A penas llegué a casa no dije nada, necesitaba un momento para mí, un momento para respirar, me quede dormida sin notarlo. Pero cuando desperté al día siguiente, supe que había otras dos personas quienes merecían saber de mis planes, pero me tomo dos semanas decirles. Ya que a día siguiente después que me despidiera de Dawson, él se había ido a Alemania.
―¿Entonces... no sirvió para nada? La charla que te dimos...
Ivanna me mira con lágrimas en los ojos, mientras niega fervientemente y abraza a Alan sin dejarlo ir.
―No es por eso Iv.... ―me muerdo el labio, claramente arrepentida de contarle a Ivanna y Grant, pero aliviada de que sepan la verdad.
Solo que no pensé que ellos reaccionarían de esa manera, de hecho todo lo contrario, en mi mente ellos me apoyaban, en mi mente aceptaban maduramente mi decisión... no solo...
Bueno.
Ella estalló en lágrimas y negaciones.
Él hasta ahora no me dice nada.
―¿¡Entonces por qué quieres irte!?
―No es que me quiera...
―¡Solo te vas y no pides nuestra opinión! ¡QUE CARAJO TE PASA!
―Ivanna no es que...
―¡SIQUIERA PENSASTE EN ALGUIEN MÁS QUE EN TÍ!
―Maldición ¡ME VOY PORQUE LO NECESITO! ―grito.
Todos mis intentos de hacerlos comprender por las buenas se esfumaron como basura que sopla el viento.
Ivanna finalmente se caya ante mi brusca intromisión.
―Porque lo quiero ―suspiro en el silencio, más calmada―, vivir sin estar pensando en que en algún momento alguien me traicionara, sin pensar que en algún momento mi madre aparecerá por esa puerta queriéndose llevar a Alan ―suspiro y recalco la siguiente oración―. Necesito y quiero una vida donde pueda valerme por mi misma, donde pueda trabajar y no se me de todo con facilidad.
Como se está dando hasta ahora. ¿Cuántas cosas no aprendí debido a eso? ¿Por qué siquiera no quise aprender? ¿Elegí no hacerlo? ¿O nunca me dieron oportunidad? Quiero recordarlo pero solo las caras de las niñeras llegan a mi mente.
Era tiempo de cambiar eso.
―Es tiempo de cambiar eso.
―¡BIEN! ¡Eso es respecto a ti! ¡Pero si no lo logras que pasa con Alan! ―chilla Ivanna pasando a Alan a los brazos de Grant y encarándome―, ¿qué harás si no funciona y estás sola allí?
Niego con la cabeza, esa fue la primera idea que vino a mi mente gracias al miedo de las posibilidades e inseguridades, pero tan rápido como vino se fue.
―Iré a casa de mi abuela ―digo tomándola por los hombros, esperando calmarla con eso―, no le faltará nada, juro eso por mi vida, pero en serio necesito irme.
Ivanna sigue refunfuñando y mira a Grant, enojada.
―¡No dirás nada!
―¿Que le dirás a ellos? ―es lo único que dice Grant e Ivanna levanta las manos al cielo, claramente indignada por la falta de apoyo de nuestro amigo.
―No les diré, y espero que puedan conservar esto como secreto.
―¡Secreto mis siliconas! Sabes lo que me harán Trevor y Dawn si se llegan a enterar que lo sabía... ―estoy por abrir mi boca―, no respondas que yo te lo digo ¡Me mataran! Y luego tiraran mi cadáver a una granja y los pollos me comerán.
―No creo...
―¡ESAS CRIATURAS SON LA PERSONIFICACION DEL DEMONIO CUANDO SE TRATA DE MI!
―No creo que los chicos te hagan nada ―dice Grant mientras le hace caballito a Alan.
―¡NO HABLO DE LOS CHICOS!
Suspiro. En otro momento su fobia por los pollos me hubiera dado risa.
―Eres una de las razones por las que me voy. Esta vez no estoy huyendo, esta vez los estoy dejando libres, estoy bien con todos, hice las paces con todos, pero mientras siga aquí, mientras sigamos viéndonos en cada momento y conviviendo a cada instancia, no podremos superarnos, necesitamos tiempo.
―Alana... ―los ojos de Ivanna parpadean atónitos, claramente ya sin saber que decir.
―No quiero perjudicar tu relación con Trevor pero mientras siga aquí seguirán peleándose.
―Nuestras peleas...
