Lacrosse » Jeon Jungkook; BTS...

thatsonesgucci tarafından

1.1M 122K 114K

En la preparatoria, donde es muy probable que exista un pequeño mundo lleno de rivalidad, envidia y competiti... Daha Fazla

PLAYLIST
PERSONAJES
PRÓLOGO
Capítulo 01 💚
Capítulo 02 💚
Capítulo 03 💚
Capítulo 04 💚
Capítulo 05 💚
Capítulo 06 💚
Capítulo 07 💚
Capítulo 08 💚
Capítulo 09 💚
Capítulo 10 💚
Capítulo 11 💚
Capítulo 12 💚
Capítulo 13 💚
Capítulo 14 💚
Capítulo 15 💚
Capítulo 16 💚
Capítulo 17 💚
Capítulo 18 💚
Capítulo 19 💚
Capítulo 20 💚
Capítulo 21 💚
Capítulo 22 💚
Capítulo 23 💚
Capítulo 24 (I) 💚
Capítulo 24 (II) 💚
Capítulo 25 💚
Capítulo 26 💚
Capítulo 27 💚
Capítulo 28 💚
Capítulo 29 💚
Capítulo 30 💚
Capítulo 31 💚
Capítulo 32 💚
Capítulo 33 💚
Capítulo 34 💚
Capítulo 35 💚
Capítulo 36 💚
Capítulo 37 💚
Capítulo 38 💚
Capítulo 39 💚
Capítulo 40 💚
Capítulo 42 💚
Capítulo 43 💚
Capítulo 44 💚
Capítulo 45 💚
Capítulo 46 💚
Capítulo 47 💚
Capítulo 48 💚
Capítulo 49 💚
Capítulo 50 💚
Capítulo 51 💚
Capítulo 52 💚
Capítulo 53 💚
Capítulo 54 💚
Capítulo 55 💚 | Final
Epílogo 💚
Capítulo especial (primera parte) 💚
Capítulo especial (segunda parte) 💚

Capítulo 41 💚

16.2K 1.9K 1.9K
thatsonesgucci tarafından

Recomendación: Lea Michele - Run to you

***

Las personas gritan, saltan, alzan las pancartas y se dejan contagiar por la euforia. De pronto todo me parece ir en cámara lenta; cada sonrisa que me dan, cada sonrisa que doy, cada anotación; todo es tan lento.

No me parece escuchar nada más que una frecuencia cardíaca dentro de un silencio expectante. Es como la cuenta regresiva para una tragedia.

Y eso pasa.

Quizá ya más que listos para ganar una vez más, a nuestras espaldas, se escucha un estruendo, la anatomía de alguien haciendo impacto contra el césped. Cuando me doy cuenta sé que se trata de Jungkook, quien da unas pocas vueltas antes de frenar y agarrarse la pierna. Su mueca de dolor, de sufrimiento y el grito que pega a los cielos me alarman tanto. Es allí que todo el ruido se devuelve como el fuerte impacto de una tormenta.

Me quito el casco, dejo todo atrás para ir corriendo hasta él. No soy la única, Jaekyung, Jimin y Taehyung me acompañan. Por primera vez en mucho tiempo me olvido de un partido importante, me olvido de todo ese egoísmo de querer ganar siempre y me enfoco en una de las personas más importantes para mí.

No deja de gritar, la gente no deja de amontonarse y hacer feria de todo esto, y yo simplemente no puedo dejar de gritar de que necesito ayuda.

Es una escena en donde todo me parece ir tan rápido y tan lento a la vez.

Emergencias, como lo esperaba.

La ansiedad pretende irse después de que me informan que ya puedo verlo. Sus padres salen de aquella habitación antes de que yo ponga un pie ahí, me dan un minúscula sonrisa de pesar que no ayuda en mucho.

Los sueños de Jungkook tienden de un lío... Al menos eso es lo que creo; casi todos creen que ya no hay sueños, que todo se fue a la borda, sobre todo él.

Lo escucho sorber por la nariz, con la cabeza agachada al tiempo que trata de retirar las pocas lágrimas que han quedado en su rostro. El yeso de su pierna derecha es lo que se roba toda la atención, una atención que todo el mundo hubiera preferido evitar, en especial quien lo porta. Pero nadie podía saberlo.

Camino hasta la camilla, el silencio me parece cada vez más asfixiante. Mi corazón desde ya tiene grietas porque no me parece verlo así, no es lo justo, no lo soporto. Él no debe terminar aquí. Tomo su mano, esperando que entienda que puedo ser su apoyo.

—Vas a estar bien.

Y esa simple oración contrae a que su lado sensible vuelva.

—No. —Niega con un quiebre de voz, sin levantar la cabeza.

—Vas a estarlo.

—No. —Sigue negando, esta vez con más frenesí.

—Jungkook, vas a estar bien. Tienes que creer en ello.

—No, no voy a estarlo. Ya oíste a los doctores, dijeron que...

Tomo su rostro entre mis manos, le exijo que me mire a los ojos.

