Pecar para amar

By SutaKori

910 145 59

***No debes faltar al dios. No debes pecar. No debes amar. Victoria Onisse oculta secretos que ni ella misma... More

☣ Prólogo ☣
☣ Capítulo 1 ☣
☣ Capítulo 2 ☣
☣ Capítulo 3 ☣
☣ Capítulo 4 ☣
☣ Capítulo 5 ☣
☣ Capítulo 6 ☣
☣ Capítulo 8 ☣
☣ Capítulo 9 ☣
☣ Capítulo 10 ☣
☣ Capítulo 11 ☣
☣ Capítulo 12 ☣
☣ Capítulo 13 ☣
☣ Capítulo 14 ☣
☣ Capítulo 15 ☣
☣ Capítulo 16 ☣
☣Capítulo 17☣
☣ Capítulo 18 ☣
☣ Capítulo 19 ☣
☣ Capítulo 20 ☣
☣ESPECIAL PERSONAJES☣

☣ Capítulo 7 ☣

39 6 6
By SutaKori

Victoria Onisse

Corrí tan rápido como mis piernas lo permitían. El viento golpeaba mi cara como si de cuchillas se tratara, mientras yo seguía tratando de escapar.

–Porque nosotros estamos enloquecidos por ella.había dicho Adam. ¿Enloquecidos por mí? Golpes, maltratos, insultos. ¡Esos demonios me hicieron la vida imposible por meses tanto como quisieron! No podía perdonarlos, no lo haría nunca.

¡Todo en ella parece querer mortificarnos por su perfección! no era verdad. Ellos no podían hablar en serio. Todo esto era una broma. Una broma cruel.

No permitiré que mueran, primero la mataré a ella si debo hacerlo. –No pude escuchar nada más. Luego de esa confesión de Seth simplemente corrí. Corrí como nunca lo había hecho antes en mi vida para estar lo más lejos posible de él. Siempre supe que Seth era el peor de los siete demonios, pero hasta hoy no había llegado a imaginar cuanta maldad había dentro de él.

Ya no se trataba de una simple broma que ellos querían cometer, Seth había realmente amenazado mi vida y no pensaba entregársela. ¿Qué los otros seis demonios me querían? Primero creería en que se ha congelado el infierno antes que creer en el afecto que ellos dicen tener hacia mí. No, no soy tan ingenua.

Antes de notarlo, mi gran carrera me había llevado a la entrada del bosque de la ciudad. Nunca había entrado, era oscuro, frío y temía que alguien pudiera hacerme daño allí, pero ahora ningún lugar parecía seguro.

Los demonios habían hablado de que ellos morirían por los sentimientos que tenían hacia una mujer, pero no podían estar diciendo la verdad, ¿o sí?

Dejé el bosque de lado, tampoco era tan tonta como para creer que allí estaría a salvo. Mi siguiente opción era ir con la policía, pero ¿qué les diría? "Siete tipos quieren asesinarme porque dicen que se enamoraron de mí" No, eso no tenía sentido. Nadie me creería, quizá me tacharían de lunática y me enviarían al centro psiquiátrico de la ciudad vecina. Tampoco pensaba arruinar mi vida por culpa de ellos. Quizá la opción más sensata era simplemente ir a mi casa y no armar un escándalo.

Estaba cansada, sudorosa, con un fuerte dolor de cabeza y con aquel miedo a ser asesinada en cualquier momento. Genial, me estaba volviendo paranoica, pero tenía mis razones.

Finalmente llegué a mi casa, afortunadamente Valentina no estaba por lo que no tuve que explicar el porqué de mi vestimenta sucia, mi cara de pánico y mi corazón acelerado. Corrí por toda la casa cerrando puertas y ventanas como la última vez que Seth me había advertido algo. La diferencia ahora era que Seth no me advertía de nada, él era la amenaza.

Cuando termino, mis energías ceden por completo y caigo sentada en el suelo al pie de las escaleras, en ese momento escucho los golpes frenéticos a la puerta.

–Abre Victoria, por favor. –suplicó alguien del otro lado. Era imposible no reconocer quien era, mi corazón se aceleró de inmediato y el pánico llenó mi cuerpo nuevamente. ¡El teléfono! Debo llamar a la policía. –Abre la puerta o la abriré yo a la fuerza. –me amenazó. Él sabía que yo estaba aquí y seguramente sabía que yo estaba completamente sola. ¿Nadie podía ver al loco gritando en la puerta de mi casa? Parecía que Seth hacia un escándalo y nadie podía notarlo y si lo hacían no creo que quisieran hacer algo al respecto.

– ¡Vete! –grité. Segundos después no escuchaba absolutamente nada, el silencio reinaba nuevamente pero no lograba tranquilizarme, mi instinto me gritaba que aún no estaba a salvo y que lo mejor era esconderme, pero no alcancé a moverme un centímetro cuando escuché como el seguro de la puerta cedía y luego esta se abría. Un pequeño grito escapó de mis labios.

– ¡Espera! –gritó al entrar corriendo a mi casa mientras que yo intenté inútilmente correr escaleras arriba, pero la poca energía que tenía hizo de las suyas logrando que yo cayera de rodillas al pisar el primer escalón – ¿Estás bien? –su mano se extendió hacia mí. Admiré su rapidez, en segundos había cerrado la puerta y ahora estaba a mi lado ofreciendo su ayuda. Aparté de un golpe su mano, no quería su lastima, menos su ayuda.

–No te me acerques. No me lastimes. –mi cuerpo temblaba de miedo y vergüenza. Yo le estaba suplicando por mi vida y eso me hizo sentir humillada. Escuché un bufido de exasperación de su parte y luego se inclinó hacia mí para, de un tirón, ponerme de pie.

–Deberías aprender de una buena vez la diferencia de los que quieren lastimarte de los que no. También debes conseguirte una cerradura que no se abra con un clip de metal. –miré el artefacto en sus manos. El clip ligeramente torcido brillaba bajo la luz de la lámpara y Seth lo mostraba orgulloso por la gran hazaña que había logrado con él.

–Esto es allanamiento de morada. Podría demandarte. –mi voz sonó temblorosa y Seth borró la ligera sonrisa que se había formado en sus labios.

–Me tienes miedo. –afirmó y no pensaba corregirlo.

– ¿Cómo no tener miedo de aquél que dice que primero me matará antes de que algo les suceda a sus amigos? Seth, estoy aterrada de ti. –y mi cuerpo reaccionaba confirmando mis palabras. El temblor comenzó a subir de tono y cada vez sentía más temor al imaginar lo que Seth pudiera hacerme. Por un momento vi terror también en su mirada, quizá mi imagen lo había asustado.

–Victoria, mírame. No vine a hacerte daño, pero necesito que te calmes. –no dije nada, no podía ni siquiera hablar –Victoria, por favor deja de temblar. –pero no podía. Me va a matar. ¡Lo hará!

Cuando sus brazos me rodearon y me aprisionaron en un fuerte y cálido abrazo todo mi cuerpo entró en shock. Sí, había dejado de temblar, sí, había dejado de sentir miedo y sí, Seth Argall estaba abrazándome por primera vez en mi vida, ¿cómo no entrar en shock con esto?

–Eso es, fierecilla, cálmate. Estoy contigo. –su voz fue como un susurro contra mi odio. Su aliento cálido golpeó mi mejilla y mi cuerpo se estremeció mientras mi mente trataba de procesar todo. No podía responder a nada, ni a sus palabras, ni a su acto, ni al abrazo. Todo era demasiado confuso y a pesar de ello no quería alejarlo. Quería seguir sintiéndolo junto a mí.

No conocía el poder que Seth tenía sobre mí, pero sin dudarlo podía ejercer ese poder cuando él quisiera. Yo no tenía quejas al respecto.

Sentía su aroma y me recordó de cierta forma a Evan, con su aroma a bosque y tierra húmeda, pero el chico que me estaba abrazando olía más a un aroma de aire fresco y libertad. No sabía ni como describirlo, pero me gustaba. Su cuerpo era cálido y podía percibir la fuerza que tenía al sentir su cuerpo contra el mío.

Estaba en paz, en calma. Todo dentro de mí sentía tranquilidad y esa tranquilidad me la daba él. ¿Cómo era posible que el chico por el que estaba a punto de tener un ataque de pánico momentos atrás fuera justo el mismo chico que lograría calmarme con un simple abrazo? No tenía la respuesta y no me interesaba encontrarla, mucho menos mientras sentía como sus dedos en mi espalda comenzaban a enredarse en mi cabello y a jugar con este. Su mano libre comenzó a acariciar mi espalda y, quizá inconscientemente, empezó a tararear una melodía desconocida para mí.

No te detengas por favor.

Pedí en mi mente mientras cerraba los ojos y me dejaba llevar, finalmente respondí al abrazo. ¿Por qué había estado tan asustada antes?

Continúa, sólo continúa.

Ya no importaba la razón, ahora no lo estaba. No tenía miedo. Con Seth abrazándome de esta forma era imposible que me sintiera asustada, era imposible que pensara en que él era alguien que pudiera dañarme. No, Seth no me lastimaría, no lo haría.

No dejes de abrazarme, por favor. No dejes de cantar.

Ni siquiera escuché cuando la puerta se abrió y seguramente Seth tampoco ya que ambos saltamos asustados alejándonos uno del otro cuando escuchamos a Valentina carraspear para llamar nuestra atención.

– ¿Interrumpo algo? –fue inevitable que mi cara no se calentara de inmediato. ¿Qué había estado haciendo hace unos segundos? Miré de soslayo a Seth, pero este huía de mi mirada y no pude culparlo. Nunca habíamos cruzado más de dos palabras, sin contar la vez que vino a mi casa, y ahora me abrazaba para calmar mis miedos. Extraño.

–No tía, nada. –su mirada se movía de forma nerviosa de Seth a mí y luego volvía. Le incomodaba la presencia del chico y yo lo sabía, pero me veía incapaz de hacer o decir algo para pedirle que se fuera, sin embargo, él se me adelantó.

–Ya me iba. –caminó hacia la puerta no sin decir algo más antes de marcharse: –No te puedo decir mucho, pero quisiera que creyeras en mi palabra cuando te digo que no te haré daño. ¿Puedes creerme? –asentí de inmediato y una fugaz sonrisa se posó en sus labios. ¿Cómo no decirle que sí después de lo que acababa de hacer?

–Algo que decir, supongo. –me encogí de hombros ante el reproche de mi tía. Quisiera decirle algo, explicarle lo que acababa de suceder, pero ni siquiera yo lograba entenderlo del todo. ¿Cómo explicar algo que yo misma no entiendo?

–Sólo que ya quiero que se acabe este día. –volví a tratar de subir las escaleras y esta vez no caí. Mis energías parecían estar renovadas.

–Nada de que te irás ahora, Vicky. Me llamaron de la escuela porque te desmayaste, pero cuando llego resulta que desapareciste de la enfermería y siete chicos fueron tras de ti. –me imaginé la escena y por algún motivo sonreí.

–Te dije que los siete demonios eran algo serio, pero siempre lo tomas todo como una broma. –la regañé, aunque por dentro reía un poco con la situación.

–Deja de llamarles así, supongo que no deben ser tan demonios como dices si uno de ellos te abraza tan familiarmente dentro de tu casa. –bien, ese había sido un golpe bajo. Torcí la boca con disgusto y no dije ni una palabra más. Subí en un par de saltos las escaleras y me encerré en mi cuarto a pesar de las quejas de mi tía en el piso de abajo.

Mis manos recorrieron mis brazos justo como Seth lo había hecho momentos antes.

¿Por qué aquella caricia se sintió tan familiar y especial?

¿Por qué me abrazó y por qué no lo aparté?

¿Por qué deseaba repetir ese abrazo?

¿Por qué deseaba volver a escuchar aquella melodía de sus labios?

Continuará...


Hola estrellitas!!!

Les gustó el capítulo???

Mil gracias por seguir la historia. Si pudiera iría a casa de cada uno a darles un abrazo, okno. No quiero que me acusen de loca XD

Voten y comenten

Bye to bye

Los quiere y se despide

Suta n_n

Continue Reading

You'll Also Like

548K 85.4K 154
Este libro es la quinta y ultima parte de la saga de Alfa King.
76.3K 5.5K 90
Anneliese es una chica curiosa, risueña, amable y humilde, pero también muy caprichosa y mimada, como lo era su madre. Amada por todos y deseada por...
135K 16.4K 19
Libro #2 de Los hijos de la luna Shayne había despreciado toda su vida a los omegas, considerándolos inútiles, inservibles, por su posición como alfa...
5.4M 401K 69
-Todo puede pasar- No copies plis ♥ se creativo Portada creada por @Editorial_YeiMin Portada creada por; @CristinaRoss