Desperté al sentir los rayos del sol pegarme en el rostro, con toda la pereza del mundo me levanto de la cama, si iba a ver a la abuela Bonie hoy, tenía que estar impecable, con la ropa bien planchada, las uñas pintadas y bien peinada. Todo perfecto, cuando se trata de ella no puede haber nada mal.
Una vez estuve lista para desayunar, salí de la habitación y al poner el primer pie en las escaleras noto a Zayed hacer ejercicios sin camiseta en el patio de la casa, busco mi móvil rápidamente y le tomo una foto mientras salta la cuerda. Aunque en Los Ángeles debe ser tarde, le envío la foto a mi mejor amiga, Samantha, ella literalmente muere por Zayed, babea por mi hermano y yo disfruto de lo mal que se pone siempre que se trata de él, es muy divertido verla de esa manera por mi hermano menor.
Brooke 08:15
Aquí una pequeña foto para alegrarte el día, la noche, o que se yo.
No espero su respuesta y subo a desayunar antes de que la abuela llegue y me lleve al edificio quien sane por cuanto tiempo.
—¡Buen día! —chillo emocionada en cuanto llego a la cocina, me percato de la presencia de mi abuela, la saludo inmediatamente con un beso en la mejilla al igual a mis padres, ellos hablaban de cosas que no entendían y tampoco es que les presté mucha atención mientras comía mi desayuno y reía de los mensajes de mi amiga.
Sam 08:20
Joder Brooke, son las tres de la mañana y tu enviando esas fotos. Tu hermano es tan malditamente sexy, envía mas, que pueda verle ese hermoso rostro angelical.
No me sorprende que ella se haya despertado solo para ver la foto de Zayed, evito no reír mucho para no llamar la atención de mis padres y Bonie.
Sam 08:21
Brooke deja de hacer lo que sea que estés haciendo, necesito más fotos maldita.
Me río por su desesperación, así que término de tomar el desayuno para luego salir al patio, donde Zayed aún se encuentra saltando la cuerda, camino hasta él y le tomo una foto de lado, no se da cuenta de mi presencia hasta que estoy frente a él y sin avisar le toma otras fotos mas, una seguida de la otra.
—¿Qué crees que haces? —pregunta con voz agitada.
—Solo unas fotos de recuerdo —miento y término de enviarle las imágenes a mi insistente amiga.
—¿Qué quieres Brooke? —cuestiona al mismo tiempo que se detiene. No le respondo nada y opto por ver los nuevos mensajes de Samantha.
Sam 08:22
Demonios necesito tenerlo conmigo, no sabes cuantas cosas dejaría que me hiciera.
Samantha es una chica bastante expresiva y muy directa, ella casi nunca se guarda nada, y cuando lo hace sé que algo malo pasa, es todo lo contrario a mi hermano.
Brooke 08:23
Que asco Sam, no me hagas imaginar esas cosas de ti y mi hermano
—¿Con quién tanto hablas? —cuestiona Zayed volviendo a su ejercicio.
—Samantha quiere saludarte —respondo y él me mira con la a cejas juntas en un ceño fruncido. Ella muere tanto por mi hermano, veremos qué tan mal se pondrá si lo pongo al teléfono. La llamo y ella descuelga en el segundo timbrazo.
—Brooke, tu hermano puede ser un año menor que yo, pero no le hace daño a nadie que yo esté con él, además con ese cuerpo y esa mirada, ¿quién dice que es menor que yo? —habla tan rápido que sólo opto por reírme de ella y le paso el móvil a Zayed.
—Hola Samantha —Estoy segura que en este momento mi amiga acaba de caerse de la cama.
—Estoy bien, algo cansado, pero bien.
Mientras el habla con ella, yo escucho atentamente, se perfectamente que Samantha cuando se trata de mi hermano, se pone nerviosa, aunque no lo demuestre y se dé buena mano que ella en este momento lo está.
—Ya sabes que Brooke se queda, yo volveré en tres días —dice mientras se seca el sudor de la cara. Bueno parece que yo debería irme si la conversación es así de fluida, ellos nunca han pasado de un saludo, me extraña que estén más de un minuto hablando.
—Me parece bien, suena divertido —dice Zayed con una sonrisa. Lo observo con atención y me sorprende que esté así de coqueto y hasta algo nervioso mientras habla con mi miga. Lo sé porque cuando él lo está, siempre hace esta cosa con la mano, que cubre su pulgar con los demás dedos y lo aprieta un y otra vez.
—Claro, cuídate Sam —Es lo último que dice antes de dejar el móvil en mis manos para volver a su ejercicio.
