INTRODUCCIÓN
and our mission this summer is to have a good time, all the time
—¿Qué puede haber? —preguntó Pope desde abajo, con la mirada puesta en John B. —¿Una caída de tres pisos?
John B se chupó el dedo y lo estiró, comprobando la dirección del aire, mientras hacía la pata coja. Tenía el pelo algo más despeinado de lo normal por culpa de la suave brisa que los acompañaba, provocando que cada cierto tiempo tuviera que apartárselo de la cara.
—¿Salto?
—Hazlo —lo ánimo Pope. Lee frunció el ceño, mirando a su amigo y a su hermano —, mientras te dispararé.
—Pero si no te atreves —dijo ella, con algo de burla, haciendo a JJ reír por lo bajo. Ambos estaban sentados con las piernas colgando en el aire, el uno al lado del otro y a unos metros de John B y de Pope.
—Cállate —protestó su hermano, levantando su dedo corazón en dirección a ella.
—Tú solo procura que no tengamos que ir al hospital —respondió, rodando los ojos. Se acercó su lata de cerveza, para darle un trago y, al ver que estaba vacía, bufó. Sin decir nada, cogió la que tenía JJ en la mano y, bajo la mirada desafiante del rubio, le dio un sorbo. Él alzó una ceja.
—Espero que ahora vayas a traerme una — dijo el rubio. Ella entrecerró los ojos, pensativa.
Se levantó de un salto, sin responder, curvando ligeramente las comisuras de sus labios hacia arriba, sonriendo satisfecha. Se acercó a la nevera donde tenían la bebida y, con aire triunfante, cogió la última cerveza.
—Si hubieras ido tú, sería tuya — comentó mientras se sentaba de nuevo junto a JJ, teniendo que apoyar su mano libre en el hombro del rubio para mantener el equilibrio.
—Eres una capulla —murmuró él, mirando por un segundo la mano de Lee sobre su hombro y, a continuación, mirándola a ella de reojo, pero sin molestarse en disimular la sonrisa divertida que se dejaba asomar de sus labios. Ella tenía la mirada puesta en su hermano, arrugando la nariz.
—Eso me suelen decir —respondió sin mirarlo. Le acercó la lata, para ofrecerle un trago.
Él la cogió y se la acercó a la boca, para dar un sorbo, apreciando el sabor agrio y el frescor de la bebida. Mientras tanto, aprovechando que ella estaba concentrada en su hermano, cogió sus piernas y las colocó sobre su regazo. La pecosa apartó la mirada de John B para mirar a JJ, sonriendo de lado mientras cogía la lata para dar un sorbo, obligándose a centrar su atención en la bebida que, ahora estaba bajando por su garganta, en lugar de en la mano de JJ apoyada en su rodilla. JJ, por su parte, se percató del ligero tono rosáceo que tomaron las mejillas de Lee, cosa que lo hizo sonreír un poco más, pero que también consiguió que sintiera unos pequeños nervios instalarse en lo alto de su estómago.
—Van a tener baños japoneses —dijo Kie, uniéndose a la conversación. Lee miró a su mejor amiga, completamente agradecida de que también hubiera captado la atención de JJ y se hubiera roto el ambiente tenso que se había creado entre ellos, hacía apenas unos segundos —, con calentadores en las toallas.
—Claro, ¿por qué no? —comentó el rubio, mientras se acercaba a Ashley para poder coger la lata de nuevo —. Yo odio las toallas frías
—Odiar a los Kooks es una personalidad —murmuró Lee —y, definitivamente, es la mía.
Todos rieron ante el comentario y compartieron miradas cómplices, discutiendo sin palabras sobre quién iba a ser el valiente que dejase mal a Lee, aunque eso significase riesgo de que estallase la Tercera Guerra Mundial allí mismo. JJ, haciendo un ligero movimiento con la mano para dar a entender que lo haría él, se aclaró la garganta y miró a la pecosa.
—¿Segura? —preguntó con tono burlón —, porque cuando Nate tiene la lengua en tu garganta no...
Antes de que pudiera acabar la frase, en un movimiento rápido, Lee, sintiendo su cara arder, empezó a darle manotazos por los brazos para que se callara. JJ, aguantándose la risa, se movió como pudo para dejar la lata en el suelo y así disponer de sus dos manos libres para coger las muñecas de Lee, obligándola a parar. Sin soltarla, tiró un poco de ella hasta que estuvo sentada encima de él, de modo que ambos quedaron mirándose, bastante cerca.
—Eres insoportable —protestó ella, arrugando un poco la nariz. JJ soltó una carcajada.
—Sigue diciéndolo que a lo mejor algún día, te lo crees.
—¿Harás el favor de no matarte? —Kie, que se había colocado junto a Pope para poder mirar la escena entre sus amigos, se percató de lo que estaba haciendo John B. Lee había abierto la boca para discutirle a JJ, pero, al escuchar a la de pelo rizado, ambos desviaron la atención, de nuevo, a los demás.
—John B, yo solo te digo que cuidado con la cerveza —el rubio señaló a su mejor amigo, pero todavía sin soltar las muñecas de Lee —. No hay más.
Como si hubiera sido aposta, en cuanto el rubio terminó de hablar, John B perdió ligeramente el equilibrio, de modo que la lata cayó al suelo, causando un estruendo que hizo que Lee se sobresaltara en su sitio. JJ la miró por un segundo y soltó sus muñecas para poder rodear la cintura de la pecosa con sus brazos, pero en seguida volvió a centrarse en mirar a John B, apoyando la barbilla en el hombro de Lee.
—Capullo, ¡mira que te he avisado! —exclamó JJ. Lee rodó los ojos y estiró un poco el brazo para coger la lata de cerveza.
—John, baja de ahí —dijo con algo de seriedad, acomodándose otra vez con la espalda apoyada en el pecho de JJ. La broma había sido graciosa al principio, ahora ya, había empezado a ser molesto.
—Eso, John. —JJ la imitó. Ella, rodando los ojos de nuevo, se giró levemente y le dio un golpe en la nuca, haciéndolo abrir la boca y soltar un «¡ay!». Lee sonrió triunfante.
—Eso por imbécil.
—¡Eh! —Una voz grave y profunda resonó por toda la construcción. — ¡Eh!
—Tíos, la poli —anunció Pope, que ahora estaba apoyado en la barandilla para poder ver de quién era la voz.
Los cinco amigos se miraron entre ellos, sabiendo que les tocaba correr. Lee le dio unos toquecitos rápidos a JJ en los brazos para que la soltara y así, poder levantarse de un salto, cosa que hizo en cuanto el rubio aflojó un poco el agarre. JJ la miró de arriba a abajo mientras se levantaba él también y, cuando la alcanzó, pasó el brazo por sus hombros.
—¿Te he dicho alguna vez lo bien que te quedan esos pantalones?
—Cada vez que me los pongo —respondió —. Un detalle por tu parte esto de subirme la autoestima.
—Siempre a tu disposición, mi reina —medio bromeó él, dándole un beso rápido en la cabeza mientras ella, soltando una carcajada, se apartaba de él para poder ir más rápida.
—Pues vamos rápido, que no me gustaría tener que aguantar tus cumplidos cutres en comisaría.
—De verdad, tenéis que dejar de tontear cuando estamos intentando huir de la policía —protestó Kie en voz baja cuando JJ y Lee los habían alcanzado, cogiendo a su mejor amiga del brazo, de modo que solo la escuchó ella.
—¿A quién le toca aguantarnos hoy? —preguntó, ignorando el comentario de Kie, mientras se alejaba de ella para poder asomarse y ver al policía —. ¡Gary!
—¿Nos echabas de menos? —Se unió JJ, mirándolo con diversión. Pope cogió a sus dos amigos y tiró de ellos. No era el más atleta, pero sí el más responsable.
—No seáis pesados —murmuró a modo de advertencia, cuando ya no podía más —. Limitaos a correr.
—Si nos limitamos a eso, te quedas el último. —JJ se encogió de hombros, ganándose una mirada fulminadora por parte de Pope.
— JJ, cállate. —Lee rodó los ojos.
Buscó con la mirada a su mejor amiga y a su hermano, a quienes encontró ya arriba de la caravana, esperándolos para poder salir de allí cuanto antes. Aceleró el paso, adelantando a sus dos amigos, que seguían discutiendo a sus espaldas.
—¡Pope, levanta! —exclamó JJ. Lee se giró y, al ver a Pope en el suelo, retrocedió para ayudarlo a levantarse más rápido, ya que Gary les iba pisando los talones.
—¡Daos prisa! — gritó John B desde la caravana. Kie había abierto la puerta, preparados para acelerar en cuanto los otros tres estuvieran arriba.
