Estaba parada frente a la puerta de la habitación de Harry, sin camisa, sin sujetador, sin pantalón y solo en bragas que al parecer fue lo único en no ensuciarse.
La toalla, el jabón y el agua habían sido efectivas al momento de limpiarme, pero no me proporcionaban ningún tipo de protección. Solo mi mano sobre mi pecho cubría mi torso.
Observe alrededor, no había ninguna toalla grande, y envolverme en papel higiénico sólo iba a conducir a que yo pareciera una momia. Eso me regresaba a mi estado actual, con frío, frente a la puerta de la habitación de Harry, y desnuda.
Suspiré, era hora de usar el grito.
—¡Harry!— apoyé mi cabeza en la madera de la puerta —¡Harry!— grité una vez más
—¿Qué pasa, Cassie? ¿Estás bien?— su voz sonaba seriamente preocupada.
—Sí, mentalmente— respondí para aplacar su preocupación —Pero mi cuerpo no puede decir lo mismo— miré mi torso y el brazo sobre mis senos, el frío comenzaba a afectarme.
—¿Qué significa eso?
—¿Tienes ropa la cual puedas prestarme?— decidí no responderle, entre más rápido consiguiera ropa, mejor.
—Oh— exclamó y se quedó callado un momento —Claro, lo había olvidado, ya traigo algo— asentí, luego recordé que no me veía y rodé los ojos, tal vez el alcohol que no había bebido me estaba afectando.
Calculé al menos dos minutos antes de escuchar un par de toques en la puerta. La abrí por un costado y extendí mi mano para recibir la ropa. Mi extremidad fue tomada y sentí un beso ser depositado en ella, cerré los ojos, no podía estar haciendo aquello, no justo allí, con mi cuerpo casi desnudo.
Algo suave fue puesto en mis manos y rápidamente atraje la mano y su contenido hacia adentro de la habitación. Cerré la puerta y puse el seguro una vez más.
Cerré los ojos, era difícil quererlo de vuelta y quererlo lejos. Mi corazón y cerebro estaban en conflicto, y por desgracia quien pagaba los platos rotos era mi cuerpo recibiendo señales mixtas todo el tiempo.
Un suéter de algodón y un pantalón corto de tela fue lo que había recibido. Eran de Harry, no solo por la talla definitivamente más grande que yo, o porque fueran prendas de hombre, sino por su olor, su aroma estaba sobre las prendas, llevarlas puestas era como tenerlo a él rodeándome con sus brazos.
Abrí la puerta y salí del baño, lo encontré sentado en la cama, mirando sus manos. Alzó la cabeza en cuanto escuchó la puerta cerrarse.
—Te ves bien.
—Gracias— me balanceé en el lugar en el cual estaba de pie, se sentía como si estuviera bajo la mirada de un juez.
>>Necesitaré lavar esto para usarlo mañana— levanté en el aire la ropa que apestaba a alcohol, pero la cual era mía —Aunque esta, la cual estoy llevando puesta, es muy cómoda, no sería la mejor opción para llegar a casa, no sé si lo entiendes.
—Tranquila, yo lo hago— sus ojos estaban fijos en mí.
>>Deberías llamar o enviarle un texto a tus compañeros de piso, pueden estar preocupados por ti— se puso de pie —Come algo, creo que lo necesitas— señaló el escritorio antes de caminar hacía mí y tomar la ropa de mis manos.
Nuestras manos se rozaron por un momento y recordé el calor que el beso había ocasionado en ella.
Me aparté rápidamente y tomé el celular del bolsillo del pantalón, ahora en sus manos. Lo desbloquee y él tomó ello como su señal de salida. Me senté en la cama, de piernas cruzadas y con la espalda recostada en el respaldo de esta.
Cassie: "Hoy duermo fuera, no se preocupen por mí" envíe el mensaje a Ed y Luke mientras la puerta se cerraba.
La respuesta no tardó en llegar.
Ed: "¿Cómo que hoy duermes fuera? ¿Con quién? ¿Dónde estás? Voy ya por ti" Ed sonaba como un padre perdiendo los estribos.
Luke: "Está bien" Luke no parecía muy molesto con el asunto. Fruncí el ceño.
Cassie: "¿No vas a decirme nada más?" pregunté extrañada.
Luke: "Estás con Sullivan, no hay nada que él haría para herirte. Sobrevivirás 😉" fue el mensaje de mi amigo.
Cassie: "¿No tienes miedo de que me haga algo? No sé, aprovecharse de mí" pregunte con cierta indignación ¿Cómo él sabía donde estaba y no hacía nada?
Harry: "El tipo no haría nada que no quisieras. Además está claro que quien se aprovecha de él eres tú, solo recuerda la flamante boda y lo que hiciste cuando saliste del club, aunque creas que no nos dimos cuenta" abrí los ojos grande, no pensé que supiera eso, tal vez es mejor actor de lo que creo y más observador de lo que se ve.
Cassie: "Está bien, me aprovecharé de él" fue lo último que le contesté antes de volver con Ed.
Cassie: "Tranquilo, sensei, estoy con Harry, en el apartamento de Bradley y básicamente está siendo mi niñera".
Ed: "Eso me preocupa más, voy ya por ti"
Cassie; "No, está bien, no pasa nada, además Ci está aquí, no hay problema".
Casi pude oír a Ed suspirar cuando la señal de qué él lo había leído apareció en el mensaje.
Ed: "Está bien, pero al primer problema me llamas, ¿entendido?"
Cassie: "Sí, sensei".
Harry regreso con una bandeja en la mano, dos platos de sopa con humo saliendo de ellos, dos vasos transparente con un liquido naranja en su interior. Puso la bandeja en su mesa de noche y me miró.
—Te traje algo de comer, no muy pesado para no revolverte el estómago— se encogió de hombros y yo le sonreí.
Ladeé la cabeza y lo observe con atención. Era extraño, era casi como regresar el tiempo y recordar cuando me había cuidado, cuando se metió la a ducha conmigo para bajarme la fiebre. Casi estaba esperando que mi mamá entrara por la puerta con su sonrisa y su cara picara al posar sus ojos en Harry.
—¿No crees que es extraño?— le pregunté mientras él me ofrecía un plato de sopa.
—¿Qué cosa?— tomó el otro plato y se sentó en la cama, frente a mí.
—Tú, yo, en una misma habitación y tú cuidando de mí, es casi como regresar en el tiempo— la cuchara que dirigía a su boca regreso al plato.
Harry miraba a sus manos, frunció el ceño, apretó sus labios y cerro los ojos.
Llegué a preocuparme, no estaba segura cómo tomar su silencio, su tensión. Maldición, ni siquiera debería importarme, cómo él se sienta no debería perturbarme, no éramos nada.
Abrió los ojos y alzó la cabeza, sus ojos brillaban, era inusual, parecía guardar un secreto. En ese momento deseé leer mentes.
—Come, se enfría la sopa y no sabe tan bien fría— asentí y le hice caso, no iba a mencionar su falta de respuesta o su extraño lenguaje corporal.
Comimos en silencio. Uno en frente del otro, calentando nuestros cuerpos con un líquido caliente el cual no sabía nada mal.
—Puse tu ropa en la lavadora— Harry retiró el plato de mis manos y me entregó un vaso —En media hora estará lista.
Solo hice un movimiento de cabeza para hacerle conocer que lo había escuchado.
Se quedó parado allí un momento, mirándome tomar el agua saborizada, antes de recoger los platos, ponerlos sobre la bandeja y salir por la puerta.
Miré la puerta sin entender qué él esperaba de mí, era incómodo no saber qué estaba haciendo y si lo estaba haciendo bien. Era como conocernos de nuevo, era extraño.
Me levante de la cama y camine hacia el baño, me pare frente al espejo y me observe. Despeinada, con los ojos más abiertos de lo normal y con el cuello rojo, estaba nerviosa, estar a su alrededor me ponía nerviosa, no podía evitar querer huir y abrazarlo con la misma intensidad.
Quería olvidarlo, pero él parecía empeñado en aparecer cuando estaba usando distractores. Alfred, era atractivo, divertido y aunque lo detuve cuando estábamos a punto de hacer algo, de lo cual probablemente me arrepentiría después, me ayudó a esconder mi completo estado de lucidez, a esconder la verdad aunque fuera solo por un tiempo.
—¿Cassie?— la voz de Harry se escuchaba a la distancia —¡¿Cassie?!— su voz se hacía más fuerte y urgente.
—¡Aquí!— grité.
Apareció en el marco de la puerta, su gesto se relajo en cuanto me vio.
—¿Qué haces aquí?— alcé una ceja al mirarlo —Bueno, a parte de lo obvio— rodó los ojos y sonrió.
—Quería lavarme los dientes, pero no tengo cepillo.
—Usa el mío— señalo un cepillo rojo, el cual estaba en un vaso de plástico transparente, bueno, lo fuste actor es que puede llegar a ser el plástico.
—Eww— saqué la lengua en forma de asco —Las bacterias.
—Nada que no hayas probado antes.
—¿Qué no haya probado antes?— me crucé de brazos.
—Sí, hay tantas bacterias como las que adquirías cuando me besabas— sentí mi cara calentarse y la tela sobre mi pecho comenzaba a estorbar.
Besos con Harry... Y que besos, nunca había pensado en intercambio de bacterias que llevábamos a cabo.
—Es diferente— dije rápidamente —En este tiempo pudiste desarrollar nuevas bacterias.
—Yo puedo decir lo mismo de ti, incluso tienes las de tu amiguito.
—No creo que Alfred tenga alguna bacteria mortal— puse los ojos en blanco.
—Me encanta como sabes a quien me refiero— el tono de su voz era algo agrío y seco.
—Bueno, todos tendemos imaginarios de las personas y nos desilusionamos al descubrir quienes realmente son ¿no?