Ivanna intenta negarlo pero solo niego con la cabeza.
―Ya lo sé Iv, no tienes que mentir, sus pelas son por mi culpa, porque Trevor aún se siente culpable por lo de la boda y... solo quiero que termine. Quiero comenzar de nuevo. Y que ellos también lo hagan.
―¿Y nosotros qué? ¿Qué hay de mí? Tú eres mi única familia y así de simple te iras...
El silencio reina en la habitación, nadie dice nada por unos minutos, pero sé que como mis amigos me apoyaran...
―¡Vete a la mierda Alana! No seré cómplice en esto.
La explosión de Ivanna es tal que Grant y yo nos quedamos atónitos viendo como camina hacia el frasco de tacoz deposita los dólares y se va con un portazo de la casa. Alan comienza a llorar.
Me quedo estática en mi lugar, sin saber que decir o hacer.
―¿Que paso? ―pregunto, esperando que Grant haya comprendido la situación mejor que yo de alguna manera.
―¿Esperabas que te apoyara?―dice levantando una ceja mientras arrulla a Alan intentando calmarlo―. Es claro ¿no?
―Pues al parecer soy una bruta porque no entiendo que mier.... está pasando.
Grant suspira, levantándose del sillón y negando levemente.
―Solo piénsalo un poco ―dice, caminando hacia las escaleras―, ¿cómo te sentiste cuando tu hermano se fue?
―Eso es completamente diferente a...
―Sí ―me corta―, tienes razón es diferente pero Alana, para Iv, quien creció sin padres y de que de alguna siempre vivió contigo no te ve como su hermana. El que te vayas, ella lo entiende más como si la estuvieras dejando huérfana.
No necesito procesar mucho antes que la realidad me golpee.
―Maldición.
Puedo sentir a Grant sonreír mientras salgo por como un demonio por la puerta, en busca de Ivanna.
Como no me di cuenta antes. Desde que conocí a Iv en la universidad y compartimos cuarto, siempre estuvimos juntas, de alguna manera ella se aferro a mí, lo que me dijo Grant me hizo recordar la desolación que sentí cuando James se fue.
Maldición, evitaría que Ivanna sintiera eso.
Mis pies se mueven por inercia, aunque ciertamente no sé dónde voy, no sé dónde puede estar Ivanna y no sé si mi presencia calmara en algo las cosas.
Porque la decisión está hecha.
No cambiará.
Pero me gustaría que entendiera lo que quiero, aunque entiendo cómo se siente.
Maldición, ¿Dónde estás?
Miro a ambos lados en una bifurcación, de alguna manera estoy ansiosa y algo dolida, claramente me imagina otra circunstancia, otra forma en que terminarían las cosas, esperaba su apoyo no esto.
Ya sabes cómo se sintió tu hermano.
Mente traicionera.
Aunque me hace detenerme en seco, sintiendo ahora lo que mi hermano sintiendo y recordando que él no me siguió
¿Por qué no lo hizo?
Muchas preguntas se quedan sin respuesta últimamente. Todas dedicadas a él. Veo a Ivanna por el rabillo del ojo, sentada en un paradero y me apresuro hacia ella.
―¡Iv! ―grito cuando ella me ve y se levanta para volver a alejarse de mí.
Al último momento frena en seco y me encara.
―¡¿Qué?!
―Necesito ―jadeo― hablar ―jadeo―, contigo.
Ella bufa.
―Ya dijiste lo necesario Alana. No tengo... o mejor dicho, no quiero oír más.
―Sé ―vuelvo a respirar, siento como si el corazón se me saliera del pecho―, cómo te sientes.
Lo que en un principio intento ser un indicio de comprensión, Ivanna lo tomo como una burla.
―¿Sabes cómo me siento? ―ella ríe, fuerte y alto―, ¡Por dios! que equivocada que estás. No sabes cómo me siento, porque a pesar que tú familia es como es sabes que tienes una.
―Ivanna.
―Ni mierda Alana. ―dice parando un taxi con su mano―, de todas maneras harás lo que quieras, así que hazlo, no me importa. ¿Pensaste que ibas a tener mi visto bueno solo por ser mi amiga? Pues, yo pienso que solo estás huyendo, al igual que siempre lo haces.
―Ivanna
Ella camina al taxi, abre la puerta y antes de cerrarla da por culminada la charla.
―No todo va a ser como piensas Alana.
Y se va, dejándome ahí parada, suspiro y comienzo a regresar. A pesar que no quiero que las palabras de Ivanna ronden por mi mente, no puedo evitarlo.
¡Mierda!
Justo cuando estaba tan decidida.
¿En verdad estoy huyendo?
Otra pregunta que se queda sin respuesta, por el mismo hecho que no quiero conocer la misma. Puesto que no quiero desanimarme de mis planes.
Abro la puerta de mi casa con un suspiro.
Veo a Grant bajar por las escaleras.
No es necesario decirle que paso. Él lo sabe. Quizá por eso me mando tras de ella, ¿su pequeña venganza por no decirle mi plan, tal vez?
―¿Tu también me dirás que estoy huyendo?
Él sonríe y niega lentamente.
―Hay cariño ―Grant me tiende sus brazos y me acerco para un abrazo conciliador―, dale tiempo. No creo que estés intentado huir, solo... quieres solucionar las cosas a tu modo. Es bueno que lo intentes, a Iv ya se le pasará.
Suspiro.
―Difícilmente lo creo.
―Fuiste tras de ella, eso es mucho. Pero... solo no la hostigues. Conoces lo terca que es esa chica, has tus cosas, cuando esté bien, regresara.
Me separo de él y asiento.
―Como los extrañare.
―Nosotros también cariño. Pero haz lo que tengas que hacer... si es bueno, todo se arreglara, si es malo, siempre tendrás a donde regresar.
Ivanna no volvió a casa ese día, no la volví a ver, solo Grant fue a despedirme el dia que viajamos, y solo Stefani Munich había ido a recibirme cuando llegué.
Había pasado una tres semanas desde que me aleje de todos, ocho días desde que apague mi teléfono por las constantes llamadas, siete desde que me estoy quedando con mi abuela, y uno desde que me enteré que al parecer James había estado aquí antes.
―¡Quiero ir a Las Vegas! ―refunfuña Stefani, mientras me rio.
Verdaderamente no quiere ir, es solo una táctica para distraerme. Desde que me encontró aquí ha sido la encargada de mostrarme toda la ciudad, de ayudarme a acoplarme, de suavizar la noticia que mi hermano estuvo aquí. De regresarme a la normalidad.
Al parecer los chicos Bates piensan en el mismo lugar cuando están huyendo.
Al parecer Alan tiene raíces americanas.
Poco a poco las preguntas sin respuestas se aclaran, mi mente se calma y puedo sentirme independiente, respirar sin miedo. Stefani Munich tiene mucho que ver con ello, me sorprende que Victor no me haya dicho que mi hermano también estuvo aquí, o que hasta ahora no se haya aparecido en mi puerta reclamando porque me fui al poco tiempo que llegué.
Supongo que Stef sabe guardar un secreto.
―No, no quieres ir ―comento suavemente conforme abro el departamento de James.
Estoy viviendo con mi abuela, ella está cuidando a Alan en este momento, para que yo pueda venir aquí, y recoger las cosas que tenía mi hermano, y ver que hacer con el departamento.
El espacio que tiene es grande y completamente blanco, hay pequeños toques femeninos que denotan que una chica vivió aquí, que Tessa estuvo aquí. Me pregunto si esto en algún momento me servirá para decirle quienes eran sus verdaderos padres.
Suspiro en el pensamiento y me muevo a su escritorio, comenzar por su cuarto es algo demasiado personal como para que me enfrente a ello ahora.
Stefani trae cajas y cinta mientras yo comienzo a vaciar los cajones.
―Mira... ¿me lo puedo quedar? ―ruedo los ojos y sonrio.
―Deja eso antes que te ahorques a ti misma.
―Help me... ―dice con voz ahogada fingiendo enredarse con el cable, ruedo los ojos y tomo una foto mientras ella hace una mueca, milagrosamente se libera de inmediato―. ¡Hey! Borra eso.
―Jamás.... Me servirá para coaccionarte.
Sonrió mientras reviso hojas de cálculo, entrevistas, boletas, todo está desorganizado en sus cajones. No me sorprende, así que tiro todo a una bolsa para clasificarlo más tarde.
Pero... veo un empaque rosado, escondido en el fondo del escritorio así que lo saco.
Y el olor que tiene me provoca nauseas.
Claramente era una carta de ella. Tal vez cuando empacaba sus cosas esto se coló entre sus libros. Estoy a punto de romperla pero la curiosidad de cuando escribió esta carta y por qué la tenía mi hermano me gana.
Así que la abro.
Y todo se vuelve hiel. No puedo creer lo que leo, no puedo creer nada de esta situación.
Quiero matar a alguien, quiero golpearme a mi misma por no darme cuenta de ello antes.
Soy como un toro que ve todo rojo.
Milagrosamente termino de leer la carta antes que mis ojos sangren.
―Es una jodida broma, es una puta broma. ¡Qué mierda!
Stefani salta al estallido emocional, mientras yo solo quiero ahorcar a mi hermano y arrancarme los ojos. Golpeo el escritorio.
―¡Hijo de tu madre!
―Fuck, ¿qué paso contigo? ―dice mirándome media divertida, media preocupada.
―James... ese... agg... yo... joder... demonios
A vista que no puedo mencionar palabras coherentes, Stef toma la carta de mis manos.
―James, sé que prometimos no volver a tener contacto ―Stefani tiene el mal habito de leer siempre murmurando, me gustaría que se o quitara, no quiero que mis oídos sangren al igual que lo harán mis ojos.
¡ES EN SERIO HERMANO!
¡POR QUÉ NO CONTROLASTE A TU AMIGO!
―Pero nunca quise terminar las cosas de esa forma. Sé que ambos dijimos que lo que paso esa noche fue un error, pero un error no se repetiría tantas veces, a pesar que lo dije hoy me arrepiento, lo que había entre nosotros no era solo sexo... ¡Guau tu hermano si le pego duro a esa chica!
―¡Puedes guardarte tus comentarios!
Hace silencio un momento y después vuelvo a oír sus murmuraciones
―Sé que hay cosas que dijimos, cosas que hicimos que no quisimos hacerlas, tenía miedo en ese tiempo, tengo miedo ahora, pero quiero tomar mi riesgo contigo, porque sin ti me siento destruida, Víctor me dijo que tampoco lo estabas pasando muy bien.... ¡Al parecer mi hermano sabía de esto!
Suelto un rugido.
―Por el bien de tu hermana ninguno dijo nada, pero no podemos dejar todo esto inconcluso, hay cosas que necesito decirte, hay cosas que en verdad necesitas saber y quiero que me escuches. Estoy aquí en Albuquerque. Siempre tuya. Dayanne.
Me vomito en mi misma.
―¡QUE EL INFIERNO SE CONGELE! QUE EL PUTO INFIERNO SE CONGELE. Are you kidding me. He slept with that bitch
―¡NO! ESA PERRA SE FOLLÓ A MI HERMANO. ¡Y EL TUYO LO SABIA!
―Eso sí fue un golpe bajo.
―No, eso fue tirar mis entrañas al piso y barrer con ellas.
Mi mente está en coma ¡COMA!... ¿hace cuánto que fue eso? ¿Espero que antes que conociera a Tessa? ¿Cuántas veces se la folló? ¿Le gustaba? ¿Cuándo comenzaron esa relación?
Y yo que pensé que todas las preguntas se aclararían. Y maldición no podía llamar a Dayanne y decirle "Maldita perra te estabas follando con mi hermano, cuéntame todo."
―Argg.... ¡Dios mío! Ahora recuerdo por que estuvo llorando en el entierro. Si no estuviera muerto lo mato, maldito gilipollas. Salió con Dayanne. ¡DAYANNE!
Stefani suelta una pequeña risa.
―Respira, que estas toda roja y tu ojo está temblando.
―¡Que mierda!
―Ven... ―dice acercándose lentamente a mí, como si fuera un animal que puede saltar a su garganta―... vamos tranquila, después arreglaremos esto, ahora necesitamos un buen trago ¿ok?
Suspiro y me dejo arrastrar por el departamento hacia la puerta.
Entonces lo veo ahí parado.
Victor Munich.
―Oh no...
―Hermano fue un placer conocerte ―suspira Stef.
En ese momento, agarro a Victor de las patillas, arrastrándole dentro del apartamento, tirándolo en el sillón más próximo y lanzándole la carta en la cara.
―¿¡Qué carajos es eso!?
*********
Bueno, ahora se pondrá mas interesante, algo que tiene que ver con Dawson y una enfermedad, quiza sea lo que esten pensando quiza no...
Espero que les haya gustado.
Por cierto les tengo una sorpresita.
Algo que ver con los apellidos Bates y Wood juntandose :3, pueden encontrarla en mi pagina si les da curiosidad :D
Besos.
Fer.