El Maestro Del Tiempo. ¿Y si...

By Jonathan_Roche

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Ciencia Ficción Romántica: El hará todo por estar con ella, el destino tiene otros planes... ¿Quién hubiera i... More

"EL MAESTRO DEL TIEMPO" ¿Y Si?...
Prefacio.
La Cordialidad Ante Todo.
Buenas Relaciones.
El Incidente.
¿Que Esta Pasando?
Kym ¿Muerta?
Aun Más Confuso.
La Carta.
El Inicio de Todo.
El Viaje En El Tiempo.
¿Contárselo A Kym?
Un presente alterno 1. - Otra realidad.
Un presente alterno 2. - Así ocurrió todo.
Un presente alterno 3. - Una pequeña oportunidad.
Un presente alterno 4. - La testigo.
Un presente alterno 5. - Un turista del tiempo.
Un presente alterno 6. - ¿Qué estoy haciendo mal?
Paradoja.
Un vistazo al futuro.
Consejos para ayer.
El Maestro Del Tiempo.
Pa...¿papá?
Cerrando Ciclos.
Una Visitante Inesperado.
Esperanzas ¿rotas?
Multi-Universos.
Un presente alterno 7. - No son bienvenidos.
Un presente alterno 8. - Un plan perfecto.
Un presente alterno 9. - Agujero de gusano.
Un presente alterno 10. - Anhelos del pasado.
Un Presente Alterno-12 "El Otro Gleen, la Otra muerte"
¿Viajar al futuro?
Año 2023
Un Pequeño Instante en el Tiempo.
Escapando del Efecto Mariposa
Epílogo
Agradecimientos.
MURMULLOS EN LA PENUMBRA
FORMATO FISICO
LIBRO NUEVO

Un Presente Alterno-11 "Adiós Jonh Gleen"

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By Jonathan_Roche

Era Kym, ¡Realmente era ella! Mientras tanto yo, aun estando de espaldas, sentí su mano posarse sobre mi hombro, no solo había tocado mi hombro esa noche, ella había tocado también mí alma y sin mirarla coloqué mí mano sobre la suya y cerré mis ojos. Ambas manos descansaban sobre mí hombro.

- Kym, no debió pasar esto, no debiste de haber salido a mi encuentro. - Dije sabiendo que gran parte de la culpa era mía al pararme frente a ella a través de los ventanales del restaurante.

- ¿De qué se trata todo esto? Digo, se que eres Jonh de alguna parte en el tiempo, pero ¿Por qué nos espías? – Dijo en un tono molesto.

La situación se había complicado demasiado, y era solo el comienzo. No sabía que responder, me quedé sin palabras. Fue hasta ese momento que me gire hacia ella, quede cara a cara con Kym. Aún no le soltaba la mano, no podía hacerlo y ella tampoco la quitaba. Era tan cálida y perfecta, me aferre a su mano como un moribundo se aferra a la vida.

La observe directo a los ojos. Por un instante quise abrazarla, besarla, regocijarme en ella.
Pero solo me limite a decir;

- Escucha bien Kym, tu Jonh no debe saber nada sobre esto, no debe saber que tu y yo hablamos, créeme es por el bien de ambos.

Mientras hablaba con Kym, note un profundo olor afrutado con alcohol. Provenía de ella.
También detecte que estaba un poco mareada y bastante roja. Su forma de hablar la delataba, los efectos del alcohol comenzaban a hacerse presente.

- No entiendo, ¿algo malo le pasara? - Preguntó Kym.

- Podría ser, por favor promete que no dirás nada. - Implore.

- Lo siento no te puedo prometer nada, no quisiera ocultarle esto, en especial si es tan importante. - Dijo.

No esperaba esa respuesta, bueno tampoco esperaba que ella me viera, a decir verdad, no esperaba ni una míerda de lo que estaba pasando hasta ahora. Aprovechando que estaba algo tomada tuve que ser cruelmente más listo.

- Bien Kym, supongo que tu quieres a Jonh cierto, y supongo que...

Ni si quiera me dejó continuar, el alcohol ya estaba haciendo de las suyas en su organismo.

- Hey, te equivocas en eso amigo. – Dijo mientras que con su dedo índice me señalaba bruscamente para después agregar. - Yo no te quiero, yo te amo eso está implícito.

Me dejo totalmente anonadado, aproveche que su poca cordura me estaba ayudando en esta situación. Ella se refería a mí como si fuera el Gleen que estaba dentro del restaurante, claro, el solo hecho de conversar con Jonh Gleen impostor más la suma del alcohol en su sangre creaban un efecto un tanto curioso. Solo debía darle por su lado, seguirle el juego, aquel Gleen que supongo había ido al baño, pronto regresaría.

- Está bien, lo siento Kym, comenzaré de nuevo.
Supongo que Jonh te importa mucho, así que si no quieres que algo le pase es de vital importancia que, por favor, te lo imploro, ¡por favor! no le digas sobre esto, y efectivamente tienes razón, algo malo puede pasar. Si realmente lo amas como dices no le hables de esto.

La reacción de Kym me tomó por sorpresa, ella comenzó a ¿llorar?

- No quiero que algo malo te pase, por favor, prometo que no diré nada, pero tú prométeme que nada malo te pasará, promételo.

Inmediatamente ella me abrazo, era claro que ya estaba totalmente ebria. El alcohol había hecho su trabajo. En su momento pude contar tres botellas de vino en su mesa, ¿sería posible, que ya hubieran bebido tanto?, la escena que estaba viendo parecía responder la pregunta.

No pude evitarlo, la abracé, la abracé muy fuerte, y mientras ella lloraba como una niñita caprichosa entre mis brazos, me prometí que no permitiría que nada le pasara, no importaba si el destino no estaba de acuerdo con eso.

- No lo permitiré mí amor, no dejare que nada malo les pase. - Dije.

Ella se separó de mí y mirándome a los ojos me dijo;

- ¿Lo prometes, me prometes que no te pasará nada malo? - Pregunto.

- Te puedo prometer que a tu Jonh ni a ti les pasara nada malo. - Dije.

En realidad, no tenía ni la más remota idea de cómo terminaría todo esto para mí. No podía prometer sobre mí destino, pero si sobre ella y su Jonh, que al final de cuentas es al que a ella le importaba, Kym me daría una nueva lección con su respuesta y a pesar de que estaba ebria aun sabía que como hablar y que decir;

- Sé que Jonh estará bien, pero hablo de ti. Quiero que me prometas que nada malo te pasará a ti tampoco y que estarás bien. - Respondió Kym.

Sus ojos aun cristalinos por las lágrimas me miraban como implorando una respuesta positiva. La ligera llovizna comenzaba a arreciar y por consiguiente a mojarnos la cara a ambos. Ella estaba muy sensible por el alcohol, no debía de llevarle la contraria, además su Jonh Gleen en cuestión de minutos regresaría a su mesa y al no encontrarla seguramente saldría a la calle, me vería con ella y yo tendría tanto que explicar. Decidí seguirle la corriente, se tenía que ir ¡ya!

- Sí, lo prometo, no me pasara nada, ahora vuelve adentro, aquí hace mucho frío y te puedes resfriar y en verdad, si amas a Jonh, si en verdad nos amas no digas nada, confía en mí. - Le pedí.

- Claro que te amo, amo todo lo que provenga de ti, no diré nada.

Comenzó a ponerme nervioso, meobservaba fijamente a los ojos con esa mirada que ya había olvidado. Noentendía qué quería o quizás sí... Levantó su brazo derecho y me acarició lamejilla con el suave dorso de su mano, cerró sus ojos y comenzó a acercarselentamente. ¡Quería besarme! Por breves momentos la lluvia caía un poco másfuerte dándole más romanticismo a la escena. No sabía qué hacer, quizás nosería justo para aquel Jonh de su línea de tiempo original. Aunque, si loanalizamos, el y yo éramos la misma persona, después de todo yo lo deseaba,necesitaba tanto besarla que moriría por ello. Aquellas noches frías ydesabridas en donde sus besos y caricias me hacían tanta falta rompían su rachahoy. Cerré mis ojos, y lo hice la besé. Probar de nuevo ese sabor dulzón de susaliva deleitaba mis sentidos.    

Es verdad que me sentía un poco culpable por aprovecharme así de ella, pero juro que yo la amaba, aunque no fuera la Kym de mí línea original.

La amaba en cualquier época, en cualquier momento, en cualquier línea de tiempo. Simple y sencillamente la amaba porque si. Me enfoque en sus delgados y deliciosos labios y su boca con ese toque envinado de pasión Chardonnay en su saliva hacia ese beso aun más sensual. Quise separarme creyendo que era suficiente. Afortunadamente no lo fue para ella.

Continuaba besándome apasionadamente Kym, de pronto tomo mí cinturón e ¡intento quitármelo! Kym quería hacerlo ahí mismo y dios sabe que yo también. Moría por poseerla, por tenerla y amarla de mil maneras posibles, de sentirla más cerca de mí, pero eso no pasaría hoy. Esta vez me porte más enérgico y me separe de ella, no podía perder más tiempo, aunque siéndote sincero hubiese querido pausar ese momento para la eternidad.

Ella respiraba muy rápido, sus preciosos ojos marrones me miraban fijamente sin siquiera parpadear, sus pupilas estaban dilatadas, sus labios rojos. Hubiese querido terminar lo que empezó, no podía, no debía. Al ver como observaba mis labios y a su vez ver como ella se mordía los suyos lo supe, necesitaba aún mas placer de su boca, así que cedí (un poco más). - ¡Al diablo! – Pensé. - Volví a besarla, la besé hasta que mi lengua se sacio de ella, le lamí el cuello como si en eso se me fuera la vida. Ella entre cerraba sus ojos mientras la fina lluvia tibiaba las emociones. No quería que se terminara nunca ese momento.

Pero que ingrato sería yo con la vida, sino agradeciera ese breve, pero placentero instante que el destino me regalaba por última vez. Ya tenía seis o siete minutos con ella, debía de regresar a su mesa ¡inmediatamente!

- Bien, es suficiente, tienes que entrar ahora, por favor. - Pedí seriamente.

Me miró una última vez, se acercó de nuevo y me dio un beso rápido pero generoso en los labios que aun en este precioso momento guardo en mi corazón. Se dio media vuelta y entró un poco tambaleante hasta su mesa. Observé todo desde mí posición, una vez más tuve mucha suerte, su Jonh Gleen llego treinta segundos después a su mesa. Ella me miró a lo lejos y coloco discretamente su dedo índice en sus labios (como diciendo que no hablaría) aun rojos por mis besos. Comprendí que ella no diría nada, le sonreí y me aleje del cristal inmediatamente.

Esas eran las pequeñas cosas que hacían que la amara. (Aunque esta Kym no fuera para mí) Quizás hoy sea una excelente noche para su Jonh, claro, si sabe aprovecharla, después de todo ella estaba muy dispuesta. – Pensé (Envidiándolo con todo el corazón). El estupor de mis pensamientos fue enfriado poco a poco por las últimas gotas de agua de la noche, la calma fue interrumpida por un gran zumbido ahora ya muy conocido por mí.

Inmediatamente me gire hacía la dirección de dónde provenía ese sonido que me era tan familiar, no tenía ninguna duda de los que se trataba. Venía de un callejón a unos metros de mí y por la esquina de la calle algunos pequeños resplandores y flashazos color azul daban la bienvenida a Jonh Gleen 2. ¡Él había llegado!

Esta vez era mí turno para sorprenderlo, así que avance rápidamente entre los autos. Gracias a dios un vehículo se encontraba exactamente estacionado en la entrada de aquel callejón. Podía verlo, efectivamente era él. No se había percatado de mí presencia, se guardó algo en el cinturón, ¡era un arma! no iba preparado para eso, de hecho, no llevaba ningún arma. (Pequeño detalle)
Aunque yo era un pacifista nato, en ese momento deseaba tener un arma o lo que fuera, mis plegarias fueron escuchadas a medias. A un lado de una de las llantas del auto que fungía de escondite había un tubo de metal. Quizás en sus días de gloria había servido como cañería, pero no hoy, el día de hoy serviría como arma. Inmediatamente me incline y lo tome.

Mire mí reloj, eran ya las 11:18 pm, aquel Jonh Gleen miro hacia todos lados sin imaginar que el mismo se delató contándome sus planes y ahora gracias a eso yo los impediría. Comenzó a avanzar hacia el restaurante, iba a paso lento, muy seguro de sí mismo. – Pobre e ingenuo bastardo - Pensé.

En cuanto me sentí seguro salí de aquel escondite de cuatro ruedas. Me sentía un suricato asustado. (Asomando la nariz y verificando si el peligro se había ido)

Espere un poco más para quedar justo a su espalda, me coloque unos guantes gruesos que traje del pasado, debía de ser muy precavido, cualquier contacto directo con él era muy peligroso. No quería compartir el mismo destino que las llaves en mi departamento. Mí sudadera también era gruesa y además llevaba puesta una playera y una camiseta de fondo, así que iba más o menos protegido. Se encontraba a 10 metros de mí aproximadamente, llegó a la esquina de aquel restaurante y se asomo por la esquina mientras colocaba su mano derecha a la altura del cinturón como palpando su arma. El reloj marcaba las 11:23 pm, el tiempo se agotaba, así que era mí turno para actuar. Di tres o cuatro zancadas largas, rápidamente quedé justo atrás de él y con mí dedo índice debajo de mí amada sudadera le hice creer que se trataba de un arma. Apunte a su espalda y le dije;

- No asesinaras a nadie hoy Jonh.

Dio un pequeño saltito. Perfecto, el no esperaba eso, se puso tenso.
Esta vez yo tenía controlada la situación, o eso creía.

Intento tomar su arma, pero con voz firme repetí;

- Quieto o tendré que dispararte primero.

- Ok ok, ¿Quién eres, que quieres de mí?

Realmente él no sabía nada de nada.
Vi mí oportunidad y la aproveché, tenía que alejarlo de ese lugar, decidí llevarlo al mismo lugar en donde apareció. En ese callejón no había nadie, por eso su plan había salido tan bien esa noche, aunque, ya no ahora conmigo allí.

- Regresa al callejón de donde viniste, si intentas algo extraño, lo que sea, será tu fin.

Acato la orden, me cubrí el rostro para que no me reconociera, fue en vano, me olvide de un pequeño detalle.

- Esa sudadera la conozco. ¡Otra vez tu!... Así que de nueva cuenta estas interfiriendo, pero ahora directamente. - Dijo.

- Bien, si sabes quién soy, también sabes por qué estoy aquí, ¿no es así?

- Supongo que intentas impedir que me acerque a tu protegida y de paso evitar que te asesine. - Respondió.

- Exacto que listo eres, así que lo siento, pero ellos no morirán hoy.

Llegamos al callejón y aprovechando la posición de superioridad en la que me encontraba quise indagar más sobre las razones de aquellos Gleen del futuro, para intentar acabar con Kym, sobre su obsesión con eso.

- ¿Por qué, por qué insisten tanto en eso, en intentar eliminarla? Yo la amo, su Gleen de esta línea temporal también la ama, tú, tu ¿Por qué no? - Cuestione.

- Te equivocas, claro que la amo, ¿crees que es fácil para mí? el solo hecho de planear su muerte me carcome el alma, me destroza psicológicamente, ¿en serio crees que quiero hacerlo idiota? Realmente ¿crees eso? Entonces no tienes ni idea - Respondió.

No esperaba esa respuesta, aunque no me había dado razones palpables pude intuir un poco, solo un poco de lo que aquel desdichado Gleen sentía.

Continúe atacando con preguntas, necesitaba saber lo más que pudiera.

- Entonces habla, dime de qué se trata todo esto, dime tus razones, quizás te entienda y si me convences puede que te ayude. - Mentí.

- ¿Crees que soy idiota? No me ayudarás, tampoco puedo decirte mucho, el tiempo será el encargado de que tú mismo cambiarás de opinión. Solo tú y nadie más que tú eres el culpable de todo.

- ¿Yo? ¿Hablas de que específicamente yo tengo la culpa de todo?

- Tú ¿no podías dejarlo así verdad?
Solo te diré que Kym debió de haber muerto, y así se debía de haber quedado, cambiaste todo, absolutamente todo, has fracturado el tiempo de una manera que ni te imaginas. Mi vida y la de vida de los demás Gleen en el futuro es un caos gracias a ti. Si tan solo no hubieras dado al primer Gleen la carta explicando cómo adelantar su habilidad, si no hubieras evitado la muerte de Kym, si no hubieras dejado tanta evidencia en las narices del gobierno.

Cuando menciono la palabra "gobierno" el nombre de los agentes Simón O'Neill y Arthur Kingsley vinieron a mi mente, comencé a entenderlo todo, estaba convirtiendo su futuro (mi futuro) en una míerda, la vida de mis yo futuros era un caos, por consiguiente, el efecto mariposa había alcanzado a todos y a cada uno de los Jonh Gleen de los múltiples tiempos y espacios. Apenas me había contado un poco, solo un poco de lo que realmente era el meollo de todo esto.

Cada uno de los Jonh Gleen del futuro hacia intentos por reparar lo que yo había quebrado, es decir de reparar el tiempo tal y como se lo había mencionado a Gleen 0. Jamás debí de haberle entregado aquella carta donde le explicaba acerca de su habilidad. Ya no había marcha atrás, ¿ó sí? no quería cagarla más, si es que eso fuera posible.

