13. Te emborrachaste por un imbécil

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Llevo una mano a mi rostro, aún sin abrir los ojos, cuando un rayo de sol me da de lleno en la cara, maldigo en voz baja y giro en mi cama. Choco con algo y abro los ojos sobresaltada, luego suspiro. Ahí, al lado mío está Caro dormida. Mi cabeza duele como mil demonios, siento como si un rayo me atravesara el cerebro y saliera hacia el otro lado.

- Buenos días princesa – escucho una voz en un rincón y me siento en la cama haciendo una mueca de dolor. Dirijo mi vista hacia la voz y allí, sentado en una silla de playa está Gaspar.

- Hola – digo tímidamente frotando mis ojos y tratando de enfocarlo mejor - ¿qué haces aquí?

- Te trajimos con Caro anoche, estabas muy borracha... ella y yo bebimos un café y conversamos mientras tú roncabas, luego los dos nos quedamos dormidos... espero que no te moleste, la silla fue lo único que encontré.

- No importa... ¿qué hora es? – Gaspar sonríe y mira su celular.

- Las 2 – dice finalmente

- ¿De la tarde? – digo casi gritando – ¡mierda! – mi grito ha despertado a Caro que comienza a moverse al lado mío.

- ¿Qué pasa? – susurra ella con voz adormecida.

- Tengo que tomar un bus dentro de una hora... voy a casa de mis padres... mierda, mierda, mierda... - me levanto y comienzo a buscar el bolso donde meto un par de medias, ropa interior, dos mudas de ropa y luego corro al baño para tomar una ducha y cambiarme.

Cuando salgo del baño un olor a café recién hecho invade mis fosas nasales.

- Pensé que te vendría bien un café – dice Gaspar y por dos segundos pienso que no puede ser cierto que un hombre sea tan atento. - ¿te duele la cabeza Clara? – me pregunta

- Un poco...

- Ten – dice extendiéndome un analgésico y un vaso de agua – esto te hará bien... te ayudará a dormir en el viaje también... ¿necesitas que te lleve a la estación? Aún no he devuelto el auto.

- Gracias... eso sería genial – digo luego de tomar la pastilla que él me ha tendido. Lo miro un momento, tiene ojeras y estoy segura de que debe dolerle cada músculo de su cuerpo por haber dormido en esa silla, sin embargo no se ha quejado.

- Siéntate a desayunar Clara... - señala la mesa donde hay tres tazas servidas y croissants

- ¿Dónde está Caro? – pregunto con el ceño fruncido.

- Está cambiándose en tu habitación – escucho el ruido de la puerta abrirse y cerrarse y a los pocos minutos mi amiga aparece.

- Nunca más bebas así – me reprende ella, Gaspar sonríe y yo siento mis mejillas arder

- Lo siento Caro... de verdad...

- Luego hablaremos sobre eso – ella se sienta y lleva la taza de café humeante a sus labios. – Es mil veces mejor que el café de Carlitos – ríe y yo la sigo.

- ¿Quién es Carlitos? – pregunta Gaspar y nosotras reímos aún más fuerte

- Es el chico de la cafetería en el trabajo – contesto y él simplemente asiente con la cabeza.

Finalmente guardo mi laptop en la mochila y la cierro. Gaspar me mira desde el sillón del living, donde está sentado. Está vestido como anoche, con una camisa negra, un jean y zapatos. Su pelo está desordenado y sus ojos marrones fijos en mí. Tiene una chaqueta en la mano que comienza a colocarse cuando ve que yo también estoy abrigándome.

- Chicos, yo me voy... - anuncia Caro recogiendo sus cosas. Se ha vestido con la ropa que traía ayer y en la bolsa de papel está la que utilizó para salir.

- Gracias por todo amiga – le digo estrechándola en mis brazos, ella me guiña un ojo.

- Caro, ¿quieres que te lleve en el auto antes de ir hasta la estación? – pregunta Gaspar y yo asiento con la cabeza.

- Sí Caro, así no debes ir en bus – mi amiga asiente un poco de mala gana.

Gaspar se ha ido a buscar el auto mientras Caro y yo esperamos en la acera de mi edificio. Ella tiene un gesto sombrío y sospecho que está enojada conmigo.

- Ok, dispara... ¿qué pasa?

- Clara... ¿eres ciega acaso?

- ¿A qué te refieres? – la miro con el ceño fruncido y acomodo un poco mejor la mochila en mi hombro.

- Ese chico está loco por ti, o al menos lo parece...

- ¿Gaspar? – pregunto abriendo desmesuradamente los ojos.

- Sí... - Caro blanquea los suyos y me mira de soslayo – no seas idiota Clara...

- ¿Por qué me dices eso?

- Porque él anoche fue a la fiesta sólo por ti, pasó la noche durmiendo sentado en una silla de playa por ti, preparó un delicioso café sólo para ti... Te envió un desayuno sorpresa en tu cumpleaños... Consiguió mi número para preguntarme cuál era tu tarta favorita, ¿Sabías eso? – niego con la cabeza, de repente siento un nudo en el estómago, no sé qué decir – Y tú.... Y tú...

- ¿Y yo qué? – pregunto un poco insegura de querer saber lo que va a decir

- Tú te emborrachas por un imbécil – finaliza la frase sin mirarme a la cara, su tono es de total enojo.

- ¿QUÉ? – la obligo a mirarme

- Anoche... No me mientas Clara, te conozco y tú misma lo dijiste... te emborrachaste porque Max llegó a la fiesta y te vio bailando con Gaspar y se fue – de repente una oleada de culpa me recorrió por el cuerpo, recordé la figura de mi jefe en la puerta del salón, nuestros ojos encontrándose y la forma en que después de que se fuera no me importó más nada. – No seas idiota Clara... Max no vale la pena, sólo lograrás perder tu trabajo y tener problemas, es un mujeriego empedernido... Gaspar parece ser buen tipo.

Me quedé callada y no pude decir más nada porque el auto rojo estacionó frente nuestro y él se bajó. Acomodó su campera para protegerse mejor del frío y me sonrió. Tenía círculos negros alrededor de sus ojos y unas pequeñas patas de gallo se marcaban en los contornos de sus ojos. Él me había visto buscar a Max luego de alejarme, me había visto tomar sin control y se había quedado a mi lado pese a todo. Me carcomía la culpa y no pude decir ni una palabra más.

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Medejó en la estación y cargó mi bolso. Me acompañó hasta la plataforma y cuandoel conductor cortó mi boleto, me dio un abrazo corto y un beso en la mejilla.Acomodó mi cabello detrás de la oreja y me susurro que tuviera un buen viaje yme cuidara. Yo le agradecí con un nudo en el estómago y lo abracé una vez más.Cuando el bus salió de la estación y lo vi aún parado en la plataforma saludándomecon su mano en el aire sentí una puñalada en el estómago.    

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Hola a todos mis lectores ^^ gracias por su apoyo...  

Te amo, Idiota #1: El café no se toma quemadoWhere stories live. Discover now