¿Casualidad o destino? [CLEXA...

By soffiif12

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¿Casualidad o destino? Es la historia de Clarke y Lexa, dos amigas de la adolescencia que lograron hacer perd... More

Capítulo 1: Volver a verte
Capítulo 2: Reencuentro
Capítulo 3: Te echaba de menos
Capítulo 4: Un día contigo
Capítulo 5: Lexa
Capítulo 6: ¿A quién estoy destinada?
Capítulo 7: Recuerdos que aún duelen
Capítulo 8: Regresa a mí
Capítulo 9: Nuestro infinito
Capítulo 10: Decisiones y despedidas part. 1
Capítulo 11: Decisiones y despedidas part. 2
Capítulo 13: Regresar a tí
Capítulo 14: Volver a besarte
Capítulo 15: Cena familiar
Capítulo 16: Bobby
Capítulo 17: Levantarse y seguir
Capítulo 18: Eres todo lo que necesito
Capítulo 19: Flor de cerezo
Capítulo 20: Primera cita
Capítulo 21: Perfect
AVISO!!! LEAN POR FA!
Capítulo 22: Te haré el amor...
Capítulo 23: Domingo
Capítulo 23.5: Raven
Capítulo 24: Heridas que se mantienen abiertas
Capítulo 24.5: Raven Y Anya
Capítulo 25: Impulsos vs razón
Capítulo 26: Una carta, una decisión e incertidumbre antes de la despedida.
Capítulo 27: La despedida
Capítulo 27.5: Un pasado que no desaparece
Capítulo 28: Ni destino, ni casualidad
Capítulo 28.5: Soltar
Capítulo 29: Los Woods
Capítulo 30: Uniendo lazos
Capítulo 31: La confianza: base de toda relación
Capítulo 32: Apoyo: otra base de toda relación
Capítulo 33: Cumpleaños N° 25
Segunda parte
Capítulo 34: Falta menos
Capitulo 35: Nuevos vínculos
¡Aviso y novedades!
Capítulo 36: Ya no pertenezco a aquí
Capítulo 37: Situaciones que fortalecen
Capítulo 38: Mi lugar es contigo
Capítulo 39: Cambios
Capítulo 40: Hogar es más que un lugar
Capítulo 41: Mi redención
Capítulo 42: Nosotros elegimos nuestro destino
Capítulo 42.5: "Inhala y exhala. Respira, que todo estará bien"
Capítulo 43: Futuros anhelos
Capítulo 43.5: ¿A qué le temes?
Capítulo 44: Deseos compartido
Capítulo 44.5: Momentos en los que fui feliz
Una nueva oportunidad para ser feliz
Capítulo 45: Dos rayitas significan mucho más que sí.
Capítulo 46: Mellizos
Capítulo 47: Mi mayor triunfo
Capítulo 47.5: Raven y Luna
Capítulo 48: Olivia y Timothy
Capítulo 49: El cierre perfecto sin un final concluyente
Capítulo 50: Para toda la vida
Epílogo

Capítulo 12: El amor es para valientes

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By soffiif12

La canción de arriba se llama "Let's hurt tonight" Y si lo desean pueden escucharla para ambientar el capítulo.

Lexa POV

Cuando el corazón está triste, la mente no descansa. Los pensamientos se cargan de miles de recuerdos que torturan al alma, y muchas veces, nos reprochan las malas decisiones que tomamos, y otras tantas nos hacen ver lo que verdaderamente sentimos, y ahí, es cuando nuestro interior entra en esa dicotomía entre aquello que nos hace bien y aquello que se debería hacer por creerlo mejor.
¿Qué sentía en ese momento? Qué moría de ganas de responder uno de los tantos mensajes que Clarke había enviado, diciéndole que necesitaba con desesperación que estuviera a mi lado, abrazándome, que la necesitaba a ella por completo. Que besarla me había hecho sentir de todo menos dolor y que era lo mejor que tenía. Sin embargo, ¿qué era lo mejor? Darme un tiempo para calmar mi mente y no dejarme llevar por el impulso de todos mis sentimientos. Habían sido días intensos desde la llegada de Clarke. Sentimientos viejos y nuevos salieron a flote y no sabía cómo manejarlos.
Mis actitudes parecían inmaduras, pero lo único que deseaba era poder comprender las cosas sin salir lastimada. Tal vez Anya tenía razón en todos sus sermones, pese a eso, no era fácil para mí todo esto, y sé que para Clarke, tampoco lo era. Aunque ella siempre fue la más valiente, y yo... Yo tan solo necesitaba a mi amiga para ser un poco más valiente.
Había algo que me asustaba muchísimo, pero todavía no descubría con exactitud qué era. Tal vez el que Niylah aún estuviera tan presente en su vida... Tal vez, el que faltara menos para que regresara a New York.
Todo se centraba en una misma cosa: el sentir lejos a Clarke una vez más. Si aceptaba todo lo que sentía como real, el dolor de tener que verla marcharse una vez más, sería el triple de peor.

Me abracé, aún más fuerte al peluche de mapache que ella me regaló y pretendí, que aferrada a él nada podría lastimarme. Parecía una niña asustada. Pero, ¿acaso no lo era?

***

Mi despertador sonó y esta vez me levanté enseguida. Trataría de distraerme lo más que pudiera en el día, y llamaría a Clarke más tarde para cenar con ella y charlar. Era necesario y ambas lo necesitábamos. Además, que necesitaba verla con ansias. No podía estar tanto tiempo lejos de mi amiga sabiendo que estaba aquí.

Repetí mi rutina diaria casi por inercia. Bañarme, vestirme, desayunar. Mi humor estaba un tanto delicado aquella mañana, y no ayudó demasiado el que Indra llamara a último momento, para avisarme que me había elegido como su acompañante para la reunión con una de las editoriales que se unirían a la nuestra. Sería un día bastante atareado y de mucha presión. Pero pensándolo bien, era justo lo que necesitaba. Sin embargo, sentía el cuerpo cansado y exhausto por no pegar un ojo en toda la noche. Esa mañana mi café sería bien cargado, necesitaba las energías para mantener la mente en el proyecto, y si Indra confiaba en mí para llevarlo a cabo, no podía defraudarla.

Me despedí de Anya sin mencionar nada de la última noche. Sabía que no quería hablar del tema, y lo respetaba, además de que estaba frustrada y muy molesta por no poder hacerme entrar en razón.

Cuando llegué a la editorial Arkadia, el lugar selecto para llevar a cabo la reunión para promulgar el proyecto, Indra estaba esperándome ya. La saludé y luego me presentó formalmente a varios de los responsables y encargados de idear la unión de ambas editoriales.
Indra, era la mano derecha del jefe de la editorial Polaris y encargada de liderar parte de todo este movimiento.
Y yo, había sido elegida para ser partícipe del debate, ya que necesitaban editores que pudieran constatar cómo las nuevas obras de escritores amateurs, tomarían fuerza y acrecentaría las ventas si el proyecto se daba. Era arriesgado, pero había leído muy buen material el último tiempo, que realmente merecían la pena.
Por lo tanto, debía mantenerme concentrada y evitar cualquier distracción. No podía fallarle, ni a Indra ni a la editorial. Ambos confiaban en mí para presentar todos los puntos a favor de lo que se buscaba lograr.

Sentí mi celular vibrar en mi bolsillo y comprobé que era una llamada entrante de Clarke. Lo silencié de inmediato.

-Ahora no Clarke. Lo siento. Prometo llamarte más tarde.- Solté por lo bajo. Como había dicho, no me podía dispersar. Mi mente debía estar sólo en la reunión. Serían alrededor de 3 horas de debate. Cuando saliera llamaría a mi mejor amiga. ¿Qué cambiaría por esperar un rato más?
Guardé el teléfono en mi bolso, y me dediqué a buscar mi asiento en la sala de conferencias de Arkadia.

La reunión se hizo por momentos tediosa, por otros, interesante. No me dió tiempo a pensar más que en las propuestas de algunos de los presentes. Ni siquiera recordé el cansancio corporal. Y al final, después de más de 3 horas, se pudo concretar el proyecto, Polaris y Arkadia se unirían para trabajar juntas en próximas ediciones. Era algo que le convenía a ambas empresas en todo sentido. Ambas tenían su peso y trayectoria, y unidas todo aquello se potenciaría y las llevaría a estar por encima de las demás editoriales.
Estaba feliz, por ser parte de eso y por la confianza de Indra puesta en mí.

