Sin City

By AceiteyAgua

17.8K 2.8K 2K

-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco no... More

Untitled Part 1
Untitled Part 2
Untitled Part 3
Untitled Part 4
Untitled Part 5
Untitled Part 6
Untitled Part 7
Untitled Part 8
Untitled Part 9
Untitled Part 10
Untitled Part 11
Untitled Part 12
Untitled Part 13
Untitled Part 14
Untitled Part 15
Untitled Part 16
Untitled Part 17
Untitled Part 18
Untitled Part 19
Untitled Part 20
Untitled Part 21
Untitled Part 22
Untitled Part 23
Untitled Part 24
Untitled Part 25
Untitled Part 26
Untitled Part 27
Untitled Part 28
Untitled Part 29
Untitled Part 30
Untitled Part 31
Untitled Part 32
Untitled Part 33
Untitled Part 34
Untitled Part 35
Untitled Part 36
Untitled Part 37
Untitled Part 38
Untitled Part 39
Untitled Part 40
Untitled Part 41
Untitled Part 42
Untitled Part 43
Untitled Part 44
Untitled Part 45
Untitled Part 46
Untitled Part 47
Untitled Part 48
Untitled Part 49
Untitled Part 50
Untitled Part 51
Untitled Part 52
Untitled Part 53
Untitled Part 55
Untitled Part 56
Untitled Part 57
Untitled Part 58
Untitled Part 59
Untitled Part 60
Untitled Part 61
Untitled Part 62
Untitled Part 63
Untitled Part 64
Untitled Part 65
Untitled Part 66
Untitled Part 67
Untitled Part 68
Untitled Part 69
Untitled Part 70
Untitled Part 71
Untitled Part 72
Untitled Part 73
Untitled Part 74
Untitled Part 75
Untitled Part 76
Untitled Part 77
Untitled Part 78
Untitled Part 79
Untitled Part 80
Untitled Part 81
Untitled Part 82
Untitled Part 83
Untitled Part 84
Untitled Part 85
Untitled Part 86
Untitled Part 87
Untitled Part 88
Untitled Part 89
Untitled Part 90
Untitled Part 91
Untitled Part 92
Untitled Part 93
Untitled Part 94
Untitled Part 95
Untitled Part 96
Untitled Part 97
Untitled Part 98
Untitled Part 99
Untitled Part 100
Untitled Part 101
Untitled Part 102
Untitled Part 103
Untitled Part 104
Untitled Part 105
Untitled Part 106
Untitled Part 107
Untitled Part 108
Untitled Part 109
Untitled Part 110
Untitled Part 111
Untitled Part 112
Untitled Part 113
Untitled Part 114
Untitled Part 115
Untitled Part 116
Untitled Part 117
Untitled Part 118
Untitled Part 119
Untitled Part 120
Untitled Part 121
Untitled Part 122
Untitled Part 123
Untitled Part 124
Untitled Part 125
Untitled Part 126
Untitled Part 127
Untitled Part 128
Untitled Part 129
Untitled Part 130
Untitled Part 131
Untitled Part 132
Untitled Part 133
Untitled Part 134
Untitled Part 135
Untitled Part 136
Untitled Part 137
Untitled Part 138
Untitled Part 139
Untitled Part 140
Untitled Part 141
Untitled Part 142
Untitled Part 143
Untitled Part 144
Untitled Part 145
Untitled Part 146
Untitled Part 147
Untitled Part 148
Untitled Part 149
Untitled Part 150
Untitled Part 151
Untitled Part 152
Untitled Part 153
Untitled Part 154
Untitled Part 155
Untitled Part 156
Untitled Part 157
Untitled Part 158
Untitled Part 159
Untitled Part 160
Untitled Part 161
Untitled Part 162
Untitled Part 163
Untitled Part 164
Untitled Part 165
Untitled Part 166
Untitled Part 167
Untitled Part 168
Untitled Part 169
Untitled Part 170
Untitled Part 171
Untitled Part 172
Untitled Part 173
Untitled Part 174
Untitled Part 175
Untitled Part 176
Untitled Part 177
Untitled Part 178
Untitled Part 179
Untitled Part 180
Untitled Part 181
Untitled Part 182
Untitled Part 183
Untitled Part 184
Untitled Part 185
Untitled Part 186
Untitled Part 187
Untitled Part 188
Untitled Part 189
Untitled Part 190
Untitled Part 191
Untitled Part 192
Untitled Part 193
Untitled Part 194
Untitled Part 195
Untitled Part 196
Untitled Part 197
Untitled Part 198
Untitled Part 199
Untitled Part 200

Untitled Part 54

135 15 18
By AceiteyAgua

Aziraphale mientras tanto mira a Crowley porque porqueeeee.

—Eso que has dicho...

—O-Olvídalo —la demonio gira la cara, sonrojándose.

—Ni en un millón de años.

W-What?

—Evidentemente no voy a olvidarlo —se le acerca y ella aprieta los ojos mientras la abraza del cuello.

—No es... nada importante y...

Please... stop talking.

Se calla y él le sonríe.

You are the most extraordinary living thing... —le susurra acercándose a darle un beso. Crowley se sonroja con eso—. Y no cambiaría una sola cosa de ti.

—Ugh, eres tan ridículo.

—Ni una —otro besito, ignorando esa declaración, ella decide centrarse mejor en los besos—. Thank you... —susurra dándole otro beso.

—Yo cambiaria un millón de cosas de ti y ni creas que eres tan genial.

—No, eres mucho más genial tú —asegura, besándole otra vez, sonriendo.

—Ugh, así no se puede discutir contigo...

—Aunque yo soy más listo.

—No lo eres.

—Es verdad... no lo soy —otro besito.

Bloody hell

—Soy más... insoportable —se ríe.

—¡Sí!

—¡No! ¡No lo soy! —se ríe un poco.

—Sí que lo eres, no sirve de nada que ahora me discutas así porque sí.

—Ah ¿no? Pensé que eso te gustaba —sonríe igual.

—No, porque lo haces solo porque... Ugh, eres insufrible.

—¡Insufrible! ¡No puedo ser insufrible! —suelta de forma súper exagerada como cuando hace de mago. Ojos en blanco de ella—. ¡Es horrible!

Crowley le da la espalda.

—¿Vas a huir otra vez? —le pone las manos en la cintura y se pone de puntas porque con los tacones... de por si es alta... le mira a través del espejo—. Oh.

—No es huir —le mira también, cruzándose de brazos.

—¿Es mirar a otro lado porque odias cuando sobreactuo y quieres ahorcarme? —sonríe un poquito al espejo.

—Es ignorarte porque solo intentas molestarme y no vas a conseguirlo —se gira otra vez hacia él.

—¿Ni un poquito?

—¡No!

—¿Estás bien? —Le pone las manos sobre los brazos y ella le sonríe porque solo juega—. No quiero que no lo estés —sonríe un poco también.

—Es solo... ¿y tú?

—Tienes la peculiar habilidad de hacerme pensar en las cosas que me dan miedo. Y luego abrirme los ojos a la luz de la razón —se sonroja un poco—. No que tengas la razón siempre.

—La mayoría de veces...

Aziraphale se humedece los labios y ella deja de sonreír un poco porque eso también lo había dicho para molestarle.

—Una... pequeña proporción de las veces —le mira... y traga saliva.

—Ugh... como si no tuviéramos ya suficiente cosas por las que discutir —responde poniendo los ojos en blanco y él sonríe de lado con eso.

—Has dicho que "es solo..." —le mira —. Quiero saber sólo qué.

Crowley se encoge de hombros porque no es nada, solo que le da vergüenza haber dicho todo eso estando ahí Anathema además.

—Vengaaaaa... dime —le toma de las manos.

—No, no... Déjalo.

—Es Anathema, ¿verdad? —le mira a los ojos, porque bien que le conoce y ella aprieta los ojos porque sí, en gran proporción sí.

Se le acerca y le da un besito rápido en los labios así que la demonio deja de apretarlos de golpe

—Igualmente, pese a Anathema... NECESITABA oír eso —le asegura muy en serio, con los labios casi sobre los suyos.

—No... no es para tanto —gira la cara un poquito sim poder evitarlo.

—Igualmente... si me quieres estrellar otra vez contra la pared no voy a quejarme —Le besa la mejilla y ella le mira de reojo haciéndole sonrojarse un poco y se muerde el labio—. Te ves súper sexy cuando lo haces

—Vaya con la mosquita muerta—se burla un poco.

—¿Tú crees que no me gusto en el convento o en el cine? —aprieta los ojos—. No te das cuenta de lo que consigues, Crowley.

Se humedece los labios porque le ha dicho a Asmodeo que pasaba de comprarse un látigo y quizás se ha equivocado.

Nah, no es para látigo. Pero... cuando te enfadas...

Lo que pasa es que cuesta que le enfades.

—Haces esa cara de... voy a estrangularte que... —se muerde el labio, culpablemente. Vamos, porque no creas que no se siente culpable de que le tientes.

—¿Qué...? —sonrisita.

—Q-Que... Ehm... B-Bueno... N-Nada angelical —gira la cara. Le abraza ahora ella sonriendo y él aprieta los ojos.

—Ugh... no tienes idea de lo que me tientas, Crowley.

Ella le empuja un poco contra la pared otra vez, para nada agresiva, Aziraphale le mira de reojo y es que ni siquiera tienes que ser agresiva. Ya se le acelera el corazón.

H-Heavens...

Sonríe más y le acaricia un poco la cara

—E-Esto qué haces... E-Es pecado.

—No, pecado es lo que tú haces. Yo hago mi trabajo —susurra, el ángel le mira de reojo.

—Esto no es trabajo para ti... digas lo que digas.

—Claro que sí, Lord Belcebú me lo ha encomendado.

—No lo haces por trabajo... El que sea trabajo es una placentera y hermosa coincidencia —insiste mirándole los labios porque lo que quiere es un beso, un buen beso contra la pared.

—Matices... —sonríe más sin ninguna prisa.

—¡No son matices! —protesta bastante vehementemente y ella se ríe—. ¿¡De que te ríes, idiota?! —chillonea un poco histérico.

—De tus protestas.

—¡Son fundadas!

Se ríe más porque mira como sigue protestando

—¡E igual no haces lo que debes! —sigue y sigue.

—Es bastante divertido que estés impaciente.

—¡No lo es! —es que le pones HIS TE RI CO.

—Para mí sí —sonríe de lado.

Le abraza de la cintura y le atrae hacia él. El ángel impaciente es el ángel IMPACIENTE y demandante.

Vale, vale. Ahora sí que le besa.

Es que no tarda NADA en hacer un sonido gutural de absoluta excitación apretándole contra sí.

Le aprieta contra sí, le gira un poco y... le hace echar atrás la espalda sin poder creer que aún no le hubiera dado un beso tipo Hollywood hasta ahora.

Aziraphale se echa atrás, no sin abrazarle del cuello porque los besos tipo Hollywood requieren que le cargues del todo. Debería ser al revés, ¡si tú eres la chica!

Bueno, eso es circunstancial.

Es que las MARIPOSAS en el estómago de Aziraphale cuando le besa así. Hasta levanta una pierna y ella mueve la mano para sujetar la pierna porque si no se desbalancean.

Es que este otro más gay no puede ser. Se ríe un poco en el beso y tras un poco, ella se separa suavemente, sonriendo.

I love you —asegura el ángel.

I... love you too, idiot.

Echa la cabeza atrás, muerto de risa y Crowley hace un poco de gesto como si fuera a dejarle caer, pero le incorpora.

—AAAAH!

Crowley le abraza y se ríe. Aziraphale le abraza también un poco histérico con la sensación de caerse.

—¿Aun prefieres la pared?

—Te prefiero a ti.

Se sonroja sin esperarse esa.

—Sobre TODAS las cosas —añade el ángel.

—¡Eres tan ridículo! —se tapa la cara con las manos—. Y cursi... —añade

—¡No lo soy! Deberías sentirte...

—Sí que lo eres.

—Te quiero más que a las crepes.

—¡Ala! ¡Lo que ha dicho! A saber qué cosa horrible vas a querer que haga ahora para ir diciéndome esas cosas.

What?!

La demonio se ríe.

—¡Quiero más a las crepes! —suelta ahora un poco avergonzado.

—¡Ja! Pillado.

Shut up!

Ella vueeeelve a abrazarle riéndose y él se esconde en su cuello

—Anda, vamos a ver si tenemos un racimo de uvas.

—Lo que creo es que si aún no tenemos... Podríamos... intentar tenerlo.

Crowley le mira, un poco desconsolada.

—¡Fuiste muy elocuente! ¡Solo creo que quizás no sería tan malo! No me mires así, ¿crees que sería horrible?

—Lo que es horrible es la situación en la que estamos.

—Dios no permitirá que nada malo nos pase —le mira a los ojos.

—No, claro, porque un demonio intentando cortarte las alas veinte veces secuestrado en el infierno es la perfecta actividad familiar de domingo por la tarde.

—Es mucho peor eso que un demonio amándome.

—Y aun así, parece que conciliamos mejor la idea de que pase lo primero que lo segundo.

—Ugh. Sí, pero...

—No me vengas con que Dios... nada. Lo único bueno es que no te ha hecho caer.

—Eso es lo bastante bueno...

LA mirada. Aziraphale aprieta los ojos.

—Pues eso —abre la puerta.

—No, no... no. Espera —le detiene él y ella le mira, con lo que él le mira también, con cara de circunstancias.

—¿Qué pasa?

—Vamos a estar bien

Ella asiente ý él le sonríe.

—Claro que sí, aun eres el favorito.

—Ugh, ese asunto...

Se ríe.

—Como ella te escuche...

—Me dará la razón.

—O nos demostrará como es que no y solo ni se había dado cuenta de las cosas que hago —niega con la cabeza.

—Eres el ángel más dulce del cielo, si no eres tú su favorito, va a tener que darme unas cuantas explicaciones más aún. ¿Crees que me presente al que lo sea?

—No creo ser el ángel más dulce de ningún lado...

—Bueno, de todos modos no se te da muy bien elegir cosas en las que tener fe.

—Ahora tengo fe en... nosotros. Así que no me digas eso que me preocupo —se humedece los labios, ella se sonroja un poco y él se sonroja un poco también.

—Aun me sorprende como quizás unos besos y tal vez sexo suave en mi casa en los años setenta era ir muy rápido y ahora quieres tener un bloody hijo.

—¡Ugh! ¡Ahora DEFINITIVAMENTE vamos muy rápido!

—Tú eres el que lo ha dicho.

—¡Tenía miedo!

—Vale, vale...

—¿Sexo... suave? —pregunta curioso igualmente, humedeciéndose los labios.

Crowley se sonroja y decide salir del baño para no responder eso, porque obviamente uno esperaría que hubiera sido sexo salvaje y que hubieran acabado los dos en... bueno, un poco la orgía de placer carnal que le describía a Sandalphon el otro día si hubiera tenido que imaginarse como iba a ser eso, pero si lo imaginaba un poco más racionalmente... CLARO que no hubiera sido así.

Aziraphale se sonroja un poquito pensando en ello y termina por concluir que... de haber sabido entonces lo hermosos que eran los besos con Crowley su fuerza de voluntad hubiera sido menos fuerte, que era JUSTO el peligro y lo sabía. Bastaba con ceder un poquito y...

¿Y qué? No había pasado nada. Todo había salido bien, había sido dulce, suave, cercano y amoroso. No había sido solo sexo ni por un segundo.

Aún se le aceleraba el corazón sólo de pensarlo y además sabía que no había sido así solo para él. Crowley había sido suave, amoroso y cercano. Y le había llenado del amor más puro...

Otra vez, de lo que decimos y la idea que emanamos a lo que realmente sucede...

El ángel va detrás de ella y ahí salen los dos yendo hacia la sala. Aziraphale acomodándose la pajarita.

Anathema está colocando cuarzos y consultando el libro.

Ehm... hello

—Ah... ¿Ya estáis?

—¿Has encontrado algo que pueda ayudarnos?

—Hay... algunos rituales que si no os importa probar...

—Dios mío, rituales paganos...

—A mí me parece bien —suelta Crowley solo por eso.

—Claro... —murmura Aziraphale.

—Bien, entonces... necesito que te tumbes en el centro del círculo —le indica y ahí va ella.

Aziraphale la mira hacer con un poco de cara de desaprobación, yendo a sentarse al sillón.

Anathema mira a Newt de reojo, quien le sonríe un poco y la verdad, como antes no estaban muy seguros de cómo funciona esto decide que...

—No es estrictamente necesario, pero esto funciona mejor si estáis los dos en el círculo... ehm... desnudos.

Newt levanta las cejas sin decir nada pero es que Aziraphale casi se cae del sillón.

Crowley levanta las cejas a medio sentarse en el suelo y la mira.

—¿¡Q-Que los... qué!? —pregunta Aziraphale

—O-O sea... puedo hacerlo si estáis vestidos —Anathema se sonroja un poco—. Pero... los... cuarzos y... la energía... la ropa la... distorsiona un poco.

Aziraphale mira a Crowley y luego a Anathema. Y luego a Crowley, la demonio mira al ángel también.

—P-Pero y-yo ¿¡p-por qué?!

—Es... tiene que ser los dos por... la... ehm... conexión.

Crowley piensa que... Asmodeo quería ver cómo iba esto con público y se lo va a perder por tonto. Aziraphale mira a Crowley otra vez con cara de... tú decides.

Crowley chasquea los dedos y deja a Aziraphale solo en pajarita.

Halaaaa...

No está desnudo.

¡Lo está!

No, le ha dejado la pajarita.

Ni siquiera se entera de la pajarita.

—C-Crowley! —protesta un poquito, sonrojándose desde luego. Ella empieza a quitarse la ropa al modo normal mientras Aziraphale piensa que ¡a él nunca le dan ese lujo!

No se mueve del sillón, pero no se viste otra vez, mirándola atentamente. iMaldita serpiente!

Ella le mira sonriendo de ladito. Hace un gesto con un dedo para que se acerque.

¿Ven? ¡Tentadora!

Newt no puede creer que realmente vayan a... hacer esto. Aquí. O sea desnudarse.

Si tienes suerte solo será eso.

—E-Esto es un poco incómodo —anuncia Aziraphale, levantándose.

Anathema piensa que no tiene una relación tan cercana con ellos para ver esto.

¡Pues claro que no!

¡Ha sido culpa de Newt!

Whaaat?!

¡Él quería saber... cosas!

Igualmente Aziraphale se acerca a Crowley muy digno, con una mano tomándose de la otra e incidentalmente cubriendo esa zona un poco

Incidentalmente, claro.

Sí. ¡Y Newt quería saberlas en teoría! ¡No verlas!

Pero no quería preguntar.

—Bien... ya estoy aquí —casi ni la mira, sonrojadito. Crowley se vuelve a Anathema.

—¿Y ahora?

Aziraphale levanta un poco la nariz, con cara de "estoy haciendo la fila del supermercado y no desnudo a la mitad de la sala."

—Ehm... —ella vacila—. Tumbaos... así con la cabeza en los pies del otro, como en un Ying yang.

—¿Esto de verdad va a decirnos si ella está encinta?

—Ya te he dicho que era más fácil ir al médico.

—Déjala hacer, ¡no seas escéptico!

Mira el piso sucio y vale, vale, se sienta

Sucio...

¡Pues es el suelo!

Y ahora resulta que no barren lo bastante.

¡Acaban de entrar ahí con los pies sucios! Bueno es igual, se sienta en el suelo de todos modos y Newt mira a Anathema, un poco azorado.

Ella les corrige un poco la postura y toma su péndulo.

Se están tocando, los costados ya que están cara arriba. Aziraphale otra vez con las manos ahí, casualmente.

Casualidades...

Newt mira a Crowley de arriba a abajo notando que... se verdad parece una mujer completa.

Crowley tiene las manos detrás de la cabeza. ES una mujer completa.

Pues... es que la última vez parecía un hombre.

Lo era. Pero ahora no la dejan.

Pues Newt está muy... sorprendido con este asunto. No es por nada.

Aziraphale no quita el brazo, de hecho presiona sin notarlo un poquito más contra el muslo de Crowley. Ella tiene los pies cruzados y los ojos cerrados.

—¿Que hay que hacer ahora? —pregunta Aziraphale bastante ansioso porque Crowley está muy cerca y no tiene tanto control de todo esto como quisiera.

—Shhhh —pide Anathema.

Aprieta los ojos y... los labios. Crowley baja una mano y se la pone a él en el muslo.

Aziraphale pega un saltito, sin esperarlo, la demonio se lo acaricia un poco y el piensa que no le acaricia nuuuunca el muslo hasta que está desnudo a media sala. ¡Maldita sea! Le pone la piel de gallina desde luego per

ro aguanta. Aguanta estoicamente.

Y es Newt el que se revuelve un poco al ver la mano en la pierna

Crowley no para y Anathema levanta una ceja mientras sigue dando vueltas y recitando.

Aziraphale vacila un poco antes de mover una de sus manos y ponerla sobre la de Crowley. Ella se la toma porque de hecho eso es lo que estaba buscando.

Le saca una sonrisita a Aziraphale, la verdad y los cuarzos empiezan a brillar todos.

—Whoa! —suelta Newt.

—Shhh —riñe Anathema.

Aziraphale levanta la cabeza un poquito y Newt se tapa la boca con la mano

—Sorry!

Crowley mueve la mano de Aziraphale sobre su vientre. Aziraphale mueve la cabeza un poco para mirarla a ella de reojo y sonríe.

—¿Sentís... algo? —pregunta Anathema.

Love —es la respuesta inmediata de Aziraphale.

—Me refiero... dentro de ella.

—N-No sé.

—No —responde Crowley llanamente.

—¿Eso qué quiere decir? —pregunta Aziraphale levantando un poco más la cabeza—. ¿Debería sentir algo? ¿Es un no... Más definitivo?

—Pues... deberíais sentir algo. Un... no sé exactamente qué.

—¿Y no sientes nada? —Aziraphale mueve la otra mano a su abdomen, descubriéndose.

—Es que... no lo sé, o sea, quizás sí, yo qué sé —Crowley aprieta los ojos.

—Nunca vamos a saber esto hasta que pongas el huevo.

—¿Pues es que acaso tú sientes algo, listo?

—No, no... ¡Eh! —le acaricia un poco el abdomen, mirándole—. No he dicho que seas tonta por no sentir, es que...

—Pues es que tú tampoco sientes.

—Pues no, no siento. Quizás no sentimos nada porque no lo estás

—Pero los cuarzos se iluminaron —suelta Newt inocentemente.

—Eso era por el conjuro... podemos probar otras cosas —propone Anathema.

—Sí, sí... probemos. ¿Quieres, my dear? —pregunta Aziraphale a Crowley aún con las manos muy encima de ella y muy poco encima suyo para desagrado de Newt que al menos se entera con mucha claridad que a) Crowley es realmente pelirrojo natural y b) Aziraphale es rubio natural.

—¿No eran ritos paganos y todo eso?

—Ugh! ¡Siempre tienes que hacer eso!

—¡Tú eres el que no para de quejarse!

—¡No me quejo!

—¡Te estoy oyendo!

—¡Me quejo de que te quejes de que me queje de algo que es lógico que me queje!

—¡Es que te estás quejando de todo absolutamente! No hay una sola cosa que te parezca bien o por la que no vayas a protestar, da igual lo que sea.

El ángel cierra la boca un poco regañado.

—Da igual si tiene sentido o no o te están atacando o si solo es algo que dices por no quedarte callado.

—Pero si dije que sí quería probar otra cosa —susurra.

—Todo está mal, todo es una mierda. Pues yo también estoy hasta los cojones —chasquea los dedos y no solo se viste, si no que vuelve a ser un hombre.

Aziraphale le mira, desconsolado, porque... ni todo estaba mal ni todo le parecía una mierda. Y el que sea otra vez un chico le parece que pone completamente punto final a este asunto en todos los aspectos. Crowley se levanta, dejándole ahí.

—Gracias por tu esfuerzo, Anastasia.

—Anathema —corrige ella y él le echa una MIRADA. Aziraphale le mira hacer, aún sentado en el piso, desnudo y sin saber qué hacer.

—E-Espera, Crowley... —le pide torpemente, levantándose.

Le mira ferozmente a él también haciendo que trague saliva y de un paso atrás, con el corazón muy acelerado.

I am sorry...

Fuck you —se da la vuelta otra vez hacia la salida, el ángel se va tras él.

—¡Tú también te estabas quejando! —protesta frustrado y el demonio le FULMINA—. Ya está igual... ya te has hecho hombre, ya... está todo decidido.

—Pues ya lo estaba igual, ¿qué lloriqueas ahora? Si además te has salido con la tuya.

—¿Con qué mía me he salido?

Pone los ojos en blanco entrando al coche.

—Crowley, ¿con qué mía me he salido? —pregunta chasqueando los dedos al fin para vestirse.

—Pues no hay mierdas. No te sentirás celoso, ni iremos muy rápido, ni habrá rituales paganos, ni vas a caer. Te llevo a tu estúpida librería como siempre y te quedas ahí leyendo como otros viven, no sea que a ti te pase algo. Lo más mínimo, fuera de tu estúpido plan.

—L-Lo estoy intentando, Crowley. De verdad —traga saliva nervioso.

What the fuck estás intentando?

—Todo. Junto y a la vez. Estamos juntos y... estábamos dentro intentando averiguar esto y... el cielo y... ¡por favor no te enfades!

Crowley suelta un SUSPIRO y no responde nada, conduciendo en silencio. Aziraphale suspira también y recarga la cabeza en la ventanilla.

—Ya sé que... te desquicio a veces.

No responde y Aziraphale le mira de reojo y decide que quizás lo mejor es esperar un poco a que se le baje el enfado antes de seguir hablando más y complicándolo todo.

Al cabo de un ratito, Freddy Mercury empieza a cantar Save me y tiene que hacer un movimiento para limpiarse los ojos de nuevo sin poder evitarlo.

El ángel lo nota, moviéndose y sacando su pañuelo y acercándose a él; abrazándole.

Crowley se tensa cuando hace eso, mirándole de reojo y moviéndose un poco reticente pero le abraza igual, de la cintura, poniendo el pañuelo en las piernas.

El demonio apaga la música porque no está ayudando, intentando ignorar a Aziraphale que le aprieta un poco contra sí sin decir nada, pero es que debe sentir como se le mueve el pecho en el sollozo que intenta tragarse.

Le aprieta más contra sí y le hunde la nariz en el pecho pensando que quizás para Crowley estar con él está siendo peor que no estarlo.

No estáis entendiendo.

No. En lo absoluto.

—Por favor no te... no te rindas conmigo —susurra.

Crowley parpadea con eso y le mira de reojo porque tal vez está siendo un poco duro con Aziraphale. En realidad no tiene la culpa de que no... No nada. No existiera realmente del huevo. Y mucho menos de que él se hubiera idiotamente hecho ilusiones de su existencia a pesar de repetir una y mil veces, más para sí mismo que para nadie como era evidente, que tan mala idea era que realmente existiera.

Y aun así, aunque había intentado evitar pensar en ello todo lo posible, no había soportado no ser capaz de sentir nada, ni había querido quedarse ahí a probar una y otra vez un millón de test a oír un millón de respuestas negativas una y otra y otra vez.

Y la víctima estaba siendo Aziraphale solo porque... no había nadie más. Nadie a quien echarle las culpas, nadie contra quien desahogarse, a pesar de que también debía haber sido un golpe para él.

No, no está entendiendo, ni siquiera ha podido pensar en ello aún.

Crowley va más rápido.

Siempre. Aziraphale le aprieta contra si un poco más y trata de no llorar porque Crowley va a sentir eso como un chantaje, una manipulación a su favor...

Él intenta tomar aire y calmarse, pero aún le tiembla la respiración.

La verdad no es que no es que no supiera que era capaz de lastimar a Crowley... pero hoy lo había visto de cerca, eso que Crowley solía ocultarle tan bien... podía ver lo muy capaz que era de lastimarle, lo frágil que era todo y lo fácil que podía hacerlo mal.

Y no podía, NO PODÍA con la idea de hacerle llorar. Que era justo lo que estaba ocurriendo. Ni siquiera entendía como habían llegado hasta este punto.

¡No está llorando!

Pero quizás... tras probarlo todo unos días, Crowley decidía que era mejor, en efecto, llevarle a la librería y volver a la vida individual como era antes. Tampoco podía con esa idea.

Está llorando y es por algo que ha hecho él y ni siquiera sabe cómo arreglarlo. Levanta la mano... y se la pone en el corazón... y va a INUNDARLE de amor.

Tiene que parar en mitad de la autopista.

Curarle el corazón roto. Al menos eso intentaba. No se entera si para o no.

La verdad, no sé si lo logre porque es dolor emocional más que nada, pero la ola de amor así por las buenas casi le ahoga. No en un mal sentido, no porque la emoción sea negativa, sino por la potencia del hecho.

Es posible que no, pero lo intenta. Y él también se tiene que limpiar un poco los ojos.

—¿Q-Qué haces?

—I-Intento... arreglarlo —aprieta los ojos porque es un poco idiota arreglarlo así—. No quiero lastimarte. Quiero que deje de dolerte.

—No me... no me duele.

—Sí lo hace... pero no puedo arreglarlo así —concluye, más para si que para Crowley, dejando de hacerlo.

Le mira de reojo. Aziraphale no se atreve a levantar la cara ni a mirarle, solo se separa un poquito intentando ordenar en su corazón algo de lo que estaba ocurriendo. Sentía a Crowley escapándose de sus manos como agua... una decepción más. Solo esta vez ni siquiera podía escudarse en el cielo. O en estarlo intentando.

—¿Q-Quieres que te suelte? —pregunta con voz más grave de lo habitual

—Es que no entiendo qué haces.

—Estaba tratando de... —se humedece los labios y aprieta los ojos haciendo un sobre esfuerzo para separarse de él—, hacerte sentir mejor.

Suspira y se revuelve, en realidad un poco mejor sí se siente. El ángel estira la mano y toma su pañuelo de las piernas de Crowley, sin mirarle a la cara.

—Es... no pasa nada, ¿vale? Ya... ya me he calmado.

Aziraphale suspira con eso sin sentirse mejor, volviendo a recargar la cabeza en la ventanilla.

—Es decir... ya has superado una decepción más y entendido que yo no me esfuerzo lo bastante... y que no hay nada más que hacer.

Crowley traga saliva, mirándole y sintiendo que... tal vez ha sido un poco egoísta y él tampoco lo ha encajado bien y...

—¿Tú estás bien?

Él va tan, TAN lento. Aprieta los ojos sintiéndose un ángel HORRIBLE.

—Crowley... y-yo... Quizás no he sido lo bastante... n-no soy nunca lo suficientemente... —se revuelve, tragando saliva—. Sé que soy decepcionante. Siempre. Pero esta vez... es que se que no es bastante, pero de verdad... lo estoy intentando. Si estamos... o-o estábamos más cerca que nunca. Por Dios, si íbamos hasta a tener un...

—¿Q-Qué?

—Hijo —susurra cerrando los ojos pensando además que Crowley se ha vuelto hasta hombre por estar harto de él y de todo esto. Traga saliva con el corazón en un nudo. Lo había echado TODO a perder.

Se paraliza con la palabra y es que se le acelera el corazón.

Aziraphale se lleva las manos a la cara y se hace un poco bolita contra la puerta, soltando un sollozo casi silencioso. Crowley se acerca a él, tomándole de los hombros para acercarle hacia sí.

—No iba a estar celoso... de verdad... iba a quererle... ya le quería. Le quería mucho, muchísimo. No quería quejarme de él. No era mi intención que... tú... —se gira a él, encogido contra su pecho, dejándose abrazar.

Le vas a hacer llorar otra veeeez.

Quizás... Deberías decirle que no había huevo ni hijo ni nada

Crowley le aprieta contra sí y es que sí le caen las lágrimas entonces, porque no le está viendo.

—N-No había nada... ¿verdad? Ni huevo ni uvas ni...

El demonio niega con la cabeza apretando los ojos sin atreverse a responder en voz alta.

El ángel se queda en silencio unos segundos... porque desde luego, esa era la ÚNICA manera en que Crowley podía haberse hecho hombre así. Ni el peor enfado en la historia con Aziraphale hubiera hecho que se hiciera hombre teniendo un... bebé dentro de él. Deja de hacerse tan bolita estirando los brazos y abrazándole.

Crowley se mueve para que lo haga pero es que le tiembla hasta la respiración otra vez es difícil esconder eso cuando además está sobre él de ese modo.

Las piezas encajan un poco mejor ahora en la cabeza del ángel con ese... descubrimiento. Le aprieta contra sí, porque el descubrimiento no hace las cosas mejores. No había un culpable y era el... simplemente no había... nada. Y eso era aún más cruel. Le acaricia la espalda y solloza, apretándole más contra sí.

—Ugh, no llores, angel, bloody hell! —protesta con la voz quebrada porque le hace llorar a él.

—¡No me riñas por llorar! —protesta un poco... y la verdad es que solloza otra vez a la mitad de "llorar".

—Uuugh... —protesta más y le abraza más fuerte, hasta levanta las piernas para abrazarle con ellas.

—Lo siento... —le aprieta del todo.

—Y-Yo también —susurra.

Aziraphale solloza otra vez con esa respuesta y Crowley le abraza más fuerte, acariciándole la espalda.

I love you —susurra el ángel.

—E-Es mejor... así.

—Seguramente lo es, pero...

—Ningún pero.

—Entiendo lo qué haces... pero —le acaricia también—. No puedo evitar... Sentir que hemos perdido algo... aunque nunca haya existido. Y era algo hermoso y... tibio, y nuestro. Y... no me arrepiento de que haya existido en nuestros corazones. Creamos algo perfecto. Tú y yo.

—Ugh!

—Ya sé qué digo cosas ridículas... —agrega, tranquilizándose un poquito ya. Crowley se sorbe los mocos—. ¿Estás bien? —pregunta suavecito, sin soltarle.

Él se humedece los labios y asiente lo mejor que puede, aunque es mentira.

—No lo estás —es que lo sabe, apretándole más, él le aprieta también en silencio.

Espera, pacientemente, deseando que hablara y le dijera un poquito lo que piensa y siente. Pero no. Al cabo de un rato de estar en silencio suspira otra vez. Aziraphale se muerde el labio y le da un besito en el hombro

—¿Seguimos?

—Vamos —suspira también y asiente.

Aun así, Crowley no le suelta ni se mueve.

Aziraphale sonríe un poquito, sin moverse tampoco, no queriendo empujarle a soltarle si no quiere. Es que se hace él que ya está... y no está.

—A-Aunque... crees que... ¿Podamos quedarnos aquí un poquito más?

—¿Eh?

—No quiero soltarte.

—Oh... uhm... tsk —protesta girando la cara.

—¿Crees que vayamos a estar bien?

—S-Sí... claro.

—Mmm... Pero es que... no. No es tan fácil.

—¿Por?

—Porque ahora... querremos algo inalcanzable.

—Pues deja de desearlo —se revuelve.

Aziraphale suspira.

Crowley aprieta los ojos y se muerde el labio repitiéndoselo a si mismo internamente. De hecho creo que hasta se da golpes en la cabeza contra algo. El ángel le abraza más contra sí y levanta la mano hasta su cabeza para detenerle con suavidad.

—Quizás con el tiempo... deje de desearlo. Pero... ahora mismo ni siquiera quiero dejar de desearlo —susurra—. Es mejor así. Es horrible. Pero es mejor así... y es el único consuelo que nos queda.

Para y es que... ya no quiere hacer más drama.

Aziraphale se separa un poquito de abrazarle para mirarle a la cara aún echado completamente sobre él.

¡Ugh! Gira la cara intentando esconderla porque la tiene llena de mocos y lágrimas ¡y todo!

—Me tienes a mi... ¿no siempre dices que soy casi peor que un niño pequeño? —no hay mucho donde esconderse.

¡Va a tener que limpiarse con la manga! ¡Maldita sea!

Antes de que lo haga levanta el pañuelo y se lo pone en la mano, porque hace un RATO lo saco para él. Tan presumido.

Pero no quiere usarlo porque eso es como... ¡hacerlo obvio!

Llevas como media hora llorando con él.

¡No! ¡No está llorando!

—Se te metió algo al ojo... —como si Aziraphale no estuviera lloroso y mocoso también y es que aún con toda la desesperación que parece tener por ocultarlo, a Aziraphale... le hace sonreír un poquito y acercársele a darle un beso.

Bien, buen momento, con la nariz tapada. Menos mal que no necesitamos respirar. De nuevo.

¿Quién está siendo el quejiche ahora?

Pues es queeee... El don de la oportunidad.

Solo es un besito. Vale, igualmente se le separa pronto para que respire y se saque la paja del ojo si quiere.

Ok, ok... se suena la nariz súper fuerte y se limpia los ojos, quitándose las gafas.

Aziraphale se limpia los ojos también, con las manos. Y absorbe los mocos... mirándole de reojo.

—Crowley... —le llama cuando se quita las gafas.

Le mira con los ojos todo rojos, ya qué más da.

Aziraphale levanta la mano y le acaricia la mejilla porque aún le parece que no está bien y la verdad él... tampoco lo está del todo, necesitando el contacto físico.

Toma aire intentando calmarse y le sonríe un poco. Sonríe también de vuelta, aunque no del todo.

—Si me dices que quieres ir a dormir por meses y meses... no voy a dejarte hacerlo.

—Ugh, ojalá —protesta el demonio.

—¿Ojalá?

—Ojalá pudiera ir y dormir por un mes entero.

Aziraphale suspira y sonríe un poco con eso, enderezándose la ropa y sentándose derecho otra vez. Crowley carraspea y enciende el motor otra vez.

—¿Qué quieres hacer?

—Vamos a la librería, ¿no?

—Sí... con suerte podrás entrar.

—Con suerte habrá algo a lo que entrar.

Aziraphale suspira porque todo es como una pérdida tras otra.

—Venga... la reconstruiremos. Igual que estaba o incluso más bonita.

—Quizás hasta quede mejor de lo que estaba —dice a la vez y sonríe al notarlo.

—Haremos un cuarto de baño más grande con una bañera con jacuzzi para dos y una habitación arriba con una cama de verdad.

La verdad, con eso le brillan los ojos

—Jacuzzi! Eso... eso sería perfecto. Quizás podríamos poner una televisión para ti.

—¿En el cuarto de baño? —pregunta levantando una ceja. Aziraphale parpadea.

—No. En el cuarto de baño te entretengo yo.

—¿En el dormitorio, entonces? —se ríe.

—En... el dormitorio. Bueno... —sonríe sinceramente cuando se ríe al fin.

—Oh, ya veo...

—No, no ves... la tele es para cuando yo lea.

—No, no... está claro que sienta un precedente...

—¿Cual precedente?

—Sobre tus preferencias.

—¿Tú en comparación a la televisión? Bueno... —levanta las cejas.

—No, tu preferencia sobre donde entretenerme, si en el baño o el dormitorio.

—¡Ugh! ¡P-Pues es que... en el baño es anti climático! —explica entre balbuceos sonrojándose abundantemente.

—¿Entretenerme o poner una tele? —se ríe un poco de nuevo.

—¡No es anticlimático entretenerte!

—Vale, vale... ¿qué más vamos a poner? Un sótano como es debido con una cava de verdad con una trampilla secreta para no tener el vino guardado en la cocina. Y un sistema de sonido envolvente oculto para oír los discos como si estuviéramos en el Albert Hall.

—¡Que buenas ideas! —La cara de asombro generalizada y ahora viene el problema...

—Conectado a internet.

—¿A internet? Ugh. No. Si hay internet todo mundo va a venir aquí.

—No he dicho que lo ofrezcas a los clientes, pero... ya sabes, el equipo de música... podría conectarse con Spotify o YouTube y...

—No sé de qué me estás hablando, pero nada que se llame Stupify me parece que sea algo que nos conviene.

—Spotify. Ya verás... Siri, abre Spotify y pon Pompa y circunstancia —pide al aire y ahí empieza a sonar Under Pressure—. Agh... —protesta Crowley resignadamente.

—Oh, impresionante —Aziraphale se ríe un poco, recargándose levemente en él—. Es una versión muy moderna de Pompa y Circunstancia.

—Es por el... coche.

—El problema de hacer eso y conectar a internet mi casa es que SEGURO en cuanto salgas por la puerta deja de funcionar.

—¿Y? No es como que vaya a explotar ni nada.

—Seguro grita toda la noche. Podríamos... seguro podríamos poner un gramófono.

—Ya tienes un gramófono. No vamos a poner nada que seas capaz de pronunciar.

—En este momento no tengo un nada, my dearest. Y te diría que pusieras lo que fuera, pero lo que va a pasar es que no voy a poder poner música.

—Anda ya, está el gramófono en mi casa en algún lado seguro.

—Pues... uno no sabe, no lo he visto.

—Bueno, eso no le sorprende a nadie, yo tengo tres cosas y también hace días que no las he visto.

—Con razón te urge tanto que arreglemos la librería... —Se ríe un poco ahora él. Ojos en blanco de Crowley.

—Obviamente.

Igualmente le pone una mano en la pierna ya que se acercan, en tensión.

—Venga, esta ha sido la excusa perfecta, ya necesitaba una remodelación.

—No necesitaba nada, era bonita y perfecta.

—Con esa actitud...

—A ver, venga, no es la primera vez que esto pasa. ¿Recuerdas cuando acuñaba moneda?

Le mira con cara de "¿y eso que tiene que ver?"

—El local también se destruyó... —pero no lo querías ni la mitad de lo que quieres a la librería.

—Eso sí fue una pena.

—Esta vez tengo además los libros... y podemos hacer esas cosas bonitas que estabas describiendo.

—Aun podemos conseguir una prensa para que acuñes monedas de nuevo, a mi me fue súper bien falsificando.

—Ya, ya... eso NO era lo que se suponía que debía pasar.

—Anda ya, pero si era OBVIO. Si para eso servía, no para esas medallas conmemorativas que hacías todas llenas de dibujitos de santos y vírgenes.

—¡¿Eran muy bonitas!

Ojos en blanco pero sonríe de ladito.

—No te gustaban solo porque eran de Santos.

—Me gustaban las que servían para comprar cosas...

—Las usabas mal.

—Nah, tú lo hacías.

—Yo intentaba usarlas apropiadamente.

—Pero si hasta las dibujabas a mano. Creo que aún tengo algunas de las primeras cuando hiciste a San Antonio con paperas...

—¡No era con paperas! ¡Eso te lo inventaste tú!

—¡Parecía que las tenía!

—Ni siquiera parecía eso realmente, ¡solo estaba un poco cachetón!

—He visto hámsters con la boca llena de pipas menos cachetones.

—¡Que va!

—Y la de la nariz... no recuerdo ni quien se suponía que era, pero parecía... —hace un gesto para ejemplificarla enorme.

—¡No eran así! Venga, ¡sí eran bonitas!

Crowley le mira sonriendo porque algunas sí que lo eran.

—¡Las feas esas eran la primeras! —se sonroja un poquito más.

—Sí... luego ya aprendiste.

—Luego solo algunas salían un poquito raras.

—Tenían cierta gracia... como las biblias con errores de imprenta.

—Te las guardaba... ¿te acuerdas? Lo que pasa es que tú no sabes coleccionar cosas. Siempre las terminabas perdiendo.

—Tienes mucho más apego a las cosas materiales que yo.

—No tengo TANTO apego —hace una mueca porque... él es un ángel. No debería

—A lo mejor si me hubieras hecho una de un ángel de la guarda...

—Ñañaña... la hubieras regalado igual a un niño huérfano.

What? Of course not! ¿Porqué dices eso? Es exageradamente concreto —protesta sonrojándose.

—Somos pocos, pero nos conocemos mucho.

—Te lo estás inventando —se vuelve a mirar a la calle. Aziraphale le mira de reojo y sonríe.

—Tú dime...

What?

—Dime si realmente me lo estoy inventando.

—L-Lo haces —insiste.

—¿Me estás diciendo que perdiste todas las medallas que te di?

—No, algunas de las paperas las tengo.

—Eso sí que lo estás inventando

—Solo que no sé dónde...

—Deben estar en alguna tumba de algún ancianito al que se la diste de niño.

Ojos en blanco, pero no le mira. El ángel se le acerca y le da un besito en la mejilla.

—Me gustabas mucho cuando hacías eso...

—No hacía eso, ni siquiera sé de dónde sacas que lo hacía.

—Te vi hacerlo más de una vez...

—Debiste confundirme con cuando les daba las monedas falsas.

—Y... más de algún niño vino a pedirme una como la que le había dado ese hombre alto y delgado a su amigo...

—Hay muchos hombres altos y delgados en Inglaterra.

—Claro, todos ellos pelirrojos y con ojos raros.

—Esto sigue siendo Inglaterra.

—Está bien... seguro la perdías y alguien más las encontraba y se la daba a los chicos con historias tontas y divertidas como que San Antonio tenía paperas —se ríe.

—Hay gente muy rara por ahí —se encoge de hombros. Aziraphale se ríe otra vez.

—Bueno, en resumen... luego de eso me dediqué a otra cosa. Vamos a reconstruir la librería más bonita, pero si una tercera vez la destruyen... voy a dedicarme a otra cosa —casi amenaza, enfadándose otra vez—. Quizás pueda hacer alguna actividad que escandalice de verdad al cielo y que merezca más la pena que el que me destruya una librería llena de biblias.

—¿Cómo qué?

—Gabriel parecía especialmente interesado en gritar "pornografía" una de estas últimas veces que vino.

—¿Y? ¿Montaras un sex shop? ¿Un burdel?

What?! No! Dios mío, ¿¡quién me crees?! Pensaba en... esas pornografías de dibujitos que no dañan a nadie.

—Eso ya no da dinero, la gente las ve por internet.

—Bendito Internet —ojos en blanco.

—Ugh! ¡No lo bendigas!

—Siempre he querido poner una crepería —y morir de diabetes. Igual sonríe con cierta ensoñación.

—Cada vez que lo bendices Amnistía internacional recibe el millón de firmas que le faltan para algo y Change punto org consigue también al menos cinco peticiones...

—¡Oh! ¡Eso es bueno!

—Si sabes que para poner una crepería necesitas saber hacer creppes... y vendérselas a OTROS —eso mismo dijo de los libros y mira que bien le ha ido sin venderlos

—Puedo aprender a hacer crepes y vendérselas a otros... o contratar a alguien –y sentarme a comer crepes mientras leo.

—Es que aun no me creo que no veas las ventajas de internet, si está hecho para ti. Podrías ayudar a que Greenpeace consiguiera fondos para salvar al puñetero Tigre de bengala sin siquiera tener que ir a áfrica o a donde sea. Solo sentado en el sofá...

Aziraphale le mira y es que el problema es que no lo entiende ni sabe usarlo ni cree que sea fácil.

—Seguramente Gabriel o Miguel ya hacen eso.

—Sí, claro, por eso tenemos una sobrepoblación mundial de Tigres... De todos modos, también dijiste de contratar a alguien en la librería, aún recuerdo esa época en la que tuviste esa chica tan dedicada y eficiente... y venías todos los días tirándote de los pelos porque VENDÍA los libros. Menos mal que le dieron una plaza para estudiar lo que quería en la universidad de sus sueños casi por arte de magia —carraspea, porque él sí tuvo un poco que ver.

—Aaay, esa chica. Margot. Era terrible. ¡Podía haber vendido mis primeras ediciones de Wilde sin quitarse un pelo!

—Estabas tan enfadado... "Es que no puedo echarla Crowley, se supone que de esto va el negocio, ¡pero me desquicia! ¡No debería hacerlo!"

—¡Era terrible! ¡Y estaba tan contenta porque vendía MUCHO!

—¿Sabes que una vez casi me los vende a mi? —se ríe porque vuelve a lloriquear igual.

—No, bueno... ¡además intentando algo más contigo!

—¿Qué?

—Nadie en su sano juicio intentaría venderte ahí un libro... así que debía tener alguna negra intención oculta.

—¿Por qué nadie iba a venderme un libro? Casi se los compro —se ríe.

—Cielos, ella era buena. ¿¡Qué te lo impidió?! Digo yo que a ti no te gustan los libros y se NOTA.

—Bueno... ella empezó mal, la verdad.

—¿Mal?

—Me vió y pensó que me gustarían las historias de acción y de asesinatos. Estuvo explicándome sobre tu colección de novela negra.

—¿Ni una novela romántica? Tsk... —sonríe de lado.

—¡No era ese el problema! —se sonroja—. Lo que pasa es que le dije que en las películas tienen más gracia, porque la tienen.

—¡No es verdad! ¿Ves? ¡Eres un DESASTRE con los libros!

—Ugh, no se puede discutir esto contigo.

—A ver, vale... le has dicho de las películas... ¿y..?

—Ehm... digamos que... nada...

—No. ¡Cuéntame!

—Ni siquiera sé dónde estabas tú, te estaba esperando y ella empezó a contarme los libros... saqué unas buenas recomendaciones de películas y le insistí varias veces que yo no leo... y me dijo que tal vez podía regalárselos a alguien.

—Ohh... —se sonroja un poco.

—Pero... Bueno, eso aún tenía menos sentido, así que...

—¿Ajá?

—No se los compré.

—¿Ves? Seguro quería algo más contigo... que la invitaras a salir o algo —hace una mueca—. Quizás pensaba que le dieras los libros a ella.

