Capítulo 19 - De Vuelta al Ruedo

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3 - De vuelta al ruedo.

Hasta el momento no había novedades de Wolfgann, la noche había transcurrido demasiado tranquila y ninguno de los Cazadores que patrullaba las calles había podido hacer mucho. Eso quería decir que de seguro lo mandarían a él a averiguar algo, aunque no tenía la mas mínima idea por dónde empezar. Desde luego confiaba en que Súmmum supiera qué hacer, pero para él lo más importante era Lyra.

Ahora Eldar estaba sentado en la cafetería del hospital, la botella de Coca Cola traspirando frente a él. Miró las mesas que estaban a su alrededor. Solo unas pocas personas estaban sentadas tomando o comiendo algo. Un televisor mostraba un accidente de tránsito en la autopista.

En la barra había un grupo de médicos entre los que reconoció a uno de los que atendía a Lyra. Pensó en ir a preguntarle por ella, pero él sabía que estaría bien; Súmmum ya había preparado el antídoto y estaba esperándolo para administrárselo a Lyra en el suero; así que pensó que mejor esperaría a ver que pasaba luego.

Un chico de unos veinte años entró en ese momento a la cafetería, llevaba unos papeles en la mano y fue directamente al grupo de médicos. Eldar vio que le entregaba los papeles al médico de Lyra que los examinó durante un momento y luego hizo un gesto de sorpresa seguido de un movimiento de cabeza. Los papeles pasaron por las manos de todos los médicos que estaban en el grupo y todos tuvieron mas o menos la misma expresión. Luego de devolverle al chico los papeles comenzaron a hablar en vos baja con el chico.

Eldar imaginó que le estaban dando alguna noticia sobre un familiar que estaba internado y aunque no podía ver el rostro del chico  se compadeció de él. No era fácil estar a la espera de un resultado médico y las expresiones del grupo no habían sido demasiado alentadoras que digamos.

Se decidió a dejar de interesarse por el chico y sorbió unos tragos de gaseosa mientras que desviaba su mirada hacia la puerta en busca de Súmmum. Cuando apoyó la botella otra vez en la pequeña mesa, el chico venía hacia él en dirección a la puerta. El joven vestía de jeans y una camisa a cuadros asomaba por debajo de su campera de gabardina; llevaba el cabello castaño peinado hacia atrás. Era un chico corriente, que usaba anteojos y que a Eldar le pareció uno de esos que se la pasan entre los libros, pero algo en él le resultaba vagamente familiar.  Durante un breve instante cruzaron las miradas. El joven se detuvo frente a la mesa y se echó un poco para atrás para mirar a Eldar con mas detalle.

- ¿Eldar? - preguntó el chico.

Eldar se tomaba unos tragos de Coca nuevamente en ese instante y quedó estático con la botella apoyada en la boca. Tragó la bebida y se pasó la lengua por los labios, luego bajó la botella lentamente con una expresión de sorpresa. 

- ¿Te conozco? - dijo mirándolo de arriba a abajo.

- ¡Claro! - exclamó el chico - Debí imaginar que te encontraría aquí. Soy el primo de Lyra, Lucio. Han pasado algunos años, pero recuerdo que cuando vivía aquí siempre nos veíamos en casa de mi prima. ¿Me recuerdas?

A Eldar le vino a la memoria el recuerdo de Lucio como un chico molesto y caprichoso que se enojaba cuando no hacían lo que él quería y que siempre era el que pretendía dar las órdenes por que era mayor. Siempre estaba en medio de ellos, era peor que Erik. Muchas veces Eldar había pensado que competía con él por Lyra. En este momento debía tener veintiuno o veintidós años y se veía bastante simpático aunque la apariencia no era lo mas importante en las personas, y eso lo sabía mejor que nadie.

- Claro...  si, claro que te recuerdo. Lo siento, es que no te reconocí.

- ¡Que bueno verte de nuevo!

Entre Ángeles y Demonios: La Daga de los Mundos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora