15.- Miedo. (Lily Evans)

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- Señorita Evans... ¡Señorita Evans!

Un fuerte codazo de June hizo que me diera cuenta de que el profesor Slughorn me estaba hablando.

El docente me miró reprochadoramente, pero escondiendo una sonrisa.

- Sólo por ser la mejor de mi clase no voy a reprobarla, Srta. Evans - Me dio dos palmadas en el hombro - Pero no volveré a tolerar que se esté quedando dormida en mi clase. No creo que sea aburrida a ese nivel ¿Verdad?

- Discúlpeme, profesor... - Hablé apenas; podía sentir las miradas de toda la clase sobre mí y estaba más que segura que mi cara estaba ya casi tan roja como mi cabello. Si hay algo que odiaba, era llamar mucho la atención.

- Señorita Sparks - Ayra levantó la cabeza - acompañe a la señorita Evans a tomar un café bien cargado, vayan.

Ayra asintió despacio y ambas nos pusimos de pie, saliendo a los pasillos.

- Si Slughorn no estuviera enamorado de ti, seguro no te deja volver a su clase - Comentó Ayra mientras caminábamos.

- Slughorn no está enamorado de mi - Le rebatí molesta - ¿Por qué todos dicen lo mismo?

- Te alaga demasiado, te queda mirando, y parece que vomita arcoíris cada vez que levantas la mano en clase para responder alguna de sus preguntas... - Se encogió de hombros - Vamos por ese café.

Bufé mientras caminábamos al gran comedor.

- Si no fuera por tu culpa, aún estaría en clases. - Le regañé.

Ayra miró al piso, sin decirme nada.

Habían pasado ya dos noches que casi no podía dormir por culpa de ella; Ayra despertaba mínimo seis veces por noche, gritando agitada; sólo se excusaba con que era una pesadilla pero no nos había querido relatar nada más.

-Hablé con el profesor al principio de la clase, para que me ayude a preparar una poción para poder dormir sin soñar. Así no tendré pesadillas y podrás dormir bien.

Seguimos en silencio hasta el gran comedor, donde me preparé un café bastante cargado.

- ¿Qué le pasa a tu cabello? - Le pregunté después de mucho silencio.

Ayra despedazaba miga por miga un pastelillo como si su vida y su concentración dependieran de ellos

- ¿Por qué no lo has cambiado de colores? Solo lo llevas negro... - Insistí al ver que no me respondía.

Por toda respuesta se encogió de hombros y siguió concentrada en su pastelillo.

- Sé que todo esto tiene que ver con esa herida que tienes en la cara - Continué hablando lo que se había convertido en mi monólogo - ¿Cuándo vas a decirme que pasó? Te he dado tiempo suficiente.

- Ya te expliqué - Suspiró pesadamente y me miró - Traté de hacer un hechizo muy avanzado y no me resultó, explotó en mi cara y me quedó esta herida... pero ya está sanando. Fin.

- Ya claro - Comenté sin creerle - Y yo voy a casarme con Potter.

- ¿Escuché mi nombre? - El aludido apareció y como era de esperarse, le seguían sus tres amigos y June.

Remus y mi amiga venían de la mano, con los dedos entrelazados y hablando en susurros. Eso significaba que habían arreglado sus desacuerdos una vez más.

Potter se sentó junto a mí, besando mi mejilla en modo de saludo.

Alcé una ceja y tomé algo de distancia de él. Se supone que las cosas habían quedado claras el otro día. Para James era muy dificil el hecho de que fueramos solo amigos, así que yo había decidido tomar la distancia prudente y necesaria.

MERODEADORES: Historias de amor y guerra.Where stories live. Discover now