—Te odio y te amo en este momento, juro que me caí de la cama al escuchar esa voz ronca, amiga creo que tuve un orgasmo cuando me dijo Sam, se escuchó tan malditamente sensual viniendo de sus hermosos labios carnosos.
Me alejo de mi hermano mientras escucho a Samantha decir lo que siempre dice sobre él, sé que tiene más cosas que decirme sobre su conversación con Zayed y no esperara un segundo más para decírmelo.
—Tranquila Samantha, que no es para tanto —digo riendo.
—Tuve los ovarios de decirle que lo visitaría en cuanto llegue de Londres, quizás hasta lo invite a salir, quien dice que una mujer no puede invitar a un hombre a salir, es pleno siglo XXI —dice con entusiasmo—. Quizás solo vaya a tu casa, lo saludaré y como sé que tu madre me invitará a quedarme, pasaré un lindo día con tu sexi hermano.
—¿Planeaste todo eso mientras hablabas con él? —le pregunto sentándome en uno de los sillones al fondo del patio.
—Lo sé, es increíble el efecto que tiene Zayed en mí, esos ojos grandes y penetrantes, es tan difícil poder describir su color sin tener que decir que es una obra de arte, es tan fácil perderse en ellos —suspira mi amiga del otro de la línea. Creo que una de las cosas que más le gusta de Zayed, son sus ojos, he tenido esta conversación con ella un millón de veces.
—Sam, es fácil, te lo he dicho un millón de veces, depende de la ropa y la luz, pero son color avellana.
—Amiga, tu eres su hermana, obvio no lo veras como lo hago yo, son dorados, a veces parecen verdes parduzco, tu familia tiene unos genes preciosos, quiero hijos con él para que tengan esos ojos hermosos y largas pestañas —murmura como si estuviera muy concentrada imaginándolo, tal vez, está viendo la foto mientras habla conmigo.
—Sam, sé que podrías hablar de los ojos de mi hermano por horas, no es la primera vez que lo haces, pero debo irme ahora.
—Tú tienes a Charlie, suertuda —dice antes de colgar.
Ella es la única que conoce mi relación con Charlie, siempre hemos sido nosotros tres, inseparables, como uña y mugre, pero Samantha siempre dijo que Charlie nunca me miró como una amiga, bueno, la verdad nunca nos tratamos como tal en realidad, pero no llegamos a tener nada hasta el último curso de secundaria. Samantha siempre me presionó a que admitiera mis sentimientos, pero nunca tuve el valor hasta que confirme que yo realmente le gustaba al ver como se trataban él y Samantha, era bastante evidente, entonces él se declaró y aquí estamos.
—Brooke, nos vamos, hay mucho por hacer —dice Bonie cuando llego a su lado. Me despido de mis padres y salgo detrás de Bonie casi corriendo, subimos a una Range Rover negra con mi futuro asesor, Nick al volante.
Nos tardamos unos pocos minutos en llegar al edificio. Al adentrarnos al lugar con Nick detrás de nosotras, todo el que se cruza por el camino de Bonie la saluda, tal acción me hace pensar que tendré que conocer a cada una de la a personas que trabajan aquí dentro, que tenga que hacerlo en pocos meses es lo considero un reto. Subimos al ascensor en puro silencio y llegar hasta el cuarto piso pareció mucho más largo que la última vez que estuve aquí.
No tenía información de que haríamos hoy, descarto la idea de que se trate de otra reunión cuando Nick se queda en el control de las cámaras de seguridad y Bonie me encamina hasta la puerta frente al pasillo cruzando las puertas de cristal.
Al entrar a la que pronto será mi lugar de trabajo me doy cuenta de que luce como una oficina bastante del estilo de mi abuela, con paredes de panel de madera, una larga y muy organizada biblioteca alrededor del escritorio que se encuentra en el centro con dos sillas frente a él y sillones de pana rojo vino en los extremos de la habitación.
—Siéntate —demanda con autoridad mi bisabuela—. Te pondré al tanto de ciertas cosas que debes saber y luego tendremos el recorrido. Se sienta detrás del escritorio y pone su mirada en mí.
—Lo primero que debes saber es, que nada nos impida ganar dinero.
—¿Cuando se habla de mafia que es lo primero que se cruza por tu cabeza? —cuestiona ella dejándose caer de espaldas en la silla sin perder una gota de glamour.
—Mmm... no lo sé, drogas, sangre, dinero.
Estoy empezando a ponerme nerviosa.
