More than this | Fan-fic de L...

Da judiLimon

663K 25K 3.5K

"Nuestros ojos chocaron por sexta vez en la noche y me estremecí. ¿Qué había en ellos? ¿Estaba viendo deseo e... Altro

More than this
I. Miradas
II. Nunca había hecho esto
III. Cuenta hasta diez
IV. Sabes perfectamente la respuesta
V. Me gustaría mucho que fuera contigo
VI. Calma, preciosa
VIII. ¿Eso es humillante?
IX. Desnúdate
X. Creo que somos muy parecidos
XI. No voy a llevarte a ninguna parte
XII. Esto es muy intenso
XIII. Nunca
XIV. ¿Por qué eres así?
XV. Lo prometo
XVI. ¿Y si se quedaba conmigo?
XVII. Poniéndome a prueba
XVIII. Puedes hacer lo que quieras conmigo
XIX. No eres tan duro como aparentas
AVISO
XX. Mía
XXI. Algo que he querido hacer para ti
XXII. El cuartel general
XXIII. Mucho, pequeña
XXIV. Hasta que me besó
XXV. ¿Qué me estaba pasando?
XXVI. Miedo
XXVII. Confía en mí (1/3 maratón)
XXVIII. No lo permitas (2/3 maratón)
XXIX. Gracias por cuidarme (3/3 maratón)
XXX. Especial
XXXI. Necesitaba sentirla mía
XXXII. A su lado
XXXIII. Querida
XXXIV. ¿Lo has hecho por mí?
XXXV. No quiero que nos vayamos ninguno
XXXVI. A cada paso que daba sin él
XXXVII. El muro, la fuerza y la valentía
XXXVIII. Tuyo
XXXIXL. Sólo sexo
XL. Ganamos los dos
XLI. Historia de amor
XLII. Blanco o negro
XLIII. No puedo
XLIII. Negro
XLIV. ¿Por qué no podía dejarme sola?
XLV. Haz conmigo lo que quieras
XLVI. Paraíso
XLVII. La decisión
XLVIII. Y siempre lo voy a ser | FINAL |

VII. Dime si quieres que me quede

14.8K 578 61
Da judiLimon

Lunes 3 de marzo de 2014

Alice

Mi cita del domingo con Chloe había quedado pospuesta. Un par de horas antes de la hora concertada para vernos, me escribió explicándome que no iba a ser posible. No quedaba nada del ánimo con el que me había recibido el día anterior, por lo que preferí no insistir, ni entrometerme demasiado, y le aseguré que estaba disponible para cuando ella quisiera.

Esa misma tarde de lunes, sólo un día después, prometió invitarme a ese café que me debía en una cafetería en pleno centro de Londres. Agradecí que todos los planes, de pronto, estuvieran en concordancia, pues aquel día había amanecido con la decidida intención de buscar trabajo. La compañía de Chloe, una persona que conocía bien la ciudad, me vendría de maravilla.

- ¡Hola! -Me saludó cariñosamente, con un tímido abrazo, y la correspondí de inmediato.

Pese a nuestro inicial encontronazo, su compañía era agradable. Caminamos enfrascadas en una interesante conversación sobre el tráfico de la ciudad, hasta que llegamos a la aclamada cafetería Monmouth, una de sus favoritas, según me confirmó.

Nos sentamos en una mesa algo apartada del resto y medité durante unos segundos cómo iniciar la conversación que me ofreciera esas respuestas que necesitaba.

Al final, no hizo falta pensar demasiado.

- Venga, cuéntame. ¿Qué tal con Tomlinson? -Susurró, inclinándose ligeramente en la mesa para conceder más confidencia al momento. Mis ojos repasaron el lugar donde nos encontrábamos-. Por cierto, de nada por hacer que os fuerais sin que nadie sospechara -guiñó un ojo y reí.

- Gracias, sí -admití.

Hubiera resultado más difícil de no contar con su ayuda.

- No te hagas la remolona, ¡cuéntame! Ahora somos amigas y estos temas deben ser primer punto del día, siempre y sin excepción.

- Vale, vale -reí, cediendo.

No quería decir demasiado; más bien quería escuchar lo que ella tenía que decirme. Desvelar cómo me sentía con Louis era imposible pues se trataba casi de un Secreto de Estado, pero imaginé que para obtener sus palabras, primero tenía que darle paso.

- Bien -acepté, sin demasiada dificultad-. Quiero decir... -Carraspeé, algo avergonzada-. Nos acostamos, simplemente. Me trata bien.

- De eso quería asegurarme -comentó, con cierta seriedad.

Respiré intranquila. ¿No acostumbraba a tratar bien a las chicas?

- ¿A qué te refieres? -Pregunté, casi asustada-. ¿Creías que iba a tratarme mal?

Provoqué una carcajada en ella.

- No, tonta. Louis es un amor -enarqué una ceja sin comprender a qué se refería-. Quería asegurarme de que tenías claro qué había entre vosotros -explicó, despacio-. El señorito Tomlinson acostumbra a no dejarlo siempre hablado y ya ha roto algún que otro corazón.

Asentí, comprendiéndolo de inmediato.

- Así que va por ahí...

- Conquistando chicas, sí -completó mis palabras-. Ya te lo dije la otra noche, no le van las relaciones, ni serias, ni casi serias, ni medio-serias. Nada. Más de una vez he intentado preguntarle por qué pero siempre bromea diciendo que él es un espíritu libre. Obviamente, ese no es el motivo.

- Claro.

- Él sabrá. Tú disfruta de él, Alice, pero no te pilles. Hazme caso.

Levanté las manos, librándome de toda culpa.

- No se me ocurriría hacer tal cosa.

- Mejor así.

Dio un sorbo a su café y decidí que ya había tenido bastante. Al menos, ya contaba con alguna respuesta, y no me resultaba demasiado difícil imaginar por qué se había marchado de esa forma hacía dos noches. Suponía demasiado para él teniendo en cuenta que lo único que buscaba era sexo.

"Sólo sexo", me repetí, conforme con ello. Seguiría estando conforme mientras él siguiera buscándolo en mí, sin traspasar nunca los límites. En el momento en que me sintiera un juguete en sus manos, se acabaría.

Moví la cabeza con energía, despejándome, y decidí dar un giro a la conversación.

- Oye, Chloe.

- Dime.

- Me has dicho que somos amigas, ¿no?

- ¡Claro! ¿Cómo no vamos a ser amigas después de que me presentara dándote voces en un baño público?

Reímos a carcajadas y rememoré la escena.

- Entonces... si te pasara algo, tú me lo contarías, ¿verdad? -Permaneció callada, quizá entendiendo a qué me refería-. ¿Va todo bien? Ayer parecías tan entusiasmada por quedar y de pronto...

- A ver -me cortó, sin darme opción a finalizar-, partimos de la base de que soy estúpida, ¿vale? Entonces podrás entenderlo todo -la miré con los ojos muy abiertos-. Niall y yo discutimos ayer. Y cuando discutimos, lo que suele ocurrir a menudo, lo único que me apetece es resguardarme bajo las sábanas y esperar a que pase.

- ¿Qué pasó? -Pregunté, con el ceño fruncido.

- Tuve que contarle cómo nos hicimos amigas -hizo una mueca y aquella escena dejó de ser divertida-. No sé qué me pasa últimamente, estoy insoportable -suspiró profundamente y se recostó contra el respaldo de la silla, con la mandíbula desencajada-. Desconfío de él a todas horas. Por cualquier cosa, por todo.

No sabía nada acerca de ellos y su relación, así que opté por informarme más antes de poder ofrecer una opinión fundamentada.

- ¿Lleváis mucho tiempo juntos?

- Diez meses, más o menos. Siempre he sido muy insegura por razones evidentes -se señaló a sí misma-, pero...