-Lexa, estoy muy orgullosa de ti. De tu empeño dentro de Polaris y cómo supiste manejar nuestras propuesta y la de ellos.-

-Debo agradecerte yo a ti por confiar en mí. -

-Tu misma ganaste el puesto, desde aquella pasantía creciste mucho, y te has convertido en una excelente editora de ficción.- Me sonrojé y me encogí de hombros. Era cierto que había logrado todo con esfuerzo y dedicación, sentía orgullo de mí misma. No esperaba para poder contárselo a Clarke... Y allí estaba otra vez en mi mente. La echaba muchísimo de menos. Se me hacía imposible sacarla de mi cabeza por mucho tiempo.

-Lexa, debo quedarme aquí para terminar de organizar todo, tu regresa a Polaris. ¿Ok?

-Ok Indra. Nos veremos más tarde.

- Acuérdate que hay que presentar el informe de una de las obras que te di la semana pasada. Termina con eso y déjalo en mi oficina si aún no llegué.

-Ok. Hasta luego. - Me despedí y tomé un taxi. Llamaría a Clarke en cuanto terminara con la lectura de la obra. Mi cabeza tenía que mantenerse lo más fría posible un rato más y si bien la extrañaba, mi prioridad era entregar el informe a Indra cuanto antes. Más que nunca debía estar enfocada en el trabajo. Ya habría tiempo para dedicarme a Clarke, aún le quedaban varios días aquí. Suspiré y descanse el cuerpo unos minutos y me permití cerrar los ojos lo que duraba el trayecto. Sería un largo día...

Antes de encerrarme por el resto del día en mi oficina, pasé por un café, el cansancio comenzó a torturarme con más fuerza y necesitaba estar despierta y espabilada.
Una voz por detrás de mí espalda hizo que se me erizara la piel.

- ¿A qué no adivinas quien estuvo buscándote está mañana?- Me di la vuelta, con el café en mi mano y la vi tan perversa como siempre.

-No me interesan tus chismes Ontari, estoy ocupada. - Intenté dejarla hablando sola pero me detuvo.

-Tu novia es demasiado sexy. Se la notaba nerviosa hoy, pero eso la hacía más cautivadora.- Apreté mi mandíbula y pretendí no montar una escena allí. No le daría el gusto. Sin embargo, no sabía de qué hablaba.

-No sé de qué hablas. No tengo novia.

-¿Acaso no cambias tú discurso? Siempre repites lo mismo... La rubia sexy vino a verte. Lástima que no estabas.

-¿Clarke? ¿Clarke estuvo aquí? - Debió haberse preocupado demasiado. Mierda. Debí llamarla antes. ¡Estúpida Lexa!

-Creo que deberías ponerle más cuidado a tu novia, porque si no, alguien más puede hacerlo por ti... Una vez más.- Soltó con su voz burlona y la sonrisa perversa aún en sus labios, disfrutando de la situación. Sabiendo que entendía a lo que se refería. Dio media vuelta y me dejó allí parada con el gusto amargo de tener que cruzarla y aguantar sus palabras. Tomé aire y lo solté intentando calmarme.

¿Por qué Clarke había estado aquí? Algo no andaba bien. Tal vez realmente estaba muy preocupada. Tomé el celular y comprobé que tenías varias llamadas perdidas. Ahora, era yo la preocupada. Ella suele darme mi espacio, no suele ser cargosa cuando sabe que no estoy bien. Espera a que vuelva sola. Algo había pasado. Algo no andaba bien.
A medida que caminaba hacia la oficina escuché el mensaje de voz que dejó en mi casilla. No puedo evitar sentir como el cuerpo se me aflojaba.

"Hola Lex... Siento tanto tener que irme así, pero me surgió una emergencia laboral que no puedo ignorar. Es importante... Tú también eres importante... Y... ¡Ay! Me siento tan frustrada. No te imaginas cuánto. Tan solo lo lamento..."- ¿Irse? ¿Clarke se ha ido? ¡No! No puede ser. ¿Sin despedirse?

