Junniper [Completado] [Edita...

By xxibgdrgnnn

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Ganadora en los WOW awards 2017 - Completado. En proceso de edición. - Junniper es la clara imagen de un... More

Sinopsis
Importante
Preámbulo
1
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Soundtrack I
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Nota nº 1
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Aviso + Photo
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Nota nro 2
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Soundtrack II
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Nota nro 3
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Colofón (final)
Dedicación
Soundtrack III

12

93 22 5
By xxibgdrgnnn

[~]

En el mundo yo era una persona más, pero anhelaba ser el mundo para una persona.
—gg

——

Siempre había ignorado la manera en como sentía Poppy hacia Luis; nunca lo entreví necesario y ahora noto mi error.
Cada vez que salía el tema es porque yo lo mencionaba; era para ella un tormento solamente. Siempre lo ha querido afrontar sola.

Cuando terminamos el instituto me transmuté amigo de Luis desde que los gemelos se alejaron de él e iba al bar donde trabaja Kester; era extraño como podía odiarlo cuando ni siquiera sabía porqué; si lo sabía pero era difícil pensarlo.

Sabía que en el fondo Poppy lo odiaba por nunca haberla visto de la misma manera que ella lo hacía; también sabía que lo veía como un chico que usaba a todo el mundo y podría elegir a la persona que quisiera, pero no es así, él odia a la gente de este país por el segregacionismo hacia los latinos; lo menos que quería era mezclarse con este tipo de gente pero no tenía alternativa; pero de todos modos él nunca estuvo solo. Era intrincado con los demás por si mismo. De lo poco que lo conozco, es una persona muy compresiva.

La verdad no esperaba que Poppy actuara de esa forma cuando divisó al Luis verdadero. Él la observó de una manera que nunca contempló de una manera que nunca le he visto dirigir hacia nadie y extrañamente, Poppy no dijo nada; se encorvó y escondió sus brazos.

Él no me pidió explicaciones, fue hacia ella escuetamente.

—Hola, ¿cómo te sientes? —interrogó Luis a Poppy. Ella no respondió.

—Yo me recuerdo de ti ¿Estábamos en la misma clase será? ¿De la universidad? No, no me digas... —Poppy se exteriorizó desilusionada.

—Soy Poppy... —murmuró al mismo tiempo que jugaba con sus articulaciones.

—Como pude olvidarlo —expresó él después encaminó la mirada hacia mí y susurró "yo me encargo".

—Cambiaste mucho, por eso no te reconocí. —Después de un largo silencio, él se incorporó—Poppy, quizás piensas que soy muy estúpido para no darme cuenta, pero se desde hace mucho tiempo sé que tienes algo que decirme.

Ella lo observó con consternación. Luis le sonrió y subió las cejas, ella se carcajeó armoniosamente.

Me siento tan fuera de lugar.

—No voy a saber que sientes si no lo dices, no tengas miedo —aclaró él.

Poppy encaminó su visión hacia mí y le di mi aprobación.

—Lo siento —se disculpó Poppy soltando unas lágrimas que contrajo mis entrañas—. Por no haberlo dicho.

—¿Qué cosa? —preguntó Luis.

—Yo siempre... Te he querido, no sé porqué; no te conozco y sé que pensarás que soy extraña; he tenido miedo de que pienses eso de mí.

—No pasa nada, gracias por haberlo dicho. —Él la abrazó; Poppy no le correspondió en el momento, pero luego se aferró a él y rompió en sollozos.

—Te amo tanto —Murmuró ella asta de lágrimas; por alguna razón también mi corazón se retrajo. Deglutí saliva.

—Eres una buena chica Poppy, la mejor que he conocido; nunca lo olvides. —Acarició su cabello.

Sólo podía pensar que a pesar de haber durado unos minutos, él curó algo que yo en muchos años no pude hacer.

Al final, Poppy dijo algo que pensé que no diría.

—Pero creo que ya es momento que te deje ir, porque... Tu no me amas.

