Capítulo 16 - Muerte y Redención (Parte I)

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16 - Muerte y redención

Alex iba detrás de él sin perderle pisada.

Bajaba los escalones de dos en dos, el corazón le latía a toda prisa mientras que el miedo de perder a Lyra se apoderaba de él. Realmente no podía terminar todo así.

Llegaron al final de la escalera y se quedaron mirando para todos lados sin saber que dirección tomar.

- Si nos separamos podremos buscar mejor - dijo Alex.

Eldar la miró con gesto desesperado.

- ¡El castillo es enorme! - dijo angustiado - No quiero perderte a ti también. Mejor nos quedamos juntos y nos cuidamos las espaldas.

Entraron al salón sigilosamente y recorrieron con la mirada cada rincón pero estaba completamente vacío. Entre las sombras era difícil buscar, podían estar en cualquier rincón.

Los ojos de Eldar se amoldaban a la oscuridad casi a la perfección, Alex, en cambio usaba su experiencia de cazadora de demonios lo mejor que podía. Un rastro oscuro se extendía entrecortado delante de ellos.

- ¡Mira! - exclamó Alex señalando el suelo de piedra unos pasos mas adelante - ¡Tiene que ser la sangre de Lyra!

Eldar siguió el rastro de sangre que iba por el centro del salón y se perdía en la enorme puerta doble que salía al pasillo donde estaba la habitación en la que encontrara a Lyra la primera vez.

- Vamos - dijo emprendiendo una carrera hacia la puerta.

El rastro de la sangre seguía por el pasillo y tomaba por la escalera que conducía a las mazmorras. ¿Para qué llevaría Eysêll a Lyra a las mazmorras? Un estruendo que estremeció los muros provino desde arriba. ¿Sería la torre que estaba derrumbándose? Pensó por un momento en su padre enfrentándose a Azkeel allí arriba y realmente lamentó que las cosas se dieran de esa manera. Bajaron sigilosamente tratando de no hacer ningún ruido.

- El rastro se pierde detrás de la puerta a las mazmorras - dijo Alex en un susurro - No me gusta este silencio.

- A mi tampoco...

- Debe haber algún demonio en alguna parte.

Ni bien Alex termino de decir esa frase un griterío provino de la puerta y una horda de demonios salvajes se abalanzó sobre ellos. La puerta pareció explotar y vomitar demonios armados hasta los dientes.

Eldar tuvo la sensación de haber pateado un hormiguero. Estaba demasiado cerca para usar el arco, así que no le quedó otra que usar la espada.

Alex comenzó a retroceder apuntando con la espada a los demonios que se les venían encima. Eran muchos, demasiados. No les quedaba otra que retroceder y la única salida era hacia arriba.

- Malditos hijos de puta - dijo Alex entre dientes - Eldar, son demasiados.

Como toda respuesta Eldar lanzó la Daga De Los Mundos hacia el montón que subía la escalera. La Daga zumbó cortando el aire y todo cuanto hallaba a su paso. La empuñadura había cobrado un color brillante y provocaba un chillido ensordecedor. Cuatros demonios cayeron muertos en ese instante obstruyéndole el paso a los que venían detrás.

Alex aprovechó para blandir su espada y hacer lo que mas le gustaba hacer. Otros cuatro demonios cayeron al suelo sin sus cabezas. Pero detrás de éstos venían mas.

- ¿De dónde mierda salen? - dijo Eldar retrocediendo.

Se enfrentaron a golpe de espada a todos los demonios que venían subiendo.

Decidieron avanzar muy juntos. Se pusieron espalda con espalda para protegerse mutuamente mientras que trataban de avanzar escaleras abajo entre los cuerpos de los demonios muertos. Pronto la energía comenzó a azotar a Eldar y con cada azote sus golpes eran mas duros y su ataque se volvía mas salvaje, pero en ningún momento perdió el eje. Tomaba la energía como algo natural . Entre gruñidos y aullidos de furia, Eldar absorbió la energía y se hizo mas fuerte. Ya no lo doblegaba el dolor, esta vez era como una oleada de calor intenso que se propagaba rápidamente por todo su cuerpo y lo hacía sentir mas fuerte.

Entre Ángeles y Demonios: La Daga de los Mundos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora