37. Trabajo nuevo, jefa nueva

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Ya llevo una semana trabajando en la Revista Espiral. Me han puesto a trabajar en Redacción y sí, mi trabajo finalmente tiene que ver con la economía. Mi jefa es la mujer de cabello castaño cobrizo con mechones rojos. La puerta de su oficina tiene un cartel que dice "G.B. Moyano" pero yo le digo Belén. Ha resultado ser bastante simpática, es mi jefa por cuestiones jerárquicas y porque forma parte del Comité Directivo, pero la columna de economía de la revista está a mi cargo completamente.

En el edificio no hay cafetería como solía haber en mi antiguo trabajo, pero en la esquina hay un pequeño bar donde sirven un delicioso Latté que obviamente no hace sombra al de Delicity.

Belén me ha encargado que todas las mañanas pase por allí y le lleve un café con canela para ella. Así que en este momento me encuentro caminando por la acera con los dos vasitos de café para llevar. Golpeo la puerta de su oficina y escucho un "adelante", así que paso, la verdad es que tener una jefa mujer es mil veces mejor.

- Buenos días Clara – me saluda con una sonrisa.

- Hola Belén, aquí está su café – saco del cartón su vaso y lo coloco sobre el escritorio.

- Gracias Clara...

- Nos vemos luego – la saludo y cierro la puerta al salir.

He colocado un par de cuadros en mi oficina, son fotografías ampliadas de flores porque me encantan. Tengo la idea de traer fotografías de Gaspar y yo pero aún no he tenido tiempo de mandar a imprimir ninguna.

Me siento en mi escritorio y enciendo el ordenador. Suspiro hondo y comienzo a redactar. Belén me ha pedido que prepare varios escritos para que ella los corrija y vea cómo trabajo, así que me pongo manos a la obra con eso.

Al cabo de un rato el celular comienza a sonar en mi cartera, así que atiendo la llamada con una sonrisa al ver que es Vivi, mi ex compañera de trabajo.

- Hola Vivi – la saludo

- Hola Clara, te llamaba para saber cómo hacemos con la organización de la fiesta de cumpleaños de Caro.

Caro cumple años en dos semanas y antes de renunciar había comenzado a organizar junto con las chicas de la oficina una fiesta, pensaba en una discoteca porque sería el lugar donde Caro mejor lo pasaría, y habíamos pensado entre todas en una disco nueva que se llama "Nubes".

- Genial Vivi, estuve pensando y averiguando, debemos armar la lista para la disco y luego invitar a la gente. Pensé en hacerle una fiesta sorpresa... ya sabes cómo es Caro y estaría bueno que pensara que nos hemos olvidado de su cumpleaños – reí con malicia.

- Me parece espectacular tu idea Clara... haremos eso... ¿Puedes ponerte de acuerdo con su novio?

- Sí, sí, yo hablo con Juan, no te preocupes.

Luego de hablar unos momentos más con ella cuelgo la llamada... tengo mucho trabajo por delante para organizar esa fiesta... ¡Qué suerte que mi novio es Chef!, ya lo convenceré para que haga la torta de cumpleaños para Caro.

El teléfono de la oficina comienza a sonar y Belén me pide que vaya hasta su oficina, golpeó la puerta con suavidad y ella me abre.

- Clara, disculpa, ¿podrías hacerme un favor?

- Sí, dime...

- Tengo que salir por unos minutos, ¿podrías llevar estos papeles a Edición?

- Claro que sí – recogí las carpetas que me tendía.

- Habla con Gabriel, él es el encargado de Edición, dile que vas de parte mía. Yo debo salir y volveré en un par de horas.

Al salir de la oficina caminé hasta el escritorio de Tamara porque es con la que más relación he establecido luego de Belén en esta primera semana de trabajo, así que voy hasta su escritorio y la encuentro comiendo unos confites.

- Tamara, ¿cómo voy hasta Edición? – le pregunto con los brazos cargados con las carpetas, ella levanta la vista y traga los confites.

- Sigue por el pasillo y verás las escaleras, sube hasta el primer piso, doblas a la izquierda y te encontrarás con Patricia, ella es la secretaria de Gabriel que es el encargado de Edición... ¿Quieres? – me ofreció la cajita de confites con una sonrisa.

- No gracias Tami, no puedo... cuando vuelva - le guiñé un ojo – o sea, subo las escaleras hasta el primer piso, doblo a la izquierda, hablo con Patricia y busco a Gabriel – ella asintió con la cabeza – ¡gracias!

Y así me encaminé hacia dónde ella me mandaba. Patricia me recibió con una sonrisa y luego de hablar con su jefe por teléfono, me indicó que pasara a una oficina que tenía en su puerta pegado un cartelito que decía "G. López". Golpeé y un hombre bastante alto me abrió.

- Buenos días, soy Clara Rigotzi, de Redacción, Belén Moyano me pidió que le trajera estos papeles – le digo mostrando las carpetas que traigo en brazos.

- Bueno, puedes dejarlos sobre el escritorio. Dile que los veré luego... gracias... Clara ¿verdad? – asentí con la cabeza.

- Gracias...

Salí por la puerta y volví a caminar hasta mi oficina. Tamara me dio un par de confites cuando pasé por su escritorio y yo regresé a mi ordenador.

A las ocho y media de la noche, sí, el horario es un poquito más complicado que en mi antiguo trabajo, pero prefiero mil veces salir casi dos horas más tarde que verle la cara a Max... como decía, esperé el colectivo que me llevaría hasta la casa de Gaspar. Cuando me bajo frente al ya familiar edificio de ladrillo visto, lo encuentro sentado en el escalón de la entrada.

- Hola – le digo y él levanta la mirada de su celular y me sonríe.

- Hola princesa – se pone de pie y me abraza. Huele tan rico....

- ¿Qué haces aquí afuera?

- Te esperaba...

Mete la mano en el bolsillo de su pantalón y saca la llave para abrir la puerta de entrada y vamos juntos hasta su departamento.

- ¿Quieres que busquemos alguna peli para ver más tarde? – me pregunta mientras yo dejo mis cosas sobre la mesa.

- Bueno...

- Busca aquí – señala una pila de DVDs que yo me acercó para mirar mejor - ¿Qué tal el trabajo?

- Bien... estoy acostumbrándome... aún me cuesta un poco ubicarme en el edificio... pero voy aprendiendo de a poco...

- ¿Qué tal tu jefa?

- Bien, Belén es muy amable, aunque hoy salió a la mañana y no volvió en todo el día. Tamara me dijo que tiene una niña y por eso a veces tiene que irse.

- No sabía que tenía familia... - comentó él.

- Yo tampoco... creo que es mamá soltera – dije y después saqué del montoncito de películas "300" y se la señalé.

- ¿En serio?... es viejísima amor...

- Sí, pero esta peli me hace acordar a ti – Gaspar frunció el ceño y luego dejó escapar una carcajada.

- Porque mis abdominales son iguales a los del rey Leónidas ¿verdad? – se levantó la camiseta mostrando su abdomen que entre nosotras, no está nada mal...

- Claro... - reí con él

- ¿Por qué te hace acordar a mí? – preguntó no muy convencido con mi respuesta.

- Porque es la peli que estaba viendo cuando me llamaste por primera vez para invitarme a cenar aquí... - sentí mis mejillas arder y él sonrió.

- ¿En serio?... ¿es una especie de ritual entonces?

- ¿Ritual de qué? – pregunté mirándolo seria.

- Ritual de amor – me dijo con voz sexy, en un susurro mientras se acercaba peligrosamente.

- ¿Qué haces? – dejé escapar una risita y después salí corriendo pero él me alcanzó rápidamente.

Eres míaClara... no te olvides... - me guiñó un ojo y me besó con pasión... la película iba atener que esperar...    

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Holita!!!

Te amo, Idiota #1: El café no se toma quemadoWhere stories live. Discover now