Era una mañana gris y fría pero tranquila para todos aquellos en Minas Tirith que se recuperaban lentamente de todo el caos que habían vivido. Legolas caminaba por los pasillos del palacio hacia el salón del rey en busca de Miriel, la encontró cuando pudo verla al otro extremo del pasillo junto a las escaleras que conducían a dicho salón. Camino hasta ella que se encontraba de espaldas a él.
-Miriel- la llamo cuando estuvo a unos pasos de ella, quien al reconocer la voz de Legolas se dio la vuelta.
-Legolas- dijo saludándolo con una sonrisa que obtuvo por respuesta una igual, sin embargo rápido noto algo en ella que lo desconcertó cambiando su expresión, en sus brazos Miriel sostenía un bebé de algunos meses de edad la presencia del pequeño lo tomo por sorpresa impidiendo que se acercara más.
-¡Vaya! ¿De dónde salió eso?- dijo aun sorprendido, Miriel que no había pasado por alto su reacción río, había pocas situaciones que pusieran nervioso a Legolas y nunca creyó que esta sería una de ellas.
-Su madre está recuperándose y no puede cuidar de él por ahora- le dijo mirando al pequeño que sostenía-... iba a alimentarlo.
Legolas empezaba a hacer a un lado su desconcierto y se acercó a ellos un poco más. Y para su sorpresa se dio cuenta que en realidad le agradaba lo que veía, Miriel parecía tan embelesada observando como el bebé se movía entre sus brazos, compartir ese momento con ella le daba una extraña y cálida sensación que sin que lo notara hizo aparecer una sonrisa en su rostro.
-Ah, ayuda- escucharon un quejido junto con unos pasos acercándose. Ambos voltearon encontrándose con Arphen que llegaba hasta ellos sosteniéndose la cabeza.
-¿Qué sucede Arphen?- le pregunto Miriel alarmada.
-Creo que se me sale el cerebro- exclamo Arphen y con eso ambos supieron que todo estaba en orden.
-Déjame darle un vistazo- dijo Miriel tratando de calmarlo- ¿Puedes sostenerlo?- le pregunto a Legolas quien abrió los ojos apenas escucho la pregunta.
-No soy bueno con los niños- le contesto inquieto- nunca he sostenido uno.
-Necesito ambas manos para revisar a Arpehn... no es difícil puedes hacerlo- Miriel lo animo con una sonrisa y extendiéndole al bebé sin embargo Legolas aun parecía renuente a hacerlo.
-Dense prisa- dijo Arphen.
Sin apreciar la presión extra Legolas finalmente sostuvo al pequeño, quien se quejó un poco cuando sintió el cambio pero que al encontrarse con una cara desconocida clavo sus atentos ojos color miel en él, mientras mentalmente Legolas rogaba porque no rompiera en llanto.
-Solo son tus vendajes, están sueltos- escucho que Miriel decía mientras atendía a Arphen- ¿Cómo fue que se soltaron?
-Tal vez fue mi culpa- confeso Arphen con una pequeña sonrisa- quería ver como estaba la herida.
Legolas rodo los ojos cuando escucho la explicación de Arphen mientras Miriel lo regañaba por lo que había hecho. Legolas que había dejado de prestar atención al pequeño humano que sostenía recordó que así lo hacía cuando escucho como comenzaba a inquietarse.
-Miriel... él no parece muy feliz- hablo nervioso atrayendo su atención.
-Tal vez es por como lo sostienes- le contesto mientras se hacía cargo de los vendajes de Arphen y notando como Legolas sostenía al bebé con ambos brazos estirados- acércalo un poco más a ti, abrázalo.
Legolas así lo hizo y para su alivio el bebé se calmó de inmediato. Miriel no tardó mucho en terminar lo que hacía y se acercó hasta Legolas sonriéndole.
-Lo hiciste muy bien- le dijo haciéndole notar lo tranquilo que parecía el pequeño.
