-34- Una explicación y un porqué

88 13 1
                                    

Estoy decidida de irme de Londres, pero antes quiero darle aunque sea desde la distancia un último adiós a Lisandro.
Desde unos cuantos metros llego a distinguir entre la gente toda vestida de negro a Raquel, donde se encuentra al lado de Orlando, imagino que lo estará consolando.
El funeral termina y yo me quedo hasta que todo el mundo se ha marchado para acercarme hasta la lápida de Lisandro y poder al menos dejarle una rosa, una oración y una despedida donde las palabras se me agolpan por la triste idea de tener que despedirme de él, de un gran amigo aunque nos hemos conocido poco tiempo me ha encantado poder compartir con el sus últimos días de vida.

La lluvia no tarda en aparecer y yo sin paraguas, pero no me importa mojarme quiero quedarme un rato más en este lugar hablando sola y llorando al mismo tiempo sacando este dolor tan metido en mi interior provocado por mi propia hermana y las personas que quiero, o no, me caen bien ya no tanto. En verdad no sé ni yo misma lo que siento por Thiago. Me gustaría acercarme a él y decirle cuánto tiempo necesitamos para amarnos y por otro lado quiero guardar mis sentimientos bajo llave.
Comienzo a sentir mi ropa húmeda, mejor me marcho y al voltearme me quedo paralizada a ver a Thiago sujetando un paraguas haciéndome entrega de uno.

— Gracias. — Le agradezco el detalle para empezar a caminar roja de la vergüenza por pensar de que haya podido escuchar mis palabras y algunas dirigidas a él.

— Espera un momento Masiel. — Me paro dándole la espalda,ni me atrevo a mirarle a la cara.
Cómo haya escuchado todo, se habrá enterado de mis sentimientos hacia él y no es precisamente lo que quiero.

— Imagino que habrás venido en taxi.

— Sí, pero no te preocupes buscaré otro taxi para que me lleve a casa.

— Déjame llevarte a casa, estás empapada y puedes enfermarte. — ¿Porqué hace todo esto Thiago por mí? Nose está dando cuenta que sin proponérselo está alimentando mi corazón de esperanzas.

— Gracias, pero no quiero molestarte, seguro que tienes cosas mejores que hacer... Digo, como eres un hombre ocupado...no quiero molestarte. — Quiero y no quiero separarme de él y más en estos momentos donde mi vista empieza a nublarse debido a mis lágrimas revoltosas.

— Masiel, tú a mí nunca me molestas. Además quiero llevarte a casa necesito hablar contigo.

— De acuerdo. Vayamos entonces.— Camino a su lado preparándome mentalmente para lo que será una conversación muy difícil para mí.

Llegamos a la casa que me preparó para mí Lisandro y dónde ya he recogido todo para irme.

— ¿Acaso piensas mudarte? — pregunta Thiago viendo mi maleta.

— No exactamente. Me regreso a Suiza aquí no tengo nada qué hacer.

— ¿Y si yo te pidiera que te quedaras lo harías? — Tengo a escasos centímetros de mi cuerpo templado a Thiago descansando sus manos en mis hombros mirándome de una forma tan especial haciendo que me vuelva cada vez más seguidora de sus palabras y esa forma de observarme tan cálida y amorosa.

— Ahora mismo estoy hecha un lío, quiero huir y poner distancia donde esté a gusto y dar por zanjado todo para seguir intentando luchar en mi día a día.

— No me has contestado. Dime, si yo te pidiera que te quedaras, ¿Lo harías?

— Sí, quiero quedarme a tú lado,  pero tengo miedo.

— ¿De mí? — Me responde aproximándose cada vez más.

— De tí no. Tengo miedo del destino.

— Entonces vivamos el presente. — Sus labios buscan los míos con desesperación.
Nos besamos en un momento de incertidumbre pero lleno de esperanza para mí.

Nada Es Aquello Que EsperamosWhere stories live. Discover now