[HoSeok]
Llamé varias veces a la puerta sin recibir respuesta. Por un momento creí que había salido, pero cuando estuvimos a punto de marcharnos la puerta se abrió. Bobby que llevaba puestos unos auriculares se quitó uno de ellos y nos saludó.
— Perdón, no me enteraba con la música.
— ¿Está Tae?
— Sí, pasa.
— Ella es Liu. — Le dije mientras pasaba dentro y ellos dos se saludaban. Miré por la habitación pero ni rastro de él, debía de estar en el baño.
TaeHyung salió del baño a los pocos minutos, con ropa cómoda y el pelo mojado y alborotado.
— Hola. — Lo saludé y él hizo lo mismo. Luego sus ojos se quedaron fijos en Liu y cuando ésta se dio cuenta lo saludó y él volvió a hacer lo mismo.
— Bobby. — Lo llamé. — ¿Podrías dejarnos un momentito a solas?
— Claro. — Cogió una sudadera que se encontraba sobre su cama y salió del cuarto.
— Creo que tenemos que hablar. — Dije una vez los tres nos quedamos a solas.
— Te escucho. — Deslizó una silla hasta donde estaba Liu y le indicó que se sentara. "Tan atento".
— Bueno..., ¿cómo empezar? — Comencé a caminar despacio por la habitación, ordenando mis ideas y palabras. — Supongo que debería comenzar pidiéndote perdón. Fui un idiota por mentirte de esa manera, debí decírtelo desde un principio y no tenerte en la duda. Juro que jamás he dudado de mis sentimientos, aquel día tenía un enorme lío en la cabeza y no por dudas sino porque sabía que hiciera lo que hiciera uno de los dos saldría herido. Ambos sois personas muy importantes para mí. Ella mi mejor amiga y tú... la persona que amo. — Miré a Liu quien me sonrió y asintió para que continuara. — Lo siento mucho, Tae. Sabes cuanto te amo, para mí no hay nadie más importante que tú, eres como mi...
— ¡Ya! — Gritó el castaño. Estaba llorando desconsoladamente, secando sus lágrimas con las mangas de la camiseta que tan grande le quedaba. Se veía increíblemente tierno. — ¡Para ya...! Se me caen los mocos por tu culpa...
Fui hasta el baño rápidamente y cogí un trozo de papel. Se lo extendí y él lo recibió gustoso, sonando su nariz. Incliné mi cabeza hacia un lado lo suficientemente cerca para no perder un detalle de sus adorables mejillas empapadas, y tan pronto se dio cuenta comenzó a secarlas con el pañuelo que le había pasado.
— ¿Me perdonas? — Le susurré y él dejando a un lado su pañuelo me miró.
— Lo haré si me perdonas tú también...
— ¿Eh?
— Me enfadé tanto que pensé cosas feas de ti.
— ...
— Te llamé idiota, tonto, insensible. Incluso... cara de caballo. — Solté una carcajada. — ¿Te parece gracioso?
— Un poco. — Cogí sus manos y tiré de él. — Anda ven. — Lo apegué lo suficiente a mi cuerpo y no esperé ni un solo segundo más para abrazarlo.
— Te perdono. — Le oí decir y me rodeó con sus brazos, convirtiendo el abrazo en uno más fuerte y cálido. — Hobi..., te amo.
— Yo también, mi pequeño gigante.
Me separé algunos centímetros para agarrar sus mejillas en mis manos y besar esos labios que cada día deseaba y se hacían más adictivos para mí. Podría quedarme así hasta que mis labios dejaran de ser labios por lo desgastados que estos estarían, abrazarlo hasta que mis brazos cayeran cansados y acariciarlo hasta dejar de sentir el tacto, pero no estábamos solos y cierta persona requería de nuestra atención.
— L-lo siento. — Dijo Tae al darse cuenta de la chica, aún sentada en la silla. Al mirarla no pude evitar pedir disculpas también, más que nada yo, que era su amigo.
— Puedo volver más tarde. — Dijo ella sin una pizca de molestia.
— ¡No! — Tae me soltó y fue hasta Liu. — Gracias por cuidar de Hobi cuando estuvo en China.
— Más bien él cuidó de mí.
— ¿Qué tal si vamos a tomar algo? — Pregunté.
— Ah, no, yo ya os dejo solos. — Liu puso la silla en su sitio con intenciones de marcharse.
— Yo quiero que vengas. — Dijo Tae haciendo morritos. — Quiero conocer a la mejor amiga de Hobi.
— No se hable más, vamos los tres. — Agarré a ambos entre mis brazos y Tae abriendo la puerta salimos de la habitación. — Tae, mi madre se muere por verte, ¿quieres ir?
— ¡Ah, mi suegra, por supuesto que sí!
— ¿Te parece bien a ti? — Me referí a Liu.
— ¡Claro! — Animada y sonriente asintió y todos de acuerdo volvimos a la cafetería de mis padres.
[JungKook]
Esta mañana al volver de aquel lúgubre lugar y llevarme un buen rato para saltar el muro, quité mi chaquetón, me tiré en la cama de Jimin apoyando mi cabeza en su pecho y abrazando su cuerpo quedé rápidamente dormido. Por un despiste que tuve, al despertar Jimin me llenó de preguntas. No había quitado mi ropa de calle y eso le pareció extraño. Tuve que decirle que me entró bastante hambre en la mañana y que fui a comprar algo, al parecer se lo tragó.
Al salir de clases se me ocurrió la idea de comer afuera, el día estaba bastante claro y soleado, nada comparado a como estaba esta mañana. Jimin le pareció una buena idea y tras comprar varias cosas en las expendedoras ahora nos encontrábamos en el exterior. Yo sentado con la espalda apoyada en un árbol y él tumbado con la cabeza en mi regazo.
— A esto no se le puede llamar almuerzo. — Dijo mientras se llevaba unas patatas a la boca.
— No nos dejan traer aquí comida de la cafetería. Y por cierto, te vas a ahogar si sigues comiendo tumbado.
— Me gusta usar tus piernas de almohada.
— Podrías usarlas después de comer. — Se lo pensó por un momento y terminó por negar.
— Si me ahogo me harás el boca a boca. — Lo miré porque sabía que él lo estaba haciendo, esperando a que yo dijera algo sobre su comentario.
— Lo siento, no sé hacer eso. — Me tiró una patata y comencé a reír.
— ¿Me dejarías morir? — Se incorporó acercando su rostro al mío.
— Llamaría a una ambulancia.
— Pero yo quiero que me hagas el boca a boca.
— Si lo que quieres es un beso, entonces hazlo o pídemelo, pero si te pasara algo no dudaría en pedir una ambulancia.
— Aish..., ¿por qué lo dices tan serio?
— De sólo pensarlo me da miedo.
— No me va a pasar nada, sólo bromeaba, mocoso. — Agarró mi barbilla y depositó un dulce besos en mis labios, el rubor en mis mejillas poco tardó en aparecer y no pude evitar sonreír nervioso. — Tantos besos que nos hemos dado..., las tantas veces que lo hemos hecho..., ¿y aún te ruborizas?
— ¿T-te molesta? — Negó.
— Me encanta. — Esta vez fui yo quien lo besó y cuando nos separamos volvió a tumbarse con la cabeza en mis piernas. — ¿Me guardas rencor por algo? — Aquella pregunta me cogió de imprevisto.
— ¿Rencor? ¿Por qué te tendría rencor? — Se encogió de hombros y me apartó la mirada. — ¿Jimin?
— Es que aún no me creo que quieras estar conmigo. Mucho menos ahora que...
— Shh. — Siseé con un dedo sobre mis labios. — No quiero hablar de eso. Cuando estés preparado escucharé todo lo que tengas que decirme.
— Cuanto más bueno eres conmigo, más malo me haces sentir.
— Tú no eres malo.
— ¿Cómo lo sabes?
— Lo sé. — Posé mi mano en su mejilla y lo obligué a mirarme. — No eres malo. — Le recalqué sonriente mientras acariciaba su cabello. Con su mano buscó la mía libre y entrelazó nuestros dedos.
[...]
Cinco días pasaron y todo parecía ir en calma. TaeHyung y HoSeok volvieron a estar como siempre o puede que incluso más acaramelados, y eso que ya era difícil. Jin vino una noche a mi habitación contándome que había estado a punto de declararse a NamJoon, pero que los nervios le traicionaron y al final no lo hizo. Igual él estaba feliz de que ya no le dijera que era una molestia, porque sí, aún se quejaba, pero ya no lo hacía tanto y eso a Jin le daba esperanzas. YoonGi llegó un día a nuestra habitación y tuvo una conversación con nosotros. Se sentía mal con respecto a Jimin, desde que se conocieron jamás habían tenido una discusión de esa manera y al final resultó que Jimin ni siquiera estaba enfadado con él, simplemente se sentía un poco resentido por el beso que YoonGi me dio.
Anoche mismo volvimos a revivir una noche en "familia", hoy no teníamos clases y la noche anterior decidimos volver a juntarnos en la habitación de NamJoon y HoSeok. Dormimos todos aquí, incluyendo la amiga de HoSeok, muy simpática, por cierto. El meterla en los dormitorios nos costó bastante, pero el pelinegro estaba tan emocionado de que viniera que nadie se negó y todos le ayudamos a infiltrarla.
— ¿Quién tiene mi calcetín? — Preguntó NamJoon con todo el pelo revuelto. — ¡Mi calcetín, ¿dónde está?!
— ¡Y yo qué sé, búscalo! — Le dijo HoSeok con los pelos igual de alborotados.
— Si me habéis escondido el calcetín no tiene gracia.
— ¿No es ese tu calcetín, hyung? — Le dije señalando a Jin. Éste estaba aún dormido y tenía en su mano dicho calcetín.
— ... — Se acercó al cuerpo del mayor y le propinó una patada en la pierna, el otro se despertó asustado y en cuanto vio a NamJoon comenzó a alterarse.
— ¡¿Qué haces?!
— ¿Qué haces TÚ con MI calcetín?
— ¿Eh? — Le señaló su mano y al verlo lo soltó asqueado, oliéndose la mano una vez lo tiró. — Que asco...
— ¿Asco? — NamJoon lo agarró del suelo y lo olió. — No huele mal, además está limpio, idiota. — Jin lo ignoró y terminó por levantarse, ya que difícil sería volverse a dormir después de una escena así. — ¿No será...? ¿No será que lo cogiste en mitad de la noche porque olía a mí? — Le sonrió divertido.
— Claro que sí, me encanta el olor de tus pies... — Jin suspiró y pasó por su lado ignorándolo.
Las carcajadas de NamJoon de fondo despertaron a TaeHyung, que se encontraba en los brazos de HoSeok y éste último quien fue uno de los primeros en despertar, no se movió para no despertarlo.
— Liu, deja eso. — Dijo HoSeok al vio a su amiga empezar a recoger el desordenado cuarto.
— No me importa, tranquilo. — Le contestó.
— Jimin, ven conmigo a comprar algo de beber y comer. — Le dijo Jin y Jimin quien acababa de salir del baño asintió. Después de depositó un beso en mi nariz y salió junto al más mayor de todos.
— Te ayudaré. — Le dije a la chica y comencé a recoger las sábanas y mantas para doblarlas con su ayuda.
Varios minutos más tarde ya casi habíamos acabado y NamJoon se había unido a ayudarnos, no sin antes despertar a YoonGi, quien esta vez no durmió en el armario sino en el baño. Sí, en el baño.
Con todo el rostro hinchado y adormilado se arrastró hasta HoSeok e imitó el abrazo de oso de Tae.
— Estáis para una fotografía. — Comentó NamJoon.
— YoonGi, quítate. Me tenéis agobiado entre los dos. — HoSeok intentó apartarlo, pero con ambos sobre su cuerpo poco consiguió.
— Que se quite tu novio que ya ha dormido mucho. Además, dormir en el baño es horrible, creo que era mejor el armario.
— Has dormido en el baño porque has querido. — Le contestó TaeHyung a la vez que le sacaba la lengua. — Y no me quito, Hobi es mío.
— ¡Dormí en el baño porque no os callabais!
— Es que eres un abuelo..., sólo tú duermes tan temprano. — Contestó HoSeok en esta ocasión.
Entretenido con la escena de esos dos terminé por doblar la última manta y justo en ese momento mi móvil comenzó a sonar. Después de seguir el sonido y encontrarlo bajo una de las almohadas, miré el nombre y mi rostro palideció.
— A-ahora vu-vuelvo. — Nervioso y tropezándome con un zapato por el camino, llegué a salir de la habitación y tras controlar mi respiración contesté.
— ¿S-sí?
— "JungKook, hijo"
— H-hola, padre.
— "¿Cómo estás?" — Mis labios a punto de contestar se detuvieron, viendo a Jin y a Jimin volver con varios aperitivos y botellas en sus brazos. Jin entró sin detenerse, pero Jimin que había notado algo raro en mí llamó a Jin para que cogiera lo suyo y cerró la puerta. Apoyó su espalda en la pared frente a mí y no me quitó el ojo ni un solo momento.
— Bien.
— "¿Ocurre algo?, has tardado mucho en contestar"
— No.
— "Pronto es el cumpleaños de tu madre. Vendrás a casa, ¿verdad?"
— Hmm.
— "Además, tenemos que hablar"
— Hmm.
— "Sabes a que me refiero, ¿no?"
— Hmm.
— "..."
— ...
— "¡¿Puedes contestarme otra cosa que no sea ese molesto sonido?!" — Di un pequeño brinco del susto y Jimin lo notó. Frunció el ceño y en cuanto vi despegar su espalda de la pared decidí colgar.
— ¿Quién era?
— Mi... mi padre.
— ¡¿Otra vez ese hijo de puta?! — Bajé mi cabeza. — ¿Y le has colgado...? — Asentí levemente. — ¿Qué quería?
— Pronto cumple años mi madre y quiere que vaya.
— No iras. — Elevé mi cabeza sorprendido.
— Pero es el cumpleaños de mi madre.
— Me da igual.
— Jimin..., es mi madre.
— Y ya ves cuanto se preocupa por ti... — Dijo sarcástico. Yo permanecí callado, tampoco es que tuviera mucho con que defenderla. — JungKook. — Me llamó, pero permaneció en silencio, sin apartar sus ojos de los míos. — ... Nada. — Me abrazó posando su cabeza en mi hombro y sentí su respiración en mi piel, calmándome por momentos y sin dejar de abrazarme me empujó poco a poco hasta llegar a la puerta. No pude evitar reír cuando tropezó consigo mismo y casi hace que caigamos al suelo.
"Colgar a mi padre..."
"¿De dónde había sacado las agallas para hacer semejante cosa?"
"Esto me costará muy caro, lo sé"