—Sí... eso le dije. Para qué le voy a regalar libros a alguien que ya los ve aquí todos los días.

—Estas intentando que me ponga celoso a propósito —le mira de reojo.

—No, eso le dije... e igual, ¿no murió hace años?

—Sí. Pero igualmente! —se sonroja.

—¿Igualmente qué? No es eso lo que dices del puñetero Oscar imbécil-del-culo Wilde cuando yo ni siquiera estoy realmente celoso... "Crowley, ya murió hace años, hasta cuando vas a seguir con esta chiquillada?"

—Lo de Oscar es otro asunto que tú siempre sacas de contexto y de proporción.

Ojos en blanco.

—Además él era inteligente y agradable. ¡Esta chica era densa!

—Lo que tenía de denso era que sabía más de libros que tú.

—No... ¡No! ¡Es monstruoso que digas eso!

Crowley se ríe porque lo ha dicho expresamente

—Cómo es que... ¡Retráctate!

—No puedo, sabes que es la verdad —se ríe más.

—¡Que le hayas hecho más caso a ella del que me haces a mi es otra cosa! —resopla.

—Sí, eso también, ella sabía más de ventas, me caló enseguida.

—Bueno, a mí no me interesa propiamente vender... —otro resoplido.

—Eso lo sabíamos todos menos ella.

—Admito que es un poquitín contradictorio

—Ahora resulta...

—¡Pero ella era lenta y no lo pillaba! ¡Vendió más de alguno de mis incunables!

—Tal vez porque tú la contrataste para vender... y ya tuvimos esta discusión. Por lo que recuerdo sacó más de lo que tú habías pagado en principio.

—¡Eso no importa! No puedes vender un incunable. ¿Sabes que uno de los que vendió no he podido recuperarlo?

Le hace pat pat en la pierna.

—Además era tan feliz cuando me lo dijo... —ojos en blanco

—Estaba intentando impresionarte —carraspea pensando "y liarnos"

—¡Que vaaaa!

—Claro que sí, estaba súper contenta de trabajar ahí, ¿No te acuerdas?

—Sí me acuerdo, lo cual hacía todo PEOR.

—Si hasta le tocó la lotería y no dejó el trabajo —explica porque antes de descubrir que lo que quería era estudiar probó varias cosas para sacarla de ahí porque le ponía histérico.

—¡Además! No se iba, como una lapa. UGH.

—No sé porque no la despediste si tan poco te gustaba.

—Porque era buena y amable y no hacía nada malo.

—Culpa... —se ríe y le mira de reojo, porque aun le parece que él nunca se acabó de enterar de las intenciones de la chica en cuanto a ellos dos en realidad—. Aunque es curioso, porque recuerdo que en esa época me llamabas más a menudo que nunca para que fuera por ti.

—No es curioso... es obvio de por qué. Estar ahí era peor que el infierno —la madre de las exageraciones.

Le mira de reojo y sonríe porque no era por eso... o sea, podía ser que fuera es TAMBIÉN pero está seguro que muchas veces ella le dejaba el recado de que le había llamado sin que él lo hubiera hecho realmente, solo para que le devolviera la llamada y claro que el inocente Aziraphale no se enteró jamás de que alguien les hacía de cupido.

—Y confundía los recados.

—¿Eh?

—Siempre sospeché que lo que quería era atraerte para verte —arruga la nariz.

—¿Por?

—Pues porque iba a ser... soltaba cierto afecto raro cada vez que estabas.

Crowley le mira inclinando un poco la cabeza y luego se vuelve a la carretera porque en realidad... ahora ya podría contárselo, o sea... una vez ya resuelta la situación... Aunque eso implicaba que ENTONCES él YA QUERÍA.

—Mmm... Afecto raro.

—Es que tampoco era amor como habitualmente siente la gente.

—No estaba interesada en mí.

—Mmmm no estoy tan seguro.

—No estaba interesada en mí para ella, al menos.

—Ah ¿no?

—No me daba esa sensación.

—¿Entonces? —frunce un poco el ceño mirándole con curiosidad y pensando en para quien podría haberle interesado Crowley a ella. Vamos, que no es que hubiera miles de opciones

—No sé, siempre me... preguntaba. ¿A ti no te preguntaba? —a lo mejor a él no le preguntaba, o lo que era más posible, lo hacía y el ángel no le contaba por no enterarse.

—Hmm... Me preguntaba muchas cosas.

—¿Cómo qué?

—Bueno, obviamente cosas de los libros... luego cosas de ti. Una INFINIDAD de cosas de ti —Hace los ojos en blanco.

—¿Cómo qué? —sonríe más.

—Sobre ti, sobre si tenías pareja, si te había conocido alguna, si sabía si te gustaba alguien... de verdad, no entiendo cómo puedes pensar que no te amaba secretamente.

—¿Y qué le decías tú? —Ooojos en blanco.

—Y más detalles, no creas que eran estas las únicas. Que qué te gustaba, qué libros, qué música, qué comida, qué hacías en tus ratos de ocio, quien te hacía la ropa... Pues de las preguntas de las que tenía respuesta, solía responderlas... más o menos—carraspea un poco, porque de prácticamente TODAS tenía respuesta.

—¿Más o menos?

—Pero es que había un punto en que... —agrega ignorando la pregunta y sonrojándose un poquito más mirando hacia afuera—. Si tenía tanta curiosidad quizás debía preguntártelo a ti. Y luego era peor, porque... las preguntas se tornaban aún más incómodas.

—¿En qué sentido?

—Quería que yo... le diera seguridad en las cosas que pensaba —puedes verle aún más rojas las orejitas—. "No cree que Mr. Crowley tiene unos dedos muy largos y delgados, y unas manos fuertes... lo ha notado?"

Crowley parpadea con eso y... tiene que mirarse las manos. Por supuesto, eso ocasionaba que la siguiente vez que Aziraphale le viera, se pasara la vida entera mirándole las manos con cara de imbécil. Las manos, o la barbilla, o la manzana de adán, o los hombros, o el abdomen... o las piernas. Aziraphale ni se las mira... no tiene que mirarlas. Se las sabe de memoria.

—¿Mis... manos?

—Ella se fijaba en TODO. Hasta en qué tan curva tienes la salida del pelo, o el grosor de las patillas, o...

—¿Q-Qué?

—Debo insistir que... le gustabas mucho más de lo que crees —y a el le jodía, mucho mucho más de lo que crees, aunque... obviamente, hacía que le mirara mucho más detalladamente de lo que lo hubiera hecho solo.

—En serio que no.

—¿Pues es que entonces si no qué quería?

—Que... —traga saliva—. No importa.

—Espera... ¿TÚ hacías eso? —frunce el ceño.

—¿Hacer qué?

—¡Tentarme!

—¿Tentarte?

—Mírale aquí, mírale acá, revísale hasta el culo... —se cruza de brazos un poquito a la defensiva y se sonroja, mirándole de arriba a abajo.

—Era ella quien te decía eso.

—Pues ella era un demonio tentador...—Se sonroja un poco más.

—Por eso la contrataste —sonríe de lado.

—No esperaba ESAS tentaciones en lo absoluto. ¿Vas a decirme que cosas te preguntaba a ti?

—Eh... No, no creo.

What?! ¡No! Ahora me lo cuentas, ¡mira todo lo que te he dicho yo!

—No me has dicho nada más que... Te decía cosas raras.

—Esas no eran cosas raras, ¡eran muy específicas! Te he dicho... —se sonroja pensando que le ha dicho que era una tentación.

—Y por lo visto tan comunes.

—¿Comunes?

—Pues no te parecen raras.

—Son cosas que ella veía de ti estando TAN encandilada contigo —le medio fulmina de reojo.

Ojos en blanco del demonio.

—O al... menos esa impresión me daba.

Crowley suspira y Aziraphale hace una mueca.

—¿Estás diciendo, Crowley... que hacía de Celestina?

El demonio levanta las cejas sin haberse esperado que dedujera eso así de fácil y se atraganta un poco con sus propias onomatopeyas como respuesta.

¡Pues es que no había muchas más opciones! Aziraphale levanta las cejas puesto que lo ha dicho como un disparo un poco al aire.

—Oh, por DIOS ¡ni siquiera sabía que sabías que era una Celestina!

—¿Q-Q-Q...? —calma, calma a lo mejor aun estamos a tiempo de hacernos los idiotas.