"-Clarke, cariño-" Se escuchó como una voz la llamaba, interrumpiendo su mensaje. ¿Niylah? ¿Se fue con ella? El aire me faltó y sentí que mi oficina parecía estar a kilómetros. Solo quería llegar y refugiarme allí.

"... Debo irme. Te llamaré en cuanto pueda. Te quiero Lex."-¡No Clarke! ¿Por qué te fuiste así? ¡MIERDA! Volví desesperada a poner el mensaje, como si tuviera la esperanza de haber escuchado mal. Sin embargo, era cierto. Clarke se había ido, no se había despedido, y Niylah estaba con ella. Se había ido con ella. Ontari, en su crueldad, tenía razón, si descuidaba, perdía. Y las palabras de Anya, de la noche anterior, retumbaron en mi cabeza, "espero que no sea demasiado tarde para entonces..." Lo era. Era demasiado tarde para todo.

Intenté llamarla pero su celular daba apagado. ¿Por qué demonios no respondí su llamado hoy temprano? Merecía todo esto, por comportarme como una estúpida.

-¿Tanto miedo tienes de aceptar, que estás enamorada de Clarke, Lexa? ¿Tanto miedo de necesitar de ella? ¿Tan difícil es aceptar que amas a tú mejor amiga desde hace años? - Me dije a mi misma mientras lanzaba el celular al escritorio y mi espalda se apoyaba contra una de las paredes de mi oficina. Me dejé caer al suelo, manteniendo la espalda aún pegada a la pared, llevando las manos a mi rostro. ¿Qué haría? En mi mente los pensamientos estaban alborotados y sacaban conclusiones absurdas que solo hacían que mi angustia aumentara. ¿Qué demonios haría?

La puerta de la oficina se abrió de golpe y Anya se dejó ver un tanto alterada. Pasó y cerró la puerta de inmediato, como si fuera de vida o muerte el que estuviera allí.

-¿Qué demonios haces ahí tirada Woods?- Preguntó levantando una de sus cejas.

-Odiando mi vida.

-¿Te das cuenta que eres puro
drama?-Resopló, frotándose una mano por su rostro como si estuviera frustrada.

-No estoy de humor Anya, te suplico, nada se sermones por hoy.

-Necesito hablar contigo, así que me escucharás. Clarke estuvo aquí.

-Lo sé. Ontari me ha dicho.- Su mirada mostró confusión y luego enfado.

-¡Esa perra! cuando no, metiéndose en donde no la llaman. En fin. La he visto, y hablé con ella. - Ahora tenía toda mi atención. Me incorporé y me acerqué a ella.

-¿Qué te dijo? ¿Estaba bien? ¿Por qué se fue?

- Calma. Solo me dijo que debía marcharse por una emergencia laboral. Qué lamentaba tener que irse así.

-Se fue con Niylah y ni siquiera se despidió. - Mi voz demostraba tristeza y molestia.

- Eres terca Woods. A veces tanto que me provoca golpearte. Vino a despedirse, no lo ves. Y Niylah es una colega, tal vez ambas debían regresar.-Aquello podía llegar a tener sentido.

-Yo...

-Tú nada Woods. Tienes que entrar en razón de una vez. Ella te quiere a tí. Deberías haber visto su mirada hoy. Estaba sufriendo. Estoy seguro que le dolía en el alma tener que irse así. Estaba desesperada por verte. Tanto que hizo que la echen del edificio a la muy idiota.

-¿Qué? - Mis ojos se abrieron sorprendidos.

- Después te cuento los detalles. Ahora vamos a lo importante. ¿Qué se supone que harás?

-Nada. Debo entregar un informe y...

-¿Es en serio? Yo contigo no puedo Lexa. Me frustras.- Comenzó a caminar yendo y viniendo, alterada, por la pequeña oficina.- Te estoy diciendo que Griffin casi pierde el maldito avión por ti, para poder despedirse y tú solo piensas en un maldito informe sin importancia. - Su voz mostraba firmeza y enfado. Tenía razón.

-Yo...- No me salían las palabras.

-Deja el maldito miedo e inseguridad a un lado Lexa. Eres mucho más capaz que esto. - Miró fijo mis ojos cuando soltó aquello.

-No sé qué hacer. - Suspiré dolida. Rendida... En realidad no sabía qué hacer. La situación me había superado.

-Yo te diré que harás. Mírame.- Levanté la mirada y presté
atención.- Mañana pondrás tu hermoso trasera arriba de un avión e irás a buscar a tu doctora sexy. Y yo misma, iré contigo para asegurarme de que ya no harás ninguna estupidez.

-¿Me hablas en serio? - Me atreví a dibujar una media sonrisa en mis labios.

-Muy en serio. Alguien tiene que darte un empujón. O más bien una patada porque ya ni eso funciona contigo. - Exclamó entregándome dos boletos de avión con destino a New York. De pronto sentí un gran alivio en mi pecho, y la esperanza me abrazó. Tal vez si necesitaba ese empujón del que Anya hablaba para entrar en razón y arriesgarme por lo que mi corazón deseaba. Y solo deseaba a Clarke.

-¿Sabes que estás loca?- Sonreí, intentando bromear llena de emoción. Adorando con el alma a esta hermana de la vida que me habían regalado y que no merecía.

-No tanto como tú por Griffin.- Bromeó sabiendo que aquello era muy real.

-Gracias. De verdad gracias - Me lancé torpemente a sus brazos. Agradeciéndole en un abrazo todo lo que cada día hacía por mí. La emoción y la alegría estaban asentadas en todo mi cuerpo.

-No tienes que agradecer. Solo intenta ser feliz. Con eso me conformo.

- Clarke me hace feliz.- Soltó mi corazón.

-Lo sé Woods, pero fuiste lerda para aceptarlo.

-No sé qué haría sin ti realmente.-Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero eran lágrimas de alegría y de alivio.

-Ya te lo he dicho, nada. - Se burló.
-Pero ya, no nos pongamos sentimentales. Sabes que estas cosas no se me dan.

-Cierto que eres una persona para nada cursi.- Solté tratando de sonar irónica. Mientras contenía la risa.

-El drama y lo cursi te lo dejo a ti.- Me retrucó. - Bueno Woods, acaba con lo que tengas que hacer, porque mañana a primera hora viajamos. Hablaremos más tarde con Indra para tomarnos unos días. Ahora que está encaminado lo del proyecto con Arkadia supongo que no habrá problema. Y felicitaciones por eso, parte del mérito es tuyo.

-Espero que no lo haya. Y el mérito es de todos los que trabajamos aquí.

-Pero tú ayudaste a montar el proyecto.

-Eso fue tarea de Indra. Yo solo soy una editora más.

-Y una muy buena Woods. Algún día deberías escribir tu propia novela. Tienes un buen drama en tu vida para hacerlo. - Soltó una risita. Sin embargo, el chiste de Anya era parte de un gran sueño que alguna vez esperaba cumplir.

-En serio no sé cómo haré para concentrarme y acabar con ese informe, sabiendo que mañana viajaremos a New York. Sabiendo que podré abrazar a Clarke y decirle todo lo que siento.

-Ay Woods... No sabes la cara de idiota enamorada que tienes. Te juro que es tu mejor cara. - Le di un golpe en el brazo, ruborizada.

- Ya vete, así puedo terminar con esto.- La empujé hasta la puerta

-Ok, ok. Esta es la Lexa que quiero. La que sonríe como idiota.

-Gracias por ayudar a que lo haga.

-Es mérito de la doctora sexy, no
mío.- Me sacó la lengua antes de marcharse.

- ¡Te quiero!- Le grité a medida que se alejaba.

-Lo sé. Suelo causar esos efectos. - Dijo dándose la vuelta y guiñándome el ojo.

Realmente se me haría demasiado complicado pasar aquellas horas de trabajo que quedaba. La ansiedad me invadió por completo, pero estaba feliz. Ésta vez sería yo quien sorprendería a Clarke. Y aquella idea no ayudaba demasiado a controlar los nervios.

Después de un rato, cuando la tranquilidad se apoderó de mí cuerpo, logré calmar la mente, y solo enfocarme en el informe, el cual logré terminar a tiempo antes de que acabara la jornada laboral.
Antes de marcharnos, junto a Anya nos reunimos con Indra para comentarle que debíamos hacer un viaje de emergencia. Tal vez exageramos un poco la historia para conseguir su permiso de vacaciones adelantadas. La cosa fue que resultó, y si bien al principio no le convenció del todo, la logramos persuadir. Hacía casi un año que no me tomaba vacaciones, las venía postergando desde hacía rato, después de todo las necesitaba. Sin embargo, la condición fue que debía llevarme trabajo conmigo. Dos obras y enviarle a mi jefa sus respectivos informes. Acepté sin dudarlo. Antes que nada...

***

Mi equipaje estaba listo y Anya ya dormía.
Preparé un poco de té, y con mi taza en mano me dirigí al balcón.
Ya no era dueña mi cuerpo, la ansiedad controlaba todo de mi. Por ende el sueño me tenía totalmente abandonado.
Si bien me sentía cansada, no podía dejar de pensar que en pocas horas estaría frente a Clarke diciéndole lo tonta que había sido y que estaba perdidamente enamorada de ella. Que estaba asustada pero que eso no me iba a impedir ser valiente. Que me había costado verlo, pero que a pesar de todo, estaba allí parada, mirando esos ojos azules tan hermosos y sinceros, no deseado otra cosa más que dar lo mejor de mí, porque ella merecía todo.

La noche estaba hermosa y serena, con un cielo despejado que dejaba al descubierto incontables estrellas. Busqué aquella que llevaba mi nombre, la que Clarke me había obsequiado años atrás. No demoré en dar con ella y sonreí al instante. La tenía conmigo a pesar de la distancia. Clarke era parte de mí desde hacía tiempo.
Le di un sorbo a la infusión, y dejé que el calor de la misma me invadiera el cuerpo.
En mi interior ya no existían las dualidades entre lo que me hacía bien y lo que creía mejor. Ambas eran la misma cosa. A veces el amor actúa así. Y Clarke, era quien me hacía bien y la mejor decisión, elección u opción que podría llegar a tomar. Mi cabeza demoró en aceptar lo que mi corazón hacía rato sabía. Pero a veces, la mente es tan terca que se deja convencer más rápido por el miedo por el solo hecho de evitar arriesgarse. Cree que de ese modo se cuidará de sufrir. El secreto está en no escucharla más de lo necesario, en lo demás solo hay que guiarse por el corazón.

No sabía qué saldría de todo esto, no sabía que pasaría mañana cuando mi corazón quedara al descubierto y le gritara todo lo que sentía, no estaba segura de nada en realidad, sólo de que estaba verdaderamente enamorada de mi mejor amiga, y que a pesar de que el cuerpo me temblaba de miedo, haría un gran acto de valentía sabiendo que el amor muchas veces es dolor, pero confiando que Clarke no era dolor, sino felicidad.
Perdí la mirada en el cielo con el alma aliviada, y sobre todo esperanzada, porque sabía que el destino me tenía preparado un nuevo capítulo en mi vida. Estaba ansiosa y dispuesta a descubrir todas las cosas nuevas que traería consigo, arriesgándome a caminar hacia él.
Y con una sonrisa en mi rostro me dije mi misma:

-El amor es para valientes...-

_______________________________________

Buenas, buenas! Y aquí lo prometido!
Por fin Lexa, entró en razón y dejó de pensar tanto las cosas y solo se guió por lo que su corazón sentía. El amor es para valientes! Gracias Anya por darle ese empujón!🙌 Jajajaja (Amo a Anya sepanlo)
Bueno, ¿Qué pasará cuando vuelvan a verse? La cosa se va a poner más linda ahora, así que habrá un descanso del drama, por ahora claro jajaja pero lo importante es que nuestras chicas tendrán la oportunidad de comenzar un nuevo capítulo en su vida.
En el próximo capítulo aparecerán nuevos personajes. Un pequeño dato.
Espero que les haya gustado, y nos leeremos en el próximo capítulo.
GRACIAS por todo nuevamente. Saben que ante cualquier dudas sugerencia, pueden hacerlo.
Un abrazo gigante.

Sofi

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