Millhi POV
En los días que pasaron aproveche todo el tiempo que podía para estar con Castiel, aunque eso claramente no podía recompensar los dos meses que Castiel iba a estar ausente, pero era mejor que nada.
-Ya me voy mañana –Era viernes por la tarde y Castiel dijo que quería prepararme una increíble cena para tener una noche romántica. Era algo clásico, pero me encantaba el detalle que él quería tener conmigo.
-Lo sé
-No suenas muy contenta con ello –No sé si golpearlo por lo obvio que era aquello.
-Pues te vas durante dos meses, no puedo de ninguna manera estar contenta por ello, sin embargo si estoy feliz de ver qué haces lo te gusta –Castiel se acercó y beso mi mejilla con dulzura -¿Por qué mejor no me dices lo que estás haciendo para la cena?
-Te dije que era una sorpresa
-¿Hay algo que para ti no sea una sorpresa?
-Mi mal humor –Rodé los ojos mientras que Castiel se limitaba a sonreírme divertido –Pero enserio Millhi, esto es una sorpresa para ti, así que si te lo digo se arruinaría
-Está bien, como quieras. Igual, también te tengo una sorpresa –Castiel me miró curioso.
-Y asumo que no vale la pena preguntar porque no me vas a decir –Asentí y le sonreí con inocencia.
-Ahora entiendes lo que siento cuando me dices que es una sorpresa –Sonreí con sorna y me fui a la habitación dejando a Castiel solo haciendo la cena.
Busqué entre mis cosas un conjunto de ropa interior sensual. Era un brasier negro con encaje, una tanga también con encaje y unas medias unidas al portaligas que iba encima de la tanga. Me puse todo el conjunto y volví a colocarme mis vaqueros y mi camiseta, sin embargo esto no era la sorpresa, estaba casi segura de que él sabía que íbamos hacer el amor toda la noche. En realidad la sorpresa era otra.
-Ya está la cena –Castiel gritó desde el salón principal, salí de nuestra habitación y al instante una gran sonrisa se posó en mi rostro.
-Enserio sabes cómo lucirte –Le dije acercándome a la mesa donde descansaban dos platos con un pan cook de ternera en cada uno de ellos –Con razón te estabas tomando tu tiempo
-Lo de lucirme me sale natural preciosa –Castiel me guiño un ojo a lo que negué divertida –Vamos pruébalo, está estupendo
Nos sentamos y le di un bocado a la ternera mientras Castiel me observaba con una gran sonrisa. Dios, esto estaba muy bueno.
-Está delicioso –Castiel asintió como si hubiera esperado que digiera eso y empezó a comer también –Siempre me he preguntado cómo aprendiste a cocinar así
-Debido a que mis padres no estaban la mayoría del tiempo, decidieron contratar a alguien que se hiciera cargo de mí –Eso ya lo sabía, y realmente no me gustaba hablar de ello, la sola idea hace que se me encoja el corazón en el pecho –La mayoría cocinaban cosas que sabían realmente mal, así que decidí aprender para hacer mi propia comida
-¿Por qué no simplemente se lo dijiste a tus padres?
-Nunca estaban, además de que no me sentía realmente en confianza con ellos para hacerlo. Siempre pensé que con el hecho de me hayan acogido ya era suficiente
Esa parte no la sabía, son cosas como estas que me hacen sentir mal por él y me hacen preguntarme cómo es que me puede amar del modo en que lo hace cuando nadie le enseño, ni le mostro como era realmente hacerlo.
-Hay algo que quiero darte Castiel –Dije para aligerar el ambiente que se había formado y para que él volviera a sonreír.
-¿Qué es? –Y por lo que parece había funcionado porque ahora Castiel estaba mirándome con una sonrisa pícara.
-No es lo que estás pensando
-¿Cómo sabes lo que estoy pensando?
-Te conozco mejor que nadie Castiel, sé que piensas cuando pones esa sonrisa
-Está bien. Tienes tu punto –Me dijo divertido –Entonces ¿Qué tienes para mí? -Saque una cajita del bolsillo de mi chaqueta y se lo entregué.
-Ábrelo
-¿Me vas a pedir matrimonio?-La cajita era muy parecida a la que Castiel me dio cuando me propuso matrimonio así que podía entender por qué decía eso –Creo que es muy apresurado
-Lo dice el que me prometió una para siempre a los diecinueve años
-Quería hacerlo antes pero me preocupaba que te asustara con ello –Me reí pero al ver que Castiel no se estaba riendo, me detuve y lo observé. Sus mejillas estaban adquiriendo un tono rosado.
-¿Estás hablando enserio?
-Estoy hablando muy enserio Millhi, ¿recuerdas las vez que rompí contigo? –Asentí con un sabor amargo en la boca de solo recordarlo –Unos meses antes no planeaba terminar contigo, lo que quería era encontrar una forma para pedirte matrimonio sin que te asustaras
Me pregunto cuántas cosas más cómo estás guarda Castiel, parece que él usualmente tiene algo que decir que me deja sin palabras.
-Creo que si me hubiera asustado –Le dije y pude ver la decepción y la tristeza en su rostro –Pero mi respuesta hubiera sido la misma que te di la vez que me lo preguntaste Castiel –Como espere Castiel nuevamente estaba sonriendo. No saben lo que daría por ver siempre esa sonrisa, la amaba.
-Eso está mejor, pero ahora quiero ver lo que hay dentro de esta caja –Castiel abrió la caja y pude ver como sus ojos se dulcificaban.
-¿Te gusta? –Él asintió y esa sonrisa dulce seguía en su rostro. Tome el anillo de plata y se lo puse en el dedo corazón de su mano derecha. Él miraba la banda de plata con una gran sonrisa –Así como yo tengo el collar que me diste, ahora tú tienes el anillo para que de alguna forma me sientas cerca
-Debió de costarte mucho –Castiel estaba mirando el anillo como si fuera algo frágil que se rompiera fácilmente, para ser sincera el anillo si me había costado mucho, con algunos ahorros que tenía más el pago por adelantado que me había dado Anna pude comprarlo.
-Nada comparado con todo lo que has hecho por mí Castiel
-Eres la chica más increíble que he conocido Millhi. Gracias –El me beso con dulzura y se tomó su tiempo aunque claramente no me molestaba, me gustaba su sabor, era dulce como la miel –Nunca sabrás la felicidad que me proporcionas
Lo veo y estoy segura de que si se siente de la manera en que yo me siento entonces claramente no iba a saberlo. Porque de igual manera Castiel me hace tan feliz. Él es tan hermoso, tan perfecto y estoy tan enamorada de él.
-Quiero hacerte mío Castiel. Ahora
-A veces eres demasiado directa Millhi –Me dijo con un brillo extraño en sus ojos –Pero eso me encanta
-¿Eso quiere decir, claro Millhi hare el amor contigo toda la noche? –Castiel se rio y eso hizo que mi piel se erizara, tenía una risa tan masculina y el hecho de que no sea el clase de chico que se ríe sinceramente tan seguido hace que aprecie más cada vez que lo hace.
-Si Millhi, eso es lo que quería decir, pero además tengo que añadir que lo vas a disfrutar mucho –Esta vez fui yo quien rio y deje que Castiel me llevara hasta la habitación, aquí venia la segunda parte de la sorpresa.
-Siéntate –Le dije dándole una suave empujón hacia la cama –Esto te va a gustar
Castiel hizo caso y se quedó sentado mientras yo me deshacía primero de mis zapatos, para después quitarme mi blusa, cuando lo hice Castiel sonrío con picardía, sin embargo cuando me quite mis vaqueros el abrió los ojos gratamente sorprendido. Definitivamente le había gustado
Castiel POV
Estaba más que encantado cuando vi el sexy conjunto que Millhi estaba usando, y lo mejor de todo era, que yo era el único que podía disfrutar de esto.
-Por la expresión en tu rostro asumo que te gusto mucho esto
-Creo que eso es quedarse corto –Me levanté y me acerqué a ella, pese a que fue ella quien tomó la iniciativa de ello pudo ver el sonrojo en sus mejillas y eso solo me hace amarla aún más. Bese sus mejillas sonrojadas con ternura. Pasé mis manos por su rostro y empecé a bajarlos por sus brazos, ella cerró los ojos en respuesta a mi toque. Mis manos ahora estaban a los costados de su estómago desnudo haciendo círculos con mis dedos pulgares, Millhi abrió los ojos y me miro con deseo. Acerqué mi boca a su cuello y ella movió su cabeza hacia atrás para darme más acceso, empecé a besar su cuello, sabía que a ella le gustaba, y yo quería sobre todo que ella disfrutara con esto, después de todo ella ya me había sorprendido bastante esta noche. Mis manos fueron directamente hacia el broche de su sostén, quitándoselo con facilidad, entonces nuevamente mis manos viajaron a sus pechos ahora desnudos, apreté sus pezones con delicadeza pero con la suficiente presión para que ella soltara un suave gemido; con ello baje mi boca hasta su pecho derecho y empecé a chupar lo cual solo hizo que Millhi se excitara aún más, sus manos estaban sobre mi cabello agarrándolo con fuerza lo cual solo hizo que quisiera aumentar su excitación.
Levanté mi rostro y volví a besarla con fiereza, guiándola hacia la cama y colocándola suavemente debajo de mí, volví a mi trabajo en sus pechos y con la mano que tenía libre la deslice dentro de su ropa interior y comencé a acariciar su sexo, mis dedos entrando y saliendo la hicieron gemir aún más fuerte.
-Me estás enloqueciendo Castiel –Su voz fue entrecortada y con claras notas de placer en ella. Sonreí para mis adentros.
-Esa es la idea preciosa –Mis movimientos ahora eran más rápidos y por la forma en que ella estaba arqueando su espalda sabía que no iba a tardar en tener un orgasmo –Vamos Millhi, vente para mí –A los pocos segundos de que digiera eso, ella ya se había venido en mis dedos.
-Nunca me cansaré de decirlo Castiel, pero enserio sabes cómo hacer que una chica la pase muy bien
-Millhi, desde hace años eres la única que ha disfrutado de mis "habilidades"
-Soy muy afortunada –Dijo con un tono divertido, a lo que yo alcé mi cabeza para quedar a su altura, deposite un beso sobre sus labios con dulzura.
-En realidad Millhi, aquí yo soy el afortunado –Ella me miro con emoción y amor en sus ojos, y puso esa sonrisa que solo pone cuando está conmigo. Mi sonrisa –Quiero decir, mírate, eres hermosa, maravillosa y me amas, lo cual es la parte más impresionante de todo esto
-Te aseguro Castiel que de todo esto amarte es lo más fácil, y lo mejor que pude haber hecho –Ella envolvió sus brazos alrededor de mis cuello para acercar nuevamente su boca a la mía –Ahora déjame hacer que tu disfrutes de esta noche
Esta vez yo me encontraba debajo de Millhi. Ella desabrochó el primer botón de mis pantalones y a los segundos ya había quitado el otro y se encontraba bajando mi cremallera. Luego me hizo levantarme para deslizar mi camisa sobre mi cabeza y luego quitarme los pantalones.
-Me encantaría tomarte una foto en este momento, ya sabes, para inmortalizar el momento
-Nadie te ha dicho que no puedes hacerlo –Ella abrió los ojos con sorpresa y diversión en sus ojos.
-Pero si lo hago y alguien lo encuentra ya no será únicamente para mí, así que prefiero no arriesgarme –Millhi se encontraba a horcajadas sobre mí y aun lleva puesta su ropa interior igual que yo, sin embargo aprovecho la posición para acomodarse un poco más abajo permitiendo que nuestras intimidades se rozaran a través de la ropa, eso hizo que mi erección aumentara totalmente –De igual manera no creo que aguantes hasta que tome la foto y todo –Claramente no iba a aguantar quería que Millhi me hiciera lo que sea que iba hacer para luego poder estar dentro de ella.
Millhi se deshizo por completo de mi boxer antes de que pudiera darme cuenta, el pequeño Castiel estaba totalmente erecto y eso pareció divertir de gran manera a Millhi. Ella colocó ambas manos sobre mi erección y comenzó a subirlas y bajarlas e hizo lo que menos esperaba que hiciera, lo puso en medio de sus pechos, y por esa sonrisa en su rostro entendía que ella sabía exactamente lo que estaba haciendo, y también entendí que Millhi sabía que tenía un buen busto porque de ser lo contrario no se hubiera atrevido hacerlo.
-Puedes decirme todo lo que quieras que soy una tabla de planchar Castiel, pero hace tiempo me di cuenta de que no era así, así que ahora simplemente disfruta con esto –Los pechos de Millhi ahora estaban haciendo el trabajo que sus manos antes estaban realizando, y yo estaba a punto de explotar de placer, pero como era de esperarse Millhi no lo dejo simplemente así, su boca se estaba ocupando de la punta de mi miembro.
-Joder Millhi
-Ahora sabes lo que se siente. Solo un poco más –Debido a mis gemidos Millhi sabía que no faltaba mucho para que me viniera, así que antes de que lo hiciera se alejó un poco y terminé manchando su pecho –Duraste menos de lo que pensaba, voy a tomarlo como un cumplido
-¿Desde cuándo tenías esto escondido Millhi?
-Desde hace rato quería hacerlo, sin embargo no me atrevía, pero con todo el calor del momento simplemente lo hice –Amaba a esta chica, la amaba demasiado, y no lo decía solo por el sexo, aunque me encantaba hacer el amor con ella. Desde que ella llegó a mi vida era mucho más feliz y más agradable con las personas a mí alrededor y...ya no estaba solo.
-Te amo Millhi –Ella me beso en respuesta, se alejó y la acomode sobre mí, ella empezó a bajar lentamente hasta que ya estuve dentro de ella.
-Hoy no es sexo vainilla Castiel –Dijo cuando empecé a salir y entrar lentamente –Te deseo, aquí, ahora y duro
-Cuando no es así Millhi –Ella se rio, pero era la clase de risa mezclada con excitación. Tal como ella había pedido, me acomode para tenerla debajo de mí, así sería más fácil cumplir sus deseos. La embestí con fuerza y susurrándole palabras sucias que sé que a ella le gustaba que dijera.
-No...aguantaré...más –Y al instante de esas palabras la sentí venirse para que casi al instante lo hiciera yo también –Eso estuvo increíble Castiel
-No puedo estar más de acuerdo con ello –Me levanté de la cama y me dirigí hacia nuestro armario –Hay algo que quiero darte
-No tienes porque, ya estoy viendo algo que me gustaría tener –Giré mi cabeza para ver que la mirada de Millhi estaba fija en mi trasero – ¿Te he dicho el buen culo que tienes?
-Creo que lo dijiste la otra noche mientras lo agarrabas y gemías mi nombre
-¿No podías decir algo un poco más humilde? –Levantó las cejas de una manera divertida.
-Sabes que eso me es imposible preciosa
-Lo supe desde el momento en el que decidí que eras el amor de mi vida
-¿Y eso cuando fue? –Ella se sonrojo un poco y empezó a jugar con el collar que le regale. Estaba nerviosa.
-Primero dame lo que sea que me tengas y luego te cuento
-Me parece justo –Abrí el armario y saqué el peluche en forma de perrito de tamaño mediano, cuando se lo entregué a Millhi, su rostro mostro varías emociones pero la que predominaba era la intriga.
-No quiero sonar mal agradecida, porque enserio me parece adorable esto, pero, Castiel, tú nunca me has regalado ni peluches ni flores, nada clásico, así qué... ¿Por qué ahora?
-Estuve pensando que mientras no esté, me gustaría que no te sintieras tan sola en la noche así que me dije que un peluche sería una buena compañía –Ella lo tomó entre sus brazos abrazándolo.
-Huele a ti –Me dijo con una gran sonrisa de felicidad, que era lo que quería conseguir con ello.
-Lo estuve dejando entre mis cosas para que oliera de esa manera
-Gracias Castiel, es enserio maravilloso
-¿Entonces ahora me vas a decir cuando fue que te diste cuenta de que era el amor de tu vida? –Nuevamente Millhi estaba jugando con el collar. El peluche mantenía la parte de arriba de su cuerpo cubierta y la sábana la de abajo, me senté a su lado en la cama y me metí debajo de la sábana para estar más cerca de ella.
-Cuando hicimos el amor por primera vez –El recuerdo vino de inmediato a mi mente. Esa noche fue increíble, y saber que era el primero lo hacía aún mejor –Creo que haber pasado a esa etapa y haberte conocido de esa forma, me hizo sentir cosas que ni siquiera sabía que existían, y los días que vinieron hasta hoy solo fueron una confirmación más de ello.
-Repítelo –Le dije mirándola fijamente.
-¿Qué cosa de todo lo que dije?
-Que soy el amor de tu vida –Ella soltó una pequeña risa, pero sus ojos me miraban con mucho amor, mucho más del que merecía.
-Eres el amor de mi vida Castiel, y eso nada lo va a cambiar. Te amo mi pelirrojo
-Y yo a ti –No sé qué me hizo decir las palabras que diría a continuación –Casémonos Millhi
-Lo haremos. Ya lo olvidaste, llevo el anillo
-Lo que quiero decir es que no quiere esperar cuatro años para casarnos, quiero hacerlo ahora –Ella abrió los ojos sorprendida y algo insegura.
-No lo sé Castiel –Y eso derrumbo toda la felicidad del momento.
-¿Por qué no?
-Aún no somos muy jóvenes
-Vives conmigo Millhi, sé que vamos a pasar toda nuestra vida juntos, casarnos no haría mucho la diferencia
-Exactamente, simplemente es un título, no lo necesitamos
-Es que acaso quieres estar eternamente comprometida –No pude evitar que el enojo se filtrara en mis palabras, la mirada de Millhi cayó en tristeza.
-No Castiel, te prometo que voy a casarme contigo eso está más que seguro, pero no estoy lista para hacerlo ahora –Sé que ella estaba intentando estar calmada, pero la conocía, en algún momento no iba a poder contenerlo, sin embargo no pensaba detenerme por ello.
-Cómo puedes decir que no estás lista Millhi. Te lo repito. VIVES CONMIGO
-Sí ya entendí esa parte Castiel –Ahora si estaba enojada –Pero de igual manera cuál es tu afán para que nos casemos. Soy tuya, un título no va a cambiar eso
-Sé que eres mía, y yo soy tuyo y para nosotros puede ser de esa manera, pero la sociedad necesita algo más oficial para ello, quiero que los demás lo sepan, que nos pertenecemos el uno al otro
-Entiendo eso, pero no quiero hacerlo ahora –Ella me miro con suplica en sus ojos –Por favor no quiero discutir la noche antes de que te vayas. Nos no veremos en dos meses y no quiero que el último recuerdo durante ese tiempo sea de ambos discutiendo –Ella tenía razón en aquello, pero para mí era importante aclarar eso, sin embargo iba a ceder por el bien de ambos.
-Está bien, discutiremos sobre eso en otro momento –Ella asintió aliviada.
-Ahora por qué no me vuelves hacer el amor como solo tú sabes hacerlo –Le sonreí, pero el peso de lo que habíamos hablado antes, seguía ahí, sin embargo no quería discutir en nuestra última noche antes de que tuviera que irme –Vamos Castiel, te dejare hacerme lo que sea
-¿Lo que sea? –Asintió con un brillo de excitación en los ojos –Ven aquí –Ella se acercó a mí y volvimos a repetir otra vez lo que habíamos hecho antes, la saboree por completo y sabía que ella lo había disfrutado tanto como yo.
***
-Te extrañare mucho Millhi –Nos encontrábamos ya en el aeropuerto en nuestra última despedida, la cual estaba siendo toda una tortura. Los ojos de Millhi se cristalizaron y sé que ella estaba haciendo lo imposible para no llorar y que yo me preocupara, pero ya era algo tarde para eso.
-Y yo a ti, muchísimo Castiel –Ella se acercó a mí y me abrazó escondiendo su cabeza debajo de mi barbilla, sabía que ahora había empezado a llorar –Prométeme que llamaras todos los días, por favor, si no lo hace me preocupare
-Tranquila preciosa, te llamare todos los días, ¿acaso crees que pueda sobrevivir todo un día entero sin escuchar tu voz? –Ella soltó una risa en medio de los sollozos.
-Lo sé, yo tampoco podría –Ella levantó su rostro para mirarme, no pude evitar mirarle preocupada al ver sus ojos rojos –Debo verme del asco, lo siento
-Claro que no, estas más hermosa que nunca –Logré nuevamente sacarle una sonrisa.
-Mentiroso –Ella hizo su agarre muy fuerte y se puso de puntillas para darme un beso rápido –Te amo
-Y yo te amo a ti Millhi. Vamos, dame esa sonrisa que tanto me gusta –Ella sonrío y para mi agrado puso mi sonrisa, puede que ella no lo sepa, pero tiene una única sonrisa que solo pone cuando está conmigo, y era la que yo más amaba.
-¿Mejor? –Asentí y baje mi cabeza para poder besarla, un beso largo y duro, que deberíamos de guardar solo para el dormitorio, sin embargo no la iba a ver por dos meses así que iba a saborearla todo lo que pudiera.
-No quiero interrumpir su momento caliente, pero tenemos que irnos Castiel –Drew apareció justo al lado nuestro con una sonrisa llena de inocencia. Yo lo fulmine con la mirada mientras que Millhi le sonreía divertida.
-Te voy a extrañar Drew
-Lo sé chica ardiente, quién no me extrañaría –Él se acercó a ella para depositar un beso en su frente- También te voy a extrañar. Tienen un minuto más para despedirse –Drew se aleja dejándonos otra vez solos.
-Envíame un mensaje apenas llegues –Esta vez Millhi está más tranquila, lo que me hizo quitarme un peso de encima.
-Lo haré, te lo prometo –La bese una vez más sin ninguna intención de querer alejarme pero sabía que ya había pasado más de un minuto –Te amo Millhi
-Y yo te amo a ti. Mucho –Millhi se separó de mí para dejarme ir y eso hice, camine hacía el puesto de control sin dejar de mirar hacia atrás en ningún momento, hasta que ya no podía verla.
Estos dos meses iban a ser largos.
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Hola a todas, bueno aquí les traigo un nuevo capítulo que algunas han pedido que lo subiera pronto y prometí que lo haría esta semana así que aquí está, para que lo disfruten
¿Les gusto el regalo que Millhi le dio a Castiel?
¿Qué piensan de la reacción de Millhi cuando Castiel le pidió que se casaran?
¿Qué creen que va a pasar en los siguientes episodios?
¿Qué les pareció el capítulo?
Eso es todo por hoy espero que les haya gustado, no olviden votar y comentar.
Besos sabor Castiel