More than this | Fan-fic de L...

Por judiLimon

663K 25K 3.5K

"Nuestros ojos chocaron por sexta vez en la noche y me estremecí. ¿Qué había en ellos? ¿Estaba viendo deseo e... Más

More than this
I. Miradas
II. Nunca había hecho esto
III. Cuenta hasta diez
IV. Sabes perfectamente la respuesta
V. Me gustaría mucho que fuera contigo
VI. Calma, preciosa
VII. Dime si quieres que me quede
VIII. ¿Eso es humillante?
IX. Desnúdate
X. Creo que somos muy parecidos
XI. No voy a llevarte a ninguna parte
XII. Esto es muy intenso
XIII. Nunca
XIV. ¿Por qué eres así?
XV. Lo prometo
XVI. ¿Y si se quedaba conmigo?
XVII. Poniéndome a prueba
XVIII. Puedes hacer lo que quieras conmigo
XIX. No eres tan duro como aparentas
AVISO
XX. Mía
XXI. Algo que he querido hacer para ti
XXII. El cuartel general
XXIII. Mucho, pequeña
XXIV. Hasta que me besó
XXV. ¿Qué me estaba pasando?
XXVI. Miedo
XXVII. Confía en mí (1/3 maratón)
XXVIII. No lo permitas (2/3 maratón)
XXIX. Gracias por cuidarme (3/3 maratón)
XXX. Especial
XXXI. Necesitaba sentirla mía
XXXII. A su lado
XXXIII. Querida
XXXIV. ¿Lo has hecho por mí?
XXXV. No quiero que nos vayamos ninguno
XXXVI. A cada paso que daba sin él
XXXVII. El muro, la fuerza y la valentía
XXXVIII. Tuyo
XXXIXL. Sólo sexo
XL. Ganamos los dos
XLI. Historia de amor
XLII. Blanco o negro
XLIII. Negro
XLIV. ¿Por qué no podía dejarme sola?
XLV. Haz conmigo lo que quieras
XLVI. Paraíso
XLVII. La decisión
XLVIII. Y siempre lo voy a ser | FINAL |

XLIII. No puedo

8.2K 428 98
Por judiLimon

Martes 15 de abril de 2014

[Punto de Vista Chloe]

Salí del trabajo corriendo como nunca lo había hecho, con la vista fijada en la parada de metro más cercana al edificio donde debía pasar las siguientes cinco horas. Mi jornada laboral no había finalizado pero una simple llamada telefónica había hecho que dejara de ser prioritario cumplir con mis obligaciones.

Niall estaba en el hospital. Mi corazón seguía latiendo a un ritmo cardíaco cuando recordaba esas primeras palabras que había escuchado decir a Harry al otro lado del teléfono. Niall estaba en el hospital. El motivo no era grave, el susto había sido de muerte.

Hacía ya tiempo que Niall tenía problemas con su rodilla izquierda y los médicos habían decidido finalmente que la única solución posible era operar antes de que empeorara hasta el punto de no poder moverse del sitio en unos cuantos meses. Así que esa mañana de abril, la operación se había llevado a cabo.

Por qué Niall no me había hablado de ello el sábado anterior, tras haber estado juntos en la fiesta, era algo que me enfadaba y me desconcertaba por igual. Era cierto que entre nosotros no había sucedido nada que no fuera mantener una conversación agradable, pero ambos sabíamos lo que éramos el uno para el otro, lo que había detrás de conversaciones agradables, y no me explicaba por qué no me había informado de algo tan importante.

Por eso estaba desconcertada. ¿Y si, en realidad, él consideraba que lo que había entre nosotros se había acabado realmente y por eso prefería no darme detalles trascendentales de su vida privada? Entonces, estar en ese vagón de metro sentada, encaminándome a verle, era una estupidez. Algo sin sentido. Algo que no debería estar haciendo.

¿Pero por qué Harry me había llamado para informarme? Había podido hacerlo sin el consentimiento de Niall, pero Harry nunca dejaría de tener en cuenta a su amigo a la hora de tomar decisiones de ese estilo. Así que, pese a que era probable que Niall no estuviese informado, esa llamada se había producido por algo.