- Quieres decir que los agentes O'Neill y Kingsley ¿aún siguen tu pista en el futuro?

- Ojalá fueran ellos solamente. Una organización secreta del gobierno sabe de nosotros y tarde o temprano también vendrán por ti o por algún Jonh de más atrás en el tiempo. Por lo menos en mí línea temporal ya lo saben, saben todo y son implacables.

- ¿Vendrán por mi o por otro Jonh de más atrás en el tiempo dices? Jajaja. Creo que ya estas delirando. Pocos son los que saben de mi habilidad. Supongo que en el futuro eso cambio, pero no en mi tiempo ni en este, excepto por el incidente que ocasionaste frente a los agentes federales en el departamento por lo que en dado caso sería tu culpa todo esto.

- Tú eres el ingenuo por creer que es imposible que por pertenecer al pasado ellos no te encontraran. Solo te diré que no tienes ni idea de lo que ellos son capaces de hacer ni las investigaciones tan avanzadas con partículas quark que ya manejan. Ellos no si quiera son de mí tiempo, ellos son de mucho más adelante en la línea temporal y ya dije demasiado, ¡maldición!

La confesión de aquel Jonh me dejo perplejo. Es verdad que el tenia información adicional por venir un año adelante de mi en el tiempo. Mencionaba que una agencia secreta del gobierno manejaba tecnología a base de partículas quarks y que serían capaces de llegar a nosotros, pero lo más importante es que decían venir del futuro, mucho más adelante que el nuestro. No sabía si creerle o solo eran confesiones de alguien que se sabía acorralado, atrapado. Lo que si era un hecho es que se veía bastante arrepentido por haberme dicho eso.

- Mientes, dirías cualquier cosa para salir de esta. – Dije.

- Ojalá así fuera, ellos me ven como a un extraterrestre, mueren por hacerme estudios, quieren inyectarme químicos, necesitan muestras de mi sangre o la tuya y harán lo que sea con tal de lograrlo. De hecho, no sé cómo, pero seguramente de alguna u otra forma lograron su cometido, es así como logran viajar en el tiempo.

Ahora el panorama parecía irse aclarando, aunque sea un poco, él tenía razón, tenía toda la maldita razón, aunque me costara admitirlo, me había descuidado demasiado, quizás había corrompido su futuro y ahora únicamente querían remediarlo. Seguramente era la razón por la que los agentes O'Neill y Kingsley habían ido a mí departamento ya con las pruebas para escupirme a la cara todo lo que habían descubierto.
Aun tengo la imagen de cómo quedaron boquiabiertos, incrédulos ante dos tipos idénticos que se desintegraban frente a ellos. Eso respondía mucho, demasiado diría yo. Aquel Gleen querían eliminarla a ella, a Kym, porque era la raíz de todo, la razón por todos estos estragos, la razón por la que yo fracture el tiempo de la forma más descuidada posible. Olvide que el gobierno era un perro insaciable habido de obtener el máximo poder posible en especial si uno de sus ciudadanos podía viajar en el tiempo. ¿Que lograrían si lograran atraparnos? Quizás viajes interestelares o combustibles ilimitados a base de energía súper lumínica, aquel Jonh aseguraba que ya eran capaces de viajar en el tiempo y que el responsable directo era yo, o... tal vez, simplemente eran las palabras sin valor de un loco viajero en el tiempo. Sin embargo, era verdad que fui muy descuidado en todo esto y no pensé en las consecuencias.

- Yo, lo siento, en verdad lo siento mucho. Lo evitare, lo arreglaré, no creí que...

Me interrumpió, estaba en su derecho de hacerlo.

- ¿Crees que no lo hemos intentado, crees que no ha pasado por mí mente?
La tierra es un lugar muy misterioso aun en un universo cósmico infinito, pero aún no eres consciente de ello, tomas todo a la ligera. Respóndeme algo. ¿Te divertiste mucho viajando en el tiempo cierto?

- ¿De qué hablas? Tuve que viajar en el tiempo sí, pero probaba y experimentaba mis habilidades, visite muchos buenos lugares y momentos memorables a lo largo y ancho de la historia del mundo. Incluso hice buenas fotos, además de constantes viajes de práctica, ¿cómo podía mejorar o aprender de mí habilidad si no lo hacía? Pero, ahora dime ¿qué tiene eso que ver? - Pregunte con toda la curiosidad del mundo.

- Te mostrare idiota.

