More than this | Fan-fic de L...

By judiLimon

663K 25K 3.5K

"Nuestros ojos chocaron por sexta vez en la noche y me estremecí. ¿Qué había en ellos? ¿Estaba viendo deseo e... More

More than this
I. Miradas
II. Nunca había hecho esto
III. Cuenta hasta diez
IV. Sabes perfectamente la respuesta
V. Me gustaría mucho que fuera contigo
VI. Calma, preciosa
VII. Dime si quieres que me quede
VIII. ¿Eso es humillante?
IX. Desnúdate
X. Creo que somos muy parecidos
XI. No voy a llevarte a ninguna parte
XII. Esto es muy intenso
XIII. Nunca
XIV. ¿Por qué eres así?
XV. Lo prometo
XVI. ¿Y si se quedaba conmigo?
XVII. Poniéndome a prueba
XVIII. Puedes hacer lo que quieras conmigo
XIX. No eres tan duro como aparentas
AVISO
XX. Mía
XXII. El cuartel general
XXIII. Mucho, pequeña
XXIV. Hasta que me besó
XXV. ¿Qué me estaba pasando?
XXVI. Miedo
XXVII. Confía en mí (1/3 maratón)
XXVIII. No lo permitas (2/3 maratón)
XXIX. Gracias por cuidarme (3/3 maratón)
XXX. Especial
XXXI. Necesitaba sentirla mía
XXXII. A su lado
XXXIII. Querida
XXXIV. ¿Lo has hecho por mí?
XXXV. No quiero que nos vayamos ninguno
XXXVI. A cada paso que daba sin él
XXXVII. El muro, la fuerza y la valentía
XXXVIII. Tuyo
XXXIXL. Sólo sexo
XL. Ganamos los dos
XLI. Historia de amor
XLII. Blanco o negro
XLIII. No puedo
XLIII. Negro
XLIV. ¿Por qué no podía dejarme sola?
XLV. Haz conmigo lo que quieras
XLVI. Paraíso
XLVII. La decisión
XLVIII. Y siempre lo voy a ser | FINAL |

XXI. Algo que he querido hacer para ti

10.8K 406 39
By judiLimon

Sábado 22 de marzo de 2014

Alice

Respiré aliviada al tiempo que bufé enfadada cuando llegué hasta mi habitación y comprobé que Louis no estaba. Por una parte, lo agradecí, porque no veía una manera de enfrentarme a él sin sentir la necesidad de golpearlo. Por otro lado, ¿quién se creía que era largándose y dejando todo como lo había dejado? ¿¡Es que no le importaba lo más mínimo lo que pudiera pasar con nosotros!?

Dirigí mis aliviados y enfadados pasos hasta el escritorio, donde estaba mi móvil, que en pocos segundos empezaría a echar humo, pues de alguna manera tendría que desahogarme. Pensé en Chloe de inmediato y supe que era con ella con quien más necesitaba hablar de lo que había pasado.

Sostuve el móvil entre mis manos mientras buscaba su número entre todos mis contactos. Mis ojos se desviaron de la pantalla al encontrarse de reojo con un objeto no identificado descansando sobre la mesa. Dejé momentáneamente el teléfono y sustenté entre mis manos una pequeña hoja blanca que seguramente Louis habría arrancado de la libreta que siempre se encontraba sobre el escritorio. Suspiré, sin alivio ni enfado, simplemente desanimada, al leer un pequeño "lo siento" escrito sobre el fino papel. No entendía por qué siempre teníamos que acabar de una manera parecida.

La caligrafía de Louis presumía de ser rápida y poco precisa, y aun así se me antojó la más bonita del mundo al releer una y otra vez ese "lo siento" que había dejado inscrito.

Dejé el pequeño trozo de folio de nuevo sobre la mesa y retomé mi anterior actividad, la que tenía como objetivo desahogarme hablando con la única persona que sabía que me escucharía sin juzgarme.

– ¿Chloe? –Pregunté, cuando sentí cómo descolgaba el teléfono.

– "Sí, dime, Alice".

– ¿Puedes hablar?

–"Sí, claro. ¿Ha pasado algo?"

– Sí, Louis es idiota –avancé hasta la cama y me dejé caer en ella, derrotada. Así era como realmente estaba, derrotada, abatida y absolutamente desmoralizada con respecto a ese "nosotros" que había creado de manera errónea–. Se ha pasado de la raya.

– "¿Qué ha pasado? ¿Qué te ha hecho?"

–Estábamos juntos y, de pronto, se le ha ocurrido la maravillosa idea de proponerme un trío. ¡Un trío! –Exclamé–. Que no me repugna que tenga esas ideas, sé que las tiene, y no me importa, pero me ha presionado de una manera horrible para que aceptara –me llevé la mano izquierda a la cara, cubriéndome los ojos–. Nunca me había sentido tan incómoda ni tan ridícula, he tenido que rechazar una y otra vez sus súplicas de que me acostara con otra persona. ¿Qué sentido tiene?

Esperé una respuesta que tardó en llegar.

– "Espera, creo que tengo que recuperarme de lo que me has contado. Sabía que Louis era estúpido pero no tenía ni idea de que alcanzara esos niveles. ¿Cómo se le ocurre ponerte en una situación semejante?"

Parecía realmente indignada y ni siquiera conocía la historia completa.

–No es el hecho de que me proponga hacer algo así, es cómo ha querido gobernar sobre mí y sobre mis decisiones, y cómo ha pretendido forzarme a hacerlo. Me ha dicho que si seguíamos haciendo siempre lo mismo se aburriría de mí –bajé el tono de voz a medida que iba finalizando la frase.

Estaba dolida.

– "¿¡QUÉ!? –Taponé mi oído cuando un profundo grito llegó hasta mí–. ¿¡Te ha dicho eso!? ¿¡De verdad!?"

– De verdad.

– "Pues, querida, para empezar, no te lo creas. Te aseguro que Louis está tan enganchado a ti como desgraciadamente tú lo estás a él –sus palabras me hicieron despertar y me incorporé de un salto en la cama–. ¿Cómo puede haberte dicho eso? ¿Cómo pued...?"

–Espera, para –corté–. ¿Qué has dicho? Bueno, no me lo repitas, lo he escuchado perfectamente, pero, ¿por qué dices eso? ¿Enganchado a mí?

–"¿No te parece evidente? –Cuestionó–. Quiero decir, eres tú la que compartes esos momentos con él, tú lo tendrías que saber mejor que nadie. Niall sólo puede imaginárselo y yo completo las imaginaciones de Niall con mis propias teorías. Y a la conclusión a la que hemos llegado es a esa: está enganchadísimo a ti".

La cabeza me dio vueltas durante unos segundos mientras sobrevolaban por mis pensamientos palabras como "enganchado", "teorías" o "imaginaciones". ¿Louis estaba enganchado a mí? ¿De qué manera? ¿Hasta qué punto? ¿¡Por qué Chloe no me había hablado de ello!?

–"¿Alice? ¿Sigues ahí?"

–Estoy tratando de digerir tus palabras –admití–. No sé si sé a qué te refieres.

- "Louis siempre ha buscado sexo, ¿no? Niall cree que es lo que está buscando en ti pero de una manera diferente, porque te consiente cosas que nunca había consentido antes".

–¿Louis le habla a Niall de mí?

–"Louis le habla de todo a Niall, y después él me lo cuenta a mí".

–¿¡Y por qué no me lo habías dicho antes!?

–"¡Porque ya te he dicho que son sólo teorías! No le ha dicho claramente un 'estoy pillado por Alice', simplemente le cuenta cosas. Y Niall le ve diferente. Eso es todo. Si no te lo he dicho es porque no quiero que te hagas ilusiones porq..."

–Alto –la interrumpí de nuevo–, ¿ilusiones?

–"Alice, por favor. Está más que claro lo que sientes por él –cerré los ojos. Estaba transparente–. ¿Vas a negármelo?"

–¿Serviría de algo?

–"No".

–Entonces me lo ahorro –comenté, algo divertida–. En fin, creo que ya he tenido suficiente, me va a explotar la cabeza si sigo dando vueltas a lo muy enganchada que estoy a un estúpido depravado, autoritario y estúpido –era consciente de las muchas veces que había repetido la palabra "estúpido" pero debía ir siempre acompañando a su nombre–. Cambiemos de tema. ¿Cómo estás tú?

Me tumbé de nuevo en la cama, intuyendo que a partir de entonces la conversación tomaría unos cauces más tranquilos.

–"Creo que Niall y yo vamos a dejarlo".

Me equivoqué. Cero tranquilidad. Me levanté con un nuevo brinco y abrí los ojos como platos.

–Chloe, ¿¡de qué narices me estás hablando!? ¡¡No podéis dejarlo!! ¿Cómo vais a dejarlo? Os queréis!! ¿Qué ha pasado? ¿Habéis discutido?

Estaba bastante más nerviosa de lo que estaba minutos atrás.

–"No hacemos otra cosa que discutir. Él ya no está a gusto conmigo, cuestiona todo lo que digo, todo lo que hago. Y eso es algo que yo llevo haciendo mucho tiempo, así que nos hemos equiparado en cuestiones de desconfianza. No tiene sentido que sigamos alargando algo que es evidente que va a morir".

–Vale, no, no, no. ¡Qué dices! No hagas la autopsia tan rápido. Os queréis, eso tiene que contar, lo único que necesitáis es relajaros, sentaros un día a hablar, deciros todo lo que pensáis y qué creéis que debéis cambiar. Ya está, terapia de pareja, eso necesitáis. ¡No podéis dejarlo! No vuelvas a decir eso.

–"Alice, en serio, estamos agonizando. Ayer no nos vimos en todo el día, hoy tampoco, y la realidad es que ninguno de los dos quiere hacerlo".

Suspiré, aún más intranquila. Era mucha la impotencia que sentía por no poder hacer nada mientras veía cómo dos personas estaban tirando por la borda algo tan bonito cuando se querían tanto.

–Escúchame, voy a colgarte y tú vas a hacer lo siguiente. Te vas a preparar un té, te vas a sentar en el sofá y vas a pensar en la cantidad de cosas que tiene Niall y que hacen que le quieras, ¿vale? Las apuntas si quieres. Y después te vas a repetir a ti misma todo lo que estás dispuesta a hacer para que todas esas cosas permanezcan a tu lado. ¿Estamos? Te lo ordeno. Te lo estoy ordenando. No voy a dejar que tires la toalla con esto.

–"No es tirar la toalla, es aceptar que no funciona".

–¡Que no, Chloe! Te mataré si no intentas revivir lo que tenéis. Vas a hacer lo que te he dicho –exigí, con la autoridad que había aprendido del mejor–, y mañana le vas a llamar, te vas a sentar con él y vais a hablar con calma de cuánto os queréis y de lo mucho que merece la pena estar juntos. Dame un "no" por respuesta y en diez segundos estoy en tu casa a patearte el culo.

Fui muy dura, sí, pero quizá era lo que necesitaba para que despertara de una vez y se diera cuenta de que si no espabilaba perdería a la persona que más quería en el mundo. Escuché cómo respiraba fuerte al otro lado del teléfono y recé por haberla convencido de que lo único que necesitaban era hablar largo y tendido de lo que les pasaba; hablar, no discutir.

–"¿Crees que funcionará?" –Preguntó, finalmente.

–Creo que funcionará si tú quieres que funcione. También creo que para ello lo más fundamental y necesario es que aprendas a confiar en él cuanto antes. ¿Lo harás?

– "Lo intentaré, sí".

–Eso quería oír.

–"Cuando te pones en este plan das auténtico miedo, que lo sepas".

–Pero funciona, ¿no? Te he convencido.

Reímos al mismo tiempo y, por tercera vez, me tumbé con la esperanza de no llevarme ningún otro susto que me hiciera levantarme de golpe. Tenía el pelo empapado y había humedecido por completo los hombros de mi camisa, por lo que empezaba a sentir un ligero frío. Me abracé a mí misma echando en falta otros brazos y volví a pensar en el estúpido de Tomlinson.