-¿Por qué Gimli siempre se pierde de los mejores momentos?- se preguntó Arphen mirándolos con una amplia sonrisa que hizo a Legolas arquear la ceja.
-¡Eldarion!- escucharon una voz que sonaba molesta, al voltear se dieron cuenta de que Arwen era quien hablaba y caminaba a ellos con una expresión que le hizo sabe a Arphen que tenía problemas.
-¡Madre!- exclamo Arphen.
-Deberías estar en cama- le reclamo dándole un golpe en el brazo.
-Ya estoy mucho mejor- se quejó ganándose una mirada de reprimenda.
-Aragorn me pidió que que fueran a verlo- Arwen se dirigió a Legolas y Miriel en tono mucho más sereno.
-Pero estaba por ir a alimentarlo- dijo Miriel mirando al pequeño, Arwen sonrió cuando vio que Legolas era el que lo sostenía.
-No te preocupes por él, encontrare quien lo cuide- le dijo a Miriel para luego tomar al pequeño de los brazos de Legolas- Me encargare de ti más tarde- le advirtió a Arphen antes de marcharse.
A pesar de la advertencia de su madre Arphen insistió en acompañar a Legolas y Miriel.
-...Entonces Arphen- dijo Miriel mientras los tres caminaban- ¿por qué no sabía que tu nombre en realidad es Eldarion?
-Ese es mi nombre como hijo del rey y reina de Gondor.
-¿Y Arphen es...?- Pregunto extrañada.
-Los Dúneidan, mis antepasados, se caracterizan por ser aventureros intrépidos y excelentes rastreadores mi padre es ejemplo de ello, yo quería aprender y por eso emprendí un largo viaje pero no quería ir por ahí como un príncipe, al igual que mi padre adopte un nuevo nombre.
-Trancos- dijo Legolas- así es como Aragorn era conocido.
-¡Puaj! Ni lo menciones- exclamo Arphen mortificado- ¿Qué clase de horrible sobrenombre es "Trancos"? me sorprende que mi madre volviera a hablarle después de saber que lo llamaban "Trancos"- dijo Arphen haciendo una mueca cada vez que mencionaba en nombre en cuestión.
Miriel solo reía al escuchar a Arphen hablar sobre el apodo de su padre mientras Legolas lo miraba mal. Después de eso no tardaron mucho en llegar al salón donde Aragorn esperaba por ellos, junto con él se hallaba Eothain, los dos hombres hablaban murmurando y por sus expresiones podía intuirse que algo andaba mal. Sin embargo el rey Aragorn se esforzó por esbozar una amable sonrisa para recibirlos, sonrisa que se hizo más amplia cuando noto que Arphen también estaba con ellos.
-Hijo, me alegra ver que estas mejor- Aragorn le dijo a Arphen poniendo una mano sobre su hombro.
-Es bueno verte también padre- le contesto sonriendo. La mirada de Aragorn pronto paso de su hijo a Miriel quien parecía nerviosa.
-Majestad- dijo ella haciendo una reverencia con la cabeza.
-Esperábamos por ustedes- le dijo con voz suave pero su expresión aun lucia consternada- los soldados que vigilan las afueras de la ciudad han encontrado algo que creo deben ver.
-Síganme- dijo Eothain serio.
-Deberías quedarte- Legolas le sugirió Miriel al oído pero antes de que Miriel contestaron escucharon nuevamente la voz de Eothain que intervenía en su conversación.
-No estamos seguros de que es lo que significa, pero creo que Miriel podría acláranoslo.
-Iré- dijo Miriel para luego dirigirle una mirada a Legolas que decía "está bien". La interrupción no había pasado por alto para Legolas y ciertamente no la había apreciado pero resignado camino junto a Miriel detrás de Eothain.
Ya que había que cabalgar un buen tramo para llegar a las afueras de la ciudad Miriel obligo a Arphen a volver a descansar y una vez que lo hizo al fin se encaminaron.
Llegaron a las afueras de la ciudad y todavía avanzaron un tramo desde las enormes puertas de la ciudad, era un enorme espacio abierto con nada más que pastizales donde la brisa soplaba con un poco más de fuerza.
