-40- Alegría envuelta de Tristeza

132 15 3
                                    

Siento una paz dentro de mí, al fin puedo decir que todo lo oscuro en mi vida empieza a volverse más claro y mi felicidad la puedo sentir en mi interior.
Hasta ahora Thiago no sabe nada sobre mi hijo, Raquel sigue asistiendo a los médicos y según me informado por Celeste, Raquel está teniendo problemas en su embarazo.
Siento pena por Raquel en lo más profundo de mi corazón debido a que es mi hermana.
Pero en ocasiones son la mismas personas más cercanas quien nos lastiman con mayor intensidad.
Castigandonos de una forma que muchas veces pienso y me cuestiono para mí misma; ¿Porqué me hace todo esto? ¿Qué le hecho de malo para que me cause tanto dolor mi propia hermana?

Sin embargo, no quiero darle vueltas a un asunto del cual nunca voy a lograr descifrarlo.
Me sobresalto al escuchar las pisadas de Orlando viniendo hacia mí con un ramo de rosas.
Míralo que guapo se ve haciendo de romeo.

— Masiel, te traigo estas flores, espero que te gusten y también te traigo un regalo para el bebé. — Acepto con gusto el ramo de flores y al abrir el paquete que contiene un traje de fútbol del Atleti me dan ganas de llorar y todo.

— Orlando, esto es tan bonito. Tú... Digo... Joder Orlando esto es demasiado de verdad y encima firmado por los jugadores y todo. No sé qué decir... ¡Estoy tan feliz!

— No digas nada. De hecho conozco al entrenador, vino al restaurante a comer y le pedí este pequeño favor para ti. Te lo regalo con mucho amor y quiero que mi...— Se hace un silencio.  Los dos nos miramos leyendo la respuesta en nuestros ojos.

— De verdad me ha hecho mucha ilusión. Y nada más que nazca se lo voy a poner para que vaya aprendiendo de fútbol. — Nos echamos a reír con ganas hasta que somos interrupidos por Louise.
Le cuento lo sucedido y él también se ríe con nosotros recordándome de tener en dos días el penúltimo examen para aprobar la materia y al fin poder graduarme en mi carrera de administración y hostelería donde haré un módulo después de dar a luz a mi bebé.

Los tres comemos en armonía, contanto anécdotas hasta que a mí me da el sueño y me voy a echarme una siesta.
Por supuesto, una no puede dormir escuchando al par de dos hablando sobre chicas y querer divertirse.
Hay es donde me percato de todo el sacrificio que han estado haciendo Louis y Orlando por cuidarme.
Petra como siempre viene a mi habitación y me da un toque en el hombro preguntándome con cuál me voy a quedar.
Niego con mi cabeza, miro a Petra la cual se limpia sus manos en el mandil y me hace de sentarme en el borde de la cama para hablar conmigo.

— Masiel, entiendo que ahora mismo no quieras saber nada de hombres, primero tienes que dar a luz y después de un tiempo intentar rehacer tu vida.
Sé perfectamente que solo das con gilipollas, entre ellos Thiago.
Pero esos dos hombres que están ahí abajo están interesados en tí y en querer formar una familia contigo.

— Petra, ¡Por favor! Ya sabes que en estos momentos mi corazón está cerrado a cal y canto para dejar pasar el amor.
Necesito tiempo para asimilar la llegada de mi bebé y sobre Louis y Orlando, ellos son mis amigos.
Pero el caso es que me gusta Louis. Me gusta su manera de comportarse conmigo, me hace de sonreír y siempre ha estado dispuesto ayudarme sin pedirme nada a cambio como lo ha hecho también Orlando que también me gusta.
¡Por favor, qué presión!

— Pues mira que eres tonta. Yo me quedo con los dos, uno para los días de la semana y el otro para los fines de semana. Con lo guapos que son y qué paquetera se gastan con ese cuerpo tan atlético y fibroso yo, vamos me los como sin pan fíjate tú. Si es que tenían que estar en un escaparate puestos de los hermosos que son. — Comienzo a reír ante las ocurrencias de Petra.

Por supuesto, pienso en lo que me ha dicho mi Petra y haciendo caso a su consejo les pido que salgan a divertirse.
Ellos se niegan, y más que estoy a punto de salir de cuentas.
Le quito importancia al asunto y les regaño para que se vayan a pasarlo bien a una discoteca al poder ser en buena compañía.
A regañadientes, Orlando y Louis se marchan dejándome sola con Petra.

Nada Es Aquello Que EsperamosWhere stories live. Discover now