–Tengo que colgar –anuncié a mi amiga–. Acabo de salir de la ducha y mi cuerpo empieza a exigir que seque mi pelo o se congelará de frío. ¿Harás lo que te he dicho?

–"Lo haré, te lo prometo".

–Mañana te llamo para ver cómo ha ido.

–"¡Oye! Y tú, ¿qué vas a hacer con Louis?"

Buena pregunta.

–Ojala tuviera una respuesta. ¿Mandarle al Polo Norte y que se aleje de mi vista es posible?

–"Creo que de momento no, pero estudiaré un plan para conseguir mandarlos a él y a Niall y que nos dejen tranquilas –reí–. Llámale, Alice –dijo, seriamente–. O, al menos, no rechaces su llamada, porque te llamará, estoy segura –hizo una pausa–. Mañana hablamos, ¿vale?"

–Vale, Chloe. Piensa en lo que te he dicho.

–"Lo haré. Y trabajaré en lo del Polo Norte por si no resulta –reímos de nuevo–. Hasta mañana, Alice".

–Hasta mañana.

Colgué y tiré el móvil a mi lado. Tenía varios WhatsApp pero rechacé concentrarme en ello porque había dos opciones: que Louis me hubiera escrito o que no lo hubiera hecho. Y no sabía qué prefería.

Una vez que ya había aceptado de una forma absoluta cómo me sentía con respecto a él tenía que decidir si seguir sintiéndome así era lo que buscaba. Mis esperanzas me decían que me mantuviera fuerte, que tanto ellas como yo habíamos visto evolucionar a Louis en todo ese tiempo que llevábamos juntos, le habíamos visto tratarnos con dulzura y mimo, le habíamos visto ser mucho más de lo que aparentaba ser. Mis esperanzas me obligaban a seguir ahí. Mis esperanzas no me dejaban rendirme con él. Lo que no tenía claro es qué querían exactamente mis esperanzas. ¿Una relación con él? ¿Era eso lo que muy en el fondo había querido desde que aquel primer día quedé completamente a merced de sus ojos?

Un tercer sobresalto, causado por esos pensamientos, me hizo erguirme y abandonar definitivamente la cama. Me secaría el pelo, me pondría mi pijama más calentito, me prepararía una buena cena y me deleitaría con mi querido Ewan McGregor haciendo uno de sus mejores papeles en Big Fish. De alguna manera tenía que olvidarme del estúpido de Tomlinson, aunque fuera por un rato.

Domingo 23 de marzo de 2014

Alice

Había pasado todo el día sin noticias de Louis. Ni un triste mensaje, mucho menos una llamada. Ni que decir tiene que no pasó por casa para que pudiera tirarle un plato en la cabeza, cerrarle con la puerta en las narices o simplemente para que él me preguntara cómo estaba. El paso de los minutos sin noticias suyas hacía que mi enfado aumentara. Se estaba comportando como un capullo y empezaba a ordenar a mis esperanzas que detuvieran su avance, pues no estaba dispuesta a arriesgar mi salud mental por un estúpido que no merecía la pena.

Cuando el timbre sonó, a eso de las seis y media de la tarde, me tragué todos esos pensamientos y me volví chiquitita. ¿Sería él? Me moví con velocidad hasta que estuve frente a la puerta y ante ella me detuve, quizá esperando desarrollar una visión láser para descubrir quién estaba al otro lado de la puerta. Agradecí que no me hiciera falta averiguarlo.

–Alice –su voz, amortiguada por la separación que existía entre ambos, hizo que contuviera la respiración–, ábreme, anda.

Respiré hondo, conté hasta diez, e hice lo que demandaba.

Sus ojos azules me pidieron perdón desde el instante uno en que nuestras miradas chocaron y me llevé una sorpresa cuando ni siquiera eso consiguió reblandecerme. Seguía enfadada pese a tenerle delante de esa manera.

Seguía enfadada pese a desearle como siempre lo había hecho.

–Qué quieres –pregunté, seca, sin interés alguno.

–Pedirte perdón.

–Estupendo –seguí indiferente e hice ademán de cerrar la puerta pero apoyó una mano en ésta.

–Alice, por favor. Perdóname. Te lo estoy pidiendo. Te lo suplico, incluso. Perdóname–no dije nada y colocó las manos sobre su cintura, en forma de jarra–. ¿Te das cuenta de que siempre tengo que estar pidiéndote perdón?

Dejé escapar una risa irónica.

–A ver, déjame un par de minutos para que deduzca por qué...

– Fui un capullo –admitió, sin dejar que añadiera nada más.

–Bingo, de premio tienes el maravilloso placer de abandonar mi casa.

Empujé su cuerpo dándome cuenta de que sería la única manera de cerrar la puerta pero se mantuvo inmóvil.

–Espera, por favor. Lo siento. Fui un capullo, lo sé, pero... –Suspiró–. Cuando se trata de ti sólo puedo...

–¿Aburrirte? –Le corté, aludiendo a las palabras que más daño me habían hecho desde que nos conocíamos.

–No, ¿qué dices?

–¿Qué digo? Lo mismo que dijiste tú ayer. ¿O me vas a venir con el cuento de que era una broma? –Pregunté, malhumorada y dolida por igual.

– No. Siento haber dicho eso.

Apoyé las manos en su pecho y lo empujé, cogiéndole desprevenido y haciendo que retrocediera un par de pasos hasta quedar fuera de mi piso.

–Deja de empujarme –protestó.

–Pues lárgate, ¿no te das cuenta de que no quiero que estés aquí?

Se acercó a mí de forma imprevista y de nada sirvió que tratara de alejarme de él: sujetó mis hombros con fuerza y se situó frente a mí, a poca distancia.

–Perdóname, por favor –había demasiada dulzura en su voz y luché contra todo para no quedar desarmada e indefensa ante él–. No sabes cuánto me arrepiento de haber dicho eso. Tú no puedes aburrirme. Es imposible que pase algo así –la dulzura dio paso a una extraña seriedad y me descompuse ligeramente–. Sabes que... –Detuvo sus palabras, se pasó la lengua por los labios y agachó la cabeza, acabando con su sujeción sobre mí–. Sabes que me gusta mucho, muchísimo, pasar tiempo contigo –soltó las palabras como si le costara que salieran de sus labios.

–Eso creía, sí –respondí, cabizbaja al recordar que me había hecho sentir que realmente estaba a gusto conmigo.

–¡Es así! –Aferró mi cintura y me hizo mirarle–. Es así, Alice. Sabes que es así. Lo que dije lo dije sin pensar, y te estoy pidiendo perdón.

–No es sólo eso, Louis –retrocedí un paso sin darme cuenta de que de esa forma le permitía entrar del todo a mi casa. Cerró la puerta detrás de él y dirigí mi mirada hacia la pared de mi derecha, tratando de buscar las palabras adecuadas–. ¿Te das cuenta de la manera en que quieres dominar mi vida? ¿Por qué no puedes aceptar que hay cosas que quiero, o que no quiero, y que difieren de lo que tú quieres o dejas de querer? Somos diferentes, tienes que aceptar eso, y no voy a estar a tu disposición para todo.

–Vale, vale, perdóname –repitió, dejándome ver un cierto nerviosismo que había escondido o disimulado hasta entonces–. Te juro que no volveré a proponerte algo que te haga sentir incómoda. Te lo prometo –avanzó hacia mí pero me retiré en seguida–. Por favor... –Alargó su mano hasta que rodeó mi cuerpo con ella y me atrapó entre sus brazos, sin darme posibilidad a moverme. Acercó sus labios a los míos y, como había hecho ya, rechacé su contacto–. Déjame besarte, por favor.

Luché fuertemente contra los impulsos que había dentro de mí, contra su fuerte agarre y contra sus labios buscando los míos. Luché fuertemente y conseguí seguir rechazándolo hasta que su boca rozó levemente la mía. Entonces recordé lo que era ser besada por él y no pude negarme más.

