-27- Despedirme para siempre

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A decir verdad, me siento como un pájaro enjaulado queriendo encontrar la lógica a todo esto.
Thiago y yo nos la pasamos más tiempo discutiendo que intentando hablar como adultos.
Esta tarde, me encuentro tomando un café con Manuela.
Sus ojos están rojos y su rostro muestra los signos del cansancio y la angustia que vive junto a su marido.
Durante un periodo de tiempo largo permanecemos calladas hasta que con mirada entristecida Manuela me comenta lo desdichada que me ve.

— Masiel, el tiempo que llevas viviendo en mi casa he aprendido a conocerte y me gusta mucho cómo eres. Pero en realidad me duele mucho veros a ti y a mi hijo discutir.

— Normal, si me oculta cosas y encima quiere a mi hermana, no entiendo porqué no responde a mi preguntas y me deja claro las cosas.

— Thiago es así, no quiero justificar sus acciones pero él no es de ir contando a nadie lo que siente. También quiero decirte que no tiene sentimientos hacia Raquel.
Nunca los ha tenido, de hecho hubo un mal entendido y él pensó que había algo entre su padre y Raquel. Sé que Raquel se aprovechó de la ayuda de Gregorio y por eso quería casarla con nuestro hijo, pensando que era la mujer indicada después de que Thiago perdiera para siempre a su primera esposa. — Asombrada abro mis ojos al máximo.

— Veo que no sabes nada. Sí, Thiago se casó muy joven. Apenas cumplía los veinte años, de hecho Katherine y él aún estaban estudiando.
Su matrimonio duró apenas unos años, desafortunadamente Katherine murió en un accidente estando embarazada.
Thiago logró sobrevivir, pero su corazón nunca logró recomponerse de ese dolor.

— Lo siento mucho, no sabía nada.

— Me lo suponía querida. Thiago es un hombre muy reservado y sabe lo que quiere, el problema es que no puede superar ese dolor. Y quizás tú puedas hacer que vuelva amar de nuevo.

— Imposible. De hecho, hay un documento donde firmemos estar de acuerdo cuando su padre nos deje para siempre nosotros estamos obligados a divorciarnos.
No creo que llegue ese momento en el que pueda ayudar a Thiago.

— Estoy segura que sí lo harás. El tiempo es el que decide y el destino es el encargado de enseñarnos el camino que debemos seguir en nuestras vidas. — Manuela suspira hondo tomando varios sorbos del café.

Thiago aparece de la nada comunicándome de tener que asistir a una cena está noche sobre negocios.
Ruedo mis ojos queriendo negarme a ir, pero no me queda de otra y por ello estoy aquí en mi habitación arreglándome como la duquesa de Cambridge para asistir a la cena con mi esposo cariñoso.

Al verme con mi vestido de tela que se escurre todo y te se alza enseñando hasta el día de la boda, Thiago me da dice lo hermosa que voy. Como si no me viera en camisón para decirme que estoy buenísima.
Le lanzo un piropo para a continuación ir hasta la cena que se dará en la casa de un tal Flussiger.
Un empresario muy importante nacido en Canadá y donde ha viajado por distintos países esparciendo su negocio de moda y belleza tanto para hombres como para mujeres.
Al parecer esta reunión va tratar de eso, intercambio de opiniones para compra venta de artículos de belleza y moda.

Al entrar en la casa de la familia Flussiger, sale a recibirnos un hombre de unos cuarenta años muy bien vestido con traje chaqueta gris, muy bien planchado por cierto, y su pelo muy bien colocado cada mechón de pelo. Su porte es de todo un caballero, pidiéndome permiso para coger mi abrigo, nos acompaña hasta el salón grandísimo, donde hay bastantes personas reunidas en grupo y alguno por ahí caminando como si quisiera robar los relojes caros. Yo por si acaso agarro el poquito bolso que llevo con fuerza porque si me roba el teléfono me roba la vida.
Nolan, que así es como se ha presentado el asistente personal del señor Flussiger, nos ofrece unas copas de champagne muy exquisito por cierto y unos canapés muy apetecibles.
Yo me como uno de cada sabor para hacerle la cata, mientras entablamos conversación con un grupo de empresarios.
Durante la conversación, me percato de la mirada lascivia que le manda la rubia de bote con mechas a Thiago que acaba de aparecer como si se pensara que es Sofía Loren.
La muy cabrona no aparta sus ojos de él y a mí comienza a molestarme su manera tan voluptuosa de lanzar mensajes.
Rodeo el antebrazo de Thiago sintiendo sus músculos tensos. Inmediatamente me preocupo porque hay algo que no está yendo muy bien que digamos.
Nolan habla conmigo mientras el grupo donde se encuentra la rubia de bote se acerca hasta Thiago apreciando las intenciones que tiene.
Voy a dar un paso para poner en su sitio a la rubia de bote cuando soy soprendida parándome en seco por Nolan.

Nada Es Aquello Que EsperamosWhere stories live. Discover now