-43- Un problema+otro

82 9 1
                                    

Después de tanto esfuerzo y noches en vela, hoy por fin puedo decir que he conseguido mi objetivo.
Me encuentro sentanda en el gran jardín del campus universitario donde nos van han hacer entrega de los diplomas.
Ivy y yo nos encontramos nerviosas, vestidas con las togas negras esperando que el director de la universidad termine de dar su dircurso, al paso que va, se va hacer de noche.
Mientras el director nos cuenta sus batallas, Ivy me dice que todo ha terminado entre ella y Louis. Al parecer él no siente nada por ella, y quiere volver a Londres.
Me da pena por mi amiga, pero ya le avisé de que era un error seguirle el rollo a Louis si no iban a llegar a más.
Ahora se arrepiente de no haberme escuchado, yo no le digo nada por no hacerla sentir peor.
La abrazo y le cuento uno de mis chistes malos para hacerle reír.

— Masiel, Thiago está aquí. — Me volteo a cámara lenta mirando a Thiago y a mi hijo que lo tiene cogido en brazos.

— Se ve que es un buen padre. Además de estar buenísimo. — Susurra Ivy guiñando un ojo.

Lo que menos me importa es el comentario de Ivy, lo que me preocupa es que mi maldito corazón late tan fuerte en mi pecho que parece que me va a dar un infarto.

— Sí, además de guapo, es un excelente padre. — Sonrío recordando todos estos días donde he tenido que estudiar los exámenes finales y Thiago a pesar de tener mucho trabajo siempre ha tenido tiempo para cuidar de Leandro.
He tratado de alejarme de él poniendo un muro invisible donde he tenido que hacer un gran esfuerzo para no rendirme al amor que siento por él.

Con el tema de los estudios no he tenido tiempo para nada, solo tengo en mente emprender como empresaria con mi restaurante y cuidar de mi hijo.
El único hombre que amo es al padre de mi hijo, pero desafortunadamente él se va vivir en pocos días a Londres cuando se celebre el juicio por la custodia de Leandro.

Al fin el director deja de darnos la charla y podemos recoger nuestros diplomas.
Sí, he conseguido uno de mis sueños.
Miro al cielo sonriendo, estoy segura que si mi padre estuviera aquí se sentiría muy orgulloso de mí.
Después de recoger mi diploma decimos de ir a comer todos al restaurante donde nos espera Orlando con todo preparado.

Llegamos toda la tropa al restaurante donde Orlando sale a recibirme más contento que unas castañuelas.
Nos abrazamos, me felicita me da un par de besos y se marcha para asegurarse que todo está listo para la comida.
Lo que más me gusta de este momento, es que he podido reunirme con Chechu y su mujer Celeste, mi hermana, la Petra, para no ser menos, la Consuelo en compañía de la Ignacia y ... Loles.
Sí, mi mejor amiga de toda la vida ha venido para celebrar conmigo mi graduación.
Al parecer se puso en contacto con Chechu y éste le aconsejó de venir y poder hacer las paces.
Llevo tiempo sin saber nada de ella, la miro desde la distancia donde ella tímidamente se acerca hasta mí.

— ¡Enhorabuena Masiel! Estoy muy feliz de que al fin hayas cumplido con tu propósito. Tienes un hijo precioso, y veo que tu negocio marcha muy bien, es muy bonito el restaurante. — Su rostro muestra a una amiga arrepentida, vengonzosa por esquivar mi mirada sabiendo lo que hizo no estuvo bien.

— Gracias Loles, me alegro mucho de volver a verte. — La miro con detenimiento volviendo a ver en sus ojos aquella amiga que fuimos, sin maldad, dispuesta ayudarnos en los malos y buenos momentos.
Ahora tengo ante mí otra mujer.

— Espera. — Me sujeta por mi brazo mirándome con arrepentimiento. — Siento mucho lo que pasó entre nosotras, de verdad que lo lamento.

— Déjame explicarte algo Loles. Entre tú y yo no pasó nada, simplemente es que te se subió la tontería a la cabeza y te olvidaste de tu amiga. Parece que te se borró de tu memoria todo lo que he hecho por ti. Esas personas que llamas amigos, ¿Crees que lo son? No. Porque ellos no te conocen tan bien como yo.
Esa es la diferencia entre amigo y conocido. Fuiste cruel conmigo Loles, elegiste antes a personas desconocidas antes que a mí.

Nada Es Aquello Que EsperamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora