Entre Ángeles y Demonios: La...

By BeluRomiara

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Eldar despierta de una pesadilla el día de su cumpleaños y descubre que fue algo más que una pesadilla. A par... More

Capitulo 1 - El Príncipe Oscuro
capitulo 2 - Despertar (parte I)
Capítulo 2 - Despertar (Parte II)
Capitulo 3 - El Consejo de las Sombras (Parte I)
Capítulo 3 - El Consejo de las Sombras (Parte II)
Capitulo 4 - El Ataque (Parte 1)
Capítulo 4 - El ataque (Parte II)
Capitulo 5 - Eldar y el Consejo
Capitulo 6 - Lyra (Parte I)
Capítulo 6 - Lyra (Parte II)
Capitulo 7 - Contactos (parte I)
Capítulo 7 - Contactos (Parte II)
Capitulo 8 - Muchas cosas a ala vez (Parte I)
Capítulo 8 - Muchas cosas a la vez (Parte II)
Capítulo 9 - Un viaje lleno de peligros (Parte II)
Capítulo 10 - La tierra Oscura y las traiciones (Parte i)
Capítulo 10 - La Tierra Oscura y las traiciones (ParteII)
Capítulo 11 - La Ciudad de LAs Sombras (Parte I)
Capítulo 11 - La Ciudad de Las Sombras (Parte II)
Capítulo 12 - Huyendo del Castillo (Parte I)
Capítulo 12 - huyendo del Castillo (Parte II)
Capítulo 13 - Secretos Revelados (Parte I)
Capítulo 13 - Secretos Revelados (Parte II)
Capítulo 13 - Secretos Revelados (Parte III)
Capítulo 14 - Entre Ángeles y Demonios (Parte I)
Capítulo 14 - Entre Ángeles y Demonios (Parte II)
Capítulo 14 -Entre Ángeles y Demonios (Parte III)
Capítulo 15 - El portal Infernal (Parte I)
Capítulo 15 - El Portal Infernal (Parte II)
Capítulo 16 - Muerte y Redención (Parte I)
Capítulo 16 - Muerte y Redención (Parte II)
Capítulo 17 - El Regreso (Parte I)
Capítulo 17 - El Regreso (Parte II)
Capítulo 17 - El regreso (Parte III)
Capítulo 18 - Momentos Cruciales
Capítulo 19 - De Vuelta al Ruedo
Capítulo 20 - Dos pájaros de un tiro (Parte I)
Capítulo 20 - Dos pájaros de un tiro (ParteII)
Capítulo 21 - Ordenando el Caos (Parte I)
Capítulo 21 - Ordenando el Caos (Parte II)
Capítulo 22 - Epílogo

Capítulo 9 - Un viaje lleno de peligros (Parte I)

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By BeluRomiara

9 - Un viaje lleno de peligros.

El día se había hecho interminable entre corridas del Consejo a casa de Alma y de la casa de Alma a la de Súmmum. Finalmente habían decidido quedarse en casa del brujo para preparar las cosas para la partida mientras esperaban que el Consejo tomara alguna decisión. Súmmum se había convertido en parte de la familia a estas alturas.

La primera respuesta de Wolfgann había sido negativa y Eldar se había ido enfurecido y dispuesto a partir de todas formas. Realmente no le importaba lo que decidieran, él ya había tomado su propia decisión aunque eso no fuera visto con buenos ojos.

Cuando por fín llegó la noche, no pudo dormir. Por mas que lo intentaba no podía dejar de pensar en las palabras de Selene dentro de su cabeza. Cuando Alma fue a despertarlo se encontró con que estaba despierto con los ojos abiertos mirando el techo. Había desayunado mas por obligación que por tener la necesidad de comer algo, Alma lo había llenado de recomendaciones y luego se había ido al gimnasio a entrenar antes de irse.

La práctica se volvió violenta por momentos. Eldar encaraba los ejercicios descargando su ira sobre el Cazador que hacía de sparring con toda su furia. Necesitaba descargar tensiones y el ejercicio lo ayudaba. Cuando llegó el momento de practicar con la espada Eldar tenía las mismas energías como si recién llegara. Hizo los ejercicios de defensa pero lo que él necesitaba era atacar. La práctica se volvió un tanto salvaje, Eldar atacaba con toda su energía. Había acorralado a su entrenador mas de una vez. Manejaba la espada como un experto. Una estocada pasó por encima de su cabeza. Esto no le gustó mucho y su reacción fue abalanzarse contra el Cazador que lo entrenaba sin darle respiro. Lo fue acorralando hasta que su espalda tocó la pared y ya no pudo frenar los fuertes golpes de Eldar. Entonces la hoja filosa de Eldar abrió un surco en el hombro de su contrincante rasgando su traje de combate. La punta de la espada sobre el pecho del cazador.

- Es suficiente - dijo Yamil a su espalda.

Yamil era el Cazador a cargo del lugar y llevaba muchos años al frente del entrenamiento de los Cazadores del Consejo.Era de procedencia Árabe y se especializaba en armas blancas.

Eldar parpadeó como si despertara de un sueño y bajó la espada. Una mancha oscura se desparramaba por el hombro de su contrincante. Dio un paso atrás respirando profundamente.

- Lo siento - dijo algo perturbado - no quise herirte.

- No es nada - dijo el Cazador - Solo es un rasguño.

Lo vio alejarse con la mano cubriendo su hombro.

- Nunca vi nada igual - dijo Yamil - Tienes un potencial increíble, pero debes controlar tus emociones. Aquí todos estamos del mismo lado.

- Lo siento. No me di cuenta.

Cuando Eldar salió del gimnasio estaba eufórico, era como si algo dentro de él hubiera despertado de golpe. Cuando llegó a la casa de Súmmum, Alex lo estaba esperando para practicar.

Alex había improvisado una especie de ring en el living de Súmmum , pero no esperaba que Eldar fuera tan bueno.

- Es imposible - dijo Alex jadeando - Estoy perdiendo mi tiempo contigo. No necesitas que te enseñe nada.

Súmmum sonrió ante la cara de espanto de Alex.

- Te dije que ya había estado entrenando - dijo Eldar sentándose en el sillón.

- Ya veo, pero no pienses que eres el mejor. Los demonios son fuertes y traicioneros.

- Que vayan pasando - dijo Eldar con cara de loco.

Alex salió del living protestando entre dientes cosas incomprensibles.

 Alma llegó cuando estaban terminando de preparar todo lo que necesitaban llevar, se encontró con un Eldar de semblante sombrío sentado al borde de un sillón en el más absoluto de los silencios, tenía la cabeza gacha apoyada entra sus manos y los ojos cerrados. Súmmum y Alex estaban en la cocina terminando de acondicionar sus armas.

- ¿Estás seguro de esto? - dijo suavemente sentándose junto a él.

Eldar levantó la cabeza y la miró como si no se hubiese dado cuenta de que ella estaba allí.

- No tengo alternativa -dijo sereno - O ¿Si?Lo hago por Lyra, solo por ella.

Alma dejó escapar un suspiro y dirigió su mirada hacia la ventana que dejaba ver la noche taponada de estrellas.

- Pienso que deberíamos esperar un poco mas, tal vez Wolfgann cambie de opinión y nos preste su ayuda.

Eldar sonrió con tristeza y miró a su tía entre un mechón de pelo que caía en sus ojos.

- Wolfgann no lo aprobará y lo sabes. Igual no me importa lo que él diga.

- He hablado con él durante horas -dijo ella - He tratado de que entienda que Lyra es muy importante para ti, pero el Consejo tiene que aprobarlo, están en reunión ahora.

- Para cuando terminen ya nos habremos ido - dijo él fríamente

- Pero valdría la pena esperar un poco mas. Al Consejo le conviene prestarte ayuda, ya estaba en los planes que fueras a Argozz, pero Wolfgann cree que aún no estás listo.

-¡No!... ya lo decidí... mientras nosotros estamos deliberando Lyra está ahí sola y quién sabe en que condiciones... no puedo dejarla así, esto es culpa mía... ¿No puedes entenderlo? No necesito prepararme más. Puedes preguntarle a Yamil - dijo sombrío.

- La amas mas de lo que pensabas...

- Si - dijo dejando abierto su corazón por primera vez - Desde que era niño siempre estuvimos juntos y nunca comprendí lo mucho que la necesitaba hasta que la vi en peligro. No pude ver que lo que sentía por ella era mas que amistad y ahora ella está esperando por mí ... su vida depende de lo que yo haga esta noche.

- Lo entiendo, pero pienso que tal vez deberías esperar poder negociar con los demonios, buscar la manera de tener un encuentro con ellos y...

- ¡No! -exclamó él alzando la voz - Ellos esperan que yo vaya a Argozz y esta es la manera de decirme que ya no tengo opción... ¡Esta es la manera de hacerme ir aunque no quiera! Lo siento dentro de mí... sé que eso es lo que debo hacer... no esperaré...¿No puedes entenderlo?

Alma se quedó sin palabras, no sabía que decir, se sentía tan mal como Eldar y no podía hacer nada al respecto.

Vio a Eldar levantarse del sillón y caminar hacia la ventana, estaba fuertemente armado como para combatir a un ejército entero; vestía de negro y llevaba puesto un cinturón de armas cargado de afiladas dagas; otros juegos de dagas cortas de lanzamiento descansaban dentro de sus fundas en unas correas de cuero que se ajustaban a los muslos de sus piernas; una espada Jian de doble empuñadura colgaba del lado derecho de su cadera; llevaba puestas sus botas de cuero y Daga de Los Mundos asomaba por encima de su bota derecha.

Alma pensó que de todas las visiones que había tenido de Eldar, ésta era justamente la que menos hubiese querido concretar, le daba miedo verlo armado de esa forma, pero lo que más miedo le daba era ver su serenidad y la frialdad con que llevaba sus armas, con tanta naturalidad.

En una mesita descansaba la aljaba llena de flechas y el arco que había elegido, esperando que él los tomara.

- Esta bien -dijo Alma resignada - Veo que estás preparado, llevas las armas como si fueran parte de tu cuerpo... pido a Dios que regreses tal y como te vas ahora...

- Lo haré - dijo él dándose vuelta lentamente - Te lo prometo.

Sus ojos eran fríos como témpanos y tenía una expresión marcial como nunca había visto en él. Parecía mayor en ese momento.

- Estamos listos - dijo Alex entrando al living.

Estaba vestida de negro y llevaba sus armas como Eldar, solo que colgaba su espada detrás de la espalda, el cabello rubio relucía entre el negro de la ropa y un medallón colgaba de su cuello pesadamente.

Súmmum apareció detrás de ella, iba extrañamente vestido de blanco inmaculado, llevando en su cinturón una gran variedad de dagas, colgaba a la espalda una espada celta de empuñadura doble que parecía tener miles de años.

- Veo que todos van a la guerra - dijo Alma.

- Debemos estar preparados - dijo Súmmum con una sonrisa de confianza.

- Me dan miedo

- Tranquila - dijo el brujo - Ya he activado todos los conjuros para las armas y para nosotros.

- Mmm ... no van precisamente de excursión de niños exploradores.

- Tía - dijo Eldar poniéndose de cuclillas frente a ella - Estaremos bien, Alex cuidará de mi y yo de ella, nos cubriremos las espaldas y Súmmum nos ayudará a pasar los portales sin problemas, sabe infinidad de conjuros y hechizos... de verdad... confía en mi

- Confío en ustedes, pero no confío en los demonios.

-Bueno - dijo Súmmum - estamos todos listos y es hora de partir

Alma abrazó a Eldar fuertemente y le colgó una cadenita con un corazón de plata antiguo en el cuello.

Eldar tomó el corazón y lo dio vuelta entre sus dedos.

- Era de tu madre -le dijo - Tiene un hechizo, te ocultará unos instantes si lo presionas fuertemente contra tu corazón, pero no debe mojarse o perderá su fuerza y luego tardará en recuperarse.

Eldar metió la cadena dentro de su remera y miró a su tía con ternura.

- Gracias por cuidar de mi todos estos años - dijo en un susurro besando su frente - Volveré sano y salvo, te lo prometo.

***

Lyra estaba sentada en la cama mirando a su alrededor, se había puesto uno de los vestidos rojos pero se sentía incómoda, no podía verse en un espejo por que no había ninguno allí. No le quedaba otra opción que esperar. Había tratado de escapar por la ventana pero ésta estaba sellada y por mas que lo intentó no pudo abrirla. Estaba resignada a su suerte, sabía que no podría salir de allí por mucho que lo deseara. No podía dejar de pensar en el momento en que la ventana del living se hizo añicos y esos demonios entraron a toda velocidad y se abalanzaron sobre ella, había logrado herir con el cuchillo a uno de ellos pero fue reprimida rápidamente y de nada sirvieron sus gritos ni sus pataleos por zafar de las garras de los malditos. Ahora estaba allí sola tratando de pensar con la cabeza fría y haciéndose miles de preguntas.

Un ruido seco provino de la puerta y ésta se abrió para darle paso a una mujer esquelética vestida de gris, su rostro era inexpresivo como el de los demonios y parecía caminar en el aire mientra avanzaba hacia ella, llevaba una bandeja con un cuenco y lo que parecían ser unas gasas amarillentas.

Lyra dio un salto por encima de la cama al verla para alejarse de ella y la mujer, haciendo caso omiso, avanzó dejando la bandeja encima de la cama. La miró desde sus ojos vacíos de expresión y tomando las gasas las introdujo dentro del cuenco para sacarlas luego empapadas en un líquido verdoso. Lyra estaba paralizada por el miedo, pero no tenía donde huir, la puerta estaba cerrada y aunque estuviera abierta no tendría chance de pasar por al lado de la mujer sin que la atrapara.

- No te haré daño - dijo la mujer sin mover los labios, su voz parecía venir desde su mente, pero Lyra la escuchó tan clara como si realmente hubiera hablado - Vengo a curar tu herida.

Lyra miró su brazo, todavía sangraba y estaba algo hinchado. Tímidamente dio un paso adelante y se acercó a la mujer de gris. Su rostro era inexpresivo pero algo le hacía sentir a Lyra que su mirada era triste. Por un momento sintió pena por ella y supo que realmente no le haría daño.

La mujer tom,o con cuidado el brazo de Lyra y comenzó a limpiar la herida lentamente. Al principio el ardor fue insoportable y las lágrimas de Lyra comenzaron a correr por sus mejillas en silencio, mientras que se mordía el labio inferior hasta sentir el sabor metálico de su propia sangre.

- Pronto no habrá dolor - dijo la mujer en la mente de Lyra.

Poco a poco el dolor disminuyó y para cuando la mujer terminó de limpiar la herida, el dolor había desaparecido por completo. Las marcas parecían atenuadas y ya no tenía la piel hinchada.

- Gracias -dijo Lyra tratando de descubrir un cambio en la expresión de la mujer.

No obtuvo respuesta alguna. Tan silenciosamente como había entrado, salió llevando la bandeja de vuelta y Lyra volvió a quedarse sola. Se sentó en la cama nuevamente y cuando pensaba que estaría sola por siempre otra vez el sonido seco y la puerta se abrió nuevamente. Una mujer joven ricamente vestida y con una amplia sonrisa entró a paso lento pero firme. Llevaba el pelo negro azabache recogido con tirantez en una gran cola de caballo que le caía hasta la cintura, tenía los ojos tan celestes que parecían blancos, su rostro era de una belleza extrema. A pesar de ser delgada su cuerpo estaba bien torneado; su pecho era abundante y asomaba por el escote de su vestido; la cintura fina y las caderas anchas y emanaba sensualidad por donde fuera mirada.

Lyra quedó impresionada ante su belleza, si era un demonio no lo aparentaba, le recordaba a esas chicas góticas que a veces iban a Onix.

Se quedó parada cerca de la puerta y miró a Lyra de arriba a abajo haciéndola sentir incómoda. En una de sus manos llevaba una copa de cristal con lo que parecía ser vino.

- Soy Eysêll - dijo acercándose a Lyra muy despacio - Veo que mi vestido te queda bien, aunque te faltaría rellenarlo un poco.

Lyra pasó la mano por el escote del vestido y se ruborizó. Algo en esa mujer la paralizaba, su voz era persuasiva, tenía un encanto que la hacia sentirse avergonzada.

- No te vergüenses - dijo como leyendo el pensamiento de Lyra - Toma esto y te sentirás mejor.

Le extendió la copa y Lyra la tomó aunque en realidad no quería hacerlo, estaba sometida a su voluntad y se daba cuenta pero no podía hacer nada para evitarlo. Se llevó la copa a los labios y bebió un sorbo. La bebida tenía un sabor dulce y estaba helada, lo que provocó en Lyra un estremecimiento.

- Bébelo todo.

