—Bueno ¿y qué cantan? Ugh... ya podría venir Crowley a escuchar esto... CROWLEEEEY
Deben estar otra vez en el apres.
Ojos en blanco de Belcebú otra puta vez, ¡maldita sea!
Por lo menos la oye y se visten solos, aunque Crowley protesta que este debe ser el bloody noviazgo más hardcore de la historia. Ya podrían Gabriel y Belcebú dejar de... hacer todos estos inconvenientes para todos y aclararse solos.
Gracias a Dios, dice Aziraphale. Recomiendo que le griten que ahí va y Aziraphale sugiere que Crowley le embarre un poco de sangre en la cara.
—Sí, sí, vamos, vamos —creo que a Crowley se le ha olvidado que la está torturando.
—Tienes que... embarrarme la cara de sangre o algo, my love.
—¿Eh?
—Me estabas torturando.
—¿Qué? ¿Ahora vas protestar de esto?
—No, no... No estoy protestando —sonríe un poco—. Al contrario
Parpadea descolocado y ella le sonríe.
—Me refiero a que afuera deben creernos...
—Afue... ¡Afuera! —se acuerda de repente
—Ya, ya lo sé... —le mira son sonrisita porque mira que tonto de pone cuando están juntos... haciendo cositas.
—Vale. Vale, que resulte creíble, a ver —chasquea los dedos y la despeina, le rompe un poco la blusa y le pone sangre por todas partes como si viniera de hacer Carrie o de meterse al ascensor del resplandor.
Luego comprueba su obra inclinando un poco la cabeza y arrastra la silla hacia fuera con poca delicadeza.
—Ay... —se queja Aziraphale. La ángel anciana levanta las cejas al verla.
Aziraphale se hace un poco el inconsciente ayudando al show.
—¿¡Qué le hiciste?! Aziraphale... AZIRAPHALE! —grita el otro ángel.
—Lo que le haré a cualquiera que no coopere.
—Aziraphale, ¡cúrate!
—Mmm... s-stop it, Crowley... —susurra Aziraphale tan dramas.
—¿Vas a cooperar?
—S-Si paras sí, p-por favor.
—Está bien.
—Cúrate Aziraphale, no cedas —le implora Hariel
—N-No puedo... —eeeel drama
—Y-Yo se lo estoy impidiendo y lo haré con vosotros también —sigue Crowley y la anciana le mira con cara de pánico.
Belcebú mira a Crowley un poco con sospecha... y luego a Aziraphale de reojo.
—No... ¡no! —Hariel mira a la anciana con miedo—. Házmelo a mí, no la toques a ella.
—Vamos, responded a las preguntas —insiste Crowley.
—¿Q-Qué preguntas? —balbucea Hariel en pánico
Crowley mira a Belcebú para que las haga
—¿A quién le das en el tonto intercambio? —le pregunta a Aziraphale, que sinceramente no piensa que hable con ella hasta que nota que le mira.
—¿Y-Yo?
—Díselo, igual no conoce a nadie... nosotros se lo hemos dicho.
—A Uriel... le doy a Uriel.
—¿Y qué vas a darle? ¿Un spray antimoscas? —pregunta Crowley. Badum tsss.
Aziraphale le mira y trata de no sonreír. Belcebú levanta una ceja con eso porque no se acuerda de la historia con Uriel... vamos, no recuerda que era Uriel, pero Crowley sí, porque le ha explicado la historia veinte mil veces.
—No, aunque puede que lo agradeciera. Disculpa, Belcebú... pero, ehm... u-una medalla de San Benito consagrada.
—¿Con paperas? —¿puedes dejar de ser un idiota?
—Ehhh... no.
—Ya, ya... claro.
—Y ustedes dos, ¿cuáles son los regalos elegidos para los ángeles a los que les dan?
—Velas —responde la ángel anciana.
—Ah, sí, un clásico del amigo invisible. Inútil e impersonal a partes iguales —sigue Crowley.
—¡Son para rezar! —protesta la anciana.
—¿Ves? Van a atraparles al instante con esos comentarios idiotas.