Suspiré y maldije a una Alice que no parecía estar atenta a su WhatsApp. Teniendo en cuenta la hora que era, tenía más que claro que estaba trabajando, pero en esos momentos necesitaba tanto su ayuda que no era capaz de dejar de escribirle esperando que se obrara algún tipo de milagro y me contestara antes de que llegara al hospital.

No lo hizo. Siguió sin conectarse y me vi obligada a tomar una decisión por mí misma, maldiciendo, también, mi estúpida inseguridad y mi indecisión, que ya me habían impedido realizar en más de una ocasión algo que verdaderamente quería hacer.

Pregunté en recepción por él. Obviamente, no obtuve respuesta. En realidad, no esperaba obtener mucho teniendo en cuenta que estaba preguntando por una persona buscada en medio mundo. Así que me senté en una de las sillas colocadas en la sala de espera, a ver pasar los minutos mientras esperaba que alguno de los chicos respondiera a mis llamadas.

Fue Zayn quien lo hizo, exactamente veintidós minutos después de que cruzara las puertas giratorias que daban acceso al complejo hospitalario. En cinco minutos, había bajado a buscarme y me llevó sin pedir más explicaciones hasta la habitación donde estaba ingresado Niall.

- ¿Crees que debería estar aquí? -Pregunté al moreno.

- Sí, por supuesto. ¿Por qué no?

- Niall no me había dicho nada -leí extrañeza en sus ojos-. Ha sido Harry quien me ha llamado, no él -me detuve en seco, entendiendo el silencio de Zayn-. Debería irme.

- No, Chloe. Niall te quiere, sigue haciéndolo -dijo, con rotundidad-. Le alegrará verte. Le alegrará saber que te preocupas por él y que sigues estando a su lado.

Entrecerré los ojos, dubitativa.

- ¿Tú crees?

Cogió mi mano.

- Sí, vamos.

Varias voces llegaron hasta mis oídos cuando nos detuvimos frente a la puerta, sin llegar a atravesarla. Reconocí a Louis por encima de los demás, con su timbre de voz tan particular, y casi al instante escuché la risa de Niall. Podía parecer una tontería, pero eso hizo que me tranquilizara.

Zayn me miró una última vez antes de abrir la puerta y pasó por delante de mí. Traté de ocultarme tras su espalda, casi agarrándome a él, pero fue inútil. Todos callaron cuando me vieron entrar y enrojecí de inmediato.

- Mirad quién ha venido -anunció Zayn, pese a ser innecesario.

Alcé mi mano derecha y la sacudí, concentrando mi mirada en cualquiera que no fuera el rubio que estaba tumbado sobre la cama, cubierto por una sábana hasta la cintura. Su pierna izquierda estaba en alto y llevaba en ella una especie de escayola hasta casi la mitad del muslo. Me estremecí al verle de esa manera, inmóvil, dolorido.

- ¡Nos vamos! -Anunció Louis, con un estridente grito.

Todos pasaron por mi lado sin añadir nada más y en pocos segundos nos quedamos solos en esa habitación dominada por el blanco.

- Qué sorpresa verte aquí -comenzó Niall.

Lo miré.

- No estoy segura de si tenía que haber venido o no... Harry me ha llamado para contármelo -fui acercándome a él a paso lento, con algo de miedo-. He estado todo el camino debatiéndome. Al final, he llegado a la conclusión de que prefiero que te enfades conmigo por haber venido y meterme donde no me llaman, a que lo hagas si sientes que no me preocupo por ti.

Apoyé la mano en un extremo de la cama, a la altura de su rodilla sana, y extendió su brazo hacia mí. Cogí su mano sin pensármelo dos veces y me indicó con la mirada que me acercara más a él.

- Siéntate, anda -pidió. Lo hice mientras él se incorporaba ligeramente, sin soltar mi mano-. ¿Cómo voy a enfadarme contigo por haber venido?

- No me dijiste nada de esto el sábado, cuando estuvimos hablando -expliqué-. Pensé que quizá no querías que me enterara.

