Creo que me estoy volviendo experta en esto de escribir cartas de renuncia... en menos de un año ya he escrito dos... genial Clara, simplemente genial... vas a ser una desempleada otra vez...
Envío a imprimir el documento mientras aguardo a que Caro suba por el ascensor con los croissants que ha bajado a comprar, la verdad creo que es la primera vez que me niego a desayunar porque los nervios me están matando.
- ¿Todo listo Clara de huevo? – me pregunta mientras muerde un croissant y se limpia las comisuras de la boca donde un montón de miguitas se acumulan.
- No lo sé... estoy muy nerviosa – me siento en el sofá, levanto los pies y abrazo mis rodillas.
- Tranquila, primero haremos el guión de lo que vamos a decir... - toma una hoja de papel y comienza a anotar palabras.
Me tiende la hoja, la leo rápidamente, luego asiento con la cabeza y me pongo de pie para ir hasta la cocina, donde bebo un vaso de agua para tranquilizarme.
- ¿Aún tienes náuseas? – me pregunta Caro apoyándose en el marco de la puerta, tiene el ceño fruncido.
- Un poco, pero es por los nervios...
- No estarás embarazada Clara... - me atraganto con el agua y comienzo a toser.
- ¿Estás loca? – digo medio ahogada y Caro sonríe.
- Tienes los síntomas... - se justifica levantando las manos y riendo.
- No estoy embarazada... he tenido mi periodo hace dos semanas – hago las cuentas con mis dedos y luego niego con la cabeza.
- Bueno... yo sólo decía...
- No digas idioteces... - la regaño y termino de beber el agua. – Hagamos eso de una buena vez...
Regresamos al living y Caro decide que es mejor llamar desde su teléfono y, sólo por las dudas, bloquea el ID del móvil para que su número no quede registrado. Marca el número del laboratorio y lo pone en altavoz para que yo pueda escuchar.
- BioLab, buenos días – contesta la voz de una mujer del otro lado luego de que el tono sonara un par de veces.
- Buenos días, soy la secretaria de Belén Moyano, ella quiere saber si los resultados del estudio de ADN de su hija están listos...
- Deme un minuto señorita
Contesta la secretaria del otro lado y se escucha el golpeteo de las teclas de un ordenador. Caro y yo intercambiamos miradas ansiosas y aguardamos comiéndonos las uñas. Sólo falta que ponga la jodida musiquita y nos deje esperando toda la mañana.
- Los resultados están listos, pero dígale a la señora Moyano que debe venir a retirarlos personalmente o si envía a alguien, debe traer el documento de identidad de la niña o el suyo.
- Bien, muchas gracias por la información.
- De nada, que tenga un buen día.
Caro corta la comunicación y yo la miro frustrada. No podremos tener acceso a esos benditos papeles.
- Bueno Clara de huevo, parece que no renunciarás hoy... - me dice y yo arrugo la frente.
- ¿A qué te refieres?
- Bueno... necesitamos ese documento de identidad para poder retirar los estudios – me dice como si fuese lo más obvio del mundo.
- ¿Estás loca?, ¿Cómo carajo voy a conseguir eso?
- Yendo al trabajo hoy... tranquila, lo resolveremos juntas – me guiña un ojo mientras yo dejo escapar todo el aire de mis pulmones.
- Mierda Caro... estás loca...
- ¿Qué es lo peor que puede pasar?
- Que vayamos presas...
- No seas pesimista Clara...
Me reprende y me obliga a vestirme para ir a la oficina. Recojo mis cosas y bajo con ella para tomar el bus que nos llevará hasta el edificio.
- Tú entras como cada día a trabajar y yo espero unos minutos y luego entro...
Caro va planificando todo lo que haremos, yo la escucho pero mientras ella detalla todo, siento como si una sombra creciera a nuestro alrededor, creo que las cosas no saldrán tan bien.
Bajamos y yo me encamino hacia la cafetería para hacer la compra de siempre, Caro entra detrás de mí pero se queda sentada en una silla bebiendo de una taza mientras yo salgo con mi latté y el café con canela para mi jefa.
Empujo la puerta principal, sintiendo cómo mis manos tiemblan y sudan. Tamara me mira desde su escritorio con cara de pocos amigos y recuerdo la lista de mensajes y llamadas perdidas que nunca contesté.
- ¿Tienes idea de lo que me has hecho pasar el fin de semana? – pregunta poniéndose de pie y caminando hacia mí con los brazos en jarra.
- Lo siento Tami... de verdad, me fui de la fiesta descompuesta, creo que había bebido demasiado y luego me quedé unos días en casa de una amiga.
- Mierda Clara... tienes que contármelo todo...
- ¿A qué te refieres? – le pregunto frunciendo el ceño
- ¡A que te fuiste con el jefe! – exclama emocionada en un susurro para que nadie más escuche.
- ¡¿Qué?! – mierda... es lo único que me faltaba... que ahora ella crea que yo engañé a Gaspar con Mexy...
- Te vi, en el momento de los fuegos artificiales, se fueron juntos por la salida de emergencia... y él te susurraba al oído... ¡CLARA!, y tú que decías que no harías nada...
- Shhh! Cállate Tami... no sucedió nada, yo me sentía mal y él se dio cuenta porque estaba cerca, entonces se ofreció a acompañarme hasta afuera y pidió un taxi para mí.
Tamara frunció el ceño y pareció desinflarse. Fue la primera mentira que se me ocurrió, no podía decirle la verdad, que el jefe sexy era Max, mi ex jefe y que al mismo tiempo era el hijo de puta más grande sobre la faz de la Tierra.