—Dijeron que hay posibilidad. ¿Entiendes? ¡¿Y qué importa si la posibilidad es mínima?! El punto es que la hay, y tienes que aferrarte a eso. No te imaginas los muchos casos que han existido así y han logrado salir de esta.

—Estoy asustado, Songyi —confiesa, entonces sus ojos se nublan.

Tengo que hacer un esfuerzo para no ponerme igual, porque lo que menos quiero es que piense que la esperanza en mí no existe. Le doy la razón con un asentimiento de cabeza.

—Yo lo sé. Y no importa. No importa si estás asustado, porque vas a volver a jugar. ¿De acuerdo?

Lo envuelvo en mis brazos, Jungkook no tarda en hacerlo al tiempo que se desahoga y me mantengo firme con mis palabras.

En serio creí que le di esperanzas, por un minuto lo creí tan cierto. Y quizá sí lo hice, al menos en esta vez, porque eso llamado «esperanza» se fue esfumando con los días.

Me aseguré y propuse que no lo dejaría solo en ningún momento. Los chicos así también lo hacieron. A partir de este momento no hubo ningún día en que no tratara de darle ánimos. No me sentía como la persona más capacitada para hacerlo, pero también sentía que iba aprendiendo.

Noté el gran esfuerzo de Jungkook por mostrarse sereno, calmado, por no soltar todo eso que poco a poco se iba acumulando. No obstante, pasó un día en que todo le dio igual, pues, de algún lado, apareció ese chico de mal carácter que conocí a principios de año, ese chico que no podía controlarse. Todo, absolutamente todo le fastidiaba. Ya no habían sonrisas, ni mimos o chistes que lo hicieran reír. Nadie podía hacerlo. Tampoco había algo que le levantara el ánimo.

En días todos nos convertimos en sus fuentes de descargas.

Luego pasaron meses. No hubo cuartos de final, semifinales, finales. Nada. Fuimos otro equipo más que se quedó fuera.

Y, Dios, yo lo soportaba porque lo quería.

Me pareció creer que estábamos en algún punto del lado tóxico. Todo era amargo, agrio. Esos colores que adornaban el cielo se volvieron grises.

Quizá lo notó, porque ahora estoy en su puerta sin entender eso de «necesitamos hablar». O bien, quizá sí lo entiendo, pero no quiero admitirlo.

Está sentado en el borde de la cama, dándome la espalda. Sus muletas, las cuales odia, yacen a su lado.

—¿De qué quieres hablar? —Incluso temo en acercarme, como si eso sirviera de ayuda para que no siga diciendo cosas.

Se roba otra silencio. Aquello me carcome. Me imagino sus iris divagando. No obstante, de lo único que tengo certeza es del suspiro que suelta.

—Es mejor darnos un tiempo.

—¿Qué? —Una mueca incrédula sale por sí sola.

—Lo que escuchas. Ya no vengas. Ya no quiero que me cuides, me siento patético. Tampoco quiero que los demás vengan. Quiero estar solo.

—Jungkook, eso es absurdo y patético. Tú no puedes...

—¡Claro que puedo! ¿No me escuchas?

—Es por las circunstancias. Estás así porque...

—Songyi, no quiero estar contigo... Al menos no por ahora.

Tomo aire por la boda. De pronto siento un sabor amargo. No puedo creer que esté teniendo esta conversación tan absurda. ¿Tomarse un tiempo? Eso no existe.

Incluso una risita incrédula se me escapa.

Cruzo los brazos y clavo los ojos en su nuca. Desearía que me estuviera mirando en este preciso momento.

—¿Un tiempo? ¿De cuánto tiempo estamos hablando?

—No lo sé.

—¡Oh, ya sé! ¿Tal vez cuando estés curado? ¿Cuando ya puedas jugar? ¡Claro! Songyi, vamos a regresar, ahora me siento bien y el enojo se ha ido. Podemos ser los mismos de antes ¿Es así, Jungkook?

—Tú no lo entiendes. ¡Si estuvieras en mi lugar pensarías lo mismo que yo! ¡No soportarías a tanta gente tratandote como un inútil! —Suelta una risita—. ¿De qué hablo? Si ya lo soy

—¡No! ¡Si yo estuviera en tu lugar no trataría a todos de la forma en la que tú lo haces! Eso incluye también a mis padres —exclamo sintiendo como toda la rabia me consume.

Siento como si hubiera gritado tanto, como si hubiera salido de una carrera o un juego pesado, pues de un momento a otro he terminado agitada. La parte sensible de mí desea que se retracte y que diga que podrá superar todo conmigo; pero la parte orgullosa, la que cada vez va tomando más control, quiere soltarle todo lo que piensa y largarse.

En el silencio que nuevamente empieza a reinar gracias él, aprieto los puños con fuerza para no ir hasta él y zarandearlo.

—Songyi...

—Como quieras. Tómate tu tiempo. —Le interrumpo porque sé que no ha cambiado de opinión y sé lo que va a decir—. De hecho, tienes todo el resto de tu vida. No esperes que cumpla la tontería de esperarte. Cuídate.

