TRUST ME© El amor rompe todas...

By ernovels

8K 362 46

Sinopsis Todos tenemos secretos dolorosos que nos hacen cambiar drásticamente y ver la vida de otra manera. K... More

PREÁMBULO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Epílogo
Nota de la Autora
Entrevista a Jason Timberlake. Por C.J. Arcos

Capítulo 7

282 11 2
By ernovels

—Es posible que Los Ángeles esté lleno de patanes e idiotas. ¿Quién no querría estar con una mujer como tú?

—No es algo de lo que quiera hablar ahora, Jason. Perdóname —me acerco a su pecho. No puedo evitar las lágrimas al recordar lo que paso ese viernes por la tarde, cambió nuestras vidas. A veces me pregunto, ¿Cómo seríamos Isa y yo si eso no hubiera sucedido? Lo más seguro es que no estuviera aquí en este momento, abrazando a este chico súper especial. Todavía no quiero decir que lo amo, pero cuando estoy con él mi mundo se transforma de una manera que jamás hubiese imaginado que sería posible. Él me devolvió la confianza en los hombres y con él me di cuenta que no todos los chicos son unos patanes. Porque con él, simplemente el miedo no existe. Solo existe felicidad y confianza.

—Entiendo, pero quiero que sepas, que sea lo que sea, lo único que hará es que te ame más de lo que ya lo hago —me sonríe y me da un beso en la mejilla—. Me tengo que ir, tengo que pasar por la oficina, pero te prometo que vengo a cenar esta noche. Por cierto, olvidé decirte, mis padres están en Boston, ¿Puedo traerlos a la cena? Así todos se conocen, y tu mamá conoce a mis padres.

—Por supuesto que sí. Solo tengo que avisarle a mamá.

—Perfecto. Nos vemos en un rato —se despide dándome un beso en los labios. Lo dejo en la entrada de la casa y subo hasta mi habitación. Tomo mi teléfono y le dejo un mensaje de texto a mamá diciéndole que Jason traerá a sus padres para que los conozcamos.

Entro al Whatsapp y reviso un mensaje de Tom.

Tom: Hola, Kim. Hace mucho que no tomamos un café. ¿Qué te parece mañana después de química?

Kimberly: Discúlpame. No tenía el celular conmigo. Claro, me encantaría.

Tom: ¡¡¡Súper!!! Esperemos que no haya nadie que te moleste.

Kimberly: ¿Por qué lo dices?

Tom: Recuerda la última vez, los chicos de los besos. Lo que pasa es que a uno le dan ganas de tomar agua cuando los demás lo están haciendo.

Kimberly: No querrías besarme.

Tom: ¿Estás tan segura de eso?

Kimberly: Sí. Estoy segura. Aunque, puede que lo intentes.

Tom: Por supuesto. ¿Quién sabe si hasta tú quieres?

Kimberly: ¿Estás planeando un beso? Porque realmente así no es muy romántico que digamos. No sé, es lo que pienso

Tom: No, tengo algo mejor para ti mañana.

Kimberly: Estaré esperando a ver qué es.

Tom: ¡YO TAMBIEN LO ESTOY HACIENDO!

Kimberly: Qué tengas buenas noches.

Tom: Tú también, cariño.

Al parecer Tommy se está ilusionando con algo más. Él es un chico muy simpático y dulce y me trata súper bien, pero es más como un buen amigo, a quien le pedirías consejos para saber cómo tratar bien a tu novio y pedirle asesoría de que regalarle para su cumpleaños. Es más o menos algo así.

Ya son las 7:00pm, así que Jason y sus padres están por llegar. Hoy tengo un vestido que llega hasta mis rodillas, amarrado al cuello, tipo halter y unas zapatillas planas del mismo color. Algo sencillo, parezco una chica súper dulce, media niñata, quizás crean que soy muy joven para ser su novia. Decido cambiarme de ropa, pero en ese mismo instante mi madre me llama para que baje a recibirlos.

Veo por la ventana mientras ellos se van desmontando del auto. Escucho el timbre y abro la puerta. Su padre está vestido muy casual, un t-shirt color blanco y pantalones de vestir y su madre un con una blusa y jeans. Son más jóvenes de lo que pensé.

—Buenas Noches Kimberly —dice Jason mientras me da un rápido beso en los labios. Me sonrojo al instante, es un poco incómodo cuando los padres te están observando.

—Adelante —les digo a todos y los invito a pasar. Nos sentamos en los muebles que están en la parte trasera, cerca del patio.

—Mamá, Papá. Esta es mi hermosa novia. Kimberly State. Kimberly, estos son mis hermosos padres. Jason y Jeannette Timberlake.

—Es un placer conocerlos Señores Timberlake —les sonrío a ambos y el papá de Jason toma mi mano para darme un beso en ella.

—No te preocupes por llamarnos señor y señora T. Simplemente llámanos Jason y Jeannette. Es un placer conocerte, jamás pensé que Jason caería a los pies de una chica. Pero llegaste tú para hacerlo sentar cabeza.

Siento la mirada de Jason detrás de mí hacia su madre. Como diciéndole "Tenías que mencionar eso mamá". En ese momento mi mamá sale de la cocina y se acerca hasta la sala dando las buenas noches. En menos de un nanosegundo cuando la mirada de la señora T. y mi mamá se encuentran, se miran extrañadas, como analizándose la una a la otra y al final mamá dice:

—¿Jeannette?

—¿Se conocen? —interviene Jason mientras sujeta mis hombros desde mi espalda.

—¿Katherine? Por Dios no has cambiado nada —se acerca Jeannette hasta donde está parada mi madre y le da un fuerte abrazo de reencuentro.

—¿Cuánto tiempo tenemos sin vernos? Quizás desde último año, ¿cierto? —dice mi madre—. Jeannette y yo éramos las mejores amigas en High School, desde que estábamos en 6to grado.

—Definitivamente este mundo sí que es pequeño —dice el padre de Jason, mientras se acerca a mi madre y le da un beso en la mano para saludarla.

—No puedo creer que seas la madre de Jason. Por Dios. Qué alegría me da volver a verte amiga. Hay tantas cosas que contar.

—¿Tienes quejas de este muchacho acá? —dice la mamá de Jason mirándolo sarcásticamente.

—Para nada. Al contrario, si ya no lo quieres aquí lo podemos adoptar —se ríen a carcajadas.

—Yo encantado de quedarme —hace un gesto de satisfacción que denota su deseo de quedarse. La idea me hace sonreír.

—¿Dónde firmo entonces? —todos nos soltamos la risa al mismo tiempo y nos sentamos a charlar, sobre todo, la universidad, la casa, Miami, mientras escuchamos algo de música.

—Jason me ha hablado mucho de ti mi vida. Estás en la escuela de Odontología. ¿En qué quieres especializarte? Soy ortodoncista —me dice Jeannette.

—Estoy entre Pediatría y Estética. Tengo que decidirme. Me gustan mucho ambas. Es posible que haga ambas.

—A mí me paso lo mismo. Pero al final me enamoré de mi área. Es genial ver la cara de satisfacción que tienen las personas cuando pueden morder correctamente y sonreír sin complejos.

—Por eso es que quiero Estética. Es genial que alguien vuelva a recuperar la confianza. Pero por otro lado me encantan los niños, aunque usualmente los chicos odian a los dentistas.

—Mamá pero yo no te odiaba —escucho una tristeza fingida en la voz de Jason al decir esta oración.

—Eso fue porque no te dejabas hacer nada. Me rendí. Pero aprendiste la lección cuando se te partieron varios dientes por comer tantos dulces y no hacerme caso. No fue hasta la adolescencia que empezaste a preocuparte.

—Mamá —dice avergonzado. Mi mamá salva la situación anunciando la cena.

—Fue un placer conocerte Kimberly. Confío en ti para que no le rompas el corazoncito a mi bebé —dice ella en forma de broma mientras le agarra los cachetes a Jason.

—Basta. Estás haciendo sonrojar a Jason —el señor T. interviene.

—Se lo prometo Jeannette —levanto mi mano derecha en señal de la promesa. Ella se acerca hasta mí y me da un beso de despedida. Lo mismo el papá de Jason.

—Katherine. Entonces, ¿mañana en el café? —acuerdan Jeannette y mi madre.

—Claro. A las 4pm.

—Hasta mañana. No sabes lo feliz que fue volver a verte.

Ellos se van alejando hasta el auto y Jason se queda en la puerta para despedirse.

—Les caíste bien. —sonríe.

—Así parece —me rio—. Todavía estás un poco sonrojado.

—Cómo no. No sabía que era así con las chicas. De saberlo te la hubiera mostrado el día de nuestra boda.

—Jamás por Dios. Iré a visitarla a menudo, para que me dé información —le digo. Él sujeta mi mano en ese momento y me da un tierno beso en los labios, que se va tornando un poco más profundo a los segundos.

—Está bien. Quizás al final quieras correr lejos de mí —esboza todavía cerca de mis labios.

—Jamás haría eso —le sonrío—. Aunque me alegra que te haya empezado a gustar el cepillarte. Te lo agradezco.

Él ríe a carcajadas.

—De nada. Mis dientes también lo agradecen. Es hora de irme. Te llamo cuando esté en casa. Hasta mañana —me da un suave beso. Y se retira.

—Te veo mañana.

Entro a casa y me siento junto a mamá en el sofá con las niñas.

—Son adorables los padres de Jason. Jamás imaginé que Jeannette, tu súper BFF, sea la mamá de Jason.

—No más que yo. La verdad es que es una gran conmoción volver a verla, después de 20 años.

—Debe ser difícil. No me imagino que pasaría si se me pierde Isa de vista. Enloquecería. ¿Cómo fue que perdieron contacto?

—Cuando ingresé a la Universidad y me dieron la beca para ir a Francia a hacer la maestría, estuve muy ocupada y abrumada. Olvidé mi libreta de apuntes donde tenía el número de su celular. Llamaba a su casa y me salía fuera de servicio, y fue hasta meses después que me enteré que se habían mudado a Boston. Después de allí, no volví a saber de ella. Y además tuve el entretenimiento de tu padre. Creo simplemente fue descuido o algo de desinterés.

—¿Crees que está algo molesta con eso?

—Imagino que en algún momento lo estuvo, sin embargo, creo que el tiempo simplemente cerró las heridas. Supongo que mañana cuando hablemos será hora de sanar esas heridas. Son muchas las cosas que tengo que contarle.

Sonrío.

—¿Van a hablar de chicos? —le pregunto un poco intrigada.

—¿Hablas tú de chicos con Isabella? —me contraataca.

—Le cuento sobre Jason. Pero no hablamos más que de él.

Mi madre comprueba que Katie está dormida y continua hablando.

— ¿Hablan de lo que hacen?

—¿A qué te refieres con "lo que hacen"? —hago un gesto con las manos presentando las comillas.

—Sabes a lo que me refiero Kimberly. No eres una niña. Primera base, segunda base, ya sabes de qué hablo.

—Mamá, ¿Tú crees que Jason y yo hemos...? —dejo la frase en el aire. Es un poco vergonzoso hablar de esto con mamá.

—Sé que no lo has hecho todavía, por lo menos no han llegado al Home. No lo sé, es lo que pienso. Una madre se da cuenta cuando sus hijas están en esos pasos.

—¿Querías llegar a esta conversación, cierto?

—Por supuesto, no sabía cuándo sería el momento adecuado, pero ya que estamos hablándolo, ¿por qué no continuar?

—Tienes razón. Hablemos entonces.

—Jason es un chico más grande que tú y es de esperarse que llegue el momento en estoy segura de que los besos no serán simplemente suficientes, él querrá "más". Solo tengo para decirte, que la primera vez es solo una vez y que cuando él te diga o te insinué algo, no aceptes solo por querer complacerlo, y no hagas algo por lo que te quieras arrepentir, todo está en no dejarte llevar por el deseo. Piénsalo muy bien y pregúntate, si estás lo suficientemente enamorada y preparada para hacerlo. Él siempre estará preparado, pero eres tú la que tienes que prepararte física y mentalmente para ello.

—Lo sé mamá. No te preocupes por eso. Jason y yo hemos hablado de ello. Te prometo que serás la primera en saber —sonrío—. Es broma, no te voy a contar, después de todo te darás cuenta. Eres psíquica. Maga. Y mucho más.

—Confiaré en ti. Sé que lo harás —dice mientras me da un beso en el cabello—. Me iré a dormir. Qué tengas buenas noches mi amor —dice mientras carga en sus brazos a Katie, que se encuentra profundamente dormida.

—Buenas noches mami —me quedo sentada allí y reviso mi celular que tiene un mensaje de Jason.

Lo abro.

Jason: Llegué sano y salvo. Mis padres me compraron helado por el camino. Tu favorito me hizo pensar en ti.

Kimberly: ¡Qué lindo! Es muy swetie que tus padres te lleven a comer helado. ¿Y qué tal?

Jason: ¿Sobre?

Kimberly: Ya sabes, ¿qué dijeron tus padres?

Jason: Me preguntaron qué cuando es la boda. :D

Kimberly: No inventes. ¿En serio? Jajaja

Jason: Mi papá me dijo que te cuidara. Qué jamás llegaré a tener algo mejor. Y mi mamá ya sabes, es muy expresiva, le encantas.

Kimberly: Es muy cool ella, ¡me encanta! Y es casi mi tía, por lo menos en mi sub-consciente. Mi mamá siempre habló de Jeannette desde que tengo uso de razón.

Jason: ¿Somos primos? No inventes. No me gustaría enredarme con una prima.

Kimberly: ¿Por qué no? Los primos se exprimen. Jajajaja.

Jason: No somos primos. Fin. Mi amor, me voy a dormir. Quiero que sepas que voy a soñar contigo esta noche y a pensar en ese beso que me diste esta noche. Estaba particularmente delicioso. Te amo.

Kimberly: Mañana te puedo regalar unos cuantos más. Duerme bien.

Tom y yo vamos camino al estacionamiento.

—¿A dónde vamos? —le pregunto.

—Es mi café favorito. Render Coffee Bar. Espero que te guste. Quizás vayamos allí más a menudo a partir de hoy —sonríe mientras sostiene mi mano.

Durante el camino en coche nos vamos en silencio, mientras escuchamos la radio local. Algo de música, para relajar un poco el silencio incómodo. Cuanto los odio.

—Esta noche habrá una reunión de la facultad de Odontología. Recibí una invitación por correo electrónico. Me preguntaba si querías acompañarme.

—No lo sé. Tengo que ver mi agenda. ¿Qué te parece si en la tarde te respondo? — le digo nerviosa.

—Claro. Ya llegamos.

El lugar es hermoso y tranquilo. La entrada está completa hecha en vidrio, con el nombre "Render Coffee" y un típico letrero colgante con el mismo nombre. Es un lugar muy acogedor.

—Ve escogiendo un asiento mientras compro algo para nosotros —dice Tom.

Asiento. Escojo un asiento cercano a la ventana principal, esto me permite mirar a las personas que pasen por allí. Y conocer un poco más el panorama.

Unos minutos después llega Tom con una bandeja en mano. Trae dos cafés y dos emparedados.

—Espero que te guste el pollo —sonríe.

—Por supuesto. ¿Por qué te gusta mucho este lugar? —echo un vistazo alrededor. Todos aquí lucen mayores y tranquilos, es un lugar ideal para una reunión de trabajo o para tomar un café a solas con alguien.

—Me permite pensar. Es una manera de escaparme del mundo y hace que mi soledad sea un poco menos incómoda —dice mientras toma un sorbo de su café—. Me gusta estar aquí contigo, me permite observarte mejor, y salir un poco del tema de las clases y hablar un poco más de "Nosotros" —dice haciendo especial énfasis en esa palabra.

—Nosotros. Claro. Somos amigos, podemos hablar de lo que quieras.

—Sí, y por eso es que me voy a atrever a preguntarte algo —dice y vuelve a tocar mi mano—. Recuerdas que me dijiste que tu próximo novio sería alguien a quien ames. Bueno, pues yo quería decirte que la mayoría de veces, las personas se empiezan a amar en el camino. No sé si sabes a lo que me refiero.

—Realmente no —miento—. ¿Qué quiere decir con eso?

—Me refiero a que sería genial que me dieras una oportunidad de demostrarte que somos capaces de sentir amor con el trato, y que no es necesario entrar en una relación estando enamorados. Claro, el elemento de gustarse es importante. Y te quería preguntar si quisieras intentarlo conmigo. No debe ser un secreto saber que me gustas, ¿cierto? Entonces, quiero demostrarte que puedes ser capaz de sentir algo más que cariño de amigos por mí. La realidad es que yo te veo como algo más —dice al fin. Y lo que temí desde ayer con la invitación se hizo realidad. Tom simplemente no me gusta como para salir con él y ser su novia. Es como si estuviera besando a Ricky mi mejor amigo del Kinder Garden.

—Tom. Entiendo lo que dices y tienes razón muchas personas llegan a enamorarse en el camino de la misma relación. Pero es que simplemente tú y yo, solo podemos ser amigos, como hasta ahora.

—Si quieres no me tienes que contestar ahora mismo, no sé si fue demasiado apresurado, pero no quise que la amistad siguiera avanzando tanto al "friend zone". Piénsalo, y más adelante me puedes decir.

—Tom. Tengo novio. Su nombre es Jason —finalmente le respondo. La expresión de su rostro es indescriptible, es una mezcla entre sorprendido y horrorizado.

—Así que alguien se adelantó. Increíble pero cierto, yo que pensé que estaba apresurado.

—No se te adelantaron ni nada Tom, si me lo hubieras preguntado primero, probablemente también te hubiese dicho lo mismo. No es que seas feo ni nada de eso, de hecho eres muy guapo, pero simplemente eres más como, un primo o algo así —después de escucharme decirle eso, me arrepiento inmediatamente. Fui muy dura con estas palabras.

—¿Un primo? Creí que sería más como un mejor amigo —dice con una sonrisa un poco fingida, seguro para ocultar su decepción.

—Lo siento mucho Tommy. En serio, perdóname. Espero que esto no dañe nuestra amistad.

—Eso te digo yo a ti. Espero que no te pongas rara conmigo después de esto.

—Te lo prometo. Pinky Promise.

Él levanta su meñique y repite:

—Pinky Promise —sonríe—. Continuemos con nuestro café. Podremos seguir volviendo con frecuencia como amigos.

—Los mejores amigos —sonrío. Levanto mi taza y la choco contra la suya.

—Amigos —repite la acción nuevamente y tomamos un sorbo de café a la par.

Vamos de camino a la universidad para tomar mi última clase. Nos detenemos junto a la puerta del edificio y veo de lejos a Jason sentado en uno de los bancos cercanos viendo su celular. Tom se queda distraído en el estacionamiento, mientras voy corriendo hasta el asiento y lo tomo por detrás tapándole los ojos.

—¿Así que quieres jugar a este juego? —veo como sonríe—. Pues se trata de un hermoso ángel de ojos miel con cabello castaño, que se hace llamar mi novia. ¿Estaré en lo correcto? —le quito la manos de los ojos y le doy un beso en los labios desde donde estoy. Él se pone de pie y me besa otra vez. Cuando volteo, me doy cuenta que Tom ha observado por lo menos la segunda parte de la escena.

—Jason. Él es Tom. Mi amigo, compañero y hermano. Tom, él es Jason mi novio —digo un poco más nerviosa de lo usual, después de lo que pasó hace rato en el café.

—Mucho gusto —dice Jason, observándolo detenidamente. Tom asiente en reconocimiento y Jason continua observándolo, pegándose aún más de mí. Está siendo un poco posesivo.

Hoy él está vestido con una camisa azul, ajustada y unos vaqueros con zapatos formales. Luce comestible. Tom va vestido con una playera y jeans. Para ser sincera, prefiero al ejecutivo casual. Muy sexy.

—Me tengo que ir a la oficina. Te pasaré a buscar esta noche por tu casa. ¿Está bien? —pregunta.

—Claro. Nos vemos en la noche —le digo y él se despide con un beso de esos que dicen, "aléjate ella es mía".

—Fue un placer Tom. Hasta luego —Jason le tiende la mano y se despiden.

—Claro. Hasta pronto —dice mientras Jason va dándonos la espalda—. Así que él es tu novio.

—Sí. ¿Por qué?

—Es solo que se me hace conocido. No recuerdo de donde, pero creo que lo he visto antes.

—Quizás lo has visto en el gimnasio.

—Puede ser —suena intrigado incluso algo confundido—. Veo que no irás a la reunión conmigo.

—Lo siento. Ayer quedé con ver Jason alguna hora de la tarde. Por eso te dije que tenía que revisar. Pero te prometo que saldremos este fin de semana —le digo para que no se sienta rechazado.

—Prometido entonces. Subamos a la clase —dice mientras sostiene mi brazo.

Llegamos hasta el aula a recibir la clase de orientación odontológica. Mientras esperamos comenzamos a platicar.

—¿Desde cuándo están juntos ese chico y tú? —pregunta tomándome un poco desprevenida.

—Hace casi un mes. La próxima semana cumplimos un mes —sonrío.

—Wow. Es increíble. Tomando en consideración lo que me habías dicho antes de "no amor, no noviazgo" —dice haciendo las comillas con sus manos.

—Las mujeres somos así muchas veces, supongo. Nos dejamos envolver. Pero creo que más que eso, es que simplemente hay algo en él que no me dejo alejarme o considerar mejor la idea. Él me parece un buen chico —me encojo de hombros.

—¿Solo te parece? ¿Acaso no estás segura?

—No te puedo decir que estoy segura, jamás terminamos de conocer a las personas y mucho más cuando solo tienes pocas semanas compartiendo con ellas. Es algo complicado, con él me siento... segura. Me inspira confianza, es divertido, dulce y me gusta.

—¿No estás enamorada?

—Sí. Estoy enamorada. Es increíble, pero no lo pude evitar. Quizás pienses que estoy loca, no sé por lo que te dije hace semanas de "No amor, No noviazgo", pero es que simplemente pasó.

—Si estás feliz, yo estoy feliz. Solo recuerda que estoy aquí, y si un día necesitas patearle el trasero, no dudes en marcar mi teléfono —me dice sonriendo abiertamente.

—No dudaré en hacerlo. Sería divertido —le respondo. De repente escucho como todo el murmullo se detiene. El profesor ha entrado a la clase. Es un hombre mayor, de aproximadamente unos 70 años si no me equivoco. Hoy ha venido más ogro de lo normal así que decido mejor callarme por completo para no recibir una reprimenda.

—Hablamos después —le susurro al oído a Tommy. Él asiente.

Estamos camino al gimnasio. Mi hermanito llegó hoy temprano, y vino directo al gimnasio para practicar. La temporada se está acercando y necesita lucírsela en esta ocasión para poder recibir el contrato oficialmente con la NBA.

Lo veo desde lejos sentado en el banco, descansando y todo sudado. Parece que son los últimos minutos de la práctica. Nos acercamos Tom y yo hasta él. Cuando me ve, viene corriendo hacia mí.

—Mi amor —me da un beso en la mejilla, mojándome toda de sudor, concentrándome en un abrazo gigante. Odio que me moje, mucho más si estoy fuera de casa, pero es inevitable alejarlo, después de tantas semanas lejos.

—Te extrañé mi loco —le doy un beso en la mejilla.

—Yo más. Me hacen mucha falta todos. ¿Viniste con tu novio, eh? Wow, es el chico del basquet, ¿por qué no me habías dicho? —pregunta mientras le hace una seña, mostrándole un saludo.

—No. No es él. Él es mi amigo, estudiamos juntos. Su nombre es Tommy.

—Ahh. Como los vi juntos. Aunque él no estaría mal —me guiña un ojo—. Además, no puedes decir que tienes novio, hasta que lo apruebe señorita.

—Bueno. Pues podemos salir esta noche tú, Karen, mi novio y yo. Sería una noche de parejas y luego, me das tu opinión. ¿Qué te parece?

—Genial. Necesito divertirme un rato. Estoy exhausto, física y mentalmente. Ya yo me voy a casa. ¿Tienes alguna clase más?

—No. Podemos irnos si quieres ya, te puedes bañar en casa.

—Tienes razón. Voy a buscar el equipo. Espérame un momento.

Me acerco hasta Tom que ha estado manipulando su teléfono durante estos minutos.

—Me voy a casa con mi hermano. Gracias por acompañarme hasta aquí.

—No tienes que agradecerme cariño. Siempre estaré disponible para ti.

—Nos vemos mañana en clase. ¿Vale?

—Por supuesto —dice y me da un beso en la mejilla—. Hasta mañana entonces. Te daré novedades sobre la reunión.

—Gracias.

Llegamos a casa después de pararnos a comprar unas hamburguesas en Mr. Bartley's. Todos reciben a Kelvin con una euforia enorme. Sobre todo de mi mamá y Katie. Kelly es mucho menos afectiva que todos los demás. Supongo que es un poco por la adolescencia A veces me da un poco de nostalgia, cuando era una niñita de 7 u 8 años era tan amorosa, sobre todo conmigo y con papá. Pero ha cambiado mucho desde que él no está con nosotros.

—Hola Kelly —saluda Kelvin a Kelly. Que se ve que está notablemente molesta hoy—. ¿Te paso un camión por encima? —le sonríe mientras la despeina un poco.

—No estoy de humor. Ve a molestar a otro lado.

—Perdón —dice Kelvin mostrando real alejamiento cuando nota el tono de su voz, mientras ella sube las escaleras—. ¿Qué le sucede? —pregunta a mamá.

—No lo sé. Está así desde hace días. Quizás se peleó con alguna amiga.

—No creo que alguna amiga la ponga así. Además, la veo muy normal con Maggie —digo.

—Ve a hablar con ella cariño. Quizás ella te diga algo.

—No lo sé, mamá —le digo. Mientras ella me devuelve una mirada efusiva, que no me deja más remedio que ir hasta su cuarto y averiguar lo que sucede—. Está bien. Iré.

Voy subiendo las escaleras hasta la habitación de Kelly. Toco la puerta y la llamo.

—¿Kelly? ¿Puedo pasar? —pregunto con la voz un poco ronca.

—Sí —escucho una voz desde dentro.

Entro a la habitación y veo todo totalmente desorganizado. Incluso hay una lámpara rota encima de las mesitas. Es increíble, porque en este mundo no hay persona más maniática de la organización que Kelly State. Me acerco hasta ella, que se encuentra acostada boca abajo encima de la cama y le digo:

—K. Sé que tú y yo no hablamos mucho, ni siquiera tenemos tiempo para vernos, y siempre estamos envueltas en nuestros asuntos. Pero quiero que sepas que eres una de las personas más importantes en mi vida y que cualquier cosa que te suceda, no dudes ni un segundo que estaré hay para escucharte y ayudarte. Así que, cuando quieras puedes hablar conmigo sobre lo que te sucede. Confía en mí, cualquier cosa quedará entre tú y yo. Te amo y te prometo que te entenderé. Estaré en casa todo el día, cuando estés lista para hacerlo, solo marca a mi teléfono y en dos minutos como máximo estaré en mi habitación esperándote para que hablemos —le digo. Sé que no quiere hablar ahora. Es mejor esperar que pase la rabia y finalmente cuando esté más serena, pueda abrirse mejor.

Salgo de la habitación y voy hasta la mía. Tengo que llamar a Jason y hablarle del plan con Kelvin y Karen para esta noche. Quiero ver la cara de Kelvin cuando sepa que Jason es el misterioso novio.

Suena el teléfono. Dos timbres.

—Caramelo —dice Jason del otro lado muy "acaramelado".

—¿Caramelo? ¿No crees que eso está demasiado trillado? ¿Cómo escritor o aspirante a serlo, podrías ser más original?

—Un escritor sin clichés, no puede llegar a hacer la diferencia, todo lo nuevo se crea a través de lo antiguo. Además, en los libros de leyes no suelen llamar "caramelo" o "dulzura" a la dama de la Justicia —escucho su voz de forma irónica.

—Está bien. Eso quiere decir que no eres bueno en eso. Pero, no te llamé para discutir las palabras de cariño que me digas, te llamé para saber si quisieras salir con mi hermano y su novia esta noche.

—Claro. Será genial —me dice al otro lado, mientras escucho unas voces a lo lejos. Está un poco distraído.

—Súper. Él dice que no somos novios hasta que te apruebe —sonrío—. Así que todo esto ha sido una farsa.

—Pues me estás dando más razones para aceptar la invitación. ¿A qué hora nos vemos entonces?

—¿Siete?— Pregunto.

—Pues a las siete voy a tu casa "caramelo" —dice mofándose.

—Adiós señor poco original. Sé que puedes hacerlo mejor que eso

—Te mando un beso, mi amor. En donde quiera que lo desees. Te amo —dice mientras cuelga el teléfono.

Escucho la bocina de Jason tocar anunciando su llegada. Bajo corriendo las escaleras con los zapatos en la mano para abrir la puerta. Escucho el timbre y abro.

—Hola "caramelo" —le digo sonriendo.

—Hola "caramelo" —repite él mientras se acerca a darme un beso, mientras sostiene mis mejillas.

—Traje algo para ti. Pero, prefiero dártelo más tarde. ¿Tendrás paciencia?

—Si es por algo tuyo, siempre tendré la paciencia que se requiera.

—Genial. Eso espero.

—Vamos a la sala, déjame ponerme lo zapatos y llamar a Kelvin para irnos.

—Está bien. ¿Y tú mamá, dónde está para saludarla? —pregunta, mientras mira a la cocina.

—Salió. No sé a dónde. Ha estado muy andariega en estos últimos días —pienso extrañada.

—Ella también tiene derecho —dice y rápidamente luce arrepentido. Lo ignoro y subo hasta el cuarto a ponerme los zapatos y los accesorios. Llevo un vestido color naranja que me regalo Karen para mi cumpleaños. Y unos zapatos color nude altos, marca Loubotin. Mis favoritos.

Salgo y toco la puerta del cuarto de Kelvin.

—Sal de allí. Es hora de irnos —le grito a través de la puerta. Creo que Kelvin es el único hombre sobre la faz de la tierra que dura tanto o incluso a veces más que una mujer arreglándose.

—Sí, ya. No me presiones, estaba buscando una buena camisa —dice mientras se arregla las mangas—. Estás fabulosa. Wow.

—Gracias, tú también estás muy guapo —le guiño un ojo—. Es algo familiar parece.

—Así es. Ya nos vamos. ¿Tenemos que pasar a recoger a tu novio misterioso?

—No. Y no es misterioso, solo no sabes quién es. Él ya está aquí esperándonos.

—Qué puntual. Eso me gusta. Bajemos a conocer a tu novio misterioso.

Ruedo los ojos y bajamos juntos hasta la sala. Jason está tranquilo esperando mientras utiliza su teléfono.

—No puedo creerlo. ¿Timberlake? —dice su nombre lo suficientemente alto que el voltea y se pone de pie para saludarlo—. ¿Ustedes están bromeando cierto?

—No es bonito que pasemos de amigos a cuñados —Jason bromea mientras Kelvin se le acerca y le da un abrazo.

—Bueno, solo tengo para decirte que sabes muy bien que puedo patear traseros muy fuertemente, pero si se trata de mi hermana, pues la intensidad se triplicará contigo. Por todo lo demás, estás a prueba, veremos si la pasas.

—Lo tendré en cuenta. Tampoco contigo me molestaría por interponer una demanda en tu contra por violencia doméstica —le advierte.

—También haré bien en recordarlo —se ríe mientras caminamos hasta la puerta.

—Podemos irnos en mi auto —Jason se ofrece.

—Claro. Solo tenemos que pasar a buscar a Karen a su casa.

Jason toma el asiento del piloto y yo, por supuesto el del co-piloto. Mientras que Kelvin va detrás. Me gustaría estar allí atrás, para besuquearme de vez en cuando con Jason.

—Es aquí —anuncia Kelvin, quien de inmediato se baja para procurar a Karen.

Enseguida los vemos llegar. Karen está impecablemente vestida. Es realmente hermosa. Lleva un vestido color dorado que combina con su rubia cabellera y unos zapatos enormes, diría que parecen de más de 7 pulgadas. Wow.

Nos saludamos animosamente. Ella es una chica genial, súper divertida. Me cae súper bien. Es ese tipo de chicas que no te molestaría tener de cuñadas el resto de tu vida. Además amo su sentido de la moda, es la mejor asesora de compras a la hora de ir de shopping.

Llegamos al Bistro Du midi. El lugar es encantador y tranquilo, es ideal para hablar y pasar un rato súper agradable entre amigos. Pasamos una noche agradable conversamos, tomamos algunos tragos. Nos vamos a casa en cuanto termina la cena.

—Entonces a la casa de Karen, ¿Cierto? —pregunta Jason cuando estamos todos en el auto.

—Sí — Kelvin vocifera desde el asiento de atrás.

Llevamos el camino hablando sobre la cena y lo rico de la comida del restaurant.

—Me fascinó. ¿Qué les parece si el fin de semana vamos todos, antes de salir a mover las caderas? —propone Karen.

—Genial. Volvamos entonces — dice Jason.

—¿Sábado entonces? —Kelvin cuestiona.

—Sí —gritamos todos al unisono. Y Kelvin y Karen aplauden desde atrás.

Llegamos a la entrada del edificio de Karen.

—Bueno, pues hasta aquí llegamos. Gracias por el aventón Jason. Hasta mañana chicos, nos vemos.

—¿Te vas a quedar? —le pregunto a Kelvin.

—Eh, claro —dice extrañado—. Pero eso lo puedo hacer yo, no ustedes. Llamaré a casa en 15 minutos para cerciorarme que llegaste a tiempo. Nos vemos mañana.

—Adiós —dice Karen desde afuera y Kelvin se va alejando de la puerta.

Nos vamos en silencio a lo largo del camino. Veo que no estamos en a dirección hacia mi casa. Pero prefiero no preguntar y esperar. Me imagino que es parte de la sorpresa. Diez minutos después, llegamos al parque. Está vacío, no hay nadie aquí a esta hora. Aparcamos cerca de la acera y nos bajamos del auto.

—Sígueme —dice Jason mientras me toma la mano.

Lo sigo y llegamos hasta la fuente del parque. Es hermosa.

—Bueno, lo que pasa es, que tu regalo está allí. Solo que tenemos que descubrir exactamente, en dónde se encuentra. Es una pequeña bolsa negra. Tenemos que buscarla. ¿Estás dispuesta? —pregunta.

—¿Nos tenemos que mojar? —digo algo temerosa. Realmente hace algo de frio, o quizás solo sea el viento.

—Bueno, no sé tú, pero todavía no soy impermeable. No está en mi lista de cualidades. ¿No quieres que lo busquemos?

—Está bien —le digo mientras salgo de mis tacones—. Vamos a buscar esa bolsa, donde quiera que esté.

Él me sigue quitándose sus zapatos también y arremanga su camisa. Estamos saltando en el agua, él salpicándome de vez en cuando. Parecemos niños en un parque de diversiones.

—¡Lo encontré! —le grito por encima del sonido del agua. Él se acerca a mí desde atrás y me volteo para que nuestras miradas se encuentren. Él sujeta mi rostro y aleja mi cabello de la cara. Veo cómo se va acercando a mí en cámara lenta, veo como nuestros labios ruegan ser unidos en un solo beso, comenzándose a mover a un ritmo grandiosamente lento, en donde solo existen las sensaciones. El agua está mojando nuestra cabeza, pero no me importa, lo único que importa ahora es que estamos juntos, y que esto que estoy sintiendo, jamás lo había sentido, ni lo voy a sentir jamás.

¿Acaso es fácil describir un sentimiento? Siento que no es posible decir con palabras en lo que me transformo cuando estoy junto a él. Es como si las heridas que están en mi corazón se curaran con el simple hecho de mirarlo a los ojos y sentir como con tan solo una palabra las demás cosas, lo malo que nos puede estar sucediendo o que haya sucedido, desaparece, solo porque estás con esa persona. Tengo miedo de que esto que vino tan rápido, así mismo pueda irse. Tengo miedo de que él no sienta lo mismo que yo, por lo menos no en la misma intensidad. Él me ama, lo ha dicho. Creo estar segura de lo que siento.

—Yo también te amo, Jason —sujeto su rostro para detener un momento el beso y darle esta declaración.

—Lo sé —me responde él—. Tu mirada, tu cuerpo, tus besos, todo de ti lo grita, por cada poro de tu piel. Y yo de la misma manera. No es difícil verlo.

—Te amo. No voy a cansar de decírtelo. Porque jamás lo había hecho antes. ¿Qué te parece si abro la sorpresa ahora?

—No. Lo abrirás cuando llegues a casa —dice mientras me levanta para salir de la fuente—. Después de que tomes una ducha, seques tu cabello, y estés lista para dormir.

—Wow. En serio. ¿Es broma, verdad? —le sonrío.

—No. Confío en ti. Me dijiste que eras paciente —él me toma en un abrazo y caminamos hasta el auto. Hace mucho frío, estoy helada, temblando.

Jason entra al auto y enciende la calefacción para que entremos un poco en calor. Él se da cuenta como me está consumiendo el frio. Se acerca a mí y me da un abrazo mientras recibimos el calor.

—No puedo sentir mis dedos —le digo, entre los temblores que sacuden mi cuerpo. Él toma mis manos y las junta entre las suyas para soplar suavemente sobre ellas mientras me mira a los ojos.

—¿Está mejor? —pregunta dejando un pequeño beso en mis manos.

—Claro. Gracias. Eres muy caliente —es el gesto más tierno que han tenido conmigo alguna vez en mi vida.

—Lo sé "caramelo". Puedo derretir a cualquiera —me sonríe de manera lasciva.

Ya el frío ha aligerado un poco. La calefacción está haciendo su trabajo. Cuando llegamos a casa el baja del auto y me deja en la puerta.

—Gracias por esta noche. La pasé increíble.

— Yo también. Y gracias por mi sorpresa misteriosa. Te escribiré sobre ella más tarde.

—Eso espero —él me da un breve beso sobre los labios y se va—. Hasta luego "caramelito" —dice mientras me guiña un ojo desde la puerta de su auto.

¿Qué habrá en esta bolsa? me pregunto mientras voy entrando por mi casa. Es una caja pequeña, por lo que puedo sentir. Oh no. No puedo creer que sea lo que estoy pensando.

Continue Reading

You'll Also Like

22.9K 1.6K 10
LIBRO TRES DE LA SAGA ÁMAME. Summer ha estado enamorada de Nikolai desde que tiene memoria, ella siempre ha estado consciente de que nunca pasaría a...
2.9M 171K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
15.4K 3.2K 27
Marcus juró que nunca volvería a amar. Luego de regresar a Nueva York por petición de su padre, Marcus intenta retomar su vida, intentando ignorar la...
60K 4K 91
Donde Mia Campos entra a la casa más famosa del mundo a jugar o donde conocera a gente que se volverán parte de su vida y conocera también al amor ic...