- Para -levanté la mano, incapaz de creerme lo que acababa de decir-. ¿Por razones evidentes?

- Sí, claro -dijo, con total naturalidad.

Observé fijamente el par de ojos azules, inmensos, que estaban frente a mí. ¿Razones evidentes? Era una de las chicas más guapas que había visto en mi vida. No era una modelo de 90-60-90, de acuerdo, pero no tenía nada que envidiar a nadie.

- Como vuelvas a decir eso te tiro el café encima -amenacé, con mal gesto-. Y lo siento muchísimo, porque esa camisa de Hollister es preciosa, pero te lo tiro. No vuelvas a decir eso, ¡no me extraña que Niall se enfade contigo!

Ladeó la cabeza.

- Vale, ya me has hecho sentir mal. No volveré a decirlo. ¡Y a mi camisa ni la toques!

Reímos de nuevo. Me gustaba mi nueva amiga.


Martes 4 de marzo de 2014

Alice

Me desplomé en el sofá como un peso muerto, con un dolor de piernas atroz y con la cabeza a punto de estallar. Saqué el móvil del bolsillo de mi pantalón vaquero, pues empezaba a resultarme incómodo, y lo dejé en el suelo, a cierta distancia de mí. No quería saber nada de él. No quería saber nada de nadie. Ni siquiera tenía fuerzas para quitarme la cazadora de cuero. Mi primer día de trabajo había sido agotador.

Empezaba a considerarme a mí misma una de las personas más afortunadas de la historia de la ciudad londinense. No habían pasado ni dos semanas desde que se había iniciado mi estancia en la capital inglesa y ya me había hecho con un piso maravilloso, con un compañero sexual insuperable y con un trabajo de ensueño.

Por increíble que pareciera, ya tenía trabajo. La tarde anterior le había comentado a Chloe mi intención, y mi necesidad, de encontrar una ocupación. Para mi sorpresa, sonrió ampliamente. Pronto entendí la razón: un viejo amigo de su padre necesitaba un ayudante en su librería, ya que su hija, quien se había encargado hasta entonces de ello, se había marchado a estudiar a Alemania y no tenía a nadie que se hiciera cargo del negocio junto a él. Después de que Chloe soportara un sermón de más de diez minutos en el que evidencié mi afición por la literatura, la sonrisa que exhibió me pareció comprensible cuando me habló de ese puesto vacante. Media hora después, estábamos dirigiéndonos hacia el local en cuestión.

Thomas Flint era el propietario de Daunt Books, una de las mejores y más antiguas librerías de la ciudad. Rondaba los sesenta años y era un hombre agradable, tranquilo y cordial. Hablamos de Shakespeare, de Jane Austen, de J. R. R Tolkien, de España y de sus hijas. Hora y media después, ya tenía el contrato de trabajo en mi mano; tres meses, de momento, ampliable otros seis más.

¿Se podía tener más suerte? No, claro que no.

Por eso no me parecía justo protestar por el agotamiento que sentía después de ese primer día; aunque sí era bastante lógico que lo hiciera. El inventario que había llevado a cabo podía considerarse uno de los más fructíferos y extenuantes de la historia, pero tuvo su recompensa cuando Thomas reconoció mi esfuerzo, mi dedicación y mi trabajo.

Por supuesto, me había ganado un largo descanso. Estaba a punto de conciliar el sueño, habiéndome despreocupado ya de una posible cena, cuando el sonido del telefonillo del portal me sobresaltó. Refunfuñé lo habido y por haber, me dirigí hacia la entrada arrastrando los pies y lo descolgué de mal humor.

- ¿Qué haces? -Escuché al otro lado de éste. Me paralicé cuando su voz escandalosa y dulce, a partes iguales, que en esos momentos casi me resultaba hasta molesta, llegó hasta mí. ¿Qué hacía Louis allí?-. Llevo escribiéndote casi una hora, ya estaba hasta preocupado. ¿Me abres?

- Sí, claro.

Pulsé el botón de inmediato y corrí hasta un espejo. Tenía un aspecto horrible. Mucho más que horrible. Estaba completamente despeinada, el rostro casi demacrado y ni siquiera me había desprendido aún de la cazadora. La lancé al sofá más cercano cuando pasé por el salón y corrí al baño. Me lavé la cara, me embadurné en colonia y peiné los alborotados mechones de pelo que caían por mis hombros.

¿¡Es que no sabía anunciar con tiempo suficiente que tenía pensado hacerme una visita!?

El timbre sonó y pataleé. Louis Tomlinson no podía verme de esa manera; no si quería que me siguiera considerando deseable. Pasé el cepillo por mi cabello, por décima vez en medio minuto, y escuché unos golpes repetidos en la puerta.

- ¡¡¡Voy!!! -Grité, suficientemente alto como para que me oyera.

De acuerdo, mi tiempo se había acabado. Corrí hasta la puerta y la abrí aparentando normalidad, como si no acabara de asistir a una sesión de peluquería express. Escondí la respiración agitada provocada por esos momentos de tensión y, a cambio, le ofrecí una sonrisa.

- Hola -saludé, con tanta dignidad como fui capaz.

Pestañeó varias veces sin dejar de clavar su mirada en mí. Una de sus manos estaba apoyada en el marco de la puerta y su cuerpo estaba ligeramente inclinada hacia adelante, en una posición realmente tentadora.

- ¿Qué hacías?

Despertó de su inmovilidad y caminó hacia adelante. Hacia mí. Mis pies retrocedieron en un movimiento contrario al suyo y fue entonces cuando entendí que su presencia imponía.

- Pues... eh...

Sus manos atraparon mi rostro antes de que me diera tiempo a contestar y su lengua se introdujo en mi boca sin una señal previa. Desplazó sus manos por mi espalda, hasta llegar al final de ésta, y volcó todo el peso de su cuerpo en mí, empotrándome contra la pared sin ninguna delicadeza.

Era probable que en cualquier otro momento hubiera disfrutado de aquello, pero después del día que había vivido no estaba para grandes sobresaltados. Ni tampoco para sentirme el juguete que tanto temía sentirme. Así que me aparté.

- ¿Ni siquiera puedes preguntarme cómo estoy?

Rió.

- Estás preciosa.

Trató de juntar, de nuevo, sus labios con los míos, pero lo detuve. Mi autoestima no había decrecido en los últimos días pero el cansancio solía crear en mí una necesidad de cariño que, desde luego, él no estaba dispuesto a aportarme. Su única intención era echarme un polvo y largarse. Y no iba a consentir aquello. Ni buscaba ni me planteaba una relación que fuera más allá del sexo, pero era de agradecer un mínimo de interés por mi estado por parte de la persona con la que compartía ese nivel de intimidad.

- Eh, Tomlinson, no soy un juguete -protesté, alejándome de él.

Me miró extrañado.

- ¿Quién ha dicho eso?

- Tú lo demuestras -lo señalé, indignada.

A lo largo de mi vida, había mantenido bastantes relaciones que no suponían ningún tipo de vínculo, pero en todas ellas había existido una relación de simpatía, de cordialidad al menos, a la que no estaba dispuesta a renunciar por Louis.

- Tú no me has tratado de manera diferente -enarcó una ceja.

Apreté los dientes, sin saber qué decir. Esquivé su cuerpo y caminé hacia el salón, confiando en que mi indiferencia fuera suficiente para que comprendiera que, de repente, su presencia en mi casa estaba de más.

No fue así. Vino detrás de mí, me rodeó con sus brazos y pegó sus labios a mi oído, sin ofrecerme ninguna posibilidad de zafarme de él.

- Para. Estate quieto -ordené-. ¡Suéltame!

- ¿En qué quedamos? Si me estoy quieto no puedo soltarte... -bromeó.

Me revolví entre sus brazos, aún más enfadada, pero no conseguí demasiado.

- Suéltame, lo digo en serio.

- ¿Por qué?

- No quiero que me toques -respondí, con aspereza.

- Sí, claro que quieres.

Sentir su respiración en mí rostro no ayudaba mucho a sonar verosímil.

- Deberías dejar de confiar tanto en ti mismo. Te he repetido cien veces que no eres para tanto, Tomlinson.

Giró mi cuero con un ágil movimiento y quedamos frente a frente, completamente pegados el uno al otro. Sus brazos me aprisionaban y sus labios no tardaron en descender hasta los míos. Los mantuvo a escasos milímetros de éstos, pero sin llegar a convertir esa aproximación en un beso.

- ¿No quieres?

Transformó la pregunta en un susurro y tragué saliva. Su voz era casi hipnótica.

- No -conseguí decir, no sin dificultad.

- Sí, claro que quieres -repitió.

Su boca se aproximó tanto a la mía que por un momento pude respirar a base del aire que él soltaba de su interior. Tanteó mi labio inferior, lo rozó despacio y seguí su movimiento cuando, de forma inesperada, se inclinó hacia atrás. Abrí los ojos cuando entendí que había conseguido que fuera tras él para robarle un beso. Sonrió con satisfacción y me sentí desesperadamente vulnerable.

- ¡Vete! -Exclamé, apartándome de él con un fuerte empujón.

- ¿Quieres que me vaya?

- Sí -contesté, decidida y orgullosa.

Avergonzada por el gran poder que tenía sobre mí.

- ¿Seguro?

Repitió el proceso. Sus brazos rodearon mi cuerpo, que a su lado era diminuto, y se inclinó hacia mí. Acarició la comisura de mis labios y dejó un breve beso en ellos. Todo mi cuerpo se agitó.

No, no quería que se fuera.

- Dime si quieres que me quede -susurró, como sólo él sabía hacer-. Si no me dices nada, no tendré más remedio que irme. Aunque me iré triste... muy triste.

Besó con delicadeza mis labios y cerré los ojos, dejándome llevar por ese millar de sensaciones que era capaz de provocar en mí. Hizo chocar nuestras bocas un par de veces, con dulzura, con ternura, sin un ápice de la urgencia que me había mostrado al principio.

- Alice... -Pronunció mi nombre sin despegarse de mis labios-. ¿Quieres que me vaya?

________________________

¡Decidme qué os parece! ¿Sigo? Prometo que se va a poner muuuuy interesante. Louis nos va a dar muchas sorpresas.

¡Muchas gracias por tantos votos, tantos comentarios, tantas visitas en tan poco tiempo!

El capítulo de hoy está dedicado a Mari100714 :)

Mil besos para todas ♥

Twitter: @LookAfterYou28

Si tenéis alguna duda, alguna pregunta, o simplemente queréis comentarme algo, podéis hacerlo aquí -> http://ask.fm/LookAfterTomlinson :-)


Continua a leggere

Ti piacerà anche

10.8K 1.7K 12
Luz Noceda es una de las mejores detectives de Bonesburgh. Un día se ve envuelta en una investigación en la que su vida y la de la ciudad entera se v...
225K 16.2K 34
Con la reciente muerte de su padre el duque de Hastings y presentada en su primera temporada social, Annette empieza a acercarse al hermano mayor de...
130K 10.2K 63
❧ ) 𝗣𝗘𝗤𝗨𝗘𝗡̃𝗔𝗦 𝗣𝗘𝗖𝗔𝗦 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗘𝗦𝗧𝗥𝗘𝗟𝗟𝗔𝗦 ! ( 𝘕𝘰𝘢𝘩 𝘚𝘤𝘩𝘯𝘢𝘱𝘱 ) ✦ˎˊ˗ ❛ tal vez me estoy enamorando...
80.5K 5.6K 58
Cuando no te amas y te mientes a ti mismo es probable que todo lo que hagas tenga graves errores como consecuencia. Dafne, es una joven que se sient...