Te amo, Idiota #1: El café no...

By ValerieOd

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"Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados, y aunque tú no lo quieras creer, yo soy de las estre... More

1.Yo soy Clara, ¿Y tú?
2.idiotas everywhere
3. Ensalada de idioteces
4. Rey Mago Sazonado
5. Max + Sexy = Mexy
6. Crush
7. Cumpliendo amenazas...
8. No quiero tener piojos
9. Mexy - Latté para llevar, por favor
10. Sorpresa Chocolatosa
11. 27 inviernos
12. Nota mental: No es bueno beber tanto...
13. Te emborrachaste por un imbécil
14. Abrazo de oso superpoderoso
15. Hello from the other side...
16. Mi jefe es un grano en el culo
17. ¡Ni siquiera lo he besado!
19. Mandarinas Italianas
20. Sopa Crema de Arvejas
21. Ravioles vs. verduras
22. Celeste
23. Hey! tienes las manos mojadas
24. El amor cubre multitud de faltas
25. La Gloria...
26. Mi pequeño secreto... Uuppss!
27. ¿Un amigo?
28. Noir et Blanc
29. Le Monsieur et la Madame
30. El típico "No es lo que piensas"
31. El "Orgullo de Macho"
32. ¿Mami?
33. Adiós María
34. No me río, sonrío...
35. Trae la silla y siéntate en el rincón
36. Es perfecta para mí
37. Trabajo nuevo, jefa nueva
38. Caperucita y el lobo feroz
39. Baldazo de agua fría
40. ¿Guerra o bandera blanca?
41. "Hay que tener cerca a los amigos y aún más a los enemigos"
42. Los viernes son los días más difíciles
43. El abismo
44. Pasa que te amo, idiota
45. Nudo emocional parte I
46. Nudo emocional parte II
47. Proyecto Navidad (Parte I)
48. Proyecto Navidad (Parte II)
49. Fase 1 Concluida y Aprobada
50. Edu y Ester Rigotzi
51. Día tras Día
52. ¿Hiciste lo que te pedí?
53. Fuegos artificiales y burbujas
54. Una pequeña charla
55. Maratón de fin de semana
56. El super espía
57. El Secreto del volcán de chocolate
58. La identificación

18. "De Reyes Magos y Princesas"

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By ValerieOd

Hablamos hasta entrada la madrugada, eran las 3 de la mañana cuando decidimos que era tiempo de dormir. Juan, el novio de Caro, llevaba rato roncando en la habitación de ellos dos. Entró de puntillas y sacó un juego de sábanas, una almohada y un par de mantas; juntas preparamos el sofá-cama del living de su casa para que yo pudiera dormir.

- Lo siento... perdón por venir así... mañana vamos a ser un par de zombies las dos – susurré para no despertar a Juan.

- No te preocupes – Caro me sonrió – mañana será un largo día, así que es mejor que trates de dormirte...

- Tienes razón, buenas noches – le di un beso en la mejilla.

Caro se escurrió de puntillas dentro de su habitación y me dejó en la oscuridad del living. Me quité las zapatillas, el jean y la campera, luego me metí entre las sábanas y me tapé hasta la cabeza. Cerré los ojos en vano, sabía que me esperaba una larga noche de insomnio...

- Buenos días dormilona – me dijo Caro con una sonrisa, miré mi móvil, eran las 6.30 de la mañana. Le sonreí, en realidad no me sentía cansada aunque no había dormido nada, pero la adrenalina de lo que me esperaba al volver al trabajo había sido suficiente para mantener mi cerebro alerta.

- Buenos días – le dije destapándome – Caro... será mejor que me vaya a casa para poder tomar un baño y vestirme.

- Bueno, ¿quieres desayunar antes?

- No, gracias... llegaré tarde si no me voy ya – estaba colocándome la campera y las zapatillas.

Caminé hasta el baño y me lavé la cara con agua fría, lucía fatal, tenía ojeras de oso panda. Até mi pelo en una cola de caballo.

- Gracias por todo amiga – apreté a Caro entre mis brazos

- De nada Clara de huevo, espero que pienses bien en todo lo que hablamos – me sonrió.

- Lo haré, debo irme ahora... - Caro me acompañó hasta el ascensor pero no bajó conmigo, estaba vestida con una bata y pantuflas, no podía culparla.

El frío de la mañana me golpeó en la cara. Me paré en la acera y levanté el brazo cuando un taxi pasaba, me subí y le indiqué la dirección de mi edificio. Al bajar sentí el aroma de pan recién horneado que emergía de una panadería cercana y caminé hasta allí para comprar algo para el desayuno: Croissants, los amo...

Tomé una larga ducha y luego me vestí. No sentía las más mínimas ganas de ir al trabajo, pero me esforcé para que no se notara. Me puse un par de jeans negros, una camisa azul oscuro con un pullover negro con puntos multicolor encima, mis botas y algo de maquillaje para ocultar las ojeras inminentes. Recogí todo y lo guardé en la cartera. Bajé para esperar el bus y finalmente enfrentar el que sería quizás mi último día en el trabajo.

- ¿Nada todavía? – me preguntó Caro cuando ya eran las 10 y hacía al menos media hora que Amanda había llegado a la oficina.

- Nada – dije presionando el tubo del teléfono contra mi oído.

- ¿Y Max?, ¿te ha llamado o algo? – preguntó en un susurro desde el otro lado de la línea.

- Tampoco... Caro debo colgar, tengo que ir a hablar con Lucas... tomamos un café luego.

- Bien, adiós.

Dejé el teléfono en su lugar y me puse de pie, recogí algunas hojas de mi escritorio y caminé hacia el cubículo de Lucas. Lo encontré con la mirada perdida en la pantalla de su ordenador. Tosí un poco para llamar su atención y él giró, clavando sus ojos en mí, luego me sonrió.

- Buenos días – le dije, él se puso de pie y me saludó con un beso en la mejilla.

- Hola Clara, ¿cómo estás?

- Bien, traje estos papeles para que los veas, he estado pensando algunas cosas que me gustaría discutir contigo...

- Te escucho colega – me dijo, yo sonreí y comencé a explicarle algunos puntos que había subrayado en los papeles que él me había mandado por mail. Su ceño estaba fruncido mientras me escuchaba, luego relajó y me miró directo a los ojos.

- Tienes talento Rigotzi – me dijo finalmente y sonrió – no sé porqué Max permitió que trabajaras tanto tiempo en la columna de moda... trae una silla, arreglaremos eso...

- Gracias Lucas – no podía ocultar la sorpresa y el placer que me dieron sus palabras.

Llevé una silla a su lado y comenzamos a trabajar juntos. Faltaban cinco minutos para el horario del almuerzo y el teléfono de Lucas comenzó a sonar.

- ¿Sí? – preguntó él atendiendo el llamado – sí, está aquí conmigo trabajando – me miró un segundo mientras escuchaba lo que la otra persona decía, en este punto mi corazón se paralizó y esperaba lo peor, una cita con Amanda en su oficina.... Dios, no... ojalá no sea eso... dedos cruzados... tranquila Clara, tranquila – Bien, ya le digo – Lucas colgó el teléfono y volvió a mirarme.

- ¿Qué pasó? – le pregunto sin poder contenerme.

- Max dice que vayas a su oficina antes de ir a almorzar – lo dijo casual, como si fuera lo más normal del mundo y volvió su mirada a la pantalla.

- Bien... creo que iré ahora – Lucas asintió con la cabeza.

- No te preocupes, terminaremos luego de almorzar... ve tranquila – me sonrió.

Me paré de la silla y alisé mi ropa. Estaba jodidamente nerviosa y enojada con Max, no quería ver su cara y menos hablar con él, pero hablar con Amanda hubiese sido peor. Golpeé la puerta de la oficina y esperé unos segundos. Él abrió, se veía tan perfecto como siempre, su cabello estaba peinado, estaba afeitado y olía a perfume. La camisa que llevaba se ajustaba a su cuerpo y tenía un pantalón gris y zapatos de vestir.

- Pasa Clara, por favor – me dijo haciéndose a un lado, yo ingresé a la oficina, sentía mi corazón latir dentro del pecho.

- ¿Qué necesita? – pregunté con voz queda, él señaló una silla y me miró con sus ojos oscuros, estaban impenetrables e inexpresivos.

- Siéntate – por su tono de voz parecía una orden, obedecí. - ¿cómo te está yendo con Lucas? – fruncí el ceño... ¿de verdad íbamos a hablar de eso?, puse mi mejor cara de poker.

- Bien... es un buen compañero, hemos estado trabajando toda la mañana – respondí.

- Ok... es bueno saberlo – lo miré y me quedé callada, esperando que dijera algo más, él se movió en la silla detrás de su escritorio. – Clara... te he hecho venir hasta aquí porque... - su voz sonaba como un susurro, como disculpándose y yo no pude contenerme.

- Van a correrme, ¿verdad?

- No Clara, no es eso...

- ¿Entonces qué? – comenzaba a airearme

- Clara, me gustaría conocerte – finalizó la frase y clavó sus ojos oscuros en los míos, yo fruncí el ceño y contesté sin pensar.

- Ya me conoce... soy Clara Rigotzi, trabajo en la redacción de su periódico. Usted es Máximo D'Angelo, dueño de este lugar... - abrí mis brazos de par en par y señale la amplitud del espacio para darle a entender que era el dueño de todo el edificio. Él me miró y dejó escapar una risita.

- Esas son las presentaciones formales... quiero conocerte Clara, a ti, a la que se esconde detrás de esa fachada decidida y honorable – se acercó peligrosamente y tomó mis manos entre las suyas – a ti, la que me esquiva pero es capaz de recibirme en su departamento a altas horas de la noche... - me quedé muda y fijé mis ojos en nuestras manos - ¿Qué dices?... todavía me debes una cena...

- Señor Max, yo... no puedo aceptar esto – separé mis manos de las suyas – por favor entiéndame, su novia...

- No es mi novia – él negó con la cabeza de lado a lado

- Bueno... lo que ella sea, su ex, su lo que sea... Amanda... va a hacerme la vida imposible y yo no quiero tener problemas, de verdad... creo que debería dejar esta payasada y dejarme hacer mi trabajo en paz.

Cerré los puños a los costados de mi cuerpo, estaba enfadada, él se creía que podía tener a todas las mujeres que quisiera a sus pies, seguramente le había dicho esa frase patética a todas las que habían caído en sus brazos "quiero conocerte"... que cliché...

Caminé hasta mi cubículo y miré el reloj, estaba en mi receso de almuerzo, pero el hambre se había ido de mí. Hurgué en mi cartera hasta dar con mi celular, tenía un mensaje de Caro invitándome para ir a almorzar con ella y el resto de las chicas, sólo contesté que no iría. En ese momento el celular volvió a vibrar y recibí un mensaje inesperado pero que distrajo mi mente...

"De Rey Mago: ¿Quieres almorzar conmigo princesa?"

"Suena genial... ¿podrías pasar por mi?"

"Claro... sólo dame la dirección... iré por ti en un momento"

Le dije que nos encontráramos en la puerta del edificio y él dijo que no estaba muy lejos, así que guardé todo en mi cartera, me abrigué y fui hasta el ascensor. Cuando las puertas se cerraban frente mío para bajar, vi a través de la persiana americana que estaba recogida a Max en su oficina, estaba parado con las manos en los bolsillos y mirándome directo a los ojos. Algo se retorció dentro de mí.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

En el exterior un débil sol invernal brillaba lo suficiente para calentar mis manos. Me paré en la puerta del edificio, justo donde un rayito de sol me daba de lleno y aguardé a su calor que Gaspar llegara por mí.

Un auto negro azabache se detuvo frente al edificio y mi corazón se paralizó. Sabía quién viajaba en ese auto. Amanda aparecería en unos segundos y yo simplemente no quería verla. Escuché el rugido de un motor de motocicleta que se acercaba y miré en esa dirección. Reconocí la moto de Gaspar que se detuvo justo detrás del auto y se sacó el casco mientras me miraba y una sonrisa aparecía en su cara, me apresuré para llegar a su lado.

Amanda bajaba del asiento del conductor justo cuando Gaspar me tomaba de la cintura en un abrazo nada casual y daba un beso en mi mejilla. Si la rubia platinada no hubiese estado parada allí, quizás me hubiera negado a ese abrazo o hubiese ofrecido un poco de resistencia, pero por el contrario me apreté contra el cuerpo de Gaspar y le sonreí. No la miré, pero hubiese jurado que ella tenía la cara desencajada de la sorpresa, quizás esa sería la forma más segura de conservar mi trabajo....

 ☺ ☺ ☺ ☺☺ ☺ ☺ ☺☺ ☺ ☺ ☺☺ ☺ ☺ ☺☺ ☺ ☺ ☺☺ ☺ ☺ ☺☺ ☺ ☺ ☺☺ ☺ ☺ ☺ 

HOLA!!!! ¿Qué tal?... Actualización!!! 400 lecturassssss!!! ♥ ♥ ♥ gracias!! los quiero muchísimo! 

Parece que Max se quedará con las ganas y que nuestra Clara de huevo sabe manejar situaciones... hummm qué pasará?, qué hará Amanda?...   

Voten * comenten ♥ 

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