KYA 2 - Deborah Hirt ©

By Deborahhirt

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"Ella no lo entiende, no me quiere escuchar, pero esto no es bueno y va a terminar mal" Max sigue siendo... More

Capítulo 1
Extra. Max
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Extra. Max
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Extra. Max
Capítulo 14
Extra. Max
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Extra. Max
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Extra. Max
Extra. Max
Capítulo 24
Extra. Max
Capítulo 25
Capítulo 26
COMUNICADO

Capítulo 27

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By Deborahhirt

Kya, necesito ver a Kya, necesito oler a Kya, necesito tocar a Kya... tener que estar cerca, siento que me estoy volviendo loco. Mis pensamientos no me dejan en paz, escucho su nombre y veo su cara a cada segundo del día... y en la noche..., en la noche no logro recordar nada, ya estoy muy jodido para eso. Es el único maldito momento en el que ella se esfuma por completo.
Han pasado dos semanas, dos malditas semanas, y francamente creo que fueron miles de años.
-Vamos, Kya... ya es hora -susurro dentro del coche. Miro la hora en la pantalla de mi celular y a los pocos minutos su coche sale del estacionamiento del edifico. Ahí está, se ve concentrada en lo que hace, muy a lo lejos, pero algo es algo... sólo son unos pocos segundos, después desaparece en la siguiente calle, pero es suficiente, por lo menos hasta la tarde, cuando voy a verla en la universidad. No hago nada malo, solo la veo, me aseguro de que llegue bien a su casa o a donde sea que vaya o esté.
-Estás enfermo, amigo -murmura Chad a mi lado.
-Solo la estoy cuidando.
Él suelta un suspiro y me mira a los ojos.
-Ver esa serie te está convirtiendo en un maldito psicopatía, Max.
-Solo la estoy cuidando -vuelvo a decir y elevo aún más el tono de mi voz. ¿Por qué está este idiota aquí? Ah, sí. Porque prometí recogerlo y olvidé por completo este pequeño hábito de las mañanas. Mierda.
-Max, de verdad, amigo... Tienes que olvidarla. Ella está mejor sin ti.
¡No! ¡Ella muere por que estemos juntos de nuevo!
Suelto un suspiro y tomo mi teléfono una vez más.
-No puedo... necesito verla, necesito saber que está aquí. Ella es como una droga, no puedo dejarla, aunque no me quiera cerca.

Chad no dice ni una sola palabra hasta el gimnasio. Yo tomo mi bolso y en lugar de acomodarme en el salón para empezar con mi rutina diaria, me voy a la oficina. Silencio, paz, estar solo. Eso es lo que necesito.
Abro la aplicación y miro su foto de perfil. Ella no me ha bloqueado, ni nada de eso, sigue ahí. Pero yo sí debí hacerlo, no puedo hablarle o enviarle un mensaje. No puedo. No lo acepto, pero tampoco soy idiota, ella dejó las cosas claras y no puedo hacer más. Esto está acabando conmigo.
Vamos, Max...
Tengo ese gran impulso de escribirle un mensaje, de decirle "Hola", de saber que hace, cómo está, si tiene mucho trabajo... tengo la necesidad de saber de ella a cada instante. La extraño, lo admito, pero... ¿Es por la costumbre? ¿O me estoy volviendo completamente loco?
Suelto otro suspiro, paso mis manos por mi cara y trato de no pensar, necesito no pensar en nada.
Tomo mi botella de agua, salgo de la oficina y al bajar las escaleras busco a Chad con la mirada... Ahí está, ocupado con un chico que no podrá hacer más de diez repeticiones. Una completa pérdida de tiempo.
"Llego tarde a mi clase..."
"Las niñas ya están aquí, Max. Déjame ir..."
Suelto una leve sonrisa y me dirijo lentamente hacia la sala de ensayo, enciendo las luces y observo el lugar, el espejo y las barras en la pared...
Es como si ella empezara a bailar para mi, como si fuese una aparición.
Sí, definitivamente estoy completamente loco. Esto no está nada bien.

"Deberíamos irnos... -susurra entre jadeos mientras que la hago mía sobre el enorme espejo, pero no. No voy a dejarla escapar-. Max... de verdad, debemos irnos... -sonrío, lo hago aún más fuerte y beso sus labios. Me gusta verla así. Le encanta, lo disfruta. Ella me enloquece por completo."

-¡Max! -gritan detrás de mí y doy un leve brinco por el susto. Ahora vuelvo a la realidad, ya no tengo ningún recuerdo y no veo a Kya bailando por la sala de ensayo.
-¿Qué mierda quieres, Chad? -murmuro molesto.
-Necesito que me des una mano, Max. Hay bastante gente afuera. Incluyendo a dos viejitas que empiezan hoy...
Pongo los ojos en blanco, suelto un último suspiro y camino hacia él. Necesito distraerme, tengo que sacarla de mi cabeza. Voy a cerrar por completo este maldito lugar.
-Oye... lo siento, solo...
-Olvídalo, Max. Se acabó todo, concéntrate en este lugar, lo necesitamos. Ahora que no hay clases de baile aquí estamos perdiendo dinero.
-Lo sé, meter a Kya aquí fue lo más tonto que pude hacer.
Sí, tengo que olvidarla.

Ya es media noche, la cama se siente tan vacía, miro a mi lado y no hay nada, no hay nadie. Veo algo en la televisión pero no le presto la suficiente atención como para entender que sucede. Lo cierto a que mi cabeza está llena de recuerdos, de frases cortas, de momentos que hasta hace poco no me parecían importantes, pequeñas anécdotas y vivencias que se repiten en mi cabeza una y otra vez. Idioteces que no sabía que habían sido tan especiales como para recordarlas en un momento de mierda como este.
Ella es especial, me hacía sentir bien, diferente, que la vida tenía sentido, que todo podía ser bonito al final del día. Tengo en mi memoria su sonrisa, sus chistes sin sentido, su manera tan diferente, tan enérgica y agotadora.
¿Por qué? Solo necesito saber por qué todo esto sucedió así, por qué sentía que el amor se había acabado, por qué ahora que ya no la tengo me siento tan vacío, que me falta esa cosa especial que me hacía sentir diferente... ¿Por qué creía que sin ella todo estaría mejor? ¿Por qué fui tan cobarde y me encerré en este mundo en donde solo era yo y nadie más que yo?
Yo la amo, sé que la amo, pero... ¿Por qué no puedo demostrárselo como ella se lo merece?
Vamos, Max... ya le hiciste mucho daño, ella jamás volverá. Tu tampoco debes volver.
Merece alguien mejor, tal vez merezca estar sola y limpiar toda mi mierda, sanar, ser ella misma sin nadie más, sin mi. Descubrir que puede y merece ser feliz así.
Yo debería hacer lo mismo, pero es tan difícil sacarla de mi cabeza...

Cinco semanas, solo han pasado cinco semanas y lo único que hago es observar su foto un la aplicación de mensajes. La ha cambiado, noto que está en su oficina, con un traje sexy y rosa pastel, se ve profesional, perfecta, feliz... ella se ve malditamente feliz mientras que yo siento que cada día qué pasa se hace más largo.
Todas las veces que quise mandarle un mensaje lancé el celular a algún lado y conté hasta diez. Se acabó, debo entender que se acabó.
Aunque es difícil, ella vive conmigo todo el tiempo, y ahora estoy seguro que sí, que estoy completamente loco. Siento un vacío, algo en el pecho que me pesa, que molesta y lastima. Y no se quita.
-Sí... rosas blancas -digo una vez al teléfono. ¿Qué mierda estás haciendo, Maxwell?-, el arreglo más grande que pueda hacer... No... no quiero ninguna tarjeta, ni mi nombre, nada. Solo las flores.
Ya no lo soporto. Ella no volverá, pero necesito disculparme.
Le doy los datos de mi tarjeta, le digo la dirección varias veces para asegurarme de que ese arreglo llegue y cuando finalmente estoy arrepentido de lo que hice, noto que es muy tarde.
Kya, le envíe flores a Kya por primera vez en tres malditos años... Y me siento como un imbecil, siento que no va a funcionar, que ella ya ni siquiera debe recordar que existo.
Todos tenían razón, está mejor sin mi, sin toda esta mierda. ¿Por qué siento la necesidad de verla justo ahora?