- No quería preocuparte porque no sabía si seguía teniendo el derecho de preocuparte con mis cosas o no. Pero, Chloe, yo... me alegro muchísimo de que estés aquí -acarició la palma de mi mano y sonreí-. No sabes lo que significa para mí. No puedes hacerte una idea.

Bajé la cabeza, abrumada por su sinceridad.

- Siempre voy a preocuparme por ti, quieras o no -añadí, en voz baja.

- Lo del sábado estuvo bien -volví a mirarlo-, me gustó poder pasar una noche entera hablando contigo sin discutir, echarnos cosas en cara o hacernos daño. Fue como volver al principio -asentí, sintiendo exactamente lo mismo-. Pero eso no es sólo lo que quiero de ti. Chloe, yo te quiero.

- Y yo a ti -respondí, deprisa, sin querer perder la oportunidad de confesárselo-. Te quiero muchísimo, te lo prometo. Ha sido una tortura vivir sin ti, pensar en todo lo que podíamos haber tenido y en cómo han acabado las cosas.

- Puedo decir lo mismo -sonrió, apretando con más fuerza mi mano-. Te quiero siempre conmigo, Chloe, y tal vez pod...

Sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de la puerta abriéndose. Me giré para ver aparecer ante nosotros a Claudia y Steve, dos de sus mejores amigos. Ella llevaba un ramo de flores y él una caja rectangular, de grandes dimensiones. Regalos para el enfermo. Sonreí. Era increíble ver cuánto le apreciaba la gente.

- ¿Cómo está nuestro irlandés favorito? -Preguntó ella.

Niall no soltó mi mano cuando respondió.

- Estoy bien. Contento. Parece que todo ha salido como esperaban -contestó, sonriendo también con los ojos que, después, se posaron en mí-. Cuando salga de aquí hablamos, ¿vale? -Susurró. Asentí-. Pero quédate conmigo, por favor.

Apreté su mano para que entendiera que no tenía pensado hacer otra cosa. Ya no iba a separarme de él mientras él siguiera queriendo tenerme a su lado. Nunca.

Miércoles 16 de abril de 2014

[Punto de Vista Alice]

Eran las nueve y media de la noche y sabía quién era el que había llamado al timbre. La cabeza me daba vueltas mientras caminaba hacia la puerta, mientras dejaba que pasaran los segundos preguntándome cuál era la decisión que había tomado. Fuera cual fuera, todo cambiaría a partir de entonces. Por eso esperé pacientemente con el pomo sujeto entre mis manos, porque quería disfrutar de mis últimos momentos antes de que me rompieran el corazón, o antes de que se lo entregara a Louis por completo. Todo iba a cambiar, en todos los sentidos, y respiré hondamente con conciencia de ello.

- Hola -saludé, una vez que tuve al chico de los ojos azules frente a mí.

Un sin fin de palabras revoloteaban en mi cabeza y ninguna era la apropiada para expresar como me estaba sintiendo. No sólo estaba nerviosa, desesperada, ansiosa e impaciente por escuchar lo que tenía que decirme. Era más que todo eso. Era una mezcla de todo eso, y mil sentimientos más que se iban acrecentando a medida que sus ojos seguían posados en los míos.

- Hola -me devolvió el saludo y entró en casa, rozando su brazo con el mío pero sin mostrar ninguna otra intención de que tuviéramos un contacto más cariñoso.

Cerré la puerta. Y también los ojos. Apoyé la cabeza en ella, entendiendo el por qué de que hubiera rechazado besarme desde el comienzo. Me di la vuelta despacio y avancé dos pasos hasta él, dejando entre nosotros una considerable distancia. Nos miramos. Y terminé de entenderlo.

- ¿Por qué no me besas? -Pregunté, angustiada, conociendo la respuesta.

La piel se me erizó y unas tempranas lágrimas amenazaron con invadir mis ojos.

- Alice... lo siento -se disculpó, sin apenas voz. Bajé la mirada y fruncí los labios-. No puedo darte lo que quieres -susurró.

Volví a mirarlo. Inhalé aire y caminé hasta él.

- Sí, sí puedes.

- Alice...