Me dijo que tenía que sacar algo del bolso de su pantalón.

- Hazlo, pero no te quieras pasar de listo. No dudaré en disparar si es necesario- Dije mientras le pedía a cualquier deidad que me escuchará que él no se diera cuenta de que en realidad yo no tenía más arma que mí dedo y aquel tuvo en mí espalda.

Me mostro su teléfono móvil, que de hecho era el mismo que yo tenía en ese mismo instante.

- ¿Qué tiene que ver el teléfono en todo esto? - Cuestione.

- Ya verás infeliz, lo que tú descuido nos causo. - Dijo con un gran coraje.
Esto que te mostraré son los archivos que aquella organización secreta fue reuniendo a lo largo del tiempo.

Introdujo la clave de desbloqueo a su móvil 19-01-89. (Una clave que yo, ya conocía muy bien) Acto seguido accedió a la galería de imágenes.

- Imp... ¡imposible! Pero ¿Cómo, por qué?

Me sorprendió con fotos de mi en aquellos viajes al pasado, pero no fotos tomadas por mí, eran fotos capturadas por cualquiera, fotos hechas espontáneamente por persona que tenía alguna cámara en ese preciso momento. Eran archivos históricos, además de alguna breve nota o apunte por parte de alguno de los investigadores, la primera imagen hablaba por sí misma;

1922, Egipto, Valle de los reyes. Descubrimiento de la tumba de Tutankamon.
Se observa al mismo hombre, Jonh Gleen observando a los arqueólogos durante las excavaciones.

1963. Washington D.C;
A minutos de que Martin Luther King iniciara su mítico discurso "Tengo un sueño" en pro de los derechos de la gente de color. En el recuadro naranja se mira de nuevo a Jonh Gleen con la misma ropa que en la foto tomada en Canadá de 1947

1947, Canadá.
En la inauguración de un puente en Canadá, con gafas de sol y una cámara fotográfica moderna que se observa en sus manos, la fisonomía del sujeto corresponde a Jonh Gleen.

1962, Chile.
Mundial de fútbol, se aprecia a un hombre con un teléfono moderno.
Se trata nuevamente de Jonh Gleen.

Asombroso, se trataba de un archivo histórico en donde yo era el centro de atención en cada una de las fotos. Si realmente los agentes O'Neill y Kingsley tenían este material en sus manos era el fin. Me hacía más y más consciente de mí gran error. Les había echado a perder el futuro a todos y cada uno de los Jonh Gleen del futuro.

Tan distraído estaba en mis pensamientos que no me di cuenta de que había sacado mí mano de debajo de mí sudadera, aquel Gleen que yacía sometido frente a mí se dio cuenta de mi estúpido error, de que no tenia mas arma que la punta de mi dedo apuntándole.

- Idiota de mí- Pensé - Pero era demasiado tarde.

Aquel Gleen, a toda velocidad trato de sacar su arma, y con la misma velocidad me lance sobre él, de nueva cuenta la pelea comenzaba, pero en otro tiempo, en otro lugar y en otras circunstancias no muy a mí favor, esta vez yo tenía una herida de bala en el hombro y un gran golpe en la cabeza. Le sujete de ambas manos, forcejeamos por el arma, esta se resbaló de su cinturón, pude percatarme que tenía silenciador, él estaba a punto de tomarla del piso y justo a un segundo de que lo hiciera logre patearla.

El arma se patinó sobre el asfalto a tres o cuatro metros de distancia. Aquel Gleen me miró con los ojos inyectados de sangre, tuve un poco de miedo. No sabía que yo podía mirar de esa forma. Rápidamente se abalanzó sobre mí, apenas y me rozó el hombro, pero fue suficiente para que yo diera un alarido de dolor. El se percato de mí herida. Acto seguido asestó un duro y directo golpe sobre mí hombro, un alarido de dolor se escapo de mí boca, y mientras intentaba pensar en ¿que había salido mal? Gleen 2 corrió por el arma, pero nuevamente mi reacción fue más rápida. Me apresure hacia la misma dirección y cuando se agacho para tomar la pistola le propine una patada en el pecho con tal fuerza que casi me rompo el pie. El también se quejo del dolor, olvidándose momentáneamente de ella. Me adelanté y justo cuando creí tener el arma entre mis manos recibí un puñetazo en la cara maximizado por un espectáculo de chispas de luz azul producto del contacto directo con mí piel. Dio quizás cuatro pasos hacia el arma, pero al quinto, metí el pie. Cayó de frente contra el piso. En ese instante me sentía más como un par de borrachines de cualquier país tercermundista peleando por el último sorbo de alcohol. (Si nos hubieras visto también pensarías lo mismo) Me monté sobre él y ya en el suelo comencé a golpearle la cabeza con mis puños como única arma, gracia a dios los gruesos guantes hacían su trabajo y protegían mis nudillos de todo contacto directo con su piel. Me sujeto del cuello y rápidamente cambió de estrategia, introdujo su dedo pulgar justo en la herida que tenía en el hombro todo esto cortesía del disparo del agente O'Neill. Por inercia deje de golpearlo, ambos estábamos sangrando. Aprovecho para darme un fuerte cabezazo. Más chispas de azulosas de energía salían volando por todos lados.

Me encontraba exhausto, adolorido y sangrando. El por su parte, aprovechó para acercarse a los dos metros que los separaban del arma. De nueva cuenta sacando energía de ya no sé donde, lo sujete del pie, se desequilibró un poco, lo suficiente para darme uno o dos segundos extras. Desde mi posición di una gran zancada y tomé el arma, al fin, la tenía en mis manos, me di medía vuelta a toda velocidad, pero él ya estaba allí también y me dio un buen golpe en el estomago que me saco el aire, pero ni aun así solté el arma. Ambos teníamos el arma entre las manos, pero ninguno cedía, nos escupimos improperios y maldiciones que por respeto no te detallare aquí. Ninguno estaba dispuesto a soltar aquella arma, esta se disparó un par de veces durante el forcejeo con dirección hacia el cielo, solo sentía el leve roce de la muerte cuando la bala pasaba junto a mí. En un acto de audacia aquel Jonh Gleen soltó el arma e inmediatamente se enfocó de nueva cuenta en mí hombro herido. Volvió a introducir su pulgar en el agujero dejado por la bala disparada por el mismo un año en el futuro. La sangre comenzó a salir a raudales. Por instinto me lleve las manos a esa zona herida de mi cuerpo, aprovechó que baje la guardia para dar un golpe final, llano, poderoso y contundente justo en mí rostro.

Literalmente solo vi las chispas de energía azul saliendo de mí cara, fue todo, la pelea había terminado, me había sacado de combate y ahora mí cara tenía la marca de unos puños de fuego sobre ella. Se hizo con el arma, ambos sangrábamos copiosamente.

- Manos a la espalda, ¡ahora mismo idiota! - Ordenó.

Acate su orden con todo el gusto del mundo. Aún tenía un último as bajo la manga, al poner las manos en mi espalda sentí el tubo de metal que previamente había guardado, lo tome tan firmemente como se aferra un infante a su madre y lo golpeé justo en la cara, el sonido del metal impactándose sobre su rostro me recordaba al de un coco quebrándose. Ingenuamente pensé que con ese golpe sería suficiente, pero fue mi confianza la que me llevaría a la tumba, le di tiempo para que me disparará en el pecho, me había perforado un pulmón y aun tambaleándose intentaba apuntarme a la cabeza para un segundo disparo, ninguno tenía ya fuerzas para seguir peleando. Aseste el último golpe con la poca fuerza que mis brazos me permitieron dar. – ¡craccks! - directo en la cabeza, cayó al piso. La sangre comenzó a pintar el pavimento en un color rojo carmesí, Jonh Gleen 2 ¡estaba muerto! por lo menos el de esa línea temporal y como ya había ocurrido en otras ocasiones el cadáver y la sangre aún fresca se iluminaron en una intensa luz azul rey y de pronto este comenzó a desintegrarse sin dejar rastro de nada. Supongo que había vuelto a su línea original, pero ahora en forma de cadáver. Quizás pronto yo compartiría el mismo destino. Comencé a toser sangre y sentía que el aire no llegaba del todo a mis pulmones. Observe mí reloj, este marcaba las 11:37 pm. La visión se me nublaba, me sentía desmayar, pero antes de hacerlo quería comprobar que Jonh Gleen y su Kym de esta línea temporal estuvieran bien. Como pude camine hasta la esquina, pequeñas gotas de sangre caían al piso y a la misma velocidad se desintegraban en chispas azules de taquiones. Entonces lo entendí. Mí hora había llegado, estaba muriendo.

