡Quítate de ahí!