TRUST ME© El amor rompe todas...

By ernovels

8K 362 46

Sinopsis Todos tenemos secretos dolorosos que nos hacen cambiar drásticamente y ver la vida de otra manera. K... More

PREÁMBULO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Epílogo
Nota de la Autora
Entrevista a Jason Timberlake. Por C.J. Arcos

Capítulo 11

197 7 1
By ernovels

—¿De qué hablas, mamá? —pregunta Tom con cara de confusión frustrada.

—¿No recuerdas? la niña rubia que era tu novia, cuando vivíamos en Los Angeles —le recuerda la mamá de Tom a su hijo.

—¿Maggie? ¿Los Angeles? Creo que tengo algunos recuerdos, pero no lo sé muy bien. Hace mucho que no visito Los Angeles —responde Tommy.

—Trabajé en la casa de los padres de Maggie y tú solías ir a visitar a menudo —le explica la mamá de Tom a Jason.

—Creo que recuerdo, pero no me acuerdo de usted —esboza Jason.

—Es que solo te veía de lejos —le responde la mamá de Tom a Jason con una sonrisa en su rostro.

—Ahora todo tiene sentido —dice Tom en voz baja.

—Pero jamás volviste después de ese año. De hecho, no volviste desde que Tommy y ella empezaron a salir. Se me hace que pusiste celoso porque no te prestaba mucha atención —dice ella—. Pero es tu prima, ella te iba a querer igual, solo que tenía que prestarle atención a su nuevo novio.

—Por supuesto, era su deber —responde Jason mientras sigue comiendo del pavo.

El resto de la cena él se mantiene en silencio al igual que todos, excepto la mamá de Tommy que continua haciendo historias. Al terminar la cena, Tom se levanta de la mesa junto a nosotros y nos dice:

—Qué lástima que tengan que irse tan temprano.

—¿Y ya se van? ¿Tan pronto? —una mirada triste se asoma en ojos de la madre de Tom.

—Sí. Tenemos algunos deberes que completar. Pero le prometo que volveremos, porque si el pavo le queda así, no quiero imaginar otras cosas. Fue un placer conocerla, Mich —dice Jason mientras sostiene su mano.

—Gracias, cariño. Fue un placer conocerte, eres el amor hecho persona.

—Gracias —él le da un beso en la mano.

—Cariño, cuida bien este caramelito, no andan así en todos lados —me guiña un ojo.

—Está bien. Y gracias por todo —le respondo.

Salimos del apartamento y al ver el auto, noto que le falta algo.

—¿Jason? —le digo algo confundida—. ¿Jason? —él me ignora porque está mirando algo en su celular.

—¿Qué sucede?

—Mira tu auto —Tom desde lejos grita:

—¡Mierda!

—Demonios se han robado los neumáticos —Jason se ha puesto del rojo más escarlata que jamás haya visto a una persona. Eso me asusta.

—¿Y qué se supone que hagamos ahora? —le pregunto.

—Llamemos a la policía —él agarra el teléfono y marca a la policía—. ¿Sí?— responde—. Ha habido un robo. Sí, aquí mismo. Se han robado mis neumáticos. ¿Cómo que no pueden hacer nada? ¿Ni siquiera van a investigar?... No, no hay ningún herido.

—¿Qué te dijeron? —pregunto.

—Dicen que hay casos más importantes, pero que este está en lista. Que es poco lo que se puede hacer porque hay miles de neumáticos iguales. Solo queda llamar un taxi e irnos.

—Lo siento mucho, no pensé que algo así sucediera —dice Tommy disculpándose.

—Está bien. No es tu culpa —Jason le responde con condescendencia mientras marca al servicio de taxi.

—Siento lo de mi mamá. Te juro que ni yo mismo me acordaba —se disculpa Tommy.

—Créeme, yo tampoco. Pero no te preocupes es el pasado.

—Así es.

El taxi llega, así que salgo del apartamento y me despido de las chicas.

—Adiós. Nos vemos pronto —le digo mientras agito mis manos.

—¿Dejarás el auto toda la noche? —pregunta Tommy.

—No. Una grúa viene en camino. Lo llevaran al taller.

—Bien. Pues nos vemos.

Nos alejamos y subimos hasta el auto.

—Jamás pensé que algo así sucedería.

