Olivia habló ese mismo día con el jefe Dodds diciéndole que se tomaría una semana de vacaciones y que el lunes trabajaría hasta el medio día. Informó también que el Sargento Stabler había pedido unos días lo cual no le agradó. Los dos superiores fuera de la unidad no era nada agradable a sus oídos. Ella lo tranquilizó cuando le dijo que estaría a menos de una hora y que si ocurría algo ella regresaría a ponerse al frente de la unidad. Dodds no muy convencido aceptó pues no tenía de otra aunque le advirtió que para la próxima necesitaba que le informen con anticipación.
Ya era hora de salida. Olivia estaba mucho más relajada y despreocupada. Se había convencido que todo saldría bien en sus pequeñas vacaciones y que Elliot se llevaría mejor con su madre. Sólo le faltaba pasar el fin de semana en la misma ciudad que Kathy.
Elliot llevó a Olivia a su departamento como todos los días pero antes pasaron a comprar la cena. Noah se emocionaba cada que escuchaba que alguien entraba a su casa, siempre creyendo que era su madre y se emocionaba aún más cuando era Elliot el que aparecía ya que a veces no podía verlo. Saludaron a Lucy y ella se despidió de los tres al instante. Noah estaba muy cansado, no jugó ni dos horas con Elliot y se quedó dormido en el sofá.
—¿Cenamos?
—Claro. ¿Te pasa algo, Liv?
—No. ¿Por qué preguntas? —preguntó mientras sacaba la comida y la ponía unos minutos en el microondas.
—En la mañana estabas cansada y preocupada diría yo. Ahora estas feliz y radiante.
—¿No te gusta verme feliz y radiante?
—Me encanta. Aunque...
—¿Aunque qué Stabler? —preguntó entrecerrando los ojos.
—Como estés te ves hermosa —se acercó rápidamente a ella.
—Gracias pero no conseguirás nada eh.
—Por lo menos hice mi mejor esfuerzo —rió.
Se sentaron a comer sonrientes. Conversaron durante toda la cena, nunca se aburrían, siempre encontraban algo nuevo para contarse o conversar. Juntos recogieron la mesa y limpiaron todo.
—¿Te quedarás?
—Si puedo, sí.
—Claro que puedes, tonto —dijo con una amplia sonrisa y golpeándolo levemente en el hombro. Él la besó—. Elliot, tengo que darte algo —él la miraba fijamente—. No sé cuántas veces te diré que dejes de mirarme así —añadió y rió.
—Las mismas que te diré que no puedo.
—Esto es tuyo —le entregó una cajita que estaba en la mesita de al lado del sofá.
—¿Qué es? —preguntó emocionado—. Creo que me porté bien porque hoy no es mi cumpleaños.
—Ábrelo —pidió. Él lo hizo y era una llave. Se imaginó que era pero quería asegurarse y no le quitó la mirada de encima—. Es la llave del departamento. Sé que no es lo que esperabas pero quiero empezar por algo. Hasta que decidamos donde vivir.
—Liv, esto es... eres maravillosa. Te amo —la besó profundamente.
—También te amo.
—¿Una casa?
—Es una posibilidad. Tus hijos vienen y seremos muchos.
—Te amo... te amo... te amo —dijo y en cada "te amo" le daba un beso—. ¿Si aceptas vivir conmigo?
—Sí —la besó nuevamente—, pero tenemos que buscar un lugar más grande por eso tienes la llave de mi departamento, hasta conseguir un lugar y hablemos bien sobre el tema —sonrió.
Se besaron, abrazaron y acariciaron durante varios minutos en silencio, sólo demostrándose su amor.
—Vamos a dormir Liv.
—Sólo porque en serio lo necesito. Desearía celebrar este paso que hemos dado de otra forma.
—Ya celebraremos —dijo tomándola por la cintura y acercándola a su cuerpo—. El domingo.
—¿Qué tiene el domingo?
—Te invito a cenar el domingo. ¿A las 10 esta bien?
—Sí, supongo sí.
—Perfecto.
—Entonces, ¿a qué hora regresaremos de Connecticut? —preguntó.
—No hemos hablado de eso por cierto —dijo mientras se quitaba la ropa y se quedaba en boxer para dormir.
—¿Hablar de qué?
—No sé si quieres quedarte al juego de Richard.
—Elliot, claro que nos quedaremos. No has ido a ninguno y ahora que tienes la oportunidad de ir, vas a hacerlo.
—No sé si hoy ya te dije cuanto te amaba —sonrió y la abrazó, ya se habían cambiado de ropa y acostado en la cama.