Lyra vació la copa sin querer hacerlo; de inmediato sintió un leve mareo, era como si estuviera flotando, pero se sintió liberada. Lentamente los recuerdos de su llegada a Argozz comenzaron a hacerse borrosos y el miedo que sentía comenzó a desaparecer. Se sentía confundida y algo mareada, la copa cayó de sus manos haciéndose pedazos en el piso de piedra. Lyra se sentó en la cama y se dejó caer en un estado de semi inconsciencia, pero estaba despierta y pudo ver a Eysêll acercarse a ella y sentarse a su lado.

- Buena chica - dijo mientras que acariciaba suavemente el pelo de Lyra - Ahora vas  a descansar y cuando despiertes, ya no recordarás por que estás aquí, esta será tu casa, seras mi invitada especial.

La voz de Eysêll era suave, como si la acariciara y Lyra sentía un placer extraño al oírla.

- No sabrás nada de tu vida pasada y no reconocerás a tus amigos que vienen por ti, debes convencer al chico de la Daga de Los Mundos que eres feliz aquí, y lo mejor para ambos es quedarse en Argozz. No importa lo que te diga, ni siquiera recordarás su rostro cuando lo veas. ¿Lo entiendes?

Lyra asintió apenas con la cabeza, tenía los ojos pesados y apenas si podía mantenerlos abiertos, todo lo que deseaba era dormirse escuchando la dulce voz que le hablaba.

Eysêll salió de la habitación en silencio y le hizo señas a los demonios de la puerta de que se fueran. El pasillo quedó en soledad y ella comenzó a caminar lentamente con una sonrisa de satisfacción que poco a poco se trasformó en una carcajada. Siguió caminando hasta el final del pasillo que terminaba en una enorme puerta de doble hoja. Cuando estaba por llegar, la puerta se abrió de par en par, su hermano Gêldar apareció ante ella y la fulminó con la mirada.

- Deja de reír - le dijo fríamente.

Ella esbozó una sonrisa y lo besó fugazmente en la boca entrando luego al gran salón que estaba detrás de la puerta.

- No sé qué es lo que te divierte tanto - dijo él cerrando la puerta tras de sí

- Los humanos son tan vulnerables - dijo mirándolo divertida.

- Esto no es un juego Eysêll - le advirtió.

- Ya lo sé, pero sabes que siempre me divierte torturar las almas de la gente.

- ¿Mandaste a Niteris?

- Si - dijo ella poniéndose seria - Tu pajarraco ya regresó, tu niño se prepara para rescatar a su estúpida novia. No se que le ve, esa humana es insignificante. No veo la hora de tenerlo entre mis manos. Es bueno, será buen contrincante.

- No lo tocarás - dijo él amenazador.

- Ya cometiste un error en el pasado -dijo ella furiosa - Ahora tienes que repararlo.

- Lo haré a mi manera y tú no lo tocarás

Él se había acercado a ella y había tomado su cuello con fuerza. Sus ojos refulgían con un brillo oscuro y salvaje.

- Me encanta que te pongas así - dijo ella sonriendo.

Gêldar la soltó bruscamente y recuperó su semblante frío e inexpresivo.

- Nuestro padre espera que todo esté listo - dijo dándole la espalda - Ordenó dejarlos pasar.

- A pedido tuyo.

- Sí.

- ¿ No habrá lucha?... Que pena

- No. Siempre y cuando depongan las armas.

- ¡Entonces habrá lucha! - exclamó ella riendo - Tu niño viene armado y no está dispuesto a negociar, es bastante agresivo, creo que sale a ti. No quiso negociar conmigo la otra noche.

- Entonces será lo que deba ser - dijo él - Quiero que las calles de Argozz estén libres para cuando pasen por la Puerta Mortal. Cuando estén dentro del castillo serán capturados y por ninguna causa Eldar debe ser herido.

-¿Y sus amigos?

- Has con ellos lo que quieras.

- Uno de ellos es especial.

- ¿Cuál?

- Se hace llamar Súmmum, pero me da mala espina.

- Déjalo llegar y veré de quién se trata.

***

- No creo conveniente que el chico vaya a Argozz ahora - dijo Bruce.

El Consejo estaba reunido a pleno, hacía horas que deliberaban si darían o no su apoyo a Eldar.

