Los profesores se han empeñado en asignar mucha tarea y siento que el tiempo no me rinde. Por más que me organizo y comienzo a hacerlas desde que llego, se me hace tarde en la noche y todavía estoy en ello.
Hay dos prácticas de Laboratorio Biológico por hacer en casa y entregar hecha. A pesar de que le he vuelto a hablar a Stephanie como si nada, pienso mantenerla castigada este corte para que se involucre más en las tareas.
—Bueno, jóvenes. He visto unas prácticas que han sido una basura; también he visto trabajos de buena calidad. Ninguno sin llegar a la excelencia. Procedo a leer las notas.
—Profesor, ¿no puede entregar los informes únicamente?
—No, señorita Marroquín. No puedo.
Así será la práctica de mi amiga que no quiere la digan en voz alta.
Comienza a dar las notas por orden de lista y sí, hay muchos con una nota pésima.
—Marroquín, 08 —ella se levanta y él extiende la hoja—. Mejore sus notas, señorita Marroquín. Nota menor a 15 para la próxima práctica, y quedará aplazada en este corte.
Mi amiga le sonríe falsamente y se da media vuelta, coincidiendo con mi mirada. Me mira por unos pocos segundos y luego rueda los ojos en modo de molestia.
—Boat, 18.7 —dice mi nota y paso a recoger el informe—. Muy buen trabajo, Boat. El 20 para cuando mejores tu comportamiento.
¡Dios! Quiero matar a este profesor. Sin embargo, si le respondo de mala manera, para la próxima me baja más.
—Rivero, 19. El 20 cuando coloque los acentos en su ortografía. Un error de gramática y le cambia la fórmula o procedimiento.
—Entiendo. Grácias.
No sabía que Kelvin fuese tan buen estudiante. Por lo menos en esta lo es.
El profesor termina de pasar las notas y solo aprobamos 3, del cual el tercero fue un 11.
—La próxima práctica será en pareja según el plan de evaluación. El señor Rivero y el señor Boat trabajarán juntos para evitar los compañeros aprovechados del trabajo del otro.
No sé porque siento un frío al escuchar las palabras del profesor. Volteo a verlo y él está viéndome fijamente, sin ninguna expresión, como si estuviese muerto.
¿Estará planeando mi muerte en su mente?
El profesor se levanta y se retira del salón. Kelvin viene en mi dirección, cuando Stephanie se me para en frente con los brazos cruzados. En su cara se ve una notable molestia y yo mantengo cara de poker por no saber a qué se debe.
—Tenemos que ensayar antes de que Kelvin vaya a tu casa o tu a la suya—me dice, fingiendo hablar en secreto.
—¿Ensayar qué? —le pregunta el chico en cuestión.
—¡Oh, Kelvin! Un gusto en verte —le responde.
Ella coloca sus manos en los hombros de él y lo hala para que llegue a su nivel y así darle un beso en la mejilla. Ahogo mis ganas de reír al ver el descontento de Kelvin.
—Gracias —responde, secamente.
¡Uh, eso dolió! Gancho a la dignidad.
Amiga, date cuenta.
—¿Podemos hablar de la tarea en el desayuno? —se dirige a mi.
—Me parece bien.
El chico se da media vuelta y ella le sigue con la mirada. Luego voltea con una sonrisa tonta.
—Le da gusto verme.
Pobre criatura.
🎶
Después de lo que parecían clases que nunca iban a terminar, tomo mis cosas para ir al casillero a recoger los otros cuadernos e irme.
Desde mi posición, cercana al casillero, puedo ver a Kelvin luchando con un papel que no quiere quedarse dentro del casillero.
¿Es él quién ha estado dejado papelitos con letras de canciones en mi casillero?,
No puedo creerlo.
Las apariencias engañan o yo tengo la mente llena de estereotipos y prejuicios. Cualquiera que ve a Kelvin, no pensaría que pueda ser gay.
Él mira alrededor del pasillo para asegurarse de algo y, al mirar hacia atrás, me ve parado allí, observándolo. Se endereza y esconde sus manos detrás de él.
Estoy como... congelado en mi lugar. No sé si emocionarme o sentir miedo.
Nadie sabe que me gustan los chicos; no sé si es una clase de apuesta o algo con otros chico. Moriría si me hacen quedar en ridículo delante toda la escuela.
Con mis inseguridades, y todo, pienso que esto último es lo más cercano a la realidad.
—¿Me estabas dejando tu número de teléfono para hacer la práctica? —pegunto casual al acercarme.
—Sí, eso mismo —se aclara la garganta.
—Dámelo, pues —saco mi teléfono—. Si quieres me permites el papel para botarlo.
—No hace falta, yo lo hago. Me puedo ir caminando contigo y así afinamos algunos detalles o te explico cómo llegar a mi casa.
—¿La tuya? ¿Por qué no la mía? —pregunto y comienzo a caminar.
—Como gustes.
—Hablamos todo eso por texto. Te escribo mas tarde —me despido.
—¿Puedo irme contigo?
—Si quieres venir con Stephanie también —sugiero, aunque no creo que me vaya con ella.
—Espero tu mensaje, entonces —se despide y da media vuelta.
Es evidente que a Kelvin no le llama la atención Stephanie.
🎶
Después de darme una ducha, almorzar y hacer las tareas pendientes, me siento a descansar. Enciendo el televisor y busco algo interesante que ver, aunque en la tarde no hay mucho.