Espero paciente un par de horas, tengo que calmarme un poco. Es muy tarde, más de las once y ni siquiera me he dado un baño. Decidí que no iré al gimnasio esta vez. Quiero estar en casa, pensar, organizar un poco mis pensamientos. Esto tiene que acabar pronto.
Me duele la cabeza y tengo náuseas. Creo que me excedí bastante anoche, pero cada vez es más fácil olvidarla.
-Cada vez es más fácil olvidarte, Kya -susurro mientras que arrojo a la basura otra botella vacía de Ron.
Aún no hay respuesta sobre mis flores y admito que veo mi celular todo tiempo, sé que le gusta, le robaré una sonrisa y ella las olerá por horas. Le encantan las flores, las rosas blancas como a su madre.

Durante el resto del día trato de no vomitar y permanezco en la cama la mayoría del tiempo. Me siento fatal.
Kya aún no ha dado ninguna señal y empiezo a creer que mi plan ha fallado.
Llamo a la florería una y otra vez y cuando por fin me responden, exijo una explicación.
La chica me da un breve discurso sobre un posible reembolso pero no le presto atención hasta que logro comprender a que viene todo esto.
-Las flores regresaron a la tienda, señor -dice dulcemente al otro lado.
-¿Qué? -pregunto sin poder creerlo. De acuerdo, esto no me lo esperaba.
-Así es, ella no quiso recibir las flores, cuando esto sucede regresan a la tienda.
-Mierda, Kya...

Siete semanas, siete semanas sin Kya. Mi apartamento es un completo desastre, no recuerdo cuando fue la última vez que cené alguna cosa. Lo único que tengo por todos lados son botellas de diferentes bebidas alcohólicas, todas completamente vacías. Me estoy acostumbrando a ese picor en mi garganta, a ese sabor amargo y a ese mal estar por las mañanas. Las botellas son mi compañía, me ayudan a olvidar, a olvidarla, puedo dormir por horas sin verla en mis sueños, sin tratar de encontrar su perfume en las sábanas, sábanas que no quiero cambiar, que no voy a lavar, me recuerdan a ella, a esa última vez que apenas está en mi cabeza.
Mierda, me siento un parasito.
Tomo mi celular y miro la pantalla para ver si ella me envió algún mensaje, alguna llamada, alguna reacción a alguna fotografía, algo... pero no, no hay absolutamente nada en ningún maldito lado. Desapareció por completo.
-¡Vamos, Kya! ¡Acabemos con esto! -grito con desesperación. ¿Ya se olvidó de todo? Jamás pensé que me haría algo así. Estábamos bien, todo funcionaba bien... ¿qué demonios sucede?
Busco su nombre y la llamo. No puedo tenerla bloqueada, es una pérdida de tiempo, me gusta ver su fotografía y los estados sobre su día, aunque me muerdo las manos para no escribirle. No lo soporto más
Su celular suena y suena varias veces, pero no hay nada, ella no responde. Suelto otro suspiro y vuelvo a marcar, pero a los pocos segundos la llamada se corta y noto como su foto ya no me aparece ahí...
-No... no... -digo con desesperación-. ¡Maldición!
Golpeo la mesada de la cocina con mi puño y dejo caer el celular con fuerza. Ahora sí estoy jodido, ahora sí siento que se acabó. Y empiezo a creer que de verdad no voy a poder vivir sin ella...

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