Lo digo tan fría, tan gélida, como una parte de mí me dice que debió de ser así desde siempre. Sin embargo, por dentro quiero quebrarme. Es cruel, es doloroso, aunque me niegue a aceptarlo. Ahí me doy cuenta de que realmente estoy enamorada de él. Más allá de las palabras y las muestras, ese sentimiento ahora parece hacer más incapie. Es tan caprichoso. Aun así, saco valor. Atravieso los pasillos con pasos seguros y la mirada en alto, porque sé que esto es pasajero, momentáneo. Nadie se muere de amor. Y a mí ni un chico me va a hacer doblegar. No me voy a echar a llorar por él, y menos todavía cuando lo único que veo en él son dudas y no sentimientos de verdad.

Es extraño, pero prefiero irme sin mirar a nadie, y con eso me refiero a sus padres, que estoy segura de que lograron escuchar todo.

Llego a casa pensando que tengo que sonreír como en ocasiones anteriores. No los veo por ningún lado, así que me doy el lujo de mostrarme como quiero: molesta. Después de lo que pasó, mamá y papá se mostraron comprensibles. De Shel no me extrañó; pero papá de un momento a otro cambió toda su actitud infantil hacia Jungkook por una más madura. Ahora no tengo idea de cómo decirles que ya no pasaré la mayoría del tiempo en casa de Jungkook.

Mi teléfono vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón. Frunzo el ceño al ver la pantalla rezando la palabra «mamá», un segundo después, se asoma precisamente ella con el móvil en la mano y la llamada al aire.

—Cielo, pensé que llegarías más tarde.

—¿Pasó algo? ¿Por qué me llamas? —cuestiono levantando el dispositivo frente a sus narices.

Caigo en la cuenta de que mamá está más sonriente que de costumbre, eso sobrepasa los doscientos por ciento. Y no estoy exagerando. Me mira expectante, esperando a que entienda el motivo de su felicidad y me deje contagiar.

Creo entenderlo. Quiero entenderlo.

Mis párpados salen disparados, es entonces que a Shel se le extiende una sonrisa aún más grande.

—¿Es en serio? —Asienta con frenesí—. ¿Pe-pero cómo? ¡¿Cuándo?!

Mamá entiende mi confusión, y desde ya me percato que hay algo que no sé.

—Nos dijeron que podría pasar, pero no queríamos decir nada hasta que fuera confirmado.

Me llevo las manos a la boca. Primero me río incrédula, luego mis ojos se nublan. Mis emociones están en transición, y no me importa, esto es importante.

—Mamá... —digo melancólica.

—Arregla tu maleta, el vuelo sale esta noche. Tus abuelos no esperan.

Claro que tengo idea de cuánto dura un vuelo de Seúl a New York, y por supuesto debo tener paciencia, pero si se trata de un caso como este, no puedo tenerla, claro que no. Apenas puedo dormir. Siempre soy de mantenerme relajada, pero ahora no puedo, y no es como si quisiera. A pesar de ello, me muestro tranquila delante de mis padres en el avión y en el auto camino a la casa de mis abuelos. Aún no comprendo por qué precisamente tenemos que ir a la casa de ellos, pero tampoco me importa, no quiero hacer preguntas, sólo quiero ver hechos.

Los abuelos y la tía Charlie nos reciben. Papá y mamá están muy tranquilos, no los entiendo. Yo no puedo estarlo.

—¿Dónde está? —demando en medio del ritual de saludo. Quizá no esté siendo considerada con mis abuela teniendo en cuenta de que no los veo en mucho tiempo, pero estoy desesperada.

Todos se miran entre ellos y se sonríen, el mismo gesto cae en mí. Tengo ganas de echarme a gritar, sin embargo, con eso llegaría a ponerme a nerviosa, así que decido averiguarlo por mí misma.

Echo a correr escaleras arriba. Conozco todas las habitaciones, por lo tanto me voy por la más probable. Entonces lo veo, ahí sentado en la cama, estoy segura que esperando a que yo entrara por esa puerta. Se ve radiante, intacto, más que sonriente y listo para enfrentarse a un mundo nuevo. Está sano. Seungho está de regreso.

***

Seguro no entienden un carajo, pero sus dudas se irán resolviendo poco a poco, así que sigan leyendo 🤘🏻🤭

AHHH YA QUERÍA HACER ESTE CAPÍTULO JEJEJ Creo que es el capítulo más corto que he hecho de esta historia, pero es necesario dejarlo hasta aquí... Chaito~~

Okumaya devam et

Bunları da Beğeneceksin

104K 4.9K 26
Jisoo es una chica que sufre de ansiedad, un día su hermana Jiyeon decide llevarla a su trabajo en un hospital con la finalidad de que pueda distraer...
787K 94K 118
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...
207K 32.3K 40
Liane, una chica de 24 años que decide mudarse a Corea del sur gracias a su terrible obsesión por el K-pop y los Dramas Coreanos, es embarcada en...
70.9K 5.8K 43
Dos amigos que ya no se hablan. Un viaje de acampada que sale mal. Una tormenta. Un regreso peligroso. Sentimientos ocultos que salen a la luz. Dolo...