Habían discutido el tema acaloradamente sin llegar a una decisión concreta, estaban divididos y cada uno expresaba sus miedos y sus motivos para estar a favor o en contra. Habían trascurrido dos horas desde que se reunieran y Wolfgann ya estaba impaciente, sometieron el conflicto a votación y había resultado en un empate, por lo que el poder de decidir era exclusivamente de él.

Bruce por su parte hacía inca pie en que Eldar no debía negociar ni viajar a Argozz en busca de Lyra. Insistía en que en caso de ir, tenía que hacerlo solo y no arriesgar a ningún miembro del consejo.

- Creo que estamos en un conflicto grave - dijo un hombre joven de aspecto fornido - Por un lado, si intervenimos daremos principio a una posible guerra y por el otro si no lo hacemos estamos expuestos a que el chico vaya igual sin nuestro permiso y pacte con los demonios para liberar a la chica..

- ¿Y que propones entonces Brandon? - dijo Wolfgann con gesto de cansancio.

Brandon era miembro del consejo desde los dieciocho años y llevaba innumerables encuentros con demonios. Tenía una amplia experiencia en combate y siempre estaba dispuesto a luchar. Era respetado por todos los cazadores por su experiencia y a veces era consultado por el Consejo para llevar a cabo alguna misión importante.

- Creo que debemos estar atentos y dispuestos a dar batalla junto al chico - dijo - Sabemos que nada podremos hacer si decide ir solo, con la Daga en su poder no necesita de nosotros para abrir un portal. Hablé con Yamil esta tarde y está asombrado por la forma en que se defiende.

- No podemos ir a Argozz - dijo Bruce exasperado - Lo sabes mejor que nadie, aunque pudiéramos llegar a la isla no podríamos pasar la Puerta Mortal para entrar en la ciudad, es una misión suicida.

- No -dijo Brandon mirando con desprecio a Bruce - Pero podemos acompañar al chico, antes de llegar a la Puerta Mortal hay mucho camino para recorrer lleno de trampas y peligros.

- No estoy de acuerdo - dijo Bruce - En todo caso debería ir solo.

- Los cobardes nunca quieren asumir riesgos - dijo Brandon encolerizado - Yo me ofrezco a ir y dar mi apoyo hasta que llegue a la Puerta Mortal y montar guardia para escoltarlo de regreso, si logra su cometido una horda de demonios lo perseguirá y tal vez logren pasar a través del portal hacia nuestro mundo y no habrá mas remedio que luchar. Podemos adelantar la misión sobre el portal que desde hace tiempo venimos hablando.

- Señores - dijo Wolfgann - No es necesario acalorarse en una discusión, tratamos de decidir que haremos al respecto de esta situación y la observación de Brandon es acertada. Es cierto que si logra su cometido lo seguirán hasta nuestro mundo y ahí tendremos que intervenir sin remedio.

- Esto es culpa de ese brujo estúpido - dijo Bruce con desprecio - Si hubieran asignado otro guía no hubiese tenido oportunidad de llenarle la cabeza al demonio del chico para...

- Basta Bruce -dijo Wolfgann colérico - Summum es el mas indicado para guiar al chico, y lo sabes. ¡Ahora caballeros debemos decidir de una buena vez por todas!. Brandon ha hecho una propuesta y una observación que debemos considerar. El obispo se ha comunicado conmigo esta tarde, las noticias corren rápido y espera que le de una respuesta, la iglesia esta muy preocupada por esta situación.

- ¡Entonces votemos! -exclamó una vos desde el fondo.

-  No es necesario votar - dijo Brandon - Ya lo hicimos y no llegamos a ningún resultado. Solo levanten sus manos los que deseen acompañarme no hay tiempo que perder, a estas alturas el chico ya debe estar en camino.

Un murmullo creció en el recinto y se hizo cada vez mas elevado. Bruce se acercó a Wolfgann y le dijo algo al oído . Wolfgann lo escuchó un momento y luego le hizo un gesto negativo.. La tención se podía cortar en el aire, algunos miembros se mantenían callados mientras que otros hablaban a grandes voces dando su opinión. Wolfgann odiaba estas revueltas que no llevaban a nada.

- ¡Silencio! - pidió alzando la voz.

Inmediatamente las voces callaron y todos quedaron atentos al semblante con el seño fruncido y tenso de Wolfgann.