Ojos en blanco de Crowley
—¿Comentarios idiotas? Más bien regalos idiotas... por lo que veo podríamos regalar cualquier mierda religiosa.
—¿Y qué regalarías tú? —pregunta Hariel.
—Una chaqueta de cuero... —responde Aziraphale sin pensar
—¿Qué? —Belcebú le mira.
—Eh... y-yo... bueno, es obvio Ehm... que regalarían algo así.
—Ningún ángel querría un símbolo tan... rebelde —protesta la anciana.
—Desde luego —asegura Aziraphale—. No he dicho que al ángel en cuestión fuera necesariamente a gustarle el regalo... del... todo.
—Entonces es obvio que sería una mala idea
—Sería una mala idea aparente, pero... —Aziraphale se encoge de hombros.
—A los ángeles no se les regalan cosas —suelta Belcebú.
Si Crowley supiera, carraspearía algo sospechosamente parecido a "gemelos" pero como no lo sabe, puede que le venga una tos que suene parecida pero él no lo sepa. Belcebú se sonroja más con eso, mirando a Hariel.
—¿Tú qué mierda vas a regalar entonces?
—No te voy a decir, harás el ridículo.
—Oh, venga... —Crowley abre un armario y saca una botella, empezando a servir copas porque es que son insufribles todos. Sin vacilar ni un instante de donde están los vasos y las botellas.
—Entonces le darás un regalo feo a... ¿quién has dicho que te toco?
—Pues claro que le va a dar un regalo feo —Crowley deja una copa junto a Aziraphale con la suya en la mano y mira a Belcebú—. ¿Los demás queréis?
Aziraphale la mira... y es que es un poco cruel, está amarrada. Y además aún no sabe si... Es sin alcohol, ni te creas. Lo sabrás cuando la pruebes.
—¿Qué es? —pregunta Belcebú, vacilante
—Bourbon.
—¿Y a qué sabe? Si está envenenada, no va a surtirme efecto, lo sabes —le quita la que tiene en la mano
—Ehm, dar... eh... demon —llama Aziraphale a Crowley a punto de, obviamente, llamarle darling.
—Créame que si fuera a envenenarla, no sería para quedarme solo lidiando con tres bloody ángeles insoportables —él se gira.
Belcebú considera esto un punto ligeramente válido, dándole un trago.
¿El de ella si tiene alcohol o no?
No, porque ha cogido el de Crowley.
Belcebú lo paladea... y arruga un poco la nariz, que sabe extraño. Y no porque sepa a qué tiene que saber...
Crowley toma la de Aziraphale y se la acerca para que beba. Aziraphale le sonríe un poco, levanta una ceja y le da un traguito.
—Ugh.
Crowley le sonríe de vuelta y es que la ángel anciana se gira a ellos porque... ¿Síndrome de Estocolmo? Espera, ¿no es Aziraphale el ángel que dicen que ha tenido sexo con un demonio?
¡Pues es que míralos como se miran! Y el amor que rezuman.
Exacto.
—Thank you —susurra Aziraphale a Crowley. Él le guiña un ojo y luego da un trago a la suya.
Aziraphale se sonroja un poco y cruza la pierna así tipo... como si estuviera en una reunión social. Crowley tose un poco al notar que la suya tiene alcohol... ¡mierda! Se va a llevar una bronca.
Oh, sí. Aziraphale se gira a mirarle con esa tos...
¡Ha sido un error! Carraspea y deja la copa en el escritorio.
La ceja y los ojos de cierta riña, porque bien que le conoce.
Lo sabe. Y eso que ni siquiera la está mirando.
—Ehm... bueno. Entonces... regalos, cancioncitas, misa... ¿qué más? —intenta cambiar el tema.
—Ni siquiera sé para qué investigan tanto, no van a pasar del saludo y los besos —asegura Hariel.
—¿Besos?
—Al parecer se besan todos entre todos —Belcebú se cruza de brazos.
Crowley mira a Azriaphale de reojo. Ella, que no ha dejado de mirarle, suspira.
—Vaya... —otro trago de esto, mira a quien se le ha pasado la culpa.
—No es lo que te estás imaginando...
