[Tonks]
—Liana quédate quieta—. Le ordenaba mientras ella se retorcía de risa y yo le acomodaba la gabardina negra.
—Hoy será el gran día... yo lo sé, ustedes dos quedarán juntos—.
—Ya basta, no te hagas ilusiones—. Le hice cosquillas y ella me besó la mejilla.— Anda vamos—. Parecía que habíamos puesto entusiasmo en arreglarnos, sobre todo yo, mi cabello lucía un poco más animado.
Liana y yo salimos de la cabaña tomadas de la mano y caminamos hasta la casa de los gritos.
—Tonks... no quiero entrar allí—.
—¿Por qué no?—.
—Es la casa de los gritos—.
—¿Cómo lo sabes?—.
—Lo leí en uno de tus libros—.
—Escúchame... esa casa no tiene nada de embrujada... todo es un cuento para asustar a los niños, confía en mí, no te ocurrirá nada ¿De acuerdo?—.Ella me asintió y luego, atravesamos la nieve hasta llegar a la casa, abrí la puerta y vi que todo estaba bien alumbrado y había una mesa para dos con velas y platos. La niña y yo reímos bajito. Enseguida entró Remus.
—Hola chicas—. Saludó.
—Hola Rem—. Liana corrió y lo abrazó.
—¿Cómo están?—.
—Todo bien—. Le dije y lo abracé. —Felicidades por tu nuevo empleo—.
—Gracias—. Ambos miramos la mesa.
—Bueno... ¿Nos... nos sentamos?—. Pregunté.
—Claro... sí—. Miramos la mesa solo con dos mesas. —Voto por comer en el piso—. Dijo él.
—Sí, yo igual—. Exclamó Liana. ¡Rayos! ¿Lo había arruinado al llevar a Liana? Bueno, al final de cuentas era nuestra hija.
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[Remus]
¿Por qué diantres sólo había puesto dos sillas si iba a llevar a Liana? Ni idea, pero allí estaba yo, con las manos sudorosas y los nervios de punta, aunque luego de ver a nuestra hija, supe que esto no iba a dar paso a algo más, cosa que por supuesto me agradó.
—Oigan chicas... gracias por esto—. Les dije y ambas fruncieron el ceño, así que mejor guardé silencio.
—¿Y qué tal el trabajo?—. Me preguntó Tonks.
—Bien, todo bien, al menos ya puedo invitarlas a comer o un helado—.
—Lo importante es que tienes trabajo... ¿Por qué no tenías?—. Preguntó Liana.
—Bueno yo... es una larga historia Li-li—. Le dije.
—¿No crees que deberías contarme?—.
—No creo... no tenemos tiempo—.
—¿Es la misma razón por la que no estas con Tonks?—. Me preguntó y ambos nos miramos.
—¿Qué?—.
—¡Liana!—. Dijo Tonks.
—¡Ay por favor! Oigan, ustedes dos se mueren por estar juntos—.
—¡Liana!—. Gritamos los dos, esta vez.
—Es cierto... y no sólo ustedes necesitan estar juntos... yo, yo los necesito juntos... necesito a mis padres juntos—. Nos dijo ella.
—¡Liana Lupin Tonks!—. Le gritó ella y luego nos miramos.
—No sé qué escondan, pero para mí, no es válido—. Liana se cruzó de brazos en na forma seria pero infantil a la vez.
—Es solo que no es tan fácil—. Le dijo Tonks.
—Pero soy su hija... merezco saberlo—.
—Liana...—.
—Quiero una explicación ahora—. Esta vez no sólo Liana habló, de una habitación salió Ginny forcejeando con la mano de Hermione que la detenía.
—¿Y ustedes que hacen aquí?—. Pregunté.
—Creo Lupin que ahora nosotras podemos hacer las preguntas—. Exclamó Hermione.
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[Tonks]
Comencé a morderme las uñas, algo raro estaba pasando... Ginny y Hermione no tenían nada que hacer allí.
—¿Es su hija?—.Preguntó Ginny señalando a Liana. Remus y yo nos miramos.
—Sí—. Admitió él y las chicas pusieron cara de sorpresa.
—Nosotros... es decir nosotros... la adoptamos—. Aclaré.
—Sí... es una larga historia, pero tiene aproximadamente menos de un año que... la adoptamos—. Dijo Remus.
—¿Quién sabe sobre ella?—. Preguntó Hermione.
—Solo... los padres de Dora...—. Dijo él.
—Ya... de acuerdo, respondimos... ahora, ¿Qué hacen ustedes dos aquí?—. Esta vez cuestioné yo. Hermione y Ginny se miraron nerviosas.
—Bueno... ya sabíamos que algo raro pasaba... así que hicimos un plan para que ambos llegaran aquí y se vieran y... pensábamos que tal vez podía pasar algo—. Dijo Hermione.
—¿Ustedes enviaron la carta?—. Pregunté.
—Sí... también la tuya Remus—. Admitió Ginny. Él y yo nos miramos.
—Lo sentimos... no creímos que fuera a salirse de control—. Se disculpó la castaña.
—Escuchen, en nuestra situación hemos pasado muchas cosas, les pediría que no se metan en esto... no sólo es Liana, es... son, muchas cosas, son ya dos años en los cuales... ha pasado mucho, sé que tengo mucho que decirte Li-li, te explicaré todo, lo prometo; ustedes dos, necesitamos que momentáneamente no digan nada. Tonks y yo tenemos mucho que aclarar y hasta que eso quede resuelto, sabremos qué haremos—. Exclamó Remus, las chicas asintieron, yo misma me encontré admitiéndolo. Liana tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados. Gin miró a Herms y ambas rieron ante la actitud de la pequeña.
—Bueno... ahora vemos que sí es su hija—. Dijo Herms a Gin y la pelirroja rió. Remus miró a Liana quien les guiñó el ojo provocando la fascinación de las chicas, reí bajito y él me imitó.
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[Remus]
—Está bien... vamos, yo pago las cervezas de mantequilla—. Les dije y las cuatro salieron emocionadas. —Ya luego recojo esto—. Tonks, Ginny y Liana se encaminaron a la salida y Hermione me esperó.
—Lo siento—.
—No te preocupes... de todas maneras creo que algo tenía que darme el valor para afrontar la realidad—.
—Espero que actúes adecuadamente—.
—Te lo prometo—. Le rodeé los hombros mientras Ginny comenzaba a preguntarle a Li-li sobre su vida.
En eso estábamos cuando antes de acercarnos al pueblo, dos sombras negras aparecieron, una era de Dolohov y la otra era Grayback.
—Ginny, Hermione corran—. Ordené.
—No... no los dejaremos—. Dijo Ginny y Hermione asintió.
—Váyanse—. Las aventé de vuelta la casa de los gritos y eché a correr para atacar a uno. Tonks intentaba proteger a Liana de Grayback.
—¿Y los guardaespaldas?—. Preguntó Dolohov.
—¿Acaso huelo carne fresca?—. Cuestionó Greyback.
—¿No tienen que estar besándole los pies a la víbora que tienen por amo?—.Tonks los enfrentó cubriendo a Liana.
—A mí nadie me controla—. Dijo Greyback girándose para atacarme, luego de verme sonrió y se apresuró corriendo detrás de Tonks, lo seguí rápidamente y justo cuando estaba tomando a Liana por el brazo le lancé un hechizo mandándolo a volar.
—Desmaio—. Dolohov atacó a Tonks y la hizo desmayarse. Liana soltó un grito y abrazó a la metamorfomaga.
—¡Reducto!—. Grité y Dolohov voló lejos, pero Greyback ya venía en camino.
—Dame a la pequeña—.
—Ni creas que le harás lo mismo que a mí—. Espeté furioso.
—No lo has olvidado—. Me dijo con media sonrisa en el rostro.
—Es imposible, sobre todo cuando la luna te lo recuerda cada mes—.
—Entrégala—.
—Sobre mi cadáver—.
—Deseo concedido—. Me dijo y atacó.
—¡Levicorpus!—. Grité antes que él y luego lo vi girar por los aires, pero regresó rápido y me tomó del cuello casi asfixiándome.
—¡No... papá!—. Gritó Liana llorando y Greyback me miró.
—¡Vaya! Que valiente has sido... pobre niña, no tiene la culpa que tus genes de hombre lobo ya estén en ella... supongo que dentro de unos años sufrirá cada Luna Llena—.
—Expelliarmus—. Aberforth llegó al lugar en ese momento y Dolohov se esfumó. —¿Estás bien?—. Me preguntó.
—Sí—. En ese momento Tonks reaccionó, miró a Liana y la abrazó, luego, aún con la niña en brazos, corrió a abrazarme.
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Hola a todos, en verdad, no saben lo feliz que me hace que esta historia les esté gustando mucho, solo espero que todos pueda comentar para saber su opinión.
besitos
aliineepotters <3