-¿A dónde se dirigen?- pregunto Miriel a Eothain cuando vio a lo lejos como un grupo de los hombres del rey Aragorn se alejaban cabalgando hacia el sur.
-El rey Aragorn los ha enviado a Ithilien- contesto serio- ha mandado llamar por mi señora Eowyn y mi señor Faramir.
Se acercaron hasta donde se encontraba un grupo de soldados rodeando algo que Miriel no podía ver, había tenido un mal presentimiento desde el momento que vio la expresión del rey Aragorn pero no se imaginaba de que podría tratarse esta vez. Se bajó del caballo sin apartar la mirada de aquel grupo de hombres al acercarse vio como de entre ellos se abría paso su hermano Haleth, Miriel lo llamo por su nombre sorprendida de que estuviera ahí pero él parecía trastornado caminando de prisa como si quisiera alejarse lo más posible de aquel lugar y su cara estaba tan pálida como la cera. Como un oscuro espectro negro el miedo comenzó a envolver a Miriel mientras se abría paso entre los soldados se sorprendió cuando pudo percibir un fuerte olor a flores, y entonces lo vio, y sintió ganas de gritar pero no pudo emitir un solo sonido. Frente a ella yacía un lecho de flores donde se encontraban apilados cuatro cuerpos sin vida, completamente horrorizada y temblorosa se acercó despacio, llevaban el símbolo de una montaña gris en el pecho y justo cuando Miriel creyó que no podía ser peor, una lagrima cayo de sus ojos cuando reconoció de entre ellos el pálido rostro de Daven. Y no pudo evitar pensar en su esposa y pensar en su hijo y en la razón por la que seguramente ese buen hombre había terminado ahí y se sintió enferma. Las lágrimas habían comenzado a brotar una tras otra, sin poder apartar la mirada Miriel retrocedió torpemente hasta que pudo sentir que alguien la detenía por detrás y no le fue muy difícil saber que se trataba de Legolas así que se dio la vuelta incapaz de mirar un segundo más y enterró la cara en su pecho.
-Idh (calma)- le susurro acariciándole el cabello suavemente.
De repente todo se había queda en silencio, incluso el viento se había calmado como si una tristeza silenciosa hubiera invadido el aire llenándolos de ella, se quedaron con la mirada baja como si con tan solo presenciar la reacción de Miriel les hubiera bastado para saber lo desgarradoramente cruel y sin sentido que había sido la muerte de esos hombres.
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-Aragorn esos hombre la salvaron- hablaba un exaltado Legolas- y pagaron con sus vidas por hacerlo.
-Soy completamente consiente de lo atroz que fueron sus actos- contesto Aragorn, su rostro lucia desencajado-...pero me aterra pensar en una guerra entre hombres, qué tan monstruoso será asesinarnos los unos a los otros ¿en qué clase de mundo viviremos entonces?
-Esa guerra ya ha comenzado Aragorn- le contesto Legolas poniendo un pedazo de pergamino sobre la mesa- estaba con ellos... esta persecución ya no se trata solamente de ella y yo.
Aragorn levanto el pergamino con inquietud y leyó el mensaje escrito ahí....
"Ay de los traidores,
Del hombre que juro lealtad en vano
Ay de sus hijos que vivirán en la sombra
Ay de su memoria arruinada eternamente.
Ay de los traidores,
De la mujer que rompió los sagrados lazos
Ay de su corazón su cuerpo y su nombre malditos por siempre
Ay de quien la sostenga en brazos y comparta la deshonra de su engaño.
¡Ay de los traidores!
De todos aquellos que contemplaron y callaron."
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Holaaa!!
Ay este capítulo es muy triste 😭 pero espero que le haya gustado 😊
*Nota: Dije que iba a subir un capítulo de lunes a viernes pero le estoy haciendo algunos cambios al quinto capítulo así que si no lo termino a tiempo lo subiré hasta el sábado... gracias por leer 😘
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