—Es precioso y algo que ustedes no sabrían apreciar —asegura Hariel.
—No, claro. Seguro que todos estamos muy cómodos con las estrellitas. ¿O lo haces en plan Judas? Debe ser precioso —sigue Crowley.
—¿De qué estrellitas hablas?
—Las que tan bien te caen.
—Pues, justamente, veo que entiendes el problema. Hablemos de esto luego.
—Oh, claro, que curioso.
—Crowley...
—Sí, sí... desde luego.
—No puedo creer que de todos, tú estés...
—¿Qué? —le mira.
—Si pudiera no... —mira a los otros dos ángeles de reojo.
—No, no... Será interesante. Tal vez te deje inconsciente y lo haga YO.
—Eso quisieras, ¿verdad? Besuquear TÚ a los demás. Puedes empezar aquí, hay dos —Aziraphale frunce el ceño.
—Ah, sí, claro. Porque soy yo el que lo hace cada Navidad. Qué curioso que nunca lo mencionaras. Debe ser algo así como tu baile del club de caballeros.
—No tiene nada que ver con... ¡No! ¡Es algo obligatorio!
—A... ja —Abre la boca levantando la barbilla y mirándole
—¡Imagina que tú tuvieras que hacer ESO con todo el infierno!
—¡Desde luego lo habría comentado!
—No me has comentado otras cosas, como que había un asesinato en Halloween.
—Oh, venga ya. Eso fue enteramente culpa de Ga... sabes quién.
—¡No! ¡Hay una rifa y todo!
—Para descorporizar a alguien, ¡no para eliminarlo para siempre!
—¿Y por eso no me lo has contado? ¡Igual es un riesgo!
—¡No vas a comparar!
—Pues justamente, no vas a comparar. Lo del cielo es tan... son... miles, Crowley, es impersonal y... ¿podemos hablar de esto luego?
—¡También lo es lo del infierno!
—No he dicho que no, pero tú tampoco lo has mencionado. No es algo mucho mejor, créeme, especialmente cuando no eres muy popular.
—Aww, ¿no te dan todo el amor que quisieras? Pobrecita.
—¿Estás celoso de que quisiera al menos tener un aliado en el cielo? Perdóname, pero tú eres el señorito popularidad —le fulmina.
—Ah, sí, súper popular. Fíjate a donde me ha llevado eso.
—¡Es verdad! Tienes... un status en el infierno. La gente te teme. ¡Belcebú te usa de consejero!
—Claro, porque lo que tú quisieras es ser consejero de Gabriel.
—No es que quisiera... quisiera al menos que no se rieran de mi o hicieran caras de horror cuando me besan, si es que lo hacen, pensando que les voy a contagiar de algo.
—Sí, claro, porque ser contagiosos es mucho mejor.
—¡Tú no eres contagioso de nada! ¡No me vengas con esos dramas!
—¡Ni tu tampoco!
—¡Ellos creen que sí!
—¡Pues lo mismo conmigo!
—¡A ti no te importa lo que piensen!
—Ni a ti debería
—¿Me dirás que a ti no te importa lo que dice el infierno de ti?
—Claro que no.
—¡Que mentiroso!
—Ahora resulta que me conoces bien.
—¡Pues claro que te conozco bien!
Hace un gesto con la cabeza para señalarle a los otros dos ahí.
—Ughh! —gira la cara, sonrojada, apretando los ojos—. N-No. No te... no te conozco bien. ¡Deja de jugar con mi cabeza!
Crowley suspira girándose a Belcebú que le mira con una ceja levantada. Carraspeo carraspeo.
—¿A qué se refiere el ángel cuando habla con tanta exactitud de Halloween?
—Who in the hell knows?
—You in the hell seem to know
—Ah... nnn...
—Quizás deberían aprenderse los villancicos —Aziraphale intenta cambiar el tema
—Sí, eso —asiente Crowley.
—No! Aziraphale! —protesta Hariel.
—What? ¡Ya han demostrado que van a torturarnos si no ayudamos!
—¡Eso no es motivo suficiente!
—¿¡Que nos torturen no es motivo suficiente?!