- Sólo tienes miedo -repetí el argumento más usado por mí hasta entonces y apreté los puños, con rabia-. ¡Sólo estás asustado! -Apoyé las manos en su pecho y lo empujé.

Después me arrepentí por ello.

- Me pediste que lo pensara y lo he hecho. Lo siento, pero no puedes enrabietarte sólo porque no te guste mi decisión.

Me acerqué a él despacio, sabiendo que llevaba razón en sus palabras. No podía enfadarme con él únicamente porque su decisión me destrozara, debía respetarla. Pero ni podía ni quería rendirme.

- Dime qué tengo que hacer -pedí, llorosa.

- No se trata de ti. Se trata de mí. No puedo.

- Sí puedes -insistí.

- No, no puedo.

- Sí, sí puedes. Louis, ¡soy yo! Somos nosotros. Claro que puedes -enredé mis brazos en torno a su cuello y miró hacia otro lado, probablemente evitando la tentación que suponían mis labios cerca de los suyos-. Bésame.

- Alice...

- Por favor, bésame.

- No te hagas esto a ti misma.

- Louis, ¡bésame! ¡Te lo estoy pidiendo!

Aferró mi rostro con un rápido movimiento y cumplió con mis deseos. Cumplió con lo que más anhelaba, con lo que más ansiaba, con lo que nunca dejaría de querer. Me besó con esa urgente dulzura que tanto admiraba y amaba. Fui capaz de apreciar dolor en él en tan solo un beso.

- Sí puedes -repetí, cuando se separó de mí-. Claro que puedes.

- Alice, lo siento... lo siento, de verdad, pero no quiero esto -cogió mis brazos con sus manos y deshizo nuestra unión, haciendo que mis extremidades cayeran a ambos lados de mi cuerpo-. Me duele pensar que lo que tenemos puede acabar con esta decisión, pero no puedo darte lo que me pides.

Tragué saliva, queriendo impedir de esa manera que el nudo que empezaba a formarse en mi garganta no se volviera consistente, porque de lo contrario no sería capaz de pronunciar una palabra más sin romper a llorar.

- No te pido que lo intentes con cualquiera, te pido que lo intentes conmigo.

- No puedo -respondió, al instante. Los ojos se me inundaron de lágrimas ante una negativa más por su parte y cogió mi cara de nuevo, rápidamente-. No quiero hacerte daño, Alice.

- Pues lo estás haciendo -gemí.

- Podemos evitarnos todo esto.

- No, no podemos. No podemos, Louis, ya no puedo -mis mejillas se humedecieron a medida que las lágrimas iban descendiendo y eché en falta tener un pañuelo cerca. Me pasé el dorso de la mano por debajo de mis ojos y volví a mirarlo-. ¿Qué sientes por mí? -Pregunté, aún intuyendo que no obtendría respuesta alguna.

- Alice...

- Dímelo, por favor.

- No quiero sentir nada y eso es lo único que importa.

Fue como si cogieran mi corazón y lo lanzaran contra una pared de cemento duro, seco, sin posibilidad ni siquiera de rebotar. Cayó al suelo y después lo pisoteó, sin piedad.

Me encogí y me abracé a mí misma, sin dejar de llorar.

- ¿De verdad no quieres estar conmigo?

- No eres tú, de verdad. Por favor, yo...

- ¡No! -Exclamé, sin apenas poder ver su rostro a causa del llanto-. Es una pregunta muy fácil, así que quiero una respuesta igual. Quiero un sí o que me digas un no y que esto se acabe del todo -hice una pausa, a la espera-. Estoy esperando -reiteré. Bajó la cabeza y lo empujé sin poder evitarlo-. ¡Louis!

- ¡No! -Bramó, mirándome de nuevo. Cerré los ojos, apreté los dientes y dejé que me invadiera el dolor-. Alice, no puedo... no puedo -sentí sus frías manos sobre mi rostro, acariciándolo despacio-. Te he dado todo lo que puedo. Te he dado todo lo que sale de mí.

- No es suficiente -conseguí decir, entre sollozos-. Quiero más que esto... quiero más de ti. Lo quiero todo. Y si no puedes dármelo... entonces no quiero nada -retrocedí un paso y me sequé la cara, a pesar de saber que pronto volvería a estar cubierta de lágrimas-. Lo mejor es que te vayas.