- Oh!... yo pensé que te habías ido con él... - ahogué una risa al ver su cara de frustración.
- Debo ir a trabajar, hablamos en el almuerzo... ¿Belén ha llegado?
- Sí, está en su oficina y por si quieres saber, está de un humor de perros... llegó toda loca y lleva encerrada ahí todo el rato... no sé si yo le llevaría el café.
- Bueno, no lo tomaré yo... odio la canela – me encojo de hombros y le sonrío mientras me alejo por el corredor.
Escucho el resonar de mis zapatos sobre el piso mientras pienso cómo diablos haremos a conseguir los malditos documentos que nos hacen falta para retirar esos estudios... y si los estudios están listos, ¿Gaspar me mintió al decir que no había hecho aún los análisis?... un montón de dudas vuelven a invadir mi cabeza que siento a punto de estallar.
Camino hasta mi oficina y dejo mi latté sobre el escritorio junto con el resto de las cosas, luego tomo el café con canela de Belén y dando un largo suspiro, me encamino hacia su oficina. Me detengo frente a la puerta y miro nuevamente el cartelito "G.B. Moyano", me muerdo el labio inferior y levanto la mano para golpear. Toco dos veces y escucho los pasos en el interior y luego la puerta se abre de par en par. Ella me mira unos segundos como si no esperara encontrarme allí.
- Hola Clara, pasa por favor – se hace a un lado pero yo permanezco en mi sitio.
- Buenos días, sólo venía a dejar el café – le tiendo el vaso que ella sujeta
- Gracias – murmura y se queda mirándome, entonces suena su móvil que está sobre el escritorio.
- De nada, estaré en mi oficina si necesitas algo...
Ella asiente con la cabeza, mira el teléfono que sigue sonando. Yo sonrío y comienzo a alejarme, entonces ella cierra la puerta y yo vuelvo sobre mis pasos para escuchar.
- No quiero hablar contigo. La has cagado bien cagada... - me quedo parada al lado de la puerta, escuchando y conteniendo la respiración. Luego de un silencio vuelvo a escuchar – Sí, ha venido a trabajar hoy... eres un idiota, no deberías haberle mostrado el papel, se suponía que debías esperar... sí, ya sé que los modificaste. ¡Por Dios!, solamente ruega que no le haya dicho nada a él... Bien, almorzamos juntos y espero, por tu bien, que propongas alguna buena idea.
Regresé lo más rápido que pude hasta mi oficina y me encerré allí. Estaba hablado con Max, y de mí. Tomé el móvil de mi cartera y llamé a Caro.
- Lo haremos en el horario del almuerzo, la oficina estará vacía.
Caro dijo que entonces se iba a trabajar y regresaría más tarde para que lleváramos a cabo nuestro plan. Luego de escuchar a Belén hablar con Max, me convencí de que necesitaba llegar al fondo del asunto porque las dudas estaban aplastándome y no sobreviviría.
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En el horario del almuerzo le dije a Tamara que no me sentía bien y que era mejor quedarme trabajando, así que ella, luego de amenazarme y aclarar que no me dejaría en paz hasta que le contara TODO lo sucedido con el jefe en la fiesta, se fue a comer y me dejó sentada detrás de mi escritorio.
Caro llegó diez minutos más tarde, cuando la mayoría de los empleados del edificio se habían ido a almorzar.
- Vamos... tú entrarás a la oficina y buscarás mientras yo aguardo en la puerta.
Caminamos hasta la oficina de Belén, que también estaba vacía, ya que seguramente estaría comiendo alguna comida francesa por ahí en compañía de Max. La sola imagen de ellos dos comiendo hizo que se me hiciera un nudo en la garganta.
- Entra Clara de huevo, yo me quedo aquí
- Ok, ok...
- Si necesitas algo, silba
Prácticamente me empujó dentro de la oficina y cerró la puerta tras de mí. Camino directamente hacia el escritorio y abro los cajones que están tapados de papeles, nada importante por aquí. Suspiro resignada. En una esquina hay un mueble de madera con puertas de vidrio esmerilado que no permiten ver el interior. Lo abro con cautela y allí, entre un montón de libros y carpetas, está la cartera de Belén, frunzo un poco el ceño porque si yo saliera a almorzar con alguien me llevaría la cartera y mis cosas.
La tomo en mis brazos y la abro, en el interior hay un estuche de cosméticos, un perfume, una pequeña libreta de anotaciones y un montón de cosas que no vienen al caso. Descubro una pequeña especie de cartuchera de tela rígida, la abro y casi lloro de la emoción al ver que en el interior hay documentos. Su carnet de conducir, carnet de cobertura de salud. Hurgo un poco más y encuentro su documento de identidad y el de Cati. Recojo los dos y presto especial atención al de la niña. Allí, su nombre escrito en mayúsculas hace que mi corazón de un vuelco y que lance un grito haciendo que al momento Caro abra la puerta con cara de sorpresa.
- ¿Qué sucedió?, ¿lo encontraste? – me pregunta ansiosa y yo asiento con la cabeza sin poder hablar, contemplando la identificación de Cati que sostengo con dedos temblorosos. – Clara, ¿qué pasa?
Caro se me acerca pero no puedo emitir palabra, le tiendo la tarjeta que ella lee y sus ojos se abren como platos.
- Esto lo explica todo – me dice devolviéndome la identificación.
Vuelvo a leerla aún sin poder creerlo... allí, donde va el nombre, dice claramente:
"Ana Catalina D'Angelo Moyano"
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Holis =)... no me odien...