—No es personal, no te conozco, aún así, ¿no crees que es algo tarde? Además no creo que me merezca tu cariño y de verdad me siento mal que estés así por mí... No creí que estuviera haciendo un daño.

—No, yo lo siento, no es tu culpa; es cosa mía.

—La cosa es que aunque esté aquí echándome la culpa, también tienes que asumir algunas cosas ¿si? Sufres por mí cuando yo no he hecho nada por ti. Yo sé de una persona que estuvo aquí y te venía a visitar todos los días... Se quedaba contigo cuando tus padres no te podían atender; a veces semanas y semanas por el miedo de que tu murieras en cualquier momento. Deberías mostrar gratitud aunque sea un poco.

Ella dirige su mirada hacia mí, no pude evitar mirar hacia otro lado. Mi labio lindaba y trataba de cepillar mis manos en mi dermis; el gélido roce del metal de mi anillo que estaba en mi articulación corazón me estremeció.

—Bueno, mejor los dejo solos —manifestó Luis, irguiéndose.

—Poppy. —Se inclinó un poco hacia ella le susurró:

—Gracias por quererme.

Él se encaminó a la puerta y la abrió la Doctora Black. Me sorprendí, le dijo gracias a Luis y él me dijo adiós con la mano.

Me acerqué a Poppy obtusamente.

—Lo siento Junniper. —Hice un aspaviento y rehuí la mirada—. Por favor... Mírame.

La observé directo a sus fanales; se veía diferente... Es como si algo en ella se hubiera desvanecido; su rostro aún estaba algo dilatada y sus obres en tonos rojos.

—Tengo que admitir que a pesar de perder la cabeza por Luis... Todo lo que soñaba siempre se trataba de ti. —Me conmocioné—; siempre has sido lo que ocupa la mayoría de mis pensamientos. Tengo que aprender a valorarte; nunca lo he hecho apropiadamente. Hasta dejaste todo por mí y aun así te dejé que estuvieras malas juntas, te permití beber alcohol y a fumar, debí haberte detenido. Yo lo siento tanto...

—No lo sientas y no creo que no me valores... —Bajé la mirada e hice una media sonrisa—. Nunca me di cuenta de eso; aunque me des poco es suficiente para mí.

—No digas eso... Tú mereces mucho Junniper; mereces algo mejor que yo y sé que algún día lo encontrarás; alguien que te ame profundamente y como tu dices, con lo poco que hagas le parecerá suficiente y en el fondo de mi corazón siento que... Esa persona no soy yo.

—Si lo eres... Tú lo eres en mis ojos. —Ella pasó una mano en mi mejilla y yo la sostuve con mi dorso.

—Junniper... Quiero que seas libre de mí, que hagas lo que te guste. No quiero marcar tu vida.

—Yo lo haría por ti...

Dolía inmensamente. Su diminuta mano apretujó la mía y la besé desesperadamente; hasta mi dermis podría colarse en su piel, el carmesí del temor que crecía en mi corazón.

—No lo hagas por mí, haz lo que tu quieras por tu vida, Junniper —insistió.

—¿Estás diciendo que me abandonarás? —Unas lágrimas peregrinaron mi rostro—. No me dejes... Te lo ruego.

—Yo nunca te abandonaría, pero tienes que irte lejos y yo iré por ti; comeremos besos en la parca de tu universidad e iremos a un karaoke y escucharé tu voz; nunca me cansaré de ella.

—De todos modos me estás abandonando. —Empecé a sollozar y ella me abrazó con todas sus sustancia; me acarició mi pelo, nunca podría olvidar el roce de sus manos en aquel momento, como si fuera un ensueño que escocía mi garganta para no soltar más lagrimas; no tenía por qué hacerlo.

—Yo siempre estaré contigo... Pero prométeme que saldrás adelante, esté o no esté ahí. —Mi respiración se desvaneció—. ¿Lo prometes?

—Lo prometo —mentí.

Nos separamos; el álgido roce de su piel se desvaneció instantáneamente.

—Te debo un beso desde hace tiempo. —Con sus manitos hizo que cerrara mis fanales—. Cierra los ojos —me ordenó.