Reviso mi teléfono a ver qué hay de interesante, y se me ocurre escribirle a Kelvin.
Jonah: hey, es Jonah. Este es mi número.
Salgo de la aplicación y comienzo a revisar las otras redes sociales, viendo los amoríos de mis compañeros de clases, algunas estupideces que comparten, y otras que sí dan un poco de risa.
Vibra mi teléfono con un mensaje nuevo.
Kelvin: ¡Pensé no escribirías nunca! Ya te guardo.
Jonah: Que drama. De todas maneras, solo escribía para que tuvieras el número. La tarea no toca aún.
Kelvin: Mmmm... O sea, si no es tarea, ¿no te puedo escribir?
Jonah: ¿De qué otra cosa podríamos hablar?
Kelvin: No sé, tu dime.
¿Más o menos? Me salgo de la conversación y continuo viendo la serie en el televisor. A los pocos minutos, mi teléfono vuelve a vibrar. Veo desde la barra de notificaciones que es un mensaje de él preguntando por qué lo dejé en visto, y lo ignoro.
Voy a la cocina en busca de café y unas galletas, al baño mientras se calienta el café y luego regreso a mi asiento. Reviso el teléfono nuevamente y consigo otra notificación con él, pero envió una foto. La curiosidad no la aguanto y abro la conversación.
¿Será una nude del pack?
Ya, Jonah. Deja de pensar en esas cosas.
En la foto, salen dos niños. Lo curioso, es que uno soy yo y es un parque que quedaba dentro del jardín de niños. El otro chico no sé quién es y, obviamente, no recuerdo tal foto.
Jonah: ¿Y esa foto? ¿Qué hago yo ahí? ¿Quién es el otro chico?
Kelvin: Somos tú y yo, en el multiverso.
Jonah: ¿Eso realmente existe?
Kelvin: No, JAJAJAJA. Somos tu y yo en el jardín de niños, cuando vivíamos en Oriente.
Miro al techo tratando de encontrar recuerdos, hasta que doy con el niño que estudiaba conmigo y con el que siempre iba a jugar.
Jonah: ¿Eres Kelvin, mi amigo del jardín de niños? No puede ser, si él se fue del país.
Kelvin: 1Claro que soy yo. Si no, ¿cómo tendría la foto?
Jonah: Cierto. Y, ¿cómo me conseguiste? ¿Por qué me buscaste?
Kelvin: No te busqué ni te conseguí. Solo fue el universo que nos colocó juntos de nuevo por alguna razón.
Jonah: Yo no creo en esas cosas del destino. Pero, ¿para qué nos juntaría?
Kelvin: Porque así debemos estar. Juntos.
Jonah: Entiendo. Bueno, hay amistades que duran años.
Kelvin: No hablo de esa clase de estar juntos, Jonah. Hablo de estar juntos, como novios.
Ok.
Ya va.
No sé si reírme o gritar. El teléfono se desliza por mis manos, cayendo en mis piernas. Casi me ahogo con una galleta que estaba tragando. Puede que él tenga algún tipo de interés en mi, pero va muy rápido. Además de que no estoy seguro de poder corresponder.
Jonah: Bueno, en ese caso, lamento informarte que lo que te puedo ofrecer es una amistad. Estamos pendiente para hacer la tarea.
Kelvin: ¿Es en serio, Jonah? ¿Vas a decir que no sientes ningún tipo de interés por mi?
Jonah: ¿Tú si lo puedes decir?
Kelvin: Siento todo tipo de interés por tí.
Jonah: Yo no siento ningún tipo de interés por tí, Kelvin. No soy gay.
Kelvin: ¿Le vas a negar a un gay lo que eres? Nuestro ojo clínico no falla. Te lo "diagnostiqué" desde la primera vez que te ví.
Jonah: Bueno, Doctor House, lamento informarte que tu ojo clínico tiene Miopía con presbicia y cataratas. Necesitas una operación urgente. Estamos pendiente con el trabajo.
Kelvin: Te haré conocer el amor para que dejes de ser un amargado. De eso me voy a encargar. En cuanto al trabajo, puedes venir cuando quieras. Mi cama está disponible.
Jonah: ¿Tú qué?
Kelvin: Casa*, quise decir. Estos diccionarios son unos traidores.
Jonah: Entonces eres tú el de las notas.
Kelvin: Eso lo supiste hoy cuando me viste luchando con tu casillero. ¿Qué tanto metes allí?
Jonah: Es que tengo una cajita con las demás notas.
Envío el mensaje y me quedo pensando en si estuvo bien que lo dijera. Borro el mensaje y envío uno nuevo.
Jonah: Tengo muchos cuadernos.
Kelvin: ¿Sabes que existe una aplicación para recuperar mensajes eliminados, no? Igual, ya había leído tu mensaje. Ahora que sabes qué soy yo, ¿te molestaría que te siga dejando notas, señor heterosexual?
¿Cómo le digo que no quiero que lo deje de hacer y piense que sí soy gay? Porque en realidad eso es lo que quiero.
Jonah: A su criterio, señor Kelvin. Igual ya usted sabe que no le puedo ofrecer más que una amistad. De todas maneras, su secreto está a salvó conmigo. Te seguiré respetando y tratando como el hombre que eres.
Kelvin: A mí me importa poco lo que piense la gente. Tu me puedes tratar como quieras, eso no cambiará mi interés en ti. En cuanto a tu amistad, gracias, pero no. Vas a ser mi novio antes de que termine el año.