—Nunca dudes, nada de titubeos, una líder en éste mundo no hace esas cosas, se ve débil ante los demás, aun así no estés segura de lo que vayas a decir, hazle creer al resto que si lo estás, de esa manera te vas a convencer a ti misma y a ellos. La seguridad lo es todo, aquí no te van a respetar de la noche a la mañana, eso te lo ganas o te lo ganas —riñe con quedo. No aparta su mirada de mi ni un segundo, siento que tengo demasiado que aprender en poco tiempo, y la abuela no lo está tomando a la ligera.
—Ahora dime que es lo primero que piensas cuando te hablo de mafia.
—Contrabando, negocios, sangre y dinero —respondo con confianza.
—Bien, pero estas erguida, derecha y a la vez relajada, que si estas nerviosa o asustada no se note —señala con el dedo índice. Rápidamente me siento derecha con las manos sobre mi regazo y trato de controlar mi respiración que de repente se ha acelerado.
—Tenemos a Sicilia con La Cosa nostra, Rusia con la Bratva, Estados Unidos con el más que conocido Al capone, México y Pablo Escobar, son los países que más se mencionan en cuanto a eso, ¿sí? —enumera Bonie con sus dedos.
No estoy segura de poder recordar lo que ella acaba de decir, pero trato de ocultar aquello, he escuchado de algunos, pero parece que estoy aquí para una clase de mafia, lo cual me parece un poco raro, más un viniendo de mi bisabuela.
—En Londres si existe el crimen organizado, pero es silenciosa, actúa en la sombra y huele más a dinero que a sangre. Tienes que saber eso muy bien, no estamos bajo la luz de todo el mundo, al menos nosotros no —explica Bonie impulsándose hacia adelante con los codos sobre el escritorio.
—Una organización secreta.
—Exacto —afirma mi abuela.
Bonie continúa con su exposición sobre las mafias, me dice como la economía británica se alimenta de la corrupción, y que todas las familias o mafia italiana tienen negocios con el Reino Unido. Menciona a los grupos que han tenido protagonismo en Londres, como La Messina, Los Richardson y Los Kray, estos últimos son de los únicos que he escuchado.
Siento que estoy empezando a marearme, con la cantidad de datos que estoy recibiendo y que se supone no debo olvidar.
—Tranquila, parte de lo que te digo está en alguno de esos libros —apunta con su dedo índice a su biblioteca y dejo salir un suspiro de alivio al saber que podré leer estas cosas luego.
—Escucha Brooke... — empieza diciendo mi abuela—. Quizás sepas que usar un arma para dispararle a alguien es parte de esto, es muy probable que Zack te lo haya dicho indirectamente. La verdad es que no hay forma de endulzarlo. Si tienes que matar a alguien tendrás que hacerlo.
Se me eriza la piel de tan solo de escuchar eso, en realidad si tengo una idea de lo que haré siendo líder de una organización como esta, y aunque no me vea usando un arma, sé que tendré que hacerlo y esa es una de las tantas cosas para la que no estoy preparada, pero sé que en algún momento lo estaré.
—Siquiera sé cómo usar una... pistola —murmuro con la mirada en mis manos sobre mi regazo.
—Aprenderás, ya llegaremos a eso —susurra. Se acomoda en su silla y me examina con la mirada antes de seguir con su pequeña charla llena de información, no creo que sea capaz de retener algo más sobre mafia.
—Hay algo más que debes saber —dice casi entre dientes—. No estoy segura de si sabes lo que hacia tu padre mientras estuvo en la mafia, ¿lo sabes?
—No —contesto sin pensarlo. Creo que el debió de haber tenido un puesto importante como para que haya salido en la noticia más de una vez, el hecho que haya estado en la cárcel dos veces, me deja bastante claro que no era solo un simple chico en una mafia, pero vamos, nunca me he detenido a pensar en que hacia realmente mi padre.
—Bien, entonces pongamos las cosas claras, yo no te disfrazaré la verdad Brooke —Se inclina hacia adelante y no me mira a los ojos—. Por mucho tiempo fue un soldatto, hacia el trabajo sucio...
—¿Qué es "el trabajo sucio" exactamente? —pregunto con el entrecejo fruncido. Tengo más o menos la idea, pero quiero estar segura de que se trata justamente de eso.
—Intento no dañar la percepción que tienes de tu padre, pero es algo que debes saber si vas a ser parte de esto...
—Ya dilo —gruño.
—Él se encargaba de cobrar el dinero de las drogas, amenazar a quienes le debían algo a la mafia y obviamente matar gente que su jefe ordenara. Zack sabe mejor que nadie como es ese mundo y es de eso de lo que quiere alejarte —No digo nada respecto a lo que dice, supuse que mi padre no era ningún santo, pero de alguna forma quería seguir viéndolo solo como alguien que sufrió, no como alguien que es malvado y frio como para haberse dedicado a algo tan oscuro como eso por su cuenta, que si lo pienso de esa forma, es prácticamente lo que yo estoy haciendo, me estoy convenciendo a mí misma que lo hago con el único propósito de cambiar eso.
Tengo claro que no será tan fácil como pienso, y que no lo lograré sin ensuciarme un poco las manos, pero mis intenciones no son las mismas que mi padre tuvo cuando entro en ese mundo. Así que por ese lado me siento aliviada de saber que no estoy cometiendo los mismos errores que él o eso creo.
—¿Siempre fue un soldatto? —pregunto con curiosidad.
—No, paso a un rango mayor que no requería de... tanta violencia, al final fue caporegime, pero no por mucho tiempo, ya que el jefe sabía que él había roto la omerta y solo lo puso a prueba—explica con su mirada en mi—. No lo mató por sentimentalismo, Fernández en el fondo lo quería casi como a un hijo.
Bonie hace una mueca con los labios y siento un nudo en el estómago, de solo pensar en que el padre que yo siempre he tenido en un pedestal fue considerado como un hijo por un hombre que según he escuchado era maquiavélico y muy malvado, el debió de haber hecho cosas terribles como para que un hombre como Adrián Fernández lo quisiera.
—¿Qué es la omertá?
—Un juramento que hacen los mafiosos de servirle solo a la mafia, es la ley del silencio, los miembros dentro de la mafia tienen prohibido hablar sobre sus acciones criminales, y tu padre rompió ese juramento al contarle a tu madre.
—¿Yo haré ese juramento? —pregunto y ella se echa a reír. En este momento tengo miedo de haber preguntado algo estúpido.
—No, nosotros no somos una mafia en sentido literal de la palabra, somos mucho más que eso, Brooke —responde.
—El caso es que, esta vida es como una rueda, todo da vueltas, si eres de gatillo ligero cuando llega tu turno, otros acabaran contigo en seguida —advierte apuntándome con su dedo, la uña pinatada de rojo intenso y brilloso.
—Pero papá... dijiste que el hacia el "trabajo sucio", ha sobrevivido para contarlo, ¿eso no contradice lo que acabas de decir?
—Mi pequeña, él estuvo a punto de morir en muchas ocasiones, vamos, estamos hablando de Zack, él siempre estaba preparado para lo que sea, no solo tiraba del gatillo, él era muy observador y meticuloso, tenía su propio lugar para ejecutar sus planes —me explica casi con una sonrisa en el rostro que pronto se convirtió en nada más que una expresión seria.
—En fin, estas son las cosas que no harás mientras sea líder.
—No vas a traficar drogas —. Se levanta de su lugar y camina de un lado a otro enumerando con sus dedos—. Eso conlleva muchos problemas y mucha violencia, es malo para la organización, hay cosas que son cien veces mejores que la droga, hay muchas maneras de hacer dinero y que no sea tan... sucio.
—No se puede ganar dinero siempre con actividades ilegales, las legales también cuentan —me guiña un ojo y yo solo asiento tomando nota mental de todo lo que dice. Vuelve a sentarse frente a mí.
—Desde ahora, las 24 horas del día, cinco días a la semana estarás el servicio de esta familia, desde hoy tendrás un caporegime, un jefe, harás todo lo que te diga sin quejarte, ¿podrás hacer eso? —De un momento a otro ella opta una actitud muy seria y formal, lo que por alguna razón me pone nerviosa.
—Si —asiento con firmeza, que no se me note que estoy nerviosa.
—Bien, hablarás cuando te pregunten, observas y aprendes, eso es todo, estás dentro, luego te informo cuando empieza tu entrenamiento—Ese momento fue tan rápido que siquiera me dio tiempo a decir nada más.
Eso es todo, oficialmente yo iba a ser entrenada para ser la próxima líder. Ya no hay vuelta atrás.
***
Y desde ese entonces, no hubo más señorita dulce y agradable, desapareció poco a poco mientras la otra se preparaba para salir con un gran carácter y confianza, lista para dirigir a toda una organización secreta, que era mucho más que eso, una familia.
Esa noche no dormí pensando en las múltiples maneras de ganarme el respeto de todos en el edificio, claramente era una adolescente en ese momento, pero estaba dejando de serlo cuando salí de allí con la cabeza en alto y mi bisabuela a mi lado.
Son muchas las cosas que tuve que aprender para ser la líder, no la chica que apareció de la nada para dar órdenes. Este lugar me lo gané y hoy soy la misma persona, pero en una mejor versión.