- Déjame quedarme contigo -pidió, para mi sorpresa.

Lo miré pasmada.

- ¿Para qué, Louis? No quiero follar -me reí con tristeza-, quiero mucho más que eso, y eso es sólo lo que tú quieres de mí, ¿no?

- Puedo ser el que he sido contigo hasta ahora.

- ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que mañana te tires a otra? ¿Hasta que dentro de dos días aparezca Perrie y te des cuenta de que estás haciendo algo que va en contra de lo que te has obligado a querer y vuelvas a huir de mí? ¿Hasta que dentro de una semana te entre miedo y decidas que estoy demasiado cerca? -Pregunté, con dolor, alzando la voz a medida que iba hablando. Negué con la cabeza-. No quiero eso. Quiero tu compromiso, quiero sentirme segura contigo. No quiero más dudas, ni más miedos. No quiero sentir que sólo soy alguien a quien manejas a tu antojo.

Arrugó la frente y se aproximó a mí, con los brazos extendidos hacia los extremos.

- No eres eso, ¿qué estás diciendo?

- ¡Entonces qué soy! -Grité-. Sólo tengo tu cariño a medias porque no siempre te dignas a ofrecérmelo. Sólo eres mío a medias.

- No soy de nadie más.

- No eres de nadie más que no sea de ti mismo. No eres mío -repetí-, y quiero que lo seas.

- Alice, tú... -enmudeció. Observé cómo apretaba la mandíbula, incluso las venas que sobresalían por su cuello se hincharon. Se mordió los labios con fuerza e imaginé que le resultaba difícil decir lo que venía a continuación-. Si tuviera que ser de alguien de este planeta, sería tuyo.

- Pero no lo eres -me encogí de hombros, ya más calmada-. Te he pedido que lo seas y me has dicho que no. No puedo conformarme sólo con que haya en ti un pequeño deseo de ser mío, porque yo deseo con todas mis fuerzas ser tuya, y espero de ti lo mismo -nos miramos. No dijo nada-. ¿Lo has pensado bien?

- Sí -leí en sus labios, al cabo de unos segundos.

Su voz apenas fue audible.

Agaché la cabeza, asintiendo.

- Entonces lo mejor es que te vayas.

Sentí su mano sobre mi mentón y me alzó el rostro.

- ¿Vas a estar bien? ¿Vas a cuidarte? -Preguntó, con una preocupación sorprendente-. Si no me dejas estar a tu lado, al menos prométeme que vas a cuidarte, por favor. Cuídate, Alice, por favor.

- Me estás pidiendo que me cuide porque tú no tienes el valor de hacerlo, no sabes lo que duele eso -sus ojos se abrieron. Los míos se cerraron-. Estaré bien. Sólo necesito que desaparezcas. Vete, por favor.

Fue lo último que dije antes de pasar por su lado, sin mirarlo. Fue lo último que escuché antes de que me perdiera por el pasillo con la intención de dirigirme hacia mi habitación.

Ni siquiera escuché cómo se marchaba, pero supuse que lo había hecho al cabo de unos minutos.

Todo había acabado. Y todo era negro.

______________________________________

Estoy llorando.

Tengo muchísima prisa así que no puedo contestar a todos los comentarios. Perdonadme :( Los he leído y os quiero una eternidad, mil gracias a todas en serio.

Capítulo dedicado a GeneYuli_1D

Muchisisisisisisimas gracias a todas. Prometo actualizar pronto. Os quiero mil

Twitter: @LookAfterYou28

Seguir leyendo

También te gustarán

73.8K 8.6K 27
Jimin, es un joven omega que no espera de los alfas nada más que traición. Vendido a la prostitución siendo aún un niño, Jimin sobrevive manteniendo...
26.3K 1.8K 49
T/n soñaba con conocer a su actor favorito en la comic-con de este año. Pero nunca pensó que este encuentro se daria en su lugar de trabajo, dando pa...
306K 20.8K 93
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
515K 70.3K 43
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!