[Remus]
—¿Y entonces será una radio secreta?—. Preguntaba Liana a Aberforth mientras le ayudaba con la cabina de radio.
—Sí, así será, y tú si quieres, puedes venir a transmitir algún programa—.
—Gracias, sí, sí quiero—. Le brillaron los ojitos y Aberforth me miró, se acercó y ambos la miramos.
—Es demasiado lista, y... no sé, si no me hubieras contado su historia, apostaría que ella es una bruja—.
—No... ella es muggle, solo que Tonks pasa mucho tiempo con ella, ya adquirió conductas de ella—.
—Sí, aunque la habilidad la ha adquirido de ti—. Aberforth me dio un leve golpe en la espalda, sonreí y me senté al lado de ella.
—Yo creo que tenemos que poner primero este cable, conéctalo allá, de esta manera la contraseña correrá y al llegar aquí, se hará la conexión, bueno, eso creo—.
—Bueno, intentémoslo—. Le sonreí y comencé a mover los cables, ella se mordía las uñas nerviosa. Conecté el cable y luego de unas chispitas comenzó a funcionar la cuestión de la contraseña.
—Uju, tenía razón, yo lo sabía—.
—Vaya que sí, muy bien, esa es mi niña—. Le besé la mejilla.—Sí, todo está listo, bueno solo falta comprobar la introducción de la contraseña y si se escuchan las voces, pero eso luego—.
—Remus ¿Está muy mal la cosa?—. Me preguntó Liana.
—¿Qué cosa?—.
—La cosa, bueno... la situación—.
—Pues sí, digamos que sí, como te lo dije antes, no es seguro ni Hogwarts, Tonks ha mantenido a la Orden trabajando, es posible que... la segunda guerra mágica llegue pronto y para eso debemos estar preparados, no te preocupes, nada pasará, ya verás—. Ella hizo una mueca y luego tomando uno de los micrófonos comenzó a hablar. Aberforth se acercó con su radio y la varita en la mano, dio un leve golpe.
—La contraseña es "Luna llena color rosa chicle"—. Dijo Liana y yo sonreí.
—Luna Llena color rosa chicle—. Dijo Aberforth golpeando la antena con la varita.
—Hola hola señor Dumbledor, quiero decirle que usted me agrada bastante—. El anciano rio fuertemente y yo alcé los brazos triunfante.— ¡Si sirve!—.
—¡Genial! Todo listo... ahora sí, el-que-no-debe -ser-nombrado debe cuidarse las espaldas—. Gritó Dumbledor.—Yo invito el whisky de fuego y el jugo de calabaza para ti pequeña—.
—Oye Remus... tengo una idea—.
—Soy todo oídos—. Me acerqué a ella y me contó su plan.
**********
[Tonks]
—¿Hola? ¿Hay alguien en casa?—. Pregunté al llegar a la cabaña, todo estaba oscuro y parecía que ni Liana ni Remus estaban allí. —Parece que no—. Corrí a un sillón y me tumbé debido al cansancio. Había dos cartas en la ventana, una era de Ginny y la otra de Molly. La madre de los pelirrojos pedía que fuéramos en Pascuas a cenar con ella y su familia, Ginny y Ron no regresarían, tenían un partido que ganar, por tanto, estarían practicando. Ginny por otro lado tenía los avances semanales, al parecer Malfoy y Harry habían tenido otra pelea y Harry había dejado muy mal al rubio, ella lo ayudó muy bien con ese asunto.
Y por otro lado Ron había estado mal en el hospital gracias a una poción de amor y un whisky de fuego envenenado, fue entonces cuando rompió con su cursi y melosa novia Lavender, según Ginny estando inconsciente nombró a Hermione. Parecía que todo comenzaba a acomodarse.
Cuando cerré las cartas, di a las lechuzas una galleta y me introduje en mi habitación, me tumbé en la nueva cama recargándome en la almohada de Remus. Inhalé y noté un piqueteo en mi nariz, era su olor, suspiré y cuando miré el techo escuché un ruido en la sala.
—¿Hola?—. Me levanté rápidamente y vi que sobre la mesa había una caja envuelta con papel blanco, fruncí el ceño y tomé mi varita, cuidadosamente abrí la envoltura y me encontré con una pequeña radio. En el papel había unas letras escritas, encendí el radio y la programación habitual comenzó, fruncí el ceño y agité la varita.
—Introduzca contraseña—. Dijo una vocecita. —Introduzca contraseña—. Repitió y yo fruncí el ceño aún más. Miré la envoltura y sonreí.
—Luna llena color rosa chicle—. Dije.
—Correcto, bienvenida a RadioOrden—. Volvió a decir la vocecita y luego...
—Y como habíamos comentado, hoy tenemos algo muy especial que hacer, aquí tenemos a un invitado muy especial en cabina, su nombre es Remus John Lupin—. Esa, indiscutiblemente era la voz de la latosa de mi hija. —Hola Remus—.
—Hola Liana—. Saludó él.
—Dinos... vienes a hacer algo muy especial delante de todo nuestro público, que solo es una persona, cuéntanos que harás-.
—Bueno yo... conozco una chica desde que ella tenía 10 años... y bueno, no nos volvimos a ver sino hasta hace dos años y medio y yo, pues... fui muy iluso—.
—Tonto, querrás decir tonto, querido—. Le dijo Liana y Reí.
—Sí, tonto, esa es la palabra, pero... bueno, eso hasta hace unos meses decidí que ella era la indicada para toda mi vida así que... hoy por este medio quiero que... que se case conmigo—. Abrí los ojos, me tapé la boca y comencé a hiperventilar.
—Oye querido, pero esas cosas no se dicen así... ni siquiera se puede casar por este medio... este medio es un radio solamente—.
—Sí, tienes razón, yo... quiero saber si... bueno Tonks, ¿Quisieras casarte conmigo?—.
—¡Ay por Merlín! —. Grité.
—Yo puedo apostar que ella acaba de gritar "Ay por Merlín"—. Dijo Liana mientras yo daba vueltas por la casa con los ojos bañados en lágrimas.
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[Remus]
—¡Maravilloso! ¡Genial! Puedo apostar a que está muerta de emoción—. Dijo Aberforth. —Lo hiciste excelente Li-li—. ¿Qué si Liana sabía que le pediría matrimonio a Tonks? Sí, ya lo sabía y solo estábamos esperando el momento indicado para decírselo y también la manera perfecta.
—Bueno, vamos Li-li, debe estar esperándonos—.
—Cierto, hasta mañana Abi—. Se despidió Liana de mi jefe.
—Suerte, dan mis felicitaciones a Dora—.
—Gracias—. Tomé a Liana de la mano y salimos de allí, atravesamos el pueblo y al llegar a la colina vimos que la cabaña estaba oscura. Nos miramos frunciendo el ceño, corrimos y vimos la puerta abierta, todo seguía oscuro y sobre la mesa estaba la radio, el papel a un lado con unas garras marcadas en él, miré a Liana y ella puso cara de miedo.
–Fue Greyback—. Me dijo susurrando.
—No... no—. Apenas y pude hablar y salí corriendo de allí con Liana en brazos. De pronto un lobo plateado apareció frente a nosotros.
—Bosque de Hogsmade—. Lo escuché decir.
—Sujétate fuerte y has lo que te diga—. Ella me asintió, la abracé y aparecí con ella en el bosque, encendí mi varita. —Shh, quédate aquí y si ves algo, grita, sube a ese árbol, corre, iré por Tonks—. Me asintió y yo caminé por el bosque. Luego comencé a correr. El patronus de Tonks volvió a aparecer esta vez corriendo, lo seguí hasta que me encontré en un claro, la luz desapareció y entonces la vi, estaba atada por las manos en un árbol y frente a ella estaba un grupo de mortífagos liderados por Greyback.
—Nos dirás en este preciso momento como acceder al ministro—.
—No entiendo para que, se supone que ya se han infiltrado bastante—. Dijo Tonks y una mortífaga le propinó una bofetada.
—Habla ahora mismo... más te vale que nos digas dónde está la oficina de ministerio... tenemos alguien que en este momento irá por tu hija—. Amenazó otro.
—¿Por qué no le preguntan eso sus contactos e infiltrados del ministerio?—. Contestó y la volvió a abofetear. De pronto...
—Shh... tranquilo, no hagasni digas nada—. Me dijo una voz al oídos