—¡Es claro que van a hacerlo igual!
—¡No!
—Son demonios, eso se dedican, Aziraphale.¡No seas inocente!
Aziraphale hace los ojos en blanco. Si alguien le diera una libra por cada vez que le dicen eso... sería aún más rico.
Que va, se las habría gastado en libros y creppes.
¡Eso no lo saben!
Lo sabemos.
¡Ugh!
—¡Pues mejor intentar que no lo hagan a no darles algo y saber que lo harán!
—Tal vez no te lo hacen... a ti.
—¿A mí? —frunce el ceño.
—Pues... —ese tonito acusatorio, señalando a Crowley.
—¿Ajá?
—¡No digas "aja" como si no supieras de lo que hablo! —protesta la anciana
—Pareces estarme acusando de que el infierno me trata de manera especial... y por lo visto solo pareces haber oído una parte de los rumores —la mira enfadada—. A mí me han secuestrado, torturado, mantenido cautivo e intentado cortar las alas, ¡en más de una ocasión!
—Y aquí estas, rezumando amor.
El SONROJO. Crowley carraspea un poco.
—S-Soy un ángel. Eso es lo que nuestra señora me ha enseñado.
—Nuestra señora no te ha enseñado a amar a un demonio.
—Mi señora me ha enseñado a amar a los seres de su creación y eso incluye a todo aquel que sea bueno conmigo.
—Ugh! —protesta Crowley
Y a Belcebú le va a llegar un mensaje porque no queremos escribir esta discusión oooootra vez.
Belcebú levanta las cejas y saca el teléfono, poniéndose un poco nerviosa
"No voy a poder llamarte. Ehm... es un poco comprometido, ¿vas a contarme el resumen de la rebelión?"
"Solo si tú me cuentas algo que yo no sepa."
"Podría escribir bibliotecas y bibliotecas de cosas que tú no sabes."
"Que vas a saber tú más que yo si eres un simple demonio" se ríe un poco.
"Bueno, he visto cosas."
"Impresióname."
"En cierta ocasión, la iglesia católica clasificó a las capibaras como 'peces', por lo cual pueden comerse en Cuaresma".
Belcebú se ríe con eso porque es tan obvio que es Gabriel. Ojitos de corazón.
"La iglesia católica... está LOCA"
Escribe y borra escribe y borra
"Sí. Ja. Ja."
"Lo que has escrito..."Belcebú se ríe por lo bajini.
"No lo sabías, no me vas a convencer de que sí."
"No, no lo sabía en realidad... tampoco sabía que tenías tanta información del cielo. Es bueno saberlo, puesto que acabo de perder a mi informante."
"¿Quién era tu informante?:
"No te puedo decir pero... era un Arcángel de alto rango"
"Creía que hablabas de un demonio... como Ligur. Aunque un Arcángel trabajando para nosotros parece bastante impresionante y escandaloso. ¿Cuál?"
"También perdimos a Ligur. No trabajaba para nosotros, se hizo pasar por una... amistad. Algo conveniente para ambas partes"
"¿Entonces?"
"Al final decidió que siempre no era tan importante para él y... me dejo de hablar"
"¿Quién era?"
"No voy a decirte eso para que lo uses en mi contra" Claro, a ver si eso cuela ahora...
"¿Por qué iba a usarlo en tu contra?"
"Pues porque escribes artículos periodísticos y acaba de haber una revuelta... "
"Puedo no publicar eso si es información confidencial..."
"¿Para qué quieres saberlo?"
"¿Quién no querría saber cuál de los Arcángeles es el traidor? O mejor dicho... nuestro aliado."
"No creo que fuera traidor con el cielo, al contrario. Con quien fue traidor fue conmigo" Belcebú sonríe de lado otra vez a ver si le hace sentir un poquito culpable.
"¿Contigo por?"
"Porque me hizo pensar y sentir muchas cosas que al final no eran ciertas."
"Mmmmm..."
"Creo que no puedo confiar en los ángeles"
"Claro que no."
"¡Pues se supone que son ángeles y son confiables!
"No con los demonios."
