Capítulo 16 - Muerte y Redención (Parte II)

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Eysêll estaba cómodamente sentada en su sillón de la cámara regia. La rodeaba un contingente de cinco o seis demonios que la custodiaban armados para una guerra y junto a ella se echaba su perro monstruoso y mal oliente. Lyra estaba atada de manos, era sostenida por dos demonios que apenas si la dejaban respirar, de tan cerca que estaban de ella. Su rostro estaba pálido por la pérdida de sangre y apenas si lograba mantenerse en pie. La tenían de pie frente al sillón que Eysêll ocupaba.

- Si tu noviecito logró derrotar a los demonios que le mandé - dijo Eysêll con los ojos encendidos en llamas - Lo veremos entrar muy pronto por esa puerta directamente para verte morir.

Lyra la miró a los ojos pero no pudo sostenerle la mirada y bajó la cabeza mientras que dos gruesas lágrimas corrían por sus mejillas.

- Mírame - dijo Eysêll colérica.

Lyra alzó la cabeza y esta vez sintió la misma atracción que sintiera la primera vez que se cruzara con la princesa de Argozz. Un aturdimiento raro de explicar se apoderó de ella y solo pudo ser consiente de que Eysêll le hablaba.

- Pase lo que pase - dijo Eysêll con malicia - Tú no te moverás de tu lugar, dejarás que las cosas pasen sin hacer nada. No correrás, no escaparás, pero serás consiente de todo y no podrás hacer nada.

Lyra apenas si asintió con la cabeza y se quedó inmóvil mientras que los demonios que la sujetaban le desataron las manos. Los brazos cayeron a un costado del cuerpo sin fuerza alguna y sus ojos tristes se clavaron al suelo.

Eysêll la rodeó y quedó detrás de ella.

- Te prometo que voy a disfrutar de esto - le dijo al oído.

Un golpe que provino de la puerta hizo poner en guardia a los demonios que acompañaban a Eysêll y a ella misma. Las enormes hojas de madera se movieron pesadamente y luego se abrieron de golpe. Súmmum y Alex aparecieron en la entrada con sus espadas en alto. Eysêll los miro divertida y comenzó a reír a carcajadas.

- Que estúpidos que se ven - dijo dejando de reír - ¿Dónde está mi sobrino del alma?

- Aquí estoy...

La voz de Eldar salió de entre medio de Summum y Alex que se hicieron a un lado para dejarlo pasar. Sonaba frío y controlado. Lyra levantó la mirada del suelo y miró a Eldar como si estuviera a kilómetros de distancia. 

Eldar se paró ante ellos con la cabeza gacha, llevaba su arco en la espalda y empuñaba la espada que Alex le diera.

- Deja a Lyra en paz - dijo entre dientes - Aquí me tienes. ¿No es a mi a quien quieres?

Eysêll se colocó detrás de Lyra y le pasó una mano por los hombros rodeando su cuello. Los ojos chispeantes de la princesa de Argozz se clavaron en Eldar de manera fría.

- ¿Y que harás para que te obedezca? - dijo mirándolo de arriba a abajo.

- Nada -dijo Eldar con un tono helado.

Alex lo miró sin comprender y se acercó a él por detrás.

- ¿Estás loco? - le susurró.

Eldar no le prestó atención y dio un paso al frente. La cámara estaba muy oscura, por lo que Eysêll no había notado la venda en los ojos de Eldar, pero al dar un paso al frente quedó directamente bajo la luz de una antorcha. De esta manera la princesa se dio cuenta de cuál era la situación y sacando una daga filosa la puso sobre el cuello de Lyra.

- Que pena - dijo con una sonrisa escalofriante - Tenía pensado que vieras morir a tu amada, pero por lo visto no podrás hacerlo en ese estado...

Entre Ángeles y Demonios: La Daga de los Mundos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora