Allison
Mientras los chicos hablaban en la sala de estar, Calum me dejó quedarme en su habitación. "Mi paraíso es tu paraíso" dijo con una sonrisa antes de cerrar la puerta.
Si esto es el paraíso no quiero saber qué es lo peor.
Su habitación era un completo desastre. Ropa tirada por todos lados, calzones debajo de la cama, cajas de pizzas amontonadas a un lado con pedazos de pizzas a medio comer. Los calcetines estaban dentro de una pecera vacía la cual la adornaba pequeñas casas de Bob Esponja. Si la definición de una habitación de chicos fuera una foto, de seguro esto fuera lo mejor para describirlo.
Logré hacerme paso hacia la cama para sentarme y viva mi suerte, me senté en un envase de budín de chocolate.
—¡Puaj! ¡Calum!—chillé viendo mi pantalón manchado de la oscura sustancia.—Chicos—rodé mis ojos con fastidio mientras buscaba algo en la habitación que sea útil para poder limpiarme el postre.
No pasó ni más de un minuto cuando la puerta del cuarto de Calum se abre. Me giré y vi a un molesto Michael. Parecía haber llorado y a su lado tenía la misma maleta que traía cuando llegamos.
—Recoge tus cosas Allison, nos vamos—dijo limpiando su nariz con la manga de su suéter.
—¿A dónde?—pregunté confundida—Acabamos de llegar.
—Por lo cual se te hará más fácil empacar tus cosas—observó la habitación hasta que dio con mi maleta. Se acercó a ella y la tomó—Bien, no desempacaste nada.
—Ni siquiera me diste tiempo—murmuré.
—No importa, no es necesario—dijo entregándome la valija.—Andando.
Michael se giró y salió de la habitación a toda prisa. Yo tomé la maleta, un tanto confundida y lo seguí. Cuando bajamos las escaleras, vimos a los chicos los cuales nos observaban expectantes. Luke estaba limpiándose los ojos, Calum miraba a Michael y luego a mi y Ashton estaba negando. Los demás presentes no mostraban expresión alguna.
—¿A dónde vas?—preguntó Calum con seriedad.
—A dónde no te importe—le espetó Michael.
Yo lo miré sorprendida, sin entender porque le había hablado a Calum de esa manera. Hubo una pequeña discusión entre ambos, hasta que decidí intervenir, no de la mejor forma, pero lo hice.
—Pero Mikey...
—¡No te metas Allison!—me gritó Michael.
Retrocedí aterrada. Este no es el Michael que conozco. No es el Michael cariñoso, comprensivo, honesto y humilde que conocí hace un meses en Nueva York. Este es un completo extraño, un impostor. Y honestamente no me agrada.
Después de eso, no escuché nada más, no se lo que dijo Calum, no se lo que dijo Ashton, no se lo que respondió Michael. No sé si Luke hizo algo, no sé nada.
—Te encontraré, lo prometo—dijo Calum, esta vez dirigiéndose a mi.
Yo asentí porque no podía hacer nada más. Si hablaba de seguro mi voz se quebraría y las lágrimas no tardarían en salir.
Un furioso Michael volvió a tomar mi mano haciendo que me tragara un gemido de dolor. Nos dirigimos al taxi, y Michael lanzó las valijas al baúl de este, no antes de obligarme a entrar a el primero. Una vez dentro, ni me molesté en ponerme el cinturón de seguridad, sólo miraba por la ventana a la casa, donde Calum permanecía ahí inmóvil, como un perro en guardia, observando el taxi con extremada atención.
Cuando Michael terminó de meter nuestras maletas, entró al taxi y le dijo al hombre una dirección la cual ni siquiera tuve el ánimo de escuchar. No estaba de ánimos para nada. Aún cuando Michael intentaba hablarme, yo hacía como si no estuviera ahí. Estaba demasiada dolida con él como para hablarle en ese instante.
El resto del viaje se mantuvo en silencio. Lo único que se escuchaba eran los demás autos pasando, o la música a todo volumen de algunos locales o las barbaridades que se gritaban algunos conductores al pasarse de un carril a otro. Pero además de eso, nada más.
Estaba apunto de quedarme dormida cuando el taxi se detuvo por fin. Abrí mis ojos con dificultar y solté un pequeño bostezo. Me giré para encarar a Michael, pero en vez de encontrarlo a él, dos personas que jamás quisiera volver a ver estaban ahí.
Mis padres.
—Hola pequeña mocosa—dijo mi madre con una torcida sonrisa.
—¿Pensaste que escaparías de nosotros?—preguntó mi padre con unos amenazantes ojos.
—No, no, por favor, ¡NO!—grité con fuerzas antes de despertar.
Estaba empapada de sudor y respiraba con dificultad. Limpié las gotas de agua que bajaban por mi rostro y miré a mi alrededor. Ya no me encontraba en el taxi, sino que estaba en una cama.
—Solo fue un sueño—dije antes de tumbarme a la cama nuevamente—Solo un sueño.
Habíamos llegado hace horas a la casa de Michael y debo de decir que mamá Karen es todo un encanto. Se nota que ama mucho a Michael y que él la ama también. Me hizo querer tener unos padres así de cariñosos. Quizás por eso soñé con ellos.
Me levanté de la cama y me dirigí hacia mi bolso para sacar mi celular cuando me di de cuenta que no tenía nada de carga y había dejado el cargador en Nueva York.
—Mierda—murmuré.
Hice paso hacia la cocina, para tomar un vaso de agua y en la sala me encuentro la adorable escena de Michael durmiendo en el sofá. Insistí en que yo debería de dormir ahí, pero él se negó rotundamente y me obligó a dormir en su habitación, la cual está bastante limpia, obra de Karen he de imaginar.
Me acerqué a él, y en una de las paredes pude divisar una foto de él con los chicos. Es una completa lastima que él esté durmiendo en el sofá y esté molesto con uno de sus mejores amigos.
—Lo hago por tu bien—dije acariciando su cabello y me dirigí a la puerta de entrada para salir a un Australia que estaba dando luz del día.
No sabía dónde estaba, pero es un barrio bastante agradable y debe de haber alguien por aquí que sepa dónde puedo pedir un taxi para luego ir a la mansión 5SOS.
Comencé a caminar. Tenía las manos en los bolsillos de mi chaqueta y estaba muerta del frío. Veía como el humo salía de mi boca y chocaba contra mi rostro pálido y congelado. El sol estaba comenzando a aparecer lo que me pareció una buena señal. Hice un giro hacia la izquierda y seguí mi camino, cuando siento un auto persiguiéndome. Viro mi cabeza con disimulo y el auto se estaciona. De el baja un chico con un enorme chaleco impidiendo así poder ver su rostro y comienza a caminar con rapidez a mi dirección. Entro en pánico y comienzo a correr con todas mis fuerzas y siento cómo el extraño corre detrás de mí. Lagrimas comienzan a acumularse en mis azules ojos y siento cómo me quedo sin aire. No podía gritar, me sentía impotente. Me sentía una completa tonta por haber salido de la casa de Michael a un Australia desconocido. Y ahora, estoy aquí corriendo para salvar mi patética vida de un extraño que seguro quiere matarme o violarme o secuestrarme.
—¡Allison! ¡Espera!—gritó el extraño.
Pero... si sabe mi nombre, no puede ser un extraño... ¿O sí?
Me detuve en seco, completamente fatigada y me di una vuelta. La persona ya no estaba encapuchada, su capucha estaba abajo, y unos ojos azules se encontraron con los míos. Mi corazón se detuvo y luego comenzó a latir con rapidez nuevamente. Mis ojos comenzaron a botar lágrimas y mis rodillas fallaron hasta tal grado que caí al pavimento sobre ellas.
La persona se acercó a mí y se arrodilló a mi lado antes de envolverme en un tierno pero fuerte abrazo.
Era Andy. Mi hermano mayor.
***
COMO CUANDO HAGO UN CAPÍTULO LARGO Y A LA MISMA VEZ LES HAGO UN ASQUEROSO MANIP DE SABRINA CON LOS CHICOS Y ANDY VIENE SIENDO BRANDON FLYNN!!!!
En realidad, espero que les haya gustado este capítulo porque cada vez pasará mucha caca, ya lo verán y me amaran y odiarán o sea....jejeje.
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Andy Snow wey :v