—Pero... pero tú... ¿qué te preguntaba? ¡Esto fue hace tiempo! Ugh! ¿¡Y tú lo sabías?! ¿¡Como no me dijiste?!

—No sé... no... no sé de qué... hablas —se gira mirando al frente super estático.

—¿Qué te preguntaba?

—N-Nada, conmigo no hablaba.

—Así que ahora vas a mentirme.

—E-Ella era... ella... tu ayudante.

—¡Has dicho que te hacía preguntas!

—Naaah —risa nerviosa.

—¡No me digas mentiras! —protesta.

—Ugh...

—¡Uuugh pienso yo! ¿Cómo es que... ? —se sonroja, porque no entiende cómo es que no se ha enterado de que alguien les intentaba hacer de celestina.

—¿Cómo es que qué?

—E-Ella de dónde... pero... —balbucea.

Crowley le mira de reojo con cara de circunstancias y sale de la autopista. Acordándose de todo ese asunto con la chica... como ella lo supo casi a la segunda o tercera vez que los vió juntos. Así que fue y lo asedió hasta que Crowley no tuvo más que confesar la verdad. A ser sinceros, no había un asedio tan largo ni complicado. Y ella casi enseguida se había visto emocionada y dispuesta a ayudarle.

—¿Y t-tú te dabas cuenta?!

—N-No...

—¿Y cuándo te la diste? —le mira de reojo. Crowley aprieta los ojos—. Vamos, porque si tienes tan claro que no quería nada contigo y me has dicho que te quería para alguien más, es... solo hay una posible explicación obvia y tu... lo tienes todo clarísimo

—¡Anda ya!

—¡Pues dime que no! —los niveles de histeria manejados entre estos dos todo el tiempo.

—Ugh... es que...

—¡Dime! —protesta mirándole de reojo.

—No lo tengo todo clarísimo.

—SIEMPRE lo tienes todo clarísimo, SIEMPRE.

—¿De qué hablas?

—De... estas cosas. ¡Siempre las tienes muy claras!

—¿Cuáles?

—P-Pues... estas cosas emocionales.

—¡Que me voy a dar cuenta yo! ¡No seas ridículo!

—Si siempre te das cuenta de todo mucho antes, llevas años explicándome esto a mi con manzanitas.

—B-Bueno... ¿y qué? —traga saliva.

—Y... ¡Y no sé cómo le haces!

—¿Explicártelo?

—¡Saberlo desde antes!

—Pues... es que no sé bien... —tú sigue haciéndote el tonto a ver si cuela. Aziraphale le mira con cara de... "no me jodas", pero sin groserías.

¿"No me estés resultando inconveniente"?

Por ejemplo "No me tomes el pelo que no cuela"

Crowley vuelve a apretar los ojos.

—Crees que soy tonto, tú.

—No creo que seas tonto.

—Sí que lo crees si supones que yo voy a creerme que tú nunca tienes idea de nada y no sabes de que hablo.

—Pues así como nunca NUNCA...

—Ahora te me vas a poner literal —otra mirada de esas.

—Pues no sé qué quieres que te diga.

—Quiero que me digas... Cómo sabías que hacía de cupido y cómo es que... n-no me...

—Pues... no lo... sabía...

—Uuugh —le da un codacito—. ¡Así que yo era el único idiota que no lo sabía!

—Es... una... es... ¡No empieces ahora a quejarte por eso!

—¡Podrías haberme dicho!

Crowley le mira, mira la calle, le mira, mira la calle y empieza a hacer sonidos abriendo y cerrando la boca.

—Vamos, que hubiéramos llegado a la misma conclusión porque el cielo... B-Bueno... el plan de Dios parecía... ¡Pero pudiste decirlo!

What the hell querías que te dijera exactamente? —es que ha intentado reducirlo al absurdo y se ha dado vergüencita a si mismo.

—No lo sé... ¡Quizás lo que realmente querías! —y lo hubieras MATADO.

—¿Y qué demonios crees que quería?

—Confraternizar.

—¿Y qué hubiera obtenido yo de decirlo? —LA mirada. Aziraphale se sonroja y aprieta los ojos—. Un sermón sobre los enemigos y sobre el cielo y el infierno y el plan inefable...

—Ugh...

—Dime que no.

—Pues es que yo pensaba que...

—Ya... ya. Por lo menos ella tampoco lo entendía.

—¿Ella? —se mira las manos.

—Pues tu... ayudante.

Aziraphale suspira.

—Pasé todos estos años defendiéndoles firmemente... —es que siente otra vez la rabia subir hacia su corazón.

—No TAN firmemente —le molesta. El ángel abre la boca incrédulo y le mira—. Es decir... el acuerdo...

—¡Y sintiéndome un pésimo ángel por ello! Y además tooooda la vida me has dicho que... Ugh... ¡porque lo sabias! ¡Y yo de verdad creía que éramos los buenos!

—Bueno... No era fácil deducirlo.

—Claro, solo una mente suprema como la tuya podía hacerlo —suspira y se sonroja, porque esto en particular le resulta especialmente incómodo—. Yo siempre he sido un tonto.

—No... Solo los que hemos pasado por... la caída. Y lo consideramos algo injusto.

Aziraphale me mira de reojo.

—No es fácil entender que el cielo puede traicionar a la gente y pueden ser injustos y pueden no hacer lo que predican sobre el arrepentimiento y las segundas oportunidades y poner la otra mejilla hasta que no lo sufres en carne propia.

—Y entonces... el idiota que no lo cree porque ha no vivido, te suena como eso... como un idiota —piensa en Sandalphon.

—A saber cómo hubiera sido nuestra vida si el demonio hubieras sido tú... —sonríe un poco.

Piensa en enamorarse de un Crowley que usara todos los argumentos de Sandalphon sobre el plan de Dios y el amor y los enemigos hereditarios. Arruga la nariz.

—Seguramente a mí me hubieras convencido antes...

Aziraphale se sonroja con eso y gira la cara hacia la ventanilla.

—Al final, yo soy mucho más sugestionable que tú, tú eres imperturbable y serio, hasta la terquedad...

Y TONTO del CULO, piensa Aziraphale para sí, bastante mortificadamente.

—Maldita sea, seguro tú me hubieras hecho caer a los cinco minutos —protesta, él pensando en voz alta...

—¿Caer? No, si no hubieras caído... solo habrías sido feliz mucho antes. Ni siquiera entiendo cómo es que... te has podido enamorar de alguien así —confiesa sin mirarle.

—¿Qué? —le mira de reojo.

—M-Merecías a alguien menos idiota...

—¿Para qué? Si la mitad de las veces no entiendo nada de lo que dices...

—Alguien que fuera un poco menos horrible... por tanto tiempo —le mira de reojito y suspira, aunque sonríe un poquito—. Y que dijera cosa que si entiendes.

—Estoy de acuerdo...

Aziraphale pone carita de tristeza, sacando el labio de abajo, Crowley le mira de reojo y aprieta los ojos.

Oh, come oooon!

—Pues es que... —sigue haciendo su mueca.

—¿Y de qué me habría quejado entonces?

—Habrías encontrado algo, siempre encuentras algo...

—Oh, mira quien habla, he tenido un buen maestro.

—Para colmo, además de todo, me quejo de todo. Eso ya me lo has dicho hoy —le mira de reojo y se le recarga solo lo bastante como para rozarle el hombro con el suyo

—Eso te lo digo todo el tiempo...

—Además de quejarte de que no voy lo bastante rápido... —le mira de reojo acordándose de algo.

—¿Vamos a empezar a enumerar todas las cosas por las que nos quejamos todos? Porque tenemos para un rato... —por fin para frente a la librería y le tiene lo bastante agobiado esta conversación como para tomarle por sorpresa sin darse cuenta de donde están, hasta que frena. Se cubre los ojos con las manos.

Crowley se gira a mirar lo que queda de la librería por la ventanilla y aprieta un poco los ojos.

Continue Reading

You'll Also Like

76.5K 4.4K 78
Un libro de one shots
10.2K 2K 23
Don Leonardo es un papá primerizo pero responsable, que además de cuidar a Casey Jr, ahora debe criar a su pequeño hijo Leon. 💚 Spin off de mi trilo...
89.6K 3K 90
Cómic más +18... Créditos a @SusanAlemHazbin
8.9K 420 22
son situaciones imaginarias de los chicos de tdt en esta historia giamila es real ( ya quisieramos pero bueno)