Pude sentir su respiración algo cercenada cuando se acercaba a mi dirección. Pude abrir los ojos pero aún así no lo hice. Sentí el chocolate rozar mi dermis y a continuación la comisura de Poppy rozar los míos; hizo que mi alma se derritiera con su acaramelado roce, su dulzón acercamiento que me hizo tener escalofríos; que mi psiquis se sobrecogiera.

Mordí la mitad del beso y ella retornó el suyo con nuestros labios adheridos. Ella se apoyo sobre mí y se aferró a mi cuello, tratando de recuperar el aire de sus diminutos pulmones; sus labios sabían a bombón.

—Gracias... por quererme —dijo en un filamento de voz; no pude evitar arrebolarme.

—Siempre lo haré. —Besé sus manos.

Me tenía que ir pero no quería hacerlo; algo... Me detuvo a quedarme.

—Tengo que estudiar, mañana tengo que presentar un examen importante —le manifesté.

¿Por qué tengo esta extraña sensación en mi cuerpo?

—Te veré mañana apenas termine —le aclaré.

—Estaré aquí esperándote. —sorbió su nariz rosácea por el frío.

Me encamine hacia la puerta; la abrí levemente, pero por alguna razón volteé a verla; ella me estaba observando.

—Adiós, Junniper.

Sonrío a su dirección; reflexionando que Poppy nunca me había puesto un apodo, que le parecía que estaba bien como estaba; de como era yo.

—Adiós, Pompa de jabón.

Pero... Siento que algo no está bien.

Al día siguiente

Hoy me levanté extrañamente de buen humor. Ya hice el examen con el profesor particular que tengo; creo que me fue mejor de lo que pensé.

Estaba en mi habitación y analicé mi colección de discos, tenía un extraño orden (según Poppy). Detalladamente en letras: a,d,e,g,h,i,n,o,r,t por equivalencia de letras importantes en el idioma inglés que había aprendido por un criptograma en el escarabajo de oro.

Toqué levemente el disco doo-wops y hooligans, el preferido de Poppy; como siempre hay algo que me recuerda a ella.

Iba en camino a la clínica caminando para ver el clima del día hoy; estaba un poco luminoso, el garzo del firmamento era armónico con el colorado que parecían diminutos tiznes en el apolíneo añil acabado.

Parece a propósito.

Divisé en el retorno un pequeño café, parecía acogedor, llamado sunnyside. Un hombre de mediana edad me saludó con la mano.

Al llegar a la clínica observé a la madre de Poppy en la entrada; tenía los ojos rosáceos y una expresión de pocos amigos. Estaba el señor falkerhost —el padre de Poppy— con ella; él trataba de calentar sus manos cepillándolas rápidamente una contra la otra.

Me miraron de reojo y con cólera disimulada (no sé si se imaginan porqué).

Entré a la clínica; había gente que pasaban frenéticamente para allá y para acá, es extraño porque nunca era así.

Me topé con la doctora Black, ella me observaba extrañada.

—Junniper... ¿Qué haces aquí? Los padres de Poppy están afuera.

—Lo sé, vine a visitar a Poppy. —Ella se mostró cabizbaja—¿Qué sucede?

Ella se paso la mano por la frente y soltó un largo suspiro.

—Creo que no debería ser yo quien te lo diga.

—Sólo dilo, ¿se enfermó?

—Junniper... Poppy sufrió un colapso...

Abrí los ojos. Mi corazón dio un gran trastazo en mi tórax evitándome respirar —N-no me diga que...

—Junniper, Poppy no lo pudo soportar.

Por favor no lo diga en voz alta.

Y ahí... Sonó mi aforismo, lo que me dejó síncope, tratando de aguantar las ganas de irme al firmamento que ahora titilaban por la lágrimas que trataba de detener, sólo tratando... De no estoquear mi ser, lo único que me quedaba preguntándome, casi a mí mismo, quizás a Dios de que había hecho para merecer esta condena, del porqué no había acabado conmigo, yo sólo atraía desgracias, nadie tenía la culpa de eso, no lo valía.

—Poppy falleció.

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