"¿Me estás diciendo que son capaces de engañarnos para su provecho?"
"No, pero sí son capaces de fastidiarnos"
"Fastidiarnos. ¿Crees que me estaba estudiando haciéndome creer en el... afecto?" Se sonroja igual al escribirlo.
"¿Afecto?"
"P-Pues... sí" aprieta los ojos.
"¿A quién te refieres?" Sí, el idiota aún no...Belcebú mira alrededor buscando ideas.
"A Ezirefel" algo así se llama, no?
"No hay ningún ángel que se llame así"
"Claro que sí, el de Crowley!"
"?"
"Bloody hell. Gabriel. Es Bloody Gabriel, ¡no puedes ser tan denso!"
Escribe y borra, escribe y borra
"¡Gabriel no era tu informante!"
"Gabriel era mi... amigo"
"Amigo..."
Belcebú hace los ojos en blanco con eso.
"¿Qué quieres que te diga? ¿Que era mi amante? Igualmente él no me considera nada porque soy un demonio, así que..."
"¿Amante?" Es que puedes oírle rezando avemarías como loco
"Yes!"
"No se puede ser amante de un ángel!"
"Como tampoco puede amar un demonio y aquí estamos."
"Pues no puede."
"¡Sí que puede!"
"Es obvio que no"
"De todos, ¡es el colmo que me digas tú eso!"
"¿Por?"
Belcebú refunfuña un poco porque no puede decirle por qué
"Tú has estado enamorado."
"Ah... sí?"
Belcebú hace los ojos en blanco.
"Bueno, que querías que te contara?" Decide cambiar de tema.
"¡Esto!"
"¿Esto qué?"
"¿Enamorada, entonces?"
"¡No me des la lata con eso!"
Gabriel le manda el emoticono de una ceja levantada.
"Pues... ¿de qué sirve igualmente?"
"¿Cómo que de qué sirve?"
"No basta con estarlo."
"Pero lo estás."
"Bloody hell!"
Es que si le vieras la sonrisita molesta... Bueno, si te lo está diciendo es también para que lo sepas.
"No me extraña que hubiera una revuelta."
"¿¡Qué carajos es lo que no te extraña?!"
"Es una debilidad."
"¡No es propiamente una debilidad!"
"¿Crees que es una fortaleza?"
"Pues... quizás sí. Es algo inspirador."
"¿Qué te inspira?"
"A hacer... cosas. A rescatarle o a... verle."
"Cosas que son pecado."
"¡Rescatarle no es un pecado!"
"No hablas de rescatarle."
"No todo lo que hago con él es bloody pecado. ¡Los besos no son pecado!"
"Los besos nunca son solo besos."
"¡Él nunca hace nada para que sea algo más! ¡Ni siquiera se mueve!"
"Está claro de quién es culpa entonces."
"¿Además vas a echarme la culpa? Como si le costara... ¡moverse!"
"Cuesta para hacer algo que no se quiere hacer"
"No es que no quiera, es que no puede. Si no fuera pecado, querría!" Belcebú hace una mueca.
"Que segura estás de eso"
"¿Tú dices que no?" Frunce el ceño.
"Pues por lo que cuentas..."
"Él me quiere."
"También estás muy segura de eso."
"¡Lo he sentido! ¡No le vengas ahora con que no!"
"¿Cómo vas a sentirlo si eres un demonio?"
"Porque lo siento, ¡cuando me toca me hace sentirlo!"
"Pero si no te toca."
"¡Sí que me toca y me besa!"
"¿No que no hace nada y no se mueve?"
"¡No todo lo que quisiera!"
"Será que no te quiere todo lo que quisieras."
Asshole, piensa ella.
"Pues... si tú lo dices, quizás si sea así."
"Solo digo lo que veo."
"¿Y qué sugieres?"
Escribe y borra, escribe y borra. Belcebú levanta una ceja.
"Olvídale"
Belcebú suspira haciendo los ojos en blanco
"¿Eso quieres?"
"Sí."
Belcebú escribe y borra y escribe y borra y luego... no le responde
Los otros deben estar... practicando canciones de fondo.