No pude seguir frenando lo que sentía.

Sus labios se movieron con delicadeza sobre los míos y me perdí en ese beso.

– Perdóname... –Convirtió esas palabras tan repetidas en un murmullo y acarició mi rostro–. Déjame llevarte a un sitio.

Lo miré confundida.

–¿Qué? ¿A dónde?

–A un sitio. ¿Quieres?

Me negué.

–Dime a donde.

–Lo veremos cuando llegues.

–No, quiero que me digas a donde quieres llevarme.

–Es una sorpresa –se inclinó para besarme de nuevo y lo acepté, aunque no muy convencida–. Si te lo digo, dejará de ser sorpresa. Confía en mí.

–No confío en ti –afirmé, segura.

Suspiró.

–Sólo quiero darte una sorpresa pero, si no quieres, podemos quedarnos aquí sin ningún problema –traté de leer en sus ojos qué sentimiento era el que le estaba dominando. Buscó mis manos con las suyas y las entrelazó–. Vamos.

Comenzó a andar hacia el interior de mi casa. Nada de sorpresas.

Lo pensé mientras caminaba tras él. ¿Quería eso? ¿Quería negarme a una sorpresa por su parte? ¿Quería prohibirle la posibilidad de pedirme perdón tal y como lo había planeado? ¿De verdad quería perderme eso?

–Espera –me detuve en seco y él hizo lo mismo–. ¿Qué sorpresa es?

Rió ligeramente.

–No puedo decírtelo, preciosa, porque entonces dejará de ser sorpresa, ¿no crees?

Miré hacia otro lado. ¿Qué debía hacer? Tenía claro qué quería hacer. Quería irme con él, quería que me llevara donde él más quisiera, quería descubrir de qué se trataba porque quería descubrir si realmente esto tenía alguna importancia para él. Pero, ¿y si sólo era otro de sus juegos? ¿Y si lo único que estaba haciendo era ponerme a prueba y demostrarme que, daba igual lo que pasara, siempre iba a estar para él? ¿Y si sólo quería demostrarme que no podía decirle que no a nada?

–Alice, escúchame –dirigí mi mirada al frente y lo encontré repentinamente cerca de mí. Volvió a sostener mis manos y me esforcé en prestar atención a lo que quería decirme pese a no poder dejar de dar vueltas a su proposición–. Si no quieres ir, porque realmente no quieres, podemos quedarnos aquí, podemos hacer lo que tú quieras. Pero si quieres ir y lo que te pasa es que estás debatiendo contigo misma por cuestiones de orgullo, porque te impides a ti misma ceder ante mí... Escúchame con atención –se inclinó y clavó sus ojos en los míos–. No estás cediendo. No estás cediendo de ningún modo, no estás siendo más débil por decirme que sí. Es una sorpresa, algo que he querido hacer para ti. Si me dices que sí, no estás haciendo que gane yo porque no seas capaz de decirme que no. Si finalmente vamos, la que ganarás serás tú, créeme.

Lo hice. Lo creí. Y después de sus palabras no necesité pensármelo más tiempo.

–Voy a cambiarme.

Exhibió una sonrisa y me besó deprisa, sin darme opción a moverme un solo centímetro.

Y supe que había elegido lo correcto.

____________________

Capítulo dedicado a KarenJTommo, disfrútalo :)

Mucho amorrrr xxx

Twitter: @LookAfterYou28

Continue Reading

You'll Also Like

411 97 23
Desde lo más simple, hasta lo más macabro, la tinta será mi resplandor por el resto de las hojas, colores tenues que se dispersan a través de mi ment...
3.7K 378 10
VP|| un hilo rojo y seis vidas pasadas └>Terminada. └>Idea totalmente mía, no se permiten copias ni adaptaciones. └>Inicio y fin: 21/09/20 └>créditos...
13.2K 2.3K 6
Segunda parte de la historia "Infierno" "Yo te vi morir" - Su pecho se apretaba con cada respiración que daba. "No se de que mierda me estas habla...
135K 8K 15
El maldito NTR pocas veces hace justifica por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suc...