Seth Argall
La observé descansar sobre la blanca cama de la enfermería del instituto y suspiré sabiendo que al final todo había resultado lo mejor posible, al menos ella no estaba herida de gravedad y se había desmayado antes de ver a Evan convertirse en lobo frente a todos. La sangre de su rostro había sido limpiada y ahora simplemente dormía como si nada hubiera pasado. "Exceso de estrés" había dicho la enfermera, y realmente preferíamos creer que aquello era verdad.
Pero no todo estaba solucionado, debía aclarar muchos temas con mis amigos y entre todos debíamos encontrar la respuesta a la mayor pregunta de todas.
¿Por qué vimos a Victoria como si hubiera estado a punto de transformarse en un lobo?
Me alejé de la cama, ya no volvería a entrar aquí mientras ella estuviera, así que simplemente di media vuelta y me encaminé a encontrarme con mis amigos. En cuanto salí de la enfermería ellos estaban parados junto a la puerta esperándome.
– ¿No podíamos encontrarnos en el bosque o simplemente en casa? –pregunté fastidiado. No me gustaba nada el hecho de que ellos quisieran estar tan cerca de ella. Victoria no era mi amiga, pero era una humana que no merecía todo lo que le estaba pasando por nuestra culpa.
–Queríamos saber cómo está. –se justificó Adam y yo lo miré con rabia pues a su lado estaba Evan, quien vestía ropa de Leo que le quedaba terriblemente grande. Finalmente se había calmado lo suficiente para transformarse en humano.
– ¿Por qué? Según recuerdo, Evan estuvo a punto de matarla. Aparte estoy seguro de que todos me dijeron que les daba asco estar cerca de ella. Algo sobre su olor, ¿verdad? –Adam dio un paso atrás. Había dado justo en el blanco. Por otra parte, Rodrigo y Derek gruñeron con mi actitud.
–Solamente dinos como está, Seth. –pidió Derek mientras apretaba con fuerza los puños. Decidí hablar porque realmente no estaba de humor para explicarle al director del instituto por qué había un lobo de pelaje castaño rojizo en medio del pasillo.
–Está bien, solamente cansada. Recuperó la conciencia por unos segundos y luego cayó dormida. Rueguen al dios para que no recuerde nada al despertar o que por lo menos crea que todo fue un sueño. –algo se encendió en mí cuando vi a Brian con la intensión de querer entrar a la enfermería. Coloqué mi mano firmemente sobre su pecho para alejarlo.
–Quiero verla. –pidió él con cierta suplica en su voz.
–Primero pasa sobre mí. –lo amenacé. Era ridículo lo que estaba haciendo, aquella chica no era nadie para mí y a pesar de ello aquí estaba, enfrentándome a mi amigo que por cierto me podía asesinar de una mordida.
– ¿Por qué tu interés en ella Seth? –preguntó Leo amenazante.
–Porque de no ser porque llegué a tiempo, Evan le habría hecho quien sabe qué aprovechándose de su poder. Quiero saber qué demonios te pasaba en ese momento para hacer lo que hiciste, Evan. –el nombrado se mostraba nervioso y ahora pasaba su mirada de Rodrigo a mí y de vuelta.
–Yo... yo, bueno... –pero no parecía poder terminar con coherencia una frase.
–Porque nosotros estamos enloquecidos por ella. –declaró finalmente Adam tomando la palabra. Prácticamente tuve que recostarme en la puerta de la enfermería para no perder el conocimiento y la cordura de una sola ante aquella revelación.
–Eso no puede... eso no es posible. –murmuré sintiendo como la sangre escapaba de mi cara. Un sudor frio me recorrió y mi corazón se aceleró tanto que mi pecho comenzó a doler.
–Seth, cálmate. Respira. –habló Rodrigo inclinándose hacia mí. Traté de hacerle caso, tomé aire y finalmente sentí como el aire volvía a mis pulmones. No era bueno perder el control.
– ¿Tienen idea de lo que significa lo que han dicho? Rodrigo, dime que es mentira, por favor. –pero él evadió mi mirada dando muestra de la verdad.
–Lo sentimos Seth, no es algo en lo que debas intervenir. –Brian me despeinó como si yo fuera un niño que necesitara consuelo, por mi rostro seguramente era así como me veía.
– ¿Qué no deba intervenir? ¡Pero si ustedes van a morir! –grité sin importarme que Victoria dormía en el cuarto detrás mío y que en la escuela había más personas en clase. Mis manos temblaban, no, realmente todo mi cuerpo lo hacía.
–No si él no lo descubre. –tragué saliva. ¿Cómo no iba a descubrirlo? ¡Claro que lo haría!
–Él puede ver dentro de mi mente. ¡Lo sabrá! –estaba al borde de un ataque nervioso. Demasiadas emociones en un día.
–Por eso no queríamos decirte nada, ahora solamente debes evitar pensar en eso mientras estés con él, eso es todo Seth. Si lo haces, nada nos sucederá. – ¿Realmente seria así de fácil?
–Pero es traición. ¡Traicionaron al dios! –grité nuevamente.
– ¡Lo sabemos! Sabemos que tenemos prohibido enamorarnos. Sabemos que al convertirnos en siervos de Anubis debíamos ser fieles a sus creencias y a sus reglas. No podíamos sentir afecto por ninguna mujer, esa es la razón por la que no tenemos descendencia, porque se supone que no somos capaces de amar. –dijo Derek mientras mostraba todo tipo de sentimientos en su rostro al decirlo.
– ¡Pero no pudimos evitarlo! –continuó Leo –Desde el primer momento algo despertó en nosotros con ella. Su aroma, su voz, su rostro. ¡Todo en ella parece querer mortificarnos por su perfección! La deseamos, la necesitamos Seth. ¿Puedes entender eso? –no, no podía. No podía entenderlos si al hacerlo también debía aceptar que ellos debían morir.
– ¿Cómo es posible que todos se sientan de esa forma? Es demasiada coincidencia. –
–Sí... estamos trabajando en ello. No somos buenos para compartir. –Leo se llevó una mano al cuello en señal de incomodidad.
–Estoy seguro de que saben cuál es el castigo por fallarle a él. –les murmuré. Mi garganta estaba seca y ya no podía mirarlos a la cara. Me era imposible.
–La muerte. –dijo seriamente Evan.
– ¿Y a pesar de saberlo quieren continuar con la idea de ir tras ella? –pregunté mientras mi cuerpo comenzaba a temblar de nuevo.
–Sí. –me respondió Rodrigo mostrando que no tenía ninguna duda de ello.
– ¡No! –grité levantando nuevamente la cabeza para mirarlos a todos. Los seis dieron un paso atrás –No permitiré que mueran, primero la mataré a ella si debo hacerlo. Ustedes no pueden morir. –mi idea pareció gustarles muy poco porque en segundos vi sus ojos brillar y sus colmillos asomarse.
–No te atrevas a tocarle un cabello, Setesh, no sabes de qué somos capaces. –la amenaza de Evan me pareció real. Sabía que realmente harían algo si yo iba contra Victoria, además, a pesar de la situación, tampoco pensaba hacerle daño a ella. No me atrevía a pensar si quiera en lastimarla.
–Bien. Entonces moriré yo para llevarme el secreto al otro mundo. –mi afirmación pareció calmarlos lo suficiente para que detuvieran sus miradas asesinas hacia mí y luego mostraran consternación y miedo en sus miradas.
– ¿Pero de qué hablas, Seth? Jamás te pediríamos que hicieras algo así. Nosotros podremos solucionar solos este problema. Te lo aseguro. –Brian colocó su mano sobre mi hombro como señal de que me daba apoyo, pero yo lo aparté de un movimiento.
–No pienso dejar que ustedes mueran. Son mis amigos... ¡Son mi familia! No permitiré que nada les suceda. Si el castigo por amarla es su muerte entonces yo me encargaré de que Anubis jamás sepa que se cometió el crimen. No lo permitiré. –sentencié y todos mis amigos sonrieron con mis palabras.
–Creo que el chico ha crecido. –se burló Rodrigo. Una sensación cálida recorrió mi pecho al escuchar reír a todos. Bien, supongo que todo está solucionado, pero aún tenía una serie de dudas.
– ¿Entonces siempre la trataron de forma tan cruel únicamente porque querían hacer creer que ella no les importaba? –Adam se encogió de hombros con incomodidad ante mi pregunta.
–Así no sabrías nada y no te verías involucrado justo como ahora. –respondió bajando la cabeza con pesar.
–Eso quiere decir que se terminaron las bromas, ¿verdad? –
–Claro que sí, ya no tenemos motivos para hacerlo. De hecho, me alegraré mucho de que eso suceda. Es buena lanzando miradas de odio profundo. –"miradas" esa palabra me trajo recuerdos y a todos los demás también.
– ¿Hablaremos sobre lo que pasó cuando atacó a Evan? –preguntó Rodrigo.
–Tenía una fuerza fuera de lo común. Aún me duele el último golpe que me dio. –se quejó Evan mientras se sobaba el pómulo –Aunque no tenía que golpearme, no le pensaba hacer nada. –murmuró lo último hablando más para sí mismo que para nosotros por lo que lo dejamos pasar.
–Y su ojo. Estoy seguro de que lo vi tan amarillo como el de nosotros. –siguió Adam.
–Sus uñas son cosa seria. Aún no desaparece el rasguño que me hizo. Para poder lastimarme tendría que haber usado mucha fuerza. –Derek mostró el corte en su brazo derecho. Parecía palpitar de dolor. La herida roja se alargaba varios centímetros y eso nos causó escalofríos. Después de todo, una ventaja que tenían ellos era el hecho de sanar en segundos. ¿Por qué la herida no había desaparecido aún?
–Yo estoy casi convencido de que le vi colmillos. –afirmó Leo.
–Por favor, dejemos de pensar como si todo fuera una simple coincidencia. Todos sabemos lo que sucedió aquí. –les reclamé esperando a que ellos continuaran.
–Estaba a punto de transformarse. Ella es como nosotros. –Brian tenía razón, al menos eso suponíamos.
–No, no es como nosotros. –miramos a Rodrigo sin poder creer lo que decía. Es como si no quisiera ver lo obvio. Pareció entender nuestros gestos de sorpresa y rápidamente aclaró su punto de vista –Estoy de acuerdo en que ella estuvo a punto de convertirse, sin embargo, eso no significa que sea igual a nosotros. –
– ¿A qué te refieres? –preguntó Evan desesperado por saber más.
–A que ella no fue convertida en una loba por mano de Anubis como todos nosotros, el dios no transforma mujeres, jamás lo ha hecho. Ella tiene sangre de lobo por nacimiento. –lo miré consternado al igual que el resto de nosotros.
–Estás bromeando, ¿verdad? –al no tener una respuesta Brian comenzó a desesperarse – ¡Eso es imposible Rodrigo! Nosotros no podemos tener hijos, ni siquiera podemos tener pareja. ¿Cómo piensas que ella pudo nacer si nunca nos permiten estar con una mujer? –Rodrigo se encogió de hombros y luego dirigió una mirada a los lados para comprobar que nadie había escuchado aquella revelación.
–No tengo ni idea, pero como ya dije, Anubis no transforma a mujeres así que podemos descartar esa opción. Quizá alguien rompió las reglas y decidió tener familia. No lo sé. –
–Pero no conocemos el caso de nadie que haya roto las reglas de Anubis. ¿Realmente es posible que exista alguien así? –preguntó Adam.
–Quizá ya no. Es probable que Anubis haya exterminado al que cometió el pecado. –razonó Evan con la mirada perdida.
–Hasta donde sé, los padres de Victoria están muertos. –les comenté pensando en lo mucho que eso concordaba con nuestras hipótesis.
–Si ese fuera el caso, Anubis no hubiera matado solamente a sus padres, también habría acabado con ella. El resultado de una unión prohibida. –nos quedamos en silencio unos segundos tratando de encontrar una respuesta a tantas dudas.
– ¿Y si lo está intentando? –pregunté yo mientras perdía la voz. Todo comenzaba a tener sentido.
–No es posible. Ella no puede estar teniendo contacto con Anubis, ¿o sí? –preguntó Leo con voz entrecortada. Tenía miedo, quizá lo que decían sentir por ella es real y eso comenzaba a disgustarme. Ignoré aquello y saqué de mi bolsillo aquello que les había ocultado.
– ¿Cómo más explicamos esto? –desdoblé el papel y dejé a la vista el hermoso dibujo que ella había hecho –Esto lo dibujó ella. Es tan hermoso que siento que ella debió haber visto realmente al dios para poder dibujar algo tan perfecto. –mis amigos guardaron silencio, ahora lo entendían. Ella realmente estaba en peligro.
–Debemos entrar. Necesitamos ponerla a salvo. –
– ¿Qué sucederá con Anubis? –pregunté serio.
–Cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él. –
Antes de que ellos quisieran dar un paso, la puerta se abrió y la enfermera del instituto salió con mirada preocupada.
– ¿Vieron por aquí salir a la chica que trajeron? Ya no está adentro y me preocupa que haga mucho esfuerzo con el desmayo que tuvo. –sus palabras calaron realmente dentro de todos nosotros. Dando uno que otro golpe entramos todos en la enfermería para comprobar que realmente no estaba.
– ¿Cómo pudo salir si nosotros estábamos en la puerta? –pregunté lo más calmadamente posible a la enfermera, aunque estaba claro que yo podía sentir cualquier cosa en ese momento, menos calma.
–Entré al baño unos momentos y al salir ya no estaba. –explicó brevemente. La mirada de los chicos se dirigió a la ventana abierta.
–Su aroma... se dirige al bosque. –dijo Derek con una mirada sombría.
– ¿Por qué salió por la ventana? –preguntó desesperado Brian. Mi corazón estaba agitado nuevamente. No, esto no podía ser posible.
– ¿No es obvio? Escuchó nuestra conversación. Y dudo mucho que lo haya tomado de muy buena forma. –les expliqué. Sus ojos brillaron de inmediato e instintivamente di un paso atrás.
–Deben ir por ella. En el bosque está en peligro, ustedes no son los únicos que podrían estar tras ella. Anubis la quiere y hará cualquier cosa por tenerla. Es su decisión lo que harán, pero preferiría que la trajeran a salvo. –tal vez soné demasiado amigable con la causa de Victoria porque inmediatamente me miraron con ira. Genial, sus cambios de humor cada vez son mejores.
–Lo haremos, Seth. ¿Y tú? ¿Qué piensas hacer? –preguntó Rodrigo mientras se disponía a salir por la ventana igual que hizo ella.
–La buscaré a mi modo. ¡Vayan! –grité y los seis hicieron fila para salir. La enfermera nos miraba como si fuéramos bichos raros, pero poco me importó.
Salí por la puerta de la enfermería con una misión en la cabeza.
Salvaríamos a Victoria de Anubis sin importar las consecuencias. Ellos por su amor, yo por mis amigos.
Pecaríamos por ella en honor a nuestra lealtad.
Continuará...
Ahora siguen creyendo que los demonios son malos??? 7u7
Quiero que sepan que las canciones que coloco en cada capítulo no las pongo porque crea que la letra tenga que ver con lo que escribí. Las coloco porque el título de la canción tiene que ver con el título del capítulo y porque me parece que el ritmo que tienen es perfecto para acompañar cada capítulo. Les gustan las canciones???
Voten y comenten!!!
Bye to bye
Los quiere y se despide
SutaKori - Estrella de Hielo