—Yo tampoco —dice él con voz serena.

—¿Estás bien? —pregunto al notar su voz más tranquila de lo normal.

—Roban mi auto. Me restriegan el pasado en la cara. No, realmente no lo estoy —me dice mientras recueste su cabeza en mi hombro.

—¿Quieres hablar de ello ahora? —le digo mientras acaricio su barba creciente.

—Claro. Es mejor hacerlo ahora, te lo iba a contar antes, pero nos interrumpieron.

—¿Cómo es eso que tienes una prima?

—Es mentira, supongo que eso lo inventó Tommy para protegerme —él lanza una mirada de ironía—. Ella realmente era mi novia cuando eso, tenía 17 y ella tenía 15, Tom era más chico que nosotros. El punto es, que Maggie era mi novia, y de repente conoció a Tommy, y ella simplemente me dijo: "Conocí a alguien más y me gusta más que tú. Terminamos". Fue realmente duro, y mucho más duro, porque fue con un niño. Ella de verdad me gustaba, pero solo se fue y me dejó. Me rompió el corazón. Después de ese día prometí que jamás confiaría en una mujer, por eso mi actitud posterior.

—¿Entonces odias a Tom por qué tienes miedo que pase lo mismo?

—No va a pasar lo mismo. Lo conociste primero a él. Supongo que la historia medio se invirtió en esta ocasión, pero no me gustaría que me vuelva a quitar lo que es mío.

—No lo voy a permitir —me recuesto en su brazo y seguimos el camino en silencio.

—Despierta, princesa. Ya llegamos —escucho su voz, mientas siento sus labios sobre los míos.

—¿Tan pronto? —digo en medio de un bostezo.

—Sí. Ven vamos a bajar ¿o tengo que cargarte?

—No. Yo bajo sola —bajo antes de que se le ocurra cargarme hasta la puerta. Toco el timbre e Isabella abre la puerta.

—Ya llegaron. Genial. Los esperaba más tarde.

—Sí. Volvimos un poco temprano —le respondo.

—¿No vas a pasar Jason? —dice Isabella.

—Tengo que resolver un problema del auto en el taller. Pero nos vemos después. Te lo prometo. Así que buenas noches, señoritas, nos vemos pronto —se acerca y le da un beso en la mejilla a Isa y luego sigue con un beso para mí y se retira en el taxi.

Entramos a la casa y nos sentamos en el sofá que está frente al televisor.

—¿Qué sucedió con el auto? —pregunta Isa un poco confundida.

—Se robaron los neumáticos mientras estábamos cenando en la casa de Tommy.

—¿En serio? —dice sorprendida—. ¿No había guardián o algo en su casa? En todas las casas guay hay guardianes.

—Él no vive en una casa "guay" como dices. Es un vecindario normal, de familias normales, clase media.

—¿Él no está en Harvard? ¿Cómo es que no es rico? —pregunta.

—No lo sé. Jamás ha hablado de eso. Y que yo sepa Harvard no da becas. Su mamá es cocinera, por más bien que gane, no creo que pueda costear la universidad.

—¿Le vas a preguntar?

—Por supuesto que no, no quisiera que pensara que soy alguna chica fresa que me importa dónde vive y cómo.

—¿No te importa? ¿Si te hubieras enamorado de él, te quedarías con él aun sabiendo, su condición económica?

—Claro, por Dios, quién crees que soy. Jamás estaría con nadie por su condición económica.

—No es lo mismo Kim. Tus pasatiempos no son los de los chicos clase media.

—Claro que no importa. Y olvidemos eso. Me voy a dormir. Me levantaré temprano para estudiar Literatura mañana en la mañana.

—Está bien. Descansa. Yo me quedaré un rato viendo televisión.

Camino a mi cuarto, reviso el teléfono y veo un mensaje de Tom en el Whatsapp.

Tommy: Kimberly, perdóname por el inconveniente de esta noche. No sabía que algo así pasaría, todavía no conozco mucho a esta gente del vecindario, no sabía que tenían tan malas costumbres.

Tommy: Y dile a Jason que me disculpe. Ni siquiera yo sabía lo que había sucedido. No recordaba que era. La verdad es que ha cambiado mucho desde entonces.

Kimberly: No es tu culpa. Ya sabemos que tendremos que volver en taxi para la próxima.

Kimberly: Y no te preocupes por Jason, él tampoco recordaba eso.

Tommy: Quizás pensaste que era igual que ustedes. Espero no haberte decepcionado.

Kimberly: ¿A qué te refieres?

Tommy: A mi casa, mi vecindario, mi familia.

Tommy: Quizás pensaste que era rico. Espero no haberte decepcionado.

Kimberly: No sé por qué piensas eso. Es cierto, me sorprendí, pero nada más. Eres de las mejores personas que conozco, y tener o no una cuenta de banco jugosa, una casa enorme y carro de lujo jamás te harán mejor persona de lo que ya eres.

Tommy: Gracias.

Kimberly: No me des las gracias, es solo la verdad.

Tommy: Te prometo que mañana te cuento bien, como llegué hasta aquí y todo eso y porque entré en Harvard.

Tommy: Creo que es justo contártelo después de todo.

Kimberly: Escucharé cualquier cosa que me quieras decir.

Kimberly: No cambiará lo que pienso de ti.

Tommy: Te quiero, gracias por la cena. La pasamos genial. (un poco)

Kimberly: ¡jajaja sí! Duerme bien.

Le envío un mensaje a Jason también.

Kimberly: Déjame saber cuándo llegues. No me dormiré hasta que estés en casa.

Mi teléfono suena.

—Hola —digo con una voz dulce.

—Voy camino a casa, en mi auto y con cuatro gomas.

—Menos mal. Me llamas cuando llegues. No hables mientras conduces. Besitos —le cierro el teléfono.

Ha sido un día bastante productivo. Por primera vez, en estos meses logré que Jason y Tommy se dieran una pequeña carcajada juntos, algo que pensé jamás sucedería por la reticencia que existía entre ellos, sin embargo, ya entiendo todo, ese mal humor que se irradian empezó a tener sentido, data de muchos años atrás. Es curioso como nuestro corazón recuerda cosas que no somos capaces de identificar. El hecho de odiar a alguien y no conocer el motivo real es algo terrorífico. Parece que hay algo de cierto en eso de que nuestro espíritu recuerda lo que vivió nuestra alma en vidas pasadas y que pase lo que pase, sin importar hace cuántas vidas sucedió eso, sus almas terminarán encontrándose en todas las vidas siguientes, hasta que sus espíritus se sientan liberados y perdonados. Claro, en el caso de Tom y de Jason no es tan exagerado como "vidas pasadas" por lo menos es lo que pienso.

Siento como mi celular vibra y me saca de mis cavilaciones

Jason: Estoy aquí.

Jason: Imagen.

Es una foto de Jason con una bata de baño, una toalla envuelta en la cabeza y unas pantuflas.

Kimberly: Oh por Dios. ¿Saliste de un spa o algo así?

Jason: Estoy en mi sesión semanal de belleza.

Kimberly: Eso se escucha muy gay. Jajajaja

Jason: Pero no lo es, solo me estoy cuidando. Eso es ser metrosexual.

Kimberly: "Metrosexual" wow. Ya entiendo de donde tanta guapurrencia.

Jason: ¿Guapurrencia? Te pasaste jajajaja

Kimberly: ¿Y en qué consiste tu rutina de belleza?

Jason: Me lavo el cabello y me pongo crema en todo el cuerpo... y una que otras cosas más.

Kimberly: Me intriga un poco saber eso. ¿Qué otras cosas?

Jason: Algunas cosas relacionadas con crema depiladora y cosas así. No querrás saber.

Kimberly: SÍ QUIERO SABER. CUÉNTAME.

Jason: Me estoy depilando.

Kimberly: ¿Las piernas? Me gustan tus piernas velludas es suave. No te quites eso.

Jason: No, no son las piernas.

Kimberly: ¿Y qué es entonces?

Jason: Algo más arriba de las piernas pero esta debajo de mi barriga.

Jason: Vas a ser doctora, debes saber algo de anatomía.

Kimberly: oh.

Jason: ¿oh?

Kimberly: Tengo calor.

Jason: Yo también.

Kimberly: Me voy a dormir. Espero que crezca unos centímetros más con el área podada. Te amo.

Jason: No querrías que eso sucediera. Por tú bien.

Kimberly: Eso espero.

Jason: Te amo Princesa.

Kimberly: Yo te amo más mi príncipe.

El campus esta considerablemente vacío, ya la mayoría de los estudiantes se han ido de vacaciones, pero nosotros aún estamos aquí. Tratando de batallar con el último examen de este cuatrimestre.

Tom y yo fuimos a ver el juego ensayo de baloncesto, previo a la gran final de la temporada de este año. Al salir de allí y luego de darle un gran abrazo a mi hermanito súper estrella, el cual no veo muy a menudo después de que está casi mudado en la casa de su novia, salimos a tomar un café en la cafetería de la universidad y conversar un poco.

—Te dije ayer que iba a contarte sobre como llegué a Harvard. Pero primero lo primero. Como sabes, mi mamá es cocinera, trabaja en un restaurante importante en Los Angeles, trabajé allí con ella en la cocina, cortaba algunas verduras de vez en cuando en realidad. Su jefe, el señor McAdams, me preguntó que si estaba yendo a la escuela. Le dije que sí, que estaba en último año —él hace una pausa para revisar la hora en su celular.

—Si tienes que irte, podemos hablar luego de esto —le digo al notarlo un poco ansioso.

—No. Es solo que jamás le había contado esto a alguien más es un poco incómodo —confiesa.

—Tom, no tienes por qué darme explicaciones. Si no te sientes cómodo haciéndolo, no lo hagas. No te preocupes por lo que pueda pensar.

—Quiero hacerlo. Más de lo que te lo imaginas. Déjame continuar.

—Está bien. Te escucho —y le sonrío mientras paso mi mano por su brazo.

—Él me dijo que si podía mostrarle mis calificaciones, así que al día siguiente le llevé mi reporte y pensó que estaba excelente, me dijo que quería apadrinar un estudiante y que yo era el mejor candidato para ser su ahijado. Me preguntó qué universidad "privada" quería escoger. Nunca me decidí, así que él decidió por mí y aquí estoy. La verdad es que nunca quise aceptarla, es como si le fuera a deber algo a alguien por el resto de mi vida. Pero le prometí a mi madre que iba a pagarle hasta el último centavo que está pagando por mí cuando empiece a trabajar en mi profesión.

—Fue un bonito gesto de parte de ese señor. Mi mamá quiso hacer algo así con mi mejor amiga Isa, pero su padre no aceptó.

—Es difícil, no sabes las noches de sueño que he perdido pensando en eso. Incluso no han sido una ni dos veces los momentos en que he pensado abandonarlo todo e irme a trabajar o estudiar en la estatal de Los Angeles. Pero no puedo hacerle eso a mi madre.

—Ten fuerza. Solo dale gracias a Dios porque vas a hacer realidad tu sueño de ser doctor. Estoy segura que serás el mejor y el señor Mc, no se sentirá arrepentido jamás de su ayuda.

—Gracias por tus palabras. En serio sé que me servirá haber liberado esto un poco de la carga emocional. Además, quiero conseguir un trabajo, para ayudar a mi mamá con la casa y la escuela de mi hermana.

—¿En qué quieres trabajar? —pregunto. Quizás pueda ayudarlo.

—No lo sé. En lo que sea, aunque desearía que fuera un trabajo en un hospital, así tendría más experiencia médica. Estoy haciendo un curso de paramédico en la Defensa Civil, podría ser enfermero —él se ríe.

—¿De qué te ríes exactamente? —le digo contagiándome de su risa.

—Es solo que los enfermeros me dan un poco de risa, y estaré a punto de ser uno.

—Un enfermero sexy no cae mal a una chica enferma —le sonrío.

—Una enfermera sexy tampoco, y no hay muchas. Deberías venir al curso conmigo.

—Lo pensaré —le digo mientras tomo el último sorbo de mi café. Seguimos conversando por unos minutos y salimos hasta el estacionamiento en donde esperaré a Jason para despedirme de él antes de su viaje.

Jason aparece con dos maletas. Me doy cuenta que viene arrastrando una gran maleta rosa. Maldigo para mis adentros y sé que la compañera de estudios de Jason está por allí.

—Te voy a dejar para que te despidas de tu novio. Nos vemos luego —dice dándome un beso en la mejilla. Él saluda a Jason con la mano y se va.

—Wow, Jason, no sabía que te gustaba el rosa. Ahora tendré que decirte "principeso" —me rio a carcajadas.

—Sí. Es uno de mis secretos, pero no pude resistirme a este color cuando lo vi en la tienda —se rie. Él se acerca a mí despacio, siempre tratando de crear expectativa y me da un beso suave, pero profundo en los labios.

—Te extrañé esta mañana con lo de las frases. ¿Cuál era la de este día? ¿No hay alguna?

—Claro que la hay. Solo que olvidé mi celular en el auto. Dice así: "Aunque exista el amor en una relación, la confianza es lo más importante para que perdure." Confía en mí. No dejaré que abusen de mí. He sobrevivido todo este tiempo.

—Confío en ti. Y no te preocupes que yo tampoco me preocupo por ella —él me abraza y desde atrás veo cómo se va acercando mientras habla por su celular. Me separo de Jason y ella se acerca hasta nosotros.

—Qué lindo todo esto. Lástima que ya nos tengamos que ir querido —ella lo sujeta por la mano y lo hala hasta el auto.

—Sí, nos vamos —le grita Jason girando sus ojos.

Ella se sube al auto y me grita desde allí y dice:

—Kimberly, no te preocupes yo cuido de tu baby en el viaje, sé cómo hacerlo.

—Nos vemos. Desde ya te estoy extrañando. Prometo que te llamo en cuanto lleguemos. Te amo —él vuelve a besarme, mientras sujeta mi rostro con ambas manos.

—Cuídate —camino fuera del parqueo y le lanzo un beso por el aire—. Yo también te amo.

Vuelvo hasta mi auto y paso a buscar a Isabella para ir a comer con ella y Kelvin a ese restaurante japonés al que fui con Jason.

—¿Ya se fue Jason? —pregunta Isa desde que sube al auto.

—Sí, ya se fue —hago pucheros.

—Solo son unos días. ¿Le llegaste a contar el día de la piscina? —pregunta.

—No. No pude, él se puso un poco sentimental y la verdad no quería arruinarlo todo, lo haré después.

—Con razón sigue tan molestoncito conmigo todavía, sé que eso va acabar cuando se entere —ella lamenta.

—No pienses en ello, él no es así. Además, no creo que lo vuelvas a ver después que le cuente.

—¿Por qué? ¿Lo asesinarás? —ella dice sorprendida.

—No, pero seguro terminará conmigo.

—Por Dios, no hay razón. Estás loca, eres peor que yo.

—Claro, él piensa que está con una santa y al final de cuentas, cuando le diga ese concepto va a ir en picada y me dirá que le vendí una imagen que no es real.

—Sabes que las cosas no son así, eres demasiado paranoica, ¿Por qué siempre piensas lo peor? Qué rabia. Odio cuando te pones así.

—No hablemos de eso, no aquí, no ahora, sé lo que te digo. Sé cuál será su reacción por lo que me ha dicho, pero me estoy dando la oportunidad de disfrutar estos días felices antes de que todo acabe.

—Aléjate, no me gusta el pesimismo. Hablas como si eso no te importara. Como si estuvieras segura que la relación se va a ir por el escusado.

—Me importa, pero no quiero pensar en cómo me sentiría cuando suceda eso. He tenido pesadillas de él rechazándome por eso y no se siente nada bien. No hablemos de eso, por favor —siento como las lágrimas se reúnen en mi garganta queriendo escaparse de allí para liberar ese sentimiento de culpa que siento en mi corazón. Sigo en silencio sumida en mis pensamientos.

No puedo vivir en esta incertidumbre, no puedo dejarlo en la oscuridad, él no lo merece, él no merece vivir engañado pensando que todo está bien como está y lo único que quiero en este momento es tomar un avión y correr tras él y decirle que me perdone y decirle todo y esperar a que él comprenda por qué lo oculté. Lo primero que haré cuando esté aquí este viernes es decirle todo, pero está si será la última vez que lo intente. Lo haré.

Llego hasta el estacionamiento y nos bajamos hasta el local. Pedimos unas bebidas mientras esperamos a Kelvin.

Kelvin llega al establecimiento y se acerca hasta nosotras.

—Wow, cuánto se puede crecer en unos meses. Estás hermosa Isa.

—Tú también estás muy guapetón. ¿Qué estás haciendo?

—Lo de siempre. Solo ser sexy —se ríe.

La conversación fluye como de costumbre, amena, feliz y risueña, sobre todo entre Isa y Kelvin. Mientras, me encuentro un poco distante, recordando el almuerzo con Jason días atrás. Confieso que lo voy a extrañar con cada poro de mi piel, porque es la primera vez que tardaremos más de un día sin vernos, aunque técnicamente solo será el día jueves, pero de todos modos su ausencia es símbolo de que hace falta algo más. A pesar de que quiero que esté conmigo, no quiero que llegue el viernes. Quiero seguir añorando en mi corazón su último "te amo" de esta tarde antes de irse al aeropuerto, quizás ya no vuelva a escucharlo.

Esta mezcla entre miedo y ansiedad me imposibilitan de sonreír aunque sea un poco durante esta conversación.

—Tierra llamando a Kimberly —dice Isabella—. ¿En qué piensas?

—En nada especial —miento.

—Debiste traer a tu novio, así dejas de tener la cabeza en otro lado, aunque vale por Dios, dale un respiro al hombre —dice Kelvin levantando los brazos exagerando sus gestos.

—Él no está en Boston. Están en un proyecto final.

—Me alegra. Él chico tendrá un poco de diversión —dice. Le golpeo el muslo.

Jueves. Día número dos. Este es mi primer día de vacaciones después de la larga faena de cuatro meses de clases en este primer ciclo de la vida universitaria, pero mi cuerpo parece no recordar que no es necesario levantarse tan temprano. Reviso mi teléfono.

Jason: "El amor es una condición en el que la felicidad de otra persona es condición imprescindible para su propia felicidad".

Jason: No lo dudes ni un momento. Sé feliz, sonríe, que el simple hecho de saber que hay una sonrisa en tu rostro será el principal motivo para yo mantener la mía en mi rostro.

Jason: Buenos días. TE AMO PRINCESA.

Kimberly: Gracias cariño. YO TAMBIÉN TE RECONTRAAMO. Tendré una sonrisa todo el día solo esperando el día de mañana.

Jason: eso espero. Ahora vamos a una conferencia. Te escribo o te llamo luego.

Kimberly: Qué te vaya súper bien. Te amo.

Jason: :* :*

No es necesario poner en ascuas a Jason y decirle que tengo algo para decirle mañana. La felicidad hay que preservarla al máximo, y yo también trataré de preservarla el tiempo más largo posible.

Jason: "Llego el día." Jason Timberlake.

Jason: Nos vemos esta noche. Te amo.

Kimberly: Ya estoy esperándote.

—Estoy pensando hacer una cena para Jason esta noche. ¿Qué crees que sea mejor, hacer raviolis o una lasagna? No me decido.

—Quiero ir esta noche a cenar fuera con Jason, mami. ¿Por qué no hacemos eso mañana?

—Uhhh. Tiempo romántico de chicos —dice mi mamá guiñándome un ojo.

—Sí, má, tiempo romántico con Jason —le respondo irónicamente—. ¿No te molestas?

—Por supuesto que no. Yo siempre apoyo los encuentros románticos.

—Excelente —digo levantando mi pulgar.

—¿Qué te sucede? estás como si te hubiera pasado un tren por encima.

—No estoy de mucho humor que digamos y tengo un poco de sueño. Quizás me vaya a dormir un rato antes de ir al aeropuerto.

—Acuéstate entonces.

—Gracias, solo necesitaba tu aprobación. Te amo, mami —me acerco y le doy un beso en la mejilla.

Subo hasta la habitación y por el camino halo a Isabella hasta mi cuarto.

—¿Qué pasa? ¿Estás loca, eh? —dice Isabella mientras se pasa la mano por el brazo fingiendo dolor.

—Bueno, tengo que preguntarte algo. Resulta que hoy, por fin le diré lo que pasó en el parque, entonces no sé qué hacer. ¿Crees que debo esperar a que llegue bien del viaje o si solo lo llevo al apartamento y le cuento todo? —pregunto.

—No sé. Supongo que estará cansado del viaje. Quizás debas esperar.

—Es que quiero terminar con esto. Mientras más rápido se lo digo, más rápido se recupera y más rápido se me quita esta maldita ansiedad que no me deja vivir. Así que lo busco y le digo. Fin de la historia.

—¿Mi opinión no vale nada? ¿Mi brazo adolorido tampoco vale?

—Es lo mejor. Quiero terminar con esto.

—Y terminar con mi dignidad de paso.

—¿Por qué dices eso? ¿No se supone que estabas de acuerdo en que todo sea dicho? Por Dios.

—Sí. Solo que no me acostumbro. Hazlo. Es tú decisión.

—Lo haré. Esta noche. Está decidido.

Mi cabeza es un mar de pensamientos. No sé por dónde empezar y repaso en mi mente todas las opciones posibles de iniciar la conversación mientras voy conduciendo hasta el aeropuerto.

Llego al aeropuerto y por primera vez de todas las veces en las que he venido a recoger a alguien, el vuelo llega primero que yo. Espero, espero, espero. No han sido muchos minutos los que han pasado esperando aquí, sin embargo, los he sentido como una eternidad.

Veo a Jason arrastrado su maleta. Viene vestido con unos vaqueros y un abrigo de lana color crema y botas. Él se acerca a mí casi corriendo desde que me ve. Corro hasta él y nos encontramos en un abrazo. De repente mis pies han dejado el piso y mis brazos están rodeando su cuello, puedo sentir el aroma de su perfume que invade mis fosas nasales y llegan hasta mi corazón.

—Te extrañé —dice en un susurro en mis oídos.

Yo me mantengo en silencio, porque siento como mis lágrimas están reunidas en mi garganta. Me volteo y mis labios se encuentran con los suyos. Nada alrededor de nosotros existe, solo él y yo. Solo sus labios y mis labios son los protagonistas de esta historia.

Yo me mantengo en silencio. No digo una sola palabra, mientras se libera y habla feliz sobre las cosas geniales que hizo en el viaje. Es tanto lo que tiene para contar, que pienso que no se ha dado cuenta de mi falta de palabras. Durante todo el trayecto hasta su casa él sigue hablando como un auténtico loro.

—¿Por qué vamos a mi casa? Tengo hambre, y no creo que haya algo muerto que comer.

—¿Algo muerto? —digo confundida.

—Sí. Hay un filete en mi nevera que debe ser mutante hoy —él sonríe.

—Vamos a tu casa porque vamos a hablar.

—Oh —dice algo preocupado.

—No te preocupes. No eres tú, soy yo.

—Oh por Dios, ¿Me vas a terminar? Es lo que dicen cuándo van a botarte.

Sonrío y me estaciono. Subimos en silencio hasta su casa y él con una lentitud casi desesperante abre la puerta.

—Vamos a tu cuarto —le digo.

Él sigue hasta su habitación. Nos sentamos y digo:

—¿Recuerdas que te dije que te iba a decir algo, lo cual no podrías revelar ni bajo tortura?

—Claro. Dijiste que era mi posible "enfermedad"

—No es así —las lágrimas brotan descontroladas por mi rostro, por el hecho de recordar esa palabra. Después de haber pasado horas pensando en la mejor manera de iniciar la historia. Decido que esta es la mejor—. Jason —me detengo antes de realizar mi declaración—. Isabella y yo fuimos abusadas —su cara es una mezcla entre duda, desconcierto y confusión.

Sus ojos empiezan a tornarse rojos y presiento que las lágrimas no tardarán en caer, así que entre sus lágrimas y las mías, este cuarto de convertirá en un manantial de dolor y recuerdos.


Continue Reading

You'll Also Like

51.8K 1.8K 38
en esta historia seras Mia 🔞
15.5K 3.2K 27
Marcus juró que nunca volvería a amar. Luego de regresar a Nueva York por petición de su padre, Marcus intenta retomar su vida, intentando ignorar la...
72.9K 7K 26
Eliza Jones y Stella Lambert son el prototipo de: "personas correctas en el momento equivocado", pues sus vidas habían coincidido en preparatoria, cu...
33.2M 4.3M 46
[COMPLETADA] ¿Es posible enamorarse de alguien sin conocerlo? ¿Sin haberlo visto? ¿Es posible desarrollar sentimientos por una persona que solo has e...