Silencio, puro, físico y cortante silencio fue la única respuesta. Unas por otras, supuse, yo no era lo que él pensaba y él no fue lo que yo pensaba. Eso nos dejaba a mano.
—El enjuague bucal está en la parte de abajo. Es una buena alternativa— se giró y salió del baño, dejándome sola.
Me cubrí la cara con las manos, definitivamente no había sido mi día.
Me enjuague la boca, y regrese a la habitación.
Harry estaba parado frente a la cama, sosteniendo su costado y con la camisa desabrochada.
Delicioso. No, Cassie, no, no se piensa así de Harry y sus tatuajes, o de Harry y su piel.
—¿Estás bien?— él giró al escuchar mi voz.
—Sí, no hay problema— volvió a darme la espalda, se movía de una extraña manera.
—¿Necesitas ayuda?— di un par de pasos, acercándome a él.
—No, estoy bien.
Siguió moviéndose y de repente soltó un pequeño grito, sonaba como si estuviera en intenso dolor.
Corté la distancia que nos separaba y me pare frente a él.
—Eso no sonó como que estás bien— aparté sus manos de la camisa —A ver, déjame verte.
Suprimí un jadeo y una maldición, su costado estaba pintado de púrpura, una mancha bastante grande, la cual no pasaba desapercibida a pesar de sus tatuajes.
—Pero ¿de que están hechos los puños de Alfred?— vocifere un pensamiento, una pregunta para nadie en especial.
—Al parecer de titanio— Harry se río un poco, pero detuvo rápidamente el sonido para cambiarlo por uno de dolor.
—Por suerte eres casco blindado, Sullivan— le sonreí, luego tome los costados de su camisa y la baje por sus hombros sin quitar la mirada de la suya, no me atrevía a mirarlo abajo, por sus lesiones y porque a pesar de ello me parecía atractivo.
>>Listo— terminé de retirar la prenda de su cuerpo.
—Gracias— dio un paso atrás alejándose de mí.
La tensión en mi espalda se perdió, ni siquiera sabía que estaba tensa.
Caminó hasta el armario y comenzó a buscar en él, aunque lentamente.
Tiró una camisa y un pantalón de chándal a la cama. Un par de edredones y una almohada fueron tiradas al suelo.
Lo observé moverse lentamente, con dificultad y por alguna razón sentía que me dolía a mí también.
Intentó agacharse para tomar los edredones, pero solo llegó a medio camino.
—Yo me encargo, tu vístete— lo aparte de las cosas y me puse en tarea de organizar la improvisada cama.
Harry dudo un momento, pero termino haciéndome caso. Se dirigió al baño y yo vele cada paso que dio hasta que la puerta se cerró tras de él.
Doble ambos edredones a la mitad, los puse uno encima del otro para hacerlo mullido, acomode la almohada en la parte superior y busqué otra frazada para que pudiera cubrirse con ella.
Harry salió diez minutos después y sólo con el pantalón puesto, llevaba la camisa en las manos. Probablemente no había podido alzar las manos del dolor.
Yo estaba en el suelo, sobre las frazadas, mirándolo.
—¿Qué haces ahí?
—Observándote.
—Sí, me refiero a estando sentada sobre mi cama temporal, me la vas a aplastar con todo tu peso— sé que intento sonar gracioso, aunque su voz se ahogo al mismo tiempo que su mano iba a sostener el costado de su cuerpo.
—¿Me estás diciendo gorda?
—No fui yo quien lo dijo— se encogió de hombros.
Abrí la boca en firma de O grande, como si estuviera sorprendida. Pero luego empecé a reír, el ambiente estaba menos tenso y aunque Harry estaba herido, no se veía tan mal.
—Aquí duermo yo esta noche. Necesito estar cerca del suelo, ya sabes, por si se empieza a mover el mundo de forma precipitada.
Frunció el ceño. Rogaba para que no viera a través de mi mentira, no era por ello que quería dormir en el piso. Él estaba herido y necesitaba la comodidad de una cama y no la dureza del suelo, además de que la cama olía a él y probablemente no dormiría por abrazar y oler sus almohadas.
—Está bien, supongo que es aceptable— asintió y se sentó en la cama, mirándome.
Lo miré de vuelta, pero mis ojos no tardaron mucho en descender y ver sus tatuajes, había uno que no lucía para nada familiar, baje un poco más y vi su piel púrpura, que golpe tenia allí.
—Buenas noches, Cassie— dijo de repente, acostándose en la cama y cubriéndose con la manta.
—Buenas noches, Harry.
¿Pensamientos del capítulo? ¿Harry herido, sin camisa y en una misma habitación? ¿Qué pasará en la cama improvisada? ¿Un nuevo día? Lo descubriremos.
Recuerden, 7 comentarios de 7 personas diferentes y un nuevo capítulo se desbloquea. Mientras lo esperan pueden ir a leer Sweet, o Los Labios de Christopher, o Citrus, o El Pianista... hay varias opciones en mi perfil, solo digo.
¡Gracias por cada voto y comentario!
Lu fuera, paz.
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Capítulo dedicado a Gomitadeoso2