- Es evidente que no llegaremos a nada - dijo colérico - Así que con el poder que me otorga ser el presidente de este Consejo de Las Sombras, dispongo apoyar la moción de Brandon y autorizar a que forme una comitiva armada que acompañe al chico hasta la Puerta Mortal. De esta manera cumplirá también con nuestro mayor objetivo que es destruir el Portal Infernal.

- ¿Qué hay de mi propuesta? - dijo Bruce expectante.

- Tu no puedes ir y ya te he dicho que te necesito aquí. 

- ¡No puedo creerlo! - exclamó Bruce.

- Si tienes que objetar algo en contra de mi voluntad - le dijo a Bruce - Te recuerdo que puedes hacerlo por escrito y elevar tu queja al Obispo.

Un silencio recorrió la sala y todos los ojos se clavaron en Bruce que estaba ligeramente pálido tras las palabras de Wolfgann. Sin decir nada Bruce se levantó de su silla y salió del recinto a grandes pasos con la cabeza gacha.

- Si te vas ahora -dijo Wolfgann severo - No me dejas mas opción que la de suspenderte en tu cargo.

- Mis opiniones ya no son tomadas en cuenta por este Consejo - dijo Bruce fríamente - No confío en como se organizan y propongo ir yo mismo para supervisar al chico y te niegas a aceptar mi propuesta. Sabes que soy buen Cazador . Seguiré tu consejo y elevaré un informe al Obispo.

- ¿Te pones en mi contra? - dijo Wolfgann consternado.

- Es hora de que este Consejo cambie algunas cosas, creo que ya no tienes objetividad Wolfgann, ese chico demonio no debería haber sido aceptado, deberías haberle pedido que te entregue la Daga De Los Mundos, deberías haberlo matado al nacer y nada de esto estaría pasando. Una misión tan importante debe estar a cargo de alguien mas responsable. Este Consejo se está corrompiendo y nadie se atreve a decirlo.

- ¿Como tu? - dijo Brandon.

- Creo que te has vuelto loco - dijo Wolfgann - Siempre seguí las reglas establecidas por la Iglesia y tú no tienes motivos para decir que este Consejo está corrupto. Creo que no deberías tomar decisiones apresuradas de las que te arrepientas luego.

- Veremos quién es el que se arrepiente.

Salió por la puerta llevándose por delante al guardia que estaba afuera, estaba enfurecido, había estado siempre a la sombra de Wolfgann obedeciendo en silencio, siempre tan complaciente y comedido, siempre aceptando todo sin oponerse. Quería tomar su lugar y había llegado el momento de hacerlo, se había preparado toda su vida para ese momento y ahora ese momento había llegado.

El recinto quedó en silencio y nadie se atrevía a decir una palabra. Wolfgann se levantó de su silla con el rostro tenso y miró a todos los cazadores.

- Si alguien mas quiere abandonar este Consejo -dijo serenamente - Éste es el momento de hacerlo...

Todos los presentes comenzaron a mirarse unos a otros entre un murmullo bajo. Un grupo de doce hombres que estaba en un rincón se separó del resto y en silencio se retiraron del recinto tras Bruce.

- ¿Alguien mas? - dijo Wolfgann pasando la mirada por el resto de los hombres.

Nadie se movió de su lugar.

- Es evidente que ya sabemos cuales son las manzanas podridas de este Consejo - dijo Brandon preocupado - El payaso saltó de la caja. Ha quedado mas que claro.

- Todavía no podemos afirmar nada - dijo Wolfgann tomando asiento nuevamente - Esto se esta yendo por las ramas.

- Bruce nos dará problemas - dijo la voz de la única mujer que estaba en la sala - Creo que a la mayoría de nosotros nunca nos gustó su actitud, todos hemos sido testigos de su comportamiento esta noche.

- Bruce está bajo presión como todos nosotros - dijo Brenda.

- Si -dijo Wolfgann - Espero que no cometa ninguna locura, creo que ahora he visto al verdadero Bruce.

- Hay que darle tiempo de pensar las cosas - volvió a decir Brenda.

- ¿Lo defiendes? - dijo Wolfgann

- Bruce siempre trabajó duro para este Consejo. Solo digo que hay que esperar que recapacite.

- Eso espero - dijo Wolfgann con un gesto de preocupación.

***

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