Las baldosas color negro que cubrían la morgue de pared a pared relucían, tan limpias que servían de espejo.
Hades caminó de un lado a otro, rodeando el cuerpo más de una vez.
La herida se distinguía a la perfección.
Un cuchillo curvo reposaba en la mesa de junto. Si le preguntan a Hades, había algo de siniestro en dejar el arma homicida junto al cuerpo frió de Lucas, hijo de Zeus.
La piel se veía azul y, según sabía Hades, habían dado con el cuerpo cuando ya estaba frío. Los hijos de Apolo habían dicho que realmente no pudieron estimar cuando tardó en morir, pero si sabían que había sido una muerte lenta, pero no específicamente dolorosa, ya que la herida en su cabeza indicaba que, posiblemente, lo habían golpeado hasta quedar inconsciente antes de apuñalarlo por la espalda.
-Hades,-La voz de Tánatos sonó a sus espaldas.- Lo encontramos.
-Ya voy.- Respondió el dios. Su amigo se marchó rápidamente.
Hades entonces reparó en los cabellos negros que habían extraído de la escena del homicidio, y del propio cuerpo. Según Apolo, era cabello de Nico, de eso no había duda... Pero Lucas ni siquiera tenía rasgos de haber peleado, mucho menos de haber empleado la fuerza suficiente para arrancar un mechón de cabello desde la cabeza de Nico. Además, no imaginaba como Lucas, que se movilizaba en silla de ruedas, había podido alcanzar el cabello de Nico, que era bastante alto.
Se transportó al Inframundo, a una de las habitaciones que había en su propio palacio. Allí, una mesa y dos sillas reposaban en el centro, una siendo ocupada por el alma del hijo de Zeus.
-Lucas.- Llamó su atención, moviéndose desde las sombras hasta la silla desocupada, que pronto pasó a ocupar.
-Señor.-El joven se puso de pie, rápidamente, y estrechó la mano que Hades le ofrecía. Luego, ambos se sentaron, quedando frente a frente.
-Te preguntaras para que te llame aquí.- Dijo Hades, con las manos cernidas tranquilamente sobre la mesa, mientras Lucas golpeaba con la yema de los dedos la superficie de madera, dando muestras de su nerviosidad.
-Así es.
-Quiero saber que es lo último que recuerdas, Lucas.
El espectro se mantuvo en silencio. Hades bien sabía que era muy duro para las almas de asesinados recordar sus últimos momentos de vida, ya que eran los peores momentos que habían vivido, además de los últimos.
Las almas cuyos últimos momentos habían sido más amenos, o junto a sus seres queridos, podían recordarlo fácilmente, la mayor parte del tiempo.
-Recuerdo sentir un golpe en la cabeza,-Lucas no levantó la mirada, pero Hades se halló sorprendido ante el hecho de que su voz no temblaba, y sus manos ahora estaban simplemente estiradas e inmóviles.- El segundo me empujó fuera de la silla de ruedas, y el tercero me dejó inconsciente.
-Ya veo,-Tampoco quiso buscar su mirada.- Gracias por...
-Eso no es lo último que recuerdo.- Lo interrumpió, con voz más subida de tono.- Desperté por el dolor en el pecho,-Pasó su dedo índice y medio por el mismo lugar donde su herida mortal estaba en el cadáver.- Estaba aquí. La daga cruzó mi pecho, ya la vi salir desde mi piel. Luego... Luego algo muy suave cayó sobre mi. Era algo extraño, era suave y ligero, y muchos, yo no sé qué...
-¿Era como cabello?- El semidiós se mantuvo en silencio.- ¿Alguien dejó que cabello cayera sobre ti, Lucas?- Insistió Hades.
-Supongo que pudo haber sido eso.- Reconoció el muchacho.- No estoy seguro, pero pudo serlo.
-De acuerdo,-Hades se puso de pie, complacido con lo que había obtenido. Sabía que Zeus oía todo desde el Olimpo. Era suficiente para liberar la culpa de Nico.- Gracias por todo. Ahora, creo que es hora de que vayas con los jueces.
-Ya fui.- Murmuró el joven, repentinamente con una voz mucho más suave.
-¿Y?
-Campos de castigo.- Hades se sintió de pronto extrañado. Hasta donde sabía, este semidios no había hecho ningún daño tan grande como para que lo enviaron a un castigo eterno.
-¿Se puede saber el motivo?- Los jueces siempre les daban a las almas el motivo último por el cual habían sido enviadas a los campos de castigo, para que así pudiesen arrepentirse por la eternidad de eso, y sólo eso.
-Ayude a Ate a hacerle algo malo a Veronica.
-¿Qué?- Hades, que ya estaba a punto de marcharse, se volteo hasta el chico y caminó hasta la mesa.-¿Qué dijiste?
-Ate me dijo que tenía que hacer que Veronica durmiera con Percy. Ella me ayudó, y le dijo a Nico para hacerlo enojar.
"Mocoso estúpido." Pensó Hades.
Sin decir nada más, se marchó, e hizo que alguien fuese a hacerse cargo del alma de Lucas.
Todo en su declaración había sido perfecto, hasta ese fatídico momento en que decidió que era buena idea decir que él era el culpable de que Veronica hubiese tenido relaciones sexuales con Percy.
Zeus oyó eso, al igual que a Nico decir que era capaz de matar para mantener a Veronica a su lado. De matar a Percy o a Lucas.
Y Lucas ahora aparecía muerto, y Nico mintiendo acerca de lo que hizo la noche anterior.
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Percy había estado feliz, o algo así.
No estaba molesto, cosa que le ahorraba una discusión a Veronica de por qué no tenía derecho a enojarse con ella por haberla embarazado. Estaba alegre con la noticia de que iba a ser padre.
Veronica había estado bastante más controlada a la hora de decírselo, pero luego de estar alrededor de veinte minutos con él, decidió marcharse, porque comenzó a notar que Percy estaba diciendo demasiado la palabra 'Nosotros' y 'Relación'
Se pusieron de acuerdo en hablar de todo más tarde. Veronica estaba cansada, y realmente quería dormir después de pasar la noche en vela, caminando al campamento mestizo.
Nico la había visto entrar a la cabaña y luego ir al baño, a darse una ducha. No habían hablado demasiado, él sólo le pregunto si todo estaba bien, y ella le dijo que si.
Nico estaba sentado sobre su cama ahora, con la cabeza entre las manos y los ojos fuertemente cerrados.
Se sentía confundido, mareado.
Recordaba que su relación con Lucas nunca había sido de lo mejor. Según recordaba, en cada momento que habían pasado juntos, y a solas, habían discutido. No se llevaban en lo absoluto bien, pero no se relacionaban uno con el otro en frente de nadie más, ninguna de las peleas que podía recordar haber tenido con él había pasado frente a más personas.
Lo recordaba cómo un chico callado, reservado, y con el cual era muy malo cada vez que discutían. Recordaba haberlo golpeado un par de veces.
Y no podía recordar dónde estaba la noche en que lo habían asesinado. Al principio estaba seguro de que lo había pasado en su cabaña, pero luego había comenzado a dudar del hecho ya que no recordaba que había hecho en su cabaña. De pronto, entre sus recuerdas, apareció una botella de alcohol, y luego un cuchillo curvo.
Había oído que Lucas había sido asesinado con un cuchillo curvo, clavado desde su espalda.
Lo primero que recordaba de la mañana en que encontraron el cadáver de Lucas era estar hablando con Hazel en la escalerilla de la cabaña, luego Veronica llegó y se desmayó, la intentaron llevar a la enfermería, pero estaba con el problema de que había un cadáver de un hijo de Zeus allí... La llevaron al hospital, les dijeron lo del embarazo, ella dijo que era de Percy, se fueron caminando hasta el campamento, y luego todo volvía a él pensando en qué había hecho esa noche que no recordaba.
Le había preguntado a Hazel que recordaba ella, para ver si sólo él se estaba volviendo loco. Ella dijo que llegó a la cabaña número trece, Veronica estaba en el baño y él despertando. Se habían ido afuera a conversar, de nada en particular, y luego había pasado todo el tema de Veronica.
No recordaba que había hecho, pero recordaba un arma como la que había sido usada para mara a Lucas.
¿Había sido él quien asesinó a Lucas?
-¡Di Angelo! -El grito salió de la nada, y lo hizo sobresaltarse al punto de que cayó estrepitosamente de la cama. Cuando abrió los ojos, ya en el suelo, se encontró en una habitación de colores suaves, con una mesa en el centro, Ate sentada en un extremo.
-¿Qué quieres?- Dijo, de bastante mal humor.
-Toma asiento, querido.- La diosa tomó un sobró de té desde su taza.- Sólo quiero tener una pequeña conversación contigo.
-¿Qué pasa?- Dijo, sentándose frente a ella para luego rechazar la taza color gris que ella le ofrecía.
-Debido a lo que ha pasado en las últimas horas, recomendaría que esta fuese la última vez que nos reunamos, por ende, creo correcto ponernos de acuerdo en ciertas cosas.- Le entregó una hoja de papel doblada por la mitad.- Allí está tu cortada, yo tengo la mía y ambas calzan. Nadie tiene por qué saber lo que pasó y...
-Disculpa,-La interrumpió, lo miró mal.- ¿De qué estás hablando?
-Nico,-Se inclinó sobre la mesa.- Zeus está buscando al culpable. No creí que lo fuera a hacer, por eso te ayude y...
-¿De qué habla?
-¿No lo recuerdas?- Ella se vio desconcertada por un momento.- ¿Cómo no vas a recordarlo?
-¿De qué está hablando?
-No tiene sentido...-Pensó un segundo y luego lo observó, alarmada.- Nico, ¿Recuerdas haber bebido hace dos noches?
-Creo que lo hice, por lo que pasó con Veronica y Percy, yo... ¿Qué pasó?
-Hablaste conmigo. Me pediste saber cómo era que Veronica había dormido con Percy, y te dije que Lucas había colocado droga en su vaso... Te mostré el momento en que lo hizo y todo.
-No lo recuerdo.
-Oh, por el Olimpo,-Ella se puso de pie, y rodeó la mesa, hasta quedar frente a Nico, y tomarlo por los hombros.- ¿No recuerdas lo que pasó luego, Nico?
-¿De qué estás hablando?
-Me pediste un arma, Nico, una daga curva.- Ella cerró los ojos.- ¿Dioses, cómo pude ser tan irresponsable para...?
-¿Qué pasó?
-Me pediste una daga curva. Querías asustar a Lucas con ella, pero terminaste matando al chico accidentalmente, Nico.
-Yo...-Se sintió mareado, confundido, y asustado.- Eso no tiene sentido. No recuerdo haber hecho nada de eso, Ate.
-Intenté detenerte, pero no lo logre. Te sujeté del cabello, pero sólo terminé dejando cabellos sueltos tuyos en la escena del crimen. Creí que todo estaría bien, el chico no tiene familia mortal y nunca se relaciono con nadie, no creí que Zeus fuese a buscar un culpable... Te deje en tu cabaña.
Nico se sintió frió de pronto.
Ate se despidió de él rápidamente, y lo empujó al suelo. Antes de caer, Nico desapareció, de vuelta al punto donde debería haber estado si hubiese caído desde su cama.
Ate sonrió, recordando el miedo en los ojos de Nico. Se creyó cada mentira, y obviamente ya había olvidado todo lo que había pasado.
Estaba listo. Sólo unas horas, un día a lo mucho, y Di Angelo confesaría.
Estaría fuera del camino.
Sería perfecto.