14. Abrazo de oso superpoderoso

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Luego de tres largas horas de viaje con mis pensamientos torturándome con las palabras de Caro, llego a destino. Recojo mi mochila y bajo del bus para buscar mi bolso. Camino un par de metros por la plataforma y diviso a mi padre que agita sus brazos para llamar mi atención, no puedo evitar sonreír y sus brazos enormes me rodean en un delicado abrazo.

- Hola mi amor, ¿qué tal el viaje?, tu madre está en casa decorando tu torta de cumpleaños – me sonríe mostrando todos sus dientes.

- Papi... te extrañé tanto.... – él frunce el ceño y me mira

- ¿Estás bien princesita? – yo asiento con la cabeza.

- Sólo quiero un abrazo de oso superpoderoso – él ríe. Cuando yo era pequeña solíamos jugar, él era el villano y yo la superheroína, secuestraba una de mis muñecas y la escondía en algún lugar de la casa, decía que sólo podría ser liberada por el poder del "abrazo de oso superpoderoso", entonces yo corría enredándome en la sábana que utilizaba como capa y lo abrazaba tan fuerte que el villano se volvía bueno.

- Vamos al auto hermosa, mamá está esperándote para torturarte un rato – yo sonreí mientras él me abrazaba por los hombros y cargaba con mi bolso.

Cuando papá abrió la puerta de casa, el olor familiar a sahumerios de jazmín invadió mis fosas nasales, mezclado con olor a pintura fresca y barníz. Mamá había sido profesora de arte y ahora que estaba jubilada se dedicaba a hacer artesanías, pintar cuadros y restaurar muebles.

La mujer más hermosa del mundo, con un delantal atado a su cintura, su cabello oscuro y corto, su preciosa sonrisa maternal y manos llenas de crema, apareció en la puerta de la cocina.

- ¡Clara! – gritó de alegría y yo le di un beso en la mejilla

- No voy a dejar que me abraces con esas manos – exclamé mientras reía y ella las lavaba en el grifo.

Sobre la mesa había un pastel de chocolate decorado con crema y fresas. Se me hizo agua la boca sólo con mirarlo.

- Chocolate... - susurré conteniendo el hilo de baba que amenazaba con caer por las comisuras de mi boca.

- Sigues igual que siempre – dijo mi mamá mientras movía la cabeza de lado a lado. - ¿Tu hermano vendrá?

- La verdad que no sé nada mami, pero supongo que no, no le he visto hoy... debe estar con Victoria – Mamá asintió con la cabeza y volvió a sonreir.

- Esta noche cantaremos el feliz cumpleaños. Carla y Fran vendrán.

Carla y Francisco son mis mejores amigos de toda la vida, un par de rebeldes sin causa. Cuando éramos adolescentes nos cansamos de hacer travesuras y meter la pata miles de veces.

- Quizás también vengan Sole y Pedro, aunque no han confirmado – Bien... ahí está... la pareja feliz a la que ayudé a juntarse a pesar de que estaba enamorada de Pedro... ya les conté esa historia ¿Verdad?...

- Bien... Mami, voy a acomodar mis cosas, ya regreso –

Caminé hasta mi habitación. La puerta estaba abierta, mamá había puesto sábanas limpias y colocado perfume para telas, la habitación olía a campos de lavanda y brisa de montaña. Dejé el bolso en un rincón y me dejé caer sobre el colchón. Hurgué en el bolsillo de mi jean y saqué mi teléfono, busqué a Gaspar entre mis contactos y decidí enviarle un texto.

"Ya llegué a casa de mis padres... Me siento mal contigo, perdón por lo de anoche y gracias por todo lo que hiciste por mí"

Lo envié y a los pocos minutos el móvil vibró anunciando un nuevo mensaje.

"No fue nada, me alegra que estés bien... la próxima vez no bebas demasiado (emojie que guiña un ojo)"

"Dalo por hecho..."

"¿Qué haces?"

"estoy recostada en mi cama, en un momento debo bajar, mamá invitó algunos amigos para celebrar mi cumpleaños... ¿y tú?"

"Estoy yendo al trabajo, hoy me toca turno noche en el restaurant... que disfrutes de tu celebración, mil besos para mi princesa"

"Suerte en el trabajo... besos"

Sentí un retorcijón en mi estómago, suspiré hondo y dejé salir el aire lentamente. Me sentía culpable, él debía trabajar esa noche y no había podido descansar nada por mí... Estaba confundida. Gaspar podía ser tan dulce, parecía tan perfecto... ¿por qué no podía dejar de pensar en Max?...

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Carla y Fran me estrujaron en un abrazo y me obligaron a contarles todo acerca de mi vida en la ciudad, prometieron ir a visitarme y pasar unos días los tres juntos como varias veces habíamos hecho.

- ¿Ya hiciste la chanchada? – preguntó Carla entre risas mientras los tres estábamos sentados en el living de casa viendo una película a la cual no prestábamos atención. Mis padres se habían ido a dormir.

- Carla no seas idiota – le di un golpe con uno de los almohadones del sofá mientras Fran reía.

- No soy idiota, sólo pregunto... hace rato que estás en edad de merecer – blanquee los ojos.

- Ella tiene razón Clara... ya deberías dejarte de tanto teatro... para mí que hace rato que le conoció la cara a Dios y nos toma por imbéciles – Carla estalló en carcajadas y yo también.

- No sabes lo que te pierdes amiga – Carla suspiró hondo y Fran sonrió

- No te preocupes Clari, podemos explicarte todo para que ese momento no sea tan incómodo... mira la mejor posición es..

- No quiero tener esta conversación, definitivamente no... - Carla y Fran carcajearon una vez más y yo me quedé con la duda de saber cuál es la mejor posición... maldito pudor...

Nos quedamos viendo la película un rato más y cuando los chicos se fueron yo simplemente caí rendida en la cama, cansada de todo... Había sido sin dudas el cumpleaños menos deseado para mí...

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Por favor, comenten qué les está pareciendo hasta aquí... alguna sugerencia para hacer?, algún cambio?, me gustaría conocer su opinión... prefieren capítulos más largos o estamos bien así? díganme... la próxima actualización será de acuerdo a cómo se porten con sus comentarios... gracias!

Valerie 

Te amo, Idiota #1: El café no se toma quemadoWhere stories live. Discover now