—La verdad es que no me lo has dicho que yo recuerde.
—Pues no podría compararlo con algo, no puedo encontrar las palabras correctas para describirlo. Infinito puede ser una buena palabra —aseguró y ella lo besó, profundizo el beso hasta que quedaron sin aliento.
—¿Muy cursi?
—Mucho pero me encanta porque pienso igual que tú —le dio un corto y tierno beso.
—Hasta mañana Liv —besó su cabeza.
—Descansa Ell —lo abrazó fuerte.
Estuvieron acostados un buen rato y ella creyó que él ya dormía pero como necesitaba decirle algo empezó a besar su cuello y a susurrar su nombre.
—Mmm... —se escuchó de parte de Elliot que tenía los ojos cerrados.
Ella se acomodó en su pecho.
—Elliot, tenemos que hacer las maletas. ¿Llevo traje de baño? —preguntó y él abrió sus ojos rápido—. Yo creo que sí, todavía tengo tiempo de pensarlo —le dio un beso en el cuello—. Hasta mañana.
—¿Las maletas para dónde? —preguntó confundido.
—¿No íbamos a dormir?
—Respondes una pregunta con otro.
Ella sonrió.
—Dijiste que yo decidiera lo de las vacaciones. Decidí que si vamos y ya le dije a Dodds que nos iríamos, no juntos claro.
—¿Le dijiste que nos íbamos por una semana?
—Lo hice y no le agradó la idea pero tenemos muchos días de vacaciones pendientes y le aseguré que si pasaba algo extraordinario podía regresar —informó—. Tienes que llamar a tus hijos y confirmarles que si iremos —añadió y se acomodó para dormir.
A la mañana siguiente Olivia tenía muy buen semblante. Elliot todo lo contrario a ella, la sola idea de pasar toda una semana con su madre, sus hijos y Olivia le había quitado el sueño. Salieron del edificio tomados de la mano y él le abrió la puerta del auto como todos los días, nunca dejaba de ser tan caballeroso con ella.
—¿Hablabas en serio anoche? —preguntó Elliot una vez subieron al auto, toda la mañana había querido preguntarle pero no le salían las palabras.
—Claro que sí. Dijiste que yo decidiera ¿no? ¿Hay algún problema? —preguntó como si no entendiera su comodidad.
—¿Estás segura de ir?
—Por supuesto —contestó y le dio un tierno beso antes de bajar del auto.
"Definitivamente nada salió como esperaba. Amo a mi madre pero no es buena idea que pasemos en su casa toda una semana" pensó distraído aún en el auto.
—¿Te quedarás ahí? —preguntó Olivia divertida viéndolo desde afuera del auto, sacándolo de sus pensamientos.
Él hizo un movimiento con su cabeza y salió del auto.
El sábado llegó más rápido de lo que esperaban y Olivia estaba muy nerviosa.
"Cálmate Benson y respira" se decía ella a cada instante.
Elliot y Olivia fueron a despertar a Noah porque luego se les hacía tarde para llegar a casa de Kathy.
—Ven cariño para bañarte y cambiarte de ropa.
—Papá lo hace, mami —pidió el niño con puchero.
—Papi se bañará y luego nos hará un rico desayuno.
—Papi puede bañarte y ayudarte a vestir mientras mami se ducha y prepara un rico desayuno —dijo Elliot, no se podía resistir a las caras que hacía Noah cuando pedía algo.
Liv suspiró y sonrió.
—Bueno ya, esta bien. Todos sabemos que mami no existe cuando papi está. ¿No es así? —empezó a hacerle cosquillas a Noah.
—No mami, no —reía—. Papi. Papi, ayuda.
Olivia se lo comía a besos y Elliot los miraba embobado desde la puerta.
—Papi no podrá salvarte nunca de mis cosquillas y besos porque le puede ir peor —aseguró abrazándolo.
—¿Es un reto?
—Yo no dije nada —respondió inocente—. Ya, a bañarse y cambiarse que se nos hará tarde —añadió y salió de la habitación de su hijo.
Olivia tomó una ducha mientras Elliot bañaba a Noah y lo vestía. Se sentó con la bata de baño puesta en la cama cuando salió de bañarse.
—¿Y ahora qué me pongo? —se preguntó en voz alta cruzando los brazos y sin quitar la mirada de su clóset—. Esto estará bien, supongo —dijo luego unos minutos de pensar en que ponerse y escogiendo un jean, una blusa negra y botas.
Se vistió en seguida y se maquilló. Nada exagerado como siempre. Dejó su cabello suelto sólo con unas ondas, unas gafas y fue a la cocina a preparar el desayuno.
—El campeón de la casa ya está listo —informó Elliot saliendo de la habitación de Noah con él en brazos simulando un avión.
—El desayuno está casi listo. Ve a ducharte y cambiarte.
—En menos de 10 minutos estoy listo —respondió y se paró en la entrada de la cocina.
Ella se volteó a verlo.
—¿Dejaste a Noah en la sala?
Él no respondía, sólo la miraba de pies a cabeza. Su belleza lo tenía hechizado.
—¡Hey! —dijo acercándose.
—Estás increíblemente hermosa —pudo decir con una mirada que le encantaba y que a la vez ponía nerviosa.
—Sólo me puse un jean, blusa y botas —él la tomó por la cintura para besarla apasionadamente—. Creo que me vestiré así siempre —añadió sonriendo cerca de sus labios luego de un gran beso.
—Si lo haces no podré trabajar como se debe.
Ella le dio otro beso, esta vez más corto pero él quería seguirlo.
—Si seguimos así no nos iremos. La ducha te espera Stabler —sonrió y se alejó de él para seguir preparando el desayuno.
Desayunaron los tres juntos como siempre. Noah ya había preguntado mil veces a qué hora se iban a la fiesta de Eli. Los hijos de Elliot convencieron a Olivia para que almorzaran en la casa antes que empezara la fiesta. La idea del almuerzo había sido de Kathy, ella quería tener una buena relación con Elliot y Olivia.
Kathy estaba saliendo con alguien más y ya no era amor lo que sentía por Elliot por lo que no tenía inconveniente de compartir con ellos. Olivia seguía intranquila, compartir la misma mesa con la ex de Elliot no le daba paz precisamente.
—Salimos en 30 minutos —informó Elliot a las 8:30 y se dio cuenta que Olivia no estaba escuchándolo, seguía tomando las últimas cosas que necesitaría Noah—. Liv —susurró cerca de su oído mientras ponía sus manos en su cintura.
—Me asustaste —dijo ella saltando.
—Decía que salimos en 30 minutos
¿Pasa algo?
—No, todo está bien. Ya termino de guardar todo.
—No quiero que estés incomoda todo el fin de semana Liv. Podemos cancelar el almuerzo —aseguró tomando su rostro y haciendo que lo mirara.
—No es eso. Estoy algo nerviosa pero quiero hacerlo, en serio. Sé que Kathy acepta nuestra relación y que tus hijos también pero sigue siendo tu ex... no sé si me explico.
—Entiendo pero quiero que estés tranquila y que podamos pasar un buen fin de semana.
—Lo sé cariño —dijo poniendo una de sus manos en su rostro y él cerró sus ojos—. Cuando lleguemos estaré más tranquila, lo prometo. Pasaremos un buen fin de semana —lo beso dulcemente.
Ya habían guardado todo lo que necesitarían ese fin de semana y estaban en el auto, listos para salir de la ciudad.
—¡Olivia!
—¡Hey! ¿Por qué gritas? ¿Qué pasó?
—Papi vamos ya —pidió Noah jugando con un carro que le permitieron llevar.
—Un momento cariño —acarició la cara de su hijo—. Se quedó el regalo de Eli. Tengo que subir por él.
—Conduce ya, Ell —dijo poniendo los ojos en blanco.
—Que se quedó el regalo de Eli.
—No se quedó porque lo bajé yo —rió—. Empezaré a creerle a tus hijos que la memoria te empieza a fallar por la edad —bromeó y rió aún más.
—No es gracioso —entrecerró sus ojos y la señaló.
—Vamos ya. ¿Ya mismo llegamos?
—Cariño aún no hemos salido porque papi se levantó más lento de lo normal —le respondió al pequeño en voz baja como contándole un secreto.
—Si mami —respondió riendo.
—Los estoy escuchando.
—Sí, en lugar de conducir. Por cierto ¿a qué hora llegamos? —preguntó regalándole una sonrisa y una mirada que a él le daba paz.
—¿Ya dije que te ves hermosa? —preguntó mientras la seguía mirando.
—Sí, lo dijiste y gracias, tú no te ves nada mal —le dio un corto beso.
—¿Y la fiesta? —preguntó Noah con los brazos cruzados, ambos rieron al escucharlo tan impaciente.
—Creo que es igual o más impaciente que su madre —soltó una carcajada.
—Conduce ya o no llegaremos.
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Holaaa!!! gracias por seguir leyendo la historia y comentarla ♡♡♡. Espero que tengan un lindo inicio de semana y que les guste el cap.
Sweet ♡