27.- ¿León o Presa? (June Mills)

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Decepcionada, frustrada y colapsada.

Esas eran las tres palabras que me representaban mejor desde navidad y hasta hace unos meses atrás.

Fuí traicionada por mis mejores amigas, las que demostraron abiertamente que mi amistad para ellas no significaba nada y mi ex novio, para el cual jamás fui importante como para que depositara confianza en mí.

Creo que nadie podría juzgarme por querer alejarme de ellos y seguir mi camino sin su presencia. Me intoxicaron de sentimientos de odio, rencor, dolor y más dolor. Decidí congelar mi corazón y no volver a abrirme a ningún tipo de sentimiento, ya no quería amistad ni amor en mi vida, para mí se desvalorizaron demasiado aquellos términos. Yo los amaba y me destruyó por completo saber que no era recíproco.

Los días siguientes sólo ayudaron a que las cosas empeoraran... Lily había comenzado una relación con Potter y le hacían notar a todo el mundo el amor que se tenían, Remus contaba con todo el apoyo incondicional de sus amigos y como siempre, de Lily. Y Ayra... yo sé que a ella le dolía bastante mi alejamiento, pero ahora tiene una extraña relación con Black... en resumen, todos contaban con apoyo y aquí estaba yo, lo que después de la explosión del barco se había llevado la marea. No se si logro explicar cómo me sentía.

En más de una ocasión quise correr y abrazar a Ayra, llorar con ella y conversar con Lily, y que las cosas volvieran a ser como antes, decirle a Remus que aún lo amaba y lo perdonaba por todo... y lo hubiera hecho sino hubiera sucedido lo que jamás imaginé que podría pasar...

Me puse de pié rápidamente. Me sequé las lágrimas y recogí mis libros. Ya no soportaba este alejamiento, decidí rendirme y bajar la guardia. Tomé mi bolso y caminé hasta la puerta de la biblioteca a toda velocidad. Cuando ya había traspasado la puerta comencé a correr. Bajé una escalera a todo lo que daban mis pies y me torcí un tobillo, cayendo estruendosamente por los últimos escalones. Sentí como mi bolso voló, mi varita salió disparada desde mi túnica y yo choqué de golpe contra algo que estaba en mi camino. Escuché la voz de alguien maldecir y caí al piso desparramada y con la túnica sobre mi cara.

Me senté lo más rápido que pude, y miré alrededor buscando mi varita. 

- Maldición, Mills - Regañó un chico que estaba a un lado mío, poniéndose de pié - usa los ojos para algo.

Observé como Regulus Black arreglaba su túnica y su cabello.

- Fue un accidente - Me defendí, tratando de ponerme de pié pero volví a caer en el intento. Mi tobillo se había fracturado y no aguantó mi peso.

- Un accidente bastante estúpido - Me miraba con las manos en los bolsillos.
Rodé los ojos y traté nuevamente de ponerme de pié, apoyando toda la fuerza en el pie bueno.

Suspiré y miré mi bolso y todas mis pertenencias repartidas por el piso. Bufé frustrada y cuando iba a hacer el intento de recogerlas, Black, con un movimiento de varita las levantó todas. Mis posesiones entraron ordenadamente a mi bolso, incluyendo mi varita, y se acomodaron sobre mi hombro.

Lo miré extrañada. ¿Por qué él me ayudaba? Era un creído y jamás en mi vida había visto que hiciera algo bueno por otra persona. Y menos aún por un Gryffindor.

- Un simple "gracias" es suficiente, Mills - Habló despreocupado mientras me miraba - Un mínimo de educación.

- Gracias - Le respondí secamente.

Me apoyé en la pared para no dejarle todo el trabajo a mi pié no afectado y suspiré, pensando como trasladarme a la enfermería para una curación.

 - Si necesitas ayuda, puedes pedirla.

MERODEADORES: Historias de amor y guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora