Olivia se puso el vestido sencillo que compró con Alex tal y como se lo sugirió. No le agradaban tanto excepto cuando tenía que ir a una cena o salía de noche pero era lo que más cómodo que le parecía hasta ahora. Estaba mucho más feliz y tranquila que cuando llegaron al departamento, sin duda Elliot había ayudado bastante en su ánimo.
—Estás hermosa —aseguró Elliot abrazándola cuando salió de la habitación.
—Gracias y ya vamos que ahora si es tarde. Noah debe estar preguntando por nosotros.
—Se me va a ocurrir algo para escaparnos un fin de semana.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo. Ahora si nos vamos que nuestro hijo espera.
Llegaron al departamento de Elliot y lo primero que escucharon al abrir la puerta fue la voz de Noah gritando feliz por su mamá. Olivia lo saludó con un gran abrazo y un beso, ambos saludaron a Lucy quien empezaba a recoger sus cosas para irse.
—¡Papi! —gritó también él al darse cuenta que Elliot estaba detrás.
—Creí que hoy sólo existía mami igual que toda esta semana.
—No papi —rió—. No venían y es de noche —señaló hacia la ventana.
—Tuvimos que hacer algo pero ya estamos aquí. Ahora cuéntanos cómo te portaste con Lucy.
—Mmm... bien papi.
—Eso me suena a que hiciste algo durante el día —comento Olivia.
—¿No hay un muy, muy, muy bien hoy? —preguntó Elliot y el pequeño alzó ambos hombros.
—Hizo algo —afirmó Liv mirando a Lucy.
—Fuimos un rato al parque.
—¿Y? ¿Qué hizo, Lucy?
—Empujó a uno de los niños del columpio. Hablé con Noah y el castigo fue regresar a casa. No pasó nada grave con el niño, sólo se asustó —respondió la chica y ellos asintieron.
Tenía varios días teniendo esas pequeñas peleas con niños del parque pero en la escuela no le decían nada malo de su comportamiento. Se despidió deseando un buen fin de semana y salió.
Los hijos de Elliot llegarían en una hora más o menos al departamento. Elliot pidió hablar con Noah con respecto a lo del parque mientras Olivia hacía la cena para todos.
—Entonces, ¿qué pasó en el parque, Noah? —preguntó Elliot serio mientras sentaba a su hijo en la cama y él a su lado—. Noah necesito que me digas lo que sucedió con el niño.
—Se cayó.
—¿Se cayó o lo empujaste?
—Poquito. Quería jugar.
—Noah está mal empujar a alguien sólo porque querías usar el juego. ¿A ti te gustaría que te empujara otro niño por eso o porque quiso?
—No papi —contestó mirando al piso.
—No quiero que vuelva a pasar algo como eso de ahora en adelante. Noah, no debemos hacer a otras personas lo que no queremos que nos hagan a nosotros —indicó—. ¿Lo entiendes?
Noah asintió.
Mientras Elliot hablaba con Noah, Olivia daba mil vueltas en la cocina pensando en lo que su hijo hizo. En la escuela no tenía problemas nunca pero en el parque era diferente.
"Debí hablarlo con él y preguntarle el por qué de lo que hizo. No puede pelearse con todos los niños del parque. No pelea con Eli." pensaba ella preparando la cena. En seguida recordó la conversación que tuvo con aquel chico, Leo, en la estación. Él estaba convencido que sería igual a su padre. "¿Y si es verdad? ¿Y si nuestros padres nos heredan lo malo también? ¿Y si eso pasa con Noah? ¿Y si eso pasa conmigo? ¿Con mis bebes?" se preguntaba y una lágrima corrió por su mejilla. "No puedo quitarme de la cabeza ese chico y lo convencido que estaba que sería un violador igual a su padre. Yo no soy igual a mi padre. Pero demostré que tengo un lado horrible con Lewis. ¡Dios! Hace tiempo no pensaba en él. He investigado y sé que no es posible pero sigo pensando en que siempre existe una posibilidad. Quizás no estoy educando bien a Noah. Quizás no soy una buena madre y ahora tendré dos hijos más. ¿Y si lo hago mal?" continuó con su monólogo. Sus pensamientos no paraban. Estaba apoyada al mesón de la cocina con un vaso de agua en la mano mirando a la nada.
—¡Liv! Te estoy hablando —llamó Elliot por cuarta vez a Olivia, ella sacudió su cabeza y siguió cocinando.
—Perdón. No te escuché. ¿Hablaste con Noah?
—Te llamé varias veces —comentó y ella asintió—. Sí, hablé con Noah y entendió que estuvo mal lo que hizo.
—¿Estás seguro?
—Le expliqué que está mal hacer a otros lo que no nos gusta que nos hagan.
—Lleva haciendo eso varios días. No puede andar por ahí peleando con niños que recién conoce y menos empujándolos.
Elliot iba a hablar pero escuchó la puerta de su departamento abrirse. Eran sus hijos.
—¡Papá! —gritó Eli abrazándolo fuerte y colgándose de su cuello.
—Eli, todos queremos abrazar a papá —se quejó Kathleen abrazándolo también. Se sumaron al abrazo, Elizabeth, Richard y Maureen.
Liv sonreía al verlos tan cariñosos con su padre. Sin duda lo extrañaban. Era un gran padre y sus hijos tendrían la dicha de tenerlo como tal. Noah al escuchar a sus hermanos, salió corriendo a recibirlos. Todos saludaron también con abrazos a Olivia y a Noah.
Media hora después que los Stabler llegaran estaba lista la cena. Los chicos estaban con Elliot en la sala mientras Olivia terminaba todo. Kathleen y Maureen se ofrecieron a poner la mesa ya que ella no les dejó ayudar a terminar la cena.
—Liv, mi hermanito o hermanita está creciendo muy, muy rápido eh —comentó Maureen sonriendo desde la mesa.
—No parece que tienes 3 meses y medio —añadió Kathleen.
—Ni lo digas. Estoy enorme. No me queda nada.
—Parece que son dos y no uno —dijo Elizabeth uniéndose a la conversación y Olivia que tomaba agua desde la cocina se ahogó con ella.
Aún no les habían dicho nada sobre los gemelos a los hijos de Elliot y por suerte a Noah se le había pasado contarles la gran noticia.
—Liv, esto está delicioso. Como siempre —aseguró Richard sonriente mientras cenaban.
—Si, Liv. Todo espectacular como siempre.
—Gracias por preparar la cena. Algún día tenemos que cocinar nosotras para ti.
—Mau, pero primero que Liv les pase la receta así no le da dolor de barriga a toda la familia —bromeó Richard.
—Muy gracioso. Deberías aprender tú también —le respondió Elizabeth—. Todo el camino vino pensando en la cena que dijiste que harías —agregó y su hermano se sonrojó.
—¡Elizabeth!
—Pero es cierto. Nos consta a todas. ¿Verdad Maureen? —dijo riendo Kathleen y todos rieron.
—Tiene que ser niño, por favor —pidió a su padre y a Olivia y ellos rieron.
—Para mí es un gusto preparar la cena para ustedes. No tienen que agradecerlo —aseguró Liv con una gran sonrisa.
Maureen también había decidido quedarse en el departamento de su padre a dormir ya que su novio había viajado a visitar a su madre y estaría sola. Todos los chicos se habían dado una ducha rápida y puesto la pijama así estaban más cómodos para la ronda de películas. Noah estaba muy activo y no estaba dispuesto a dormir por nada del mundo estando sus hermanos ahí. Todos seguían en sus habitaciones y de a poco fueron saliendo los hijos de Elliot y discutían por qué película verían.
—¿Crees que lo tomen bien? —preguntó Liv viéndose en el espejo, aún en la habitación principal.
—Claro que sí. Estarán tan felices como yo —contestó abrazándola por detrás y besando su hombro.
—Tú les das la noticia mientras yo me hago la dormida.
Él rió.
—¿Temes a unos chicos?
—Ya no son unos chicos y son tus hijos. Es muy importante para mí lo que piensen. Creo que me he robado lo suficiente a su padre este año. Han sido tantos cambios. Cada vez más cosas.
—¿No te dije hoy cuánto te amaba? ¿No? —preguntó aspirando su aroma cerca de su cuello y ella movió la cabeza negativamente con una gran sonrisa—. Te amo, demasiado y nunca me voy a cansar de repetirlo. Ah y demostrarlo, eso sí que es muy importante también —añadió dando tiernos besos a su cuello mientras acariciaba su vientre.
—¿Cómo haces eso? —giró en sus brazos para besarlo.
—¿Hago qué?
—Relajarme, hacer que me olvide de todo cuando te tengo a mi lado. ¿Cómo lo haces?
Él la abrazó muy fuerte.
—Es un secreto. Si me tratas muy, muy bien puede que te lo diga —susurró en su oído, la besó en la sien y salieron de la habitación.
Los Stabler salían de sus habitaciones con ropa cómoda también, todos ya habían pensado que película querían ver.
—¿Decidieron qué película veremos?
—Al infinito y más allá papi —contestó Noah y todos rieron.
—Mañana vemos esa en la mañana eh —le dijo Eli.
—Dejamos que Eli y Noah escogieran la primera película así no duermen tan tarde —comentó Maureen.
—Gracias. ¿Qué veremos entonces? —preguntó Liv sonriendo.
—Jefe en pañales. Se ve buena eh —dijo Richard.
En media película a Olivia se le antojó palomitas y fue a hacerlas. Un poco antes de terminar la película Noah ya estaba dormido en los brazos de Elliot. Al terminar fueron a acostarlo. Eli había pedido que lo dejaran un poco más y Elliot aceptó ya que aún no les habían dado la noticia de los gemelos.
—Voy por helado.
—Es tarde Liv.
—Papá deja que coma lo que quiera. Está embarazada y tiene todo el derecho —dijo Elizabeth riendo un poco.
—¿Alguien quiere helado?
—No, gracias Liv —respondieron todos a la vez aunque Eli si quería pero ya le habían dado una mirada como negativa.
Olivia regreso con un tarro de helado que ya tenía la mitad y al que le había puesto chocolate. Era media noche ya pero ella quería helado y no iba a dejar de comerlo. Además no quería decirles a los chicos que esperaba gemelos.
—Bueno Richard, pon la otra película por favor —pidió Kathleen.
—Sí —apoyó Liv.
—No —Elliot le sonrió.
—¿Sí o no?
—Hijos, Liv y yo tenemos una noticia que darles —dijo Elliot luego que Liv asintiera y respirara hondo para decirles.
—¿Pasó algo con el bebé?
—Ayer tenían la cita con el doctor ¿no?
—¿Dijo algo malo de él?
—¿Mi hermanito está bien?
—¿Papá?
—Tranquilos, mi embarazo va muy bien. No hay nada de que preocuparse —respondió adelantándose a Elliot. "Los hijos de Elliot me quieren a mí, a Noah y ahora estoy segura que querrán a mis bebés" se dijo sonriendo.
—¿Qué nos quieren decir entonces? —preguntó Elizabeth y su padre sacó un sobre de la mesita de al lado del sofá.
—Es el ultrasonido de Liv. El que le hicieron ayer. El doctor vio algo que no vio la primera vez —entregó el sobre a su hija mayor para que todos lo vieran.
Liv seguía comiendo helado y viendo las expresiones de todos.
—Son dos... son gemelos.
Los chicos se miraron entre ellos.
—¡Son dos! ¡Qué bien! —dijo Eli emocionado y saltando hacia ambos para abrazarlos.
—Ahora si tendremos un equipo de fútbol —bromeó Kathleen y los abrazó también.
—Sigo queriendo que sea niño y si los dos son niños mucho mejor —comentó Richard riendo.
—Felicidades —dijo Maureen y los abrazó también.
—¿Todo bien contigo y los bebés? —preguntó Elizabeth sin moverse de donde estaba sentada.
—Sí, están creciendo como se debe —contestó y respiró hondo, no sabía si Elizabeth estaba molesta o triste por más bebés en la familia.
—Me alegra mucho que estén sanos al igual que tu —abrazó sólo a Liv—. En serio estoy feliz por ustedes —añadió y abrazó a su padre.
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No me odien por recordar a Lewis </3. Como ven, sobreviví sin internet todo el fin de semana y como estoy de ánimo y tuve tiempo de escribir esta historia voy a actualizar hoy. Espero les guste.
Sweet ♡