Al llegar a la esquina mire de nuevo mí reloj, quizás por última vez, eran ya las 11:40 pm, justo en ese instante, Jonh Gleen y Kym salían del restaurante, entre carcajadas, abrazos y besos. Primero subió Kym, estaban totalmente borrachos, me sentí aliviado, estaban bien. De pronto como si aquel Jonh lo hubiese presentido, miro hacia mí dirección, justo a donde me encontraba, ni siquiera me dio tiempo de esconderme, sabiéndome descubierto salí totalmente de mí escondite y me expuse frente a él. Con mí dedo índice hice una señal para que no dijera nada, lo acerque a mis labios, la misma señal que Kym me hizo cuando prometió quedarse callada. No lo entendió, no fue suficiente. Aquel testarudo y ebrio Jonh comenzó a avanzar hacia mí dirección. No quería que me viera en tan deplorable situación, además ya no tenía fuerzas para explicar lo sucedido y menos a un ebrio.

Mientras tanto cada segundo perdía más sangre, y más fuerzas. Gleen comenzó a correr hacía mí, yo tenía 15 metros de ventaja. Era bastante rápido aun para estar ebrio. Di medía vuelta y sacando el último hálito de fuerzas de mí alma ya magullada, comencé a correr de vuelta hacia aquel callejón. Al llegara a aquella cerrada me deje caer de rodillas. Tenía 8 segundos de ventaja antes de que Jonh me alcance. Sentía que la cabeza me explotaría, comencé a escuchar todo muy lejano, mí vista se nubló a un 80 %. Solo veía bultos borrosos y una energía azul muy hermosa por todos lados me envolvía poco a poco. Los pulmones no me respondían me faltaba el aire, la sangre salía por mí boca como sale el agua de un grifo medianamente abierto. Me recargue en un contenedor de basura, mí cuerpo comenzó a desintegrarse en cientos de miles de chispas color azul. Era mí turno para compartir el mismo destino que los demás Gleen. Después de todo, la vida había sido buena conmigo, me permitió viajar a lugares insospechados, lugares que jamás en toda mi vida imagine que visitaría, bese nuevamente a la chica de mis sueños, y por si fuera poco, aquel Jonh Gleen 0 ya se había encargado de hacer las paces con papá. ¿Cuantos han tenido la oportunidad de hacer eso antes de partir? Lo sé, nadie. Aquel Gleen que venía persiguiéndome dobló la esquina del callejón y se encontró de frente conmigo. Ya era tarde.

El solo vio mí silueta desvanecerse acompañado de energía azulosa y con el pensamiento le deseé la mejor de las suertes. Era su turno para probarse a sí mismo. Mientras tanto yo... bueno yo me despedía de esta buena vida que tantos días de gloria me dio y a mis 31 años de vida agradecía haber llegado hasta este hermoso punto de mi vida. Ya no era Jonh Gleen el oficinista nerd, ni Jonh Gleen el ciudadano de segunda, el común y corriente. Creo que ahora podía morir en paz, después de todo generaciones van y vienen y no todos puedes decir que tuvieron una aventura como la que yo acababa de vivir. Extrañaría a mamá, si. Cerré los ojos y mi boca dibujo una pequeña sonrisa o eso intentó hacer, al tiempo que perdía la consciencia en el tiempo y el espacio el dolor iba desapareciendo. A lo lejos, una amable y dulce voz varonil parecía darme la bienvenida;

- ¡Hola Jonhy boy! Así que no dejaste solo a tu viejo padre, ven conmigo.

Esta vez mamá no podrá venir con nosotros. Aun no era su hora. De inmediato recordé días magníficos, días ahora irrepetibles de mí hermosa infancia. Una pequeña familia de tres personas, un pequeño barrio a las afueras de la ciudad, personas que se amaban, que reían y que jugaban en el parque y un pequeño niño con una bicicleta montado en ella pedaleando a toda velocidad. Fue hasta ese momento cuando descubrí que al ser un niño era muy feliz pero no lo sabía.

En ese último momento solo pasaba una cosa por mí cabeza "como quisiera pedirle al tiempo que vuelva" pero ya era demasiado tarde para mí. Por el momento solo estaba aquel callejón oscuro y una bella luna menguante elevada en el firmamento como única testigo muda de lo que ocurrió a tu servidor Jonh Gleen una fría noche de invierno de 2015. Mí ultimo invierno en el planeta tierra. En ese momento me desintegre, pero esta vez era ¡para siempre! Únicamente esperaba que Jonh haya logrado entregar el sobre a Mike y sobre todo que lograra deshacerse de Jonh Gleen 2 (el de su línea de tiempo).

- Ya voy papá, espérame...

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