Una vez Pope había conseguido levantarse, los tres amigos retomaron el camino hacia la caravana. Por suerte, no tardaron mucho en alcanzar el vehículo y subirse, entre risas y respiraciones agitadas. Lee, sin dudarlo ni un segundo, en cuanto estuvo subida en el viejo trasto de su tío, se acomodó en los asientos traseros, tumbada bocarriba. Kie estaba sentada en el suelo, en frente de JJ, que tenía medio cuerpo asomado, burlándose de Gary.
—JJ, vas a hacer que le de un infarto. —Kie le dio un manotazo. Él se encogió de hombros.
—Mejor a Gary que a nosotros —comentó Ashley desde su sitio. JJ la miró, con el dedo corazón estirado.
—Este tipo de comportamiento merece un castigo —se defendió el rubio.
—Pues igual que el tuyo —soltaron Lee y Pope al mismo tiempo. Se miraron el uno al otro y chocaron el puño mientras se reían por la cara de fastidio de JJ, que volvió a concentrarse en molestar a Gary.
—Y, llámame loca, pero me da que entre Gary y tú, la pelea no la ganas tú —comentó Kie con tono burlón.
—Ostia, no os soporto a ninguno —se quejó el rubio, cerrando la puerta de la caravana y mirando a sus amigos con los ojos entrecerrados.
La queja de JJ provocó que otro coro de carcajadas inundara el ambiente de caravana. John B, que había estado todo el tiempo en silencio, los miró por el retrovisor por un segundo, sintiendo una sensación cálida florecer en su interior, que se tradujo en forma de sonrisa. Si había algo por lo que podía dar las gracias, definitivamente, era por las cuatro personas que estaban con él en aquel momento.
JOHN B
Outer Banks, el paraíso en la Tierra. Dónde, o tienes dos casas, o no tienes para comer. Dos tribus, una isla.
Estamos divididos en dos zonas. Figure Eight, donde viven los ricos, los Kooks. Adivinad dónde no vivimos nosotros.
Por otro lado, está el Arrabal, zona sur de la isla y hogar de la clase trabajadora; que se gana la vida limpiando mesas, lavando yates, organizando excursiones... el hábitat de, redoble de tampores, por favor, los Pogues: nosotros.
"Pogue": cebo, carnaza. Los últimos en la cadena alimentaria. ¿Lo malo de ser Pogue? Nos ignoran y pasan de nosotros. ¿Lo bueno? Nos ignoran y pasan de nosotros.
Hacemos lo que nos da la gana, cuando nos da la gana.
¿Qué quiénes somos los Pogues?
Este es JJ, mi mejor amigo desde tercer curso. El estereotipo de lugareño, el último en un estirpe de surfistas, pescadores, bebedores y contrabandistas que se ganan la vida en el mar. Es el mejor surfero de la isla, aunque no le digáis que he dicho eso; ni a él, ni a mi hermana.
Cleptómano aficionado y futuro evasor fiscal.
Esta es Kiara, pero la llamamos Kie. Cuando no está salvando tortugas, escuchando a Marley o tatuándose delfines, sale con nosotros. Aunque no sé muy bien por qué, porque es rica. De hecho, es una Kook. Bueno, digamos que está en medio de ambos mundos.
Su familia es dueña de The Wreck, toda una institución: se forran con los turistas. No estoy muy seguro de qué opinan sus padres de nosotros.
Todos tenemos un pequeño crush en ella.
Pope; la cabeza pensante. Finalista para una beca Lucas T. Vanderhorst y un tío súper listo. Es un poco raro, la verdad. Su padre es una leyenda: no hay nada en la isla que el gran Heyward no pueda conseguir.
Por último, mi hermana pequeña, Ashley, más conocida como Lee. Nos llevamos sólo diez meses y, diréis, ¿cómo os vais a llevar solo diez meses?
No lo sé, solo se que nací yo y, diez meses después, había otro bebé en casa quitándome toda la atención.
Es una persona inteligente y un tanto reservarda a la hora de dar su opinión, por lo que la mayoría del tiempo, nadie sabe lo que pasa por su cabeza.
Utiliza el sarcasmo para absolutamente todo; a veces dan ganas de matarla.
Supongo que Pope y JJ también tendrán un crush en ella, aunque estoy casi seguro de que si me apostara la melena a que uno más que el otro, no se me caería ni un pelo. Pero, siendo sincero, prefiero no pensarlo mucho. No me gustaba ser ese tipo de hermanos mayores sobreprotectores, pero no es agradable pensar en eso. Es una sensación extraña, la verdad.
Y, bueno, yo soy John B y estos son mis amigos, los Pogues. Este verano tenemos una única misión: pasarlo bien.
_______________________________________
Espero que os guste 🥰