Capítulo 21 - Ordenando el Caos (Parte II)

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La noche era un manto oscuro lleno de estrellas que Alex podía ver desde la ventana de la casa de Súmmum. Si miraba entornando los ojos, las estrellas se disparaban en ases de luces tornasoladas. Un cartel de neón desparramaba sus luces de colores sobre la fachada del edificio de enfrente. Se preguntó como sería la gente que vivía allí; se imaginó familias compartiendo la cena, mirando la televisión o simplemente manteniendo una charla. Cualquiera de esas opciones, eran cosas que ella no podría hacer. Desde que se convirtió en cazadora siempre supo que no podría formar una familia, pero de alguna manera , en algún rincón de su corazón, guardaba una pequeña luz de esperanza. Ahora ya no tenía caso pensar en eso. Los vampiros no tenían hijos, ni familias, ni casas bonitas. Los vampiros vivían en la oscuridad; solos, ocultos del resto, moviéndose de contrabando entre la gente... escapando del Consejo de las Sombras.

Todo volvería a la normalidad ahora que Bruce estaba muerto. Wolfgann se recuperaba bajo el cuidado de las monjas de un convento que hacía las veces de hospital para los Cazadores heridos por algún demonio. Alma estaba en su departamento tratando de poner las cosas en orden para regresar a vivir allí. Eldar se reencontraba con Lyra nuevamente y Súmmum los acompañaría para protegerlos a ambos. Y ella, ella seguiría sola.

– Es una bella noche.

La voz cálida de Súmmum sonó a sus espaldas. No volteó para mirarlo, pero él sabía que una sonrisa triste se había dibujado en su rostro.

– Siempre será noche para mi.

Súmmum se apoyó en el alfeizar de la ventana muy cerca de Alex.

– Mucha gente vive de noche - dijo Súmmum mirando las luces de colores del cartel.

– Los vampiros también - dijo ella en voz baja.

– Alex, se que esto no es lo que mas deseabas en el mundo - dijo Súmmum buscando las palabras - Pero deberías verle el lado positivo.

– No hay lado positivo.

– Por que ves la mitad del vaso vacío.

– ¿Y cual sería la otra mitad?

Alex lo miraba de frente, con los ojos brillantes por las lágrimas contenidas.

– El Consejo ha cambiado las reglas, por lo tanto puedes seguir haciendo lo que hacías. Solo que ahora cuentas con un arma nueva y poderosa. Eres mas fuerte, tu resistencia es casi inagotable. Tus heridas sanarán en minutos. Tendrás mas ventaja que el resto de los Cazadores del Consejo.

– Le pedí a Eldar que me mate. No quiso hacerlo, pero guardaba la esperanza de que lo hiciera. No quiero vivir así toda la eternidad. Albergaba la esperanza de que algún día podría tener una familia. Alguien que me espere al regresar a casa.

Súmmum suspiró profundamente y sacudió la cabeza.

– ¿Por qué Eldar y no otro Cazador?

– Porque es mi compañero de armas.

– No - dijo Súmmum limpiando una lágrima que corría por la mejilla de ella - Por que te enamoraste de él y es en los únicos brazos que aceptarías morir.

– No es cierto.

– Alex, no me mientas y no te mientas a ti misma.

– ¡Cierto! No se le puede mentir a un ángel sin que te descubra.

– Tal vez deberías pedir que te cambien de pareja.

– No, no puedo. Prefiero mantener las cosas así.

– Prefieres verlo de lejos a dejar de verlo para siempre.

– Algo así. No se lo digas a nadie. Por favor. Tómalo como un secreto de confesión.

Entre Ángeles y Demonios: La Daga de los Mundos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora