Hoy es #Viernes y el café lo sabe...
~(*-*)~ Disfruten del capitulo.
* * * *
Había vuelto a la cafetería a trabajar, la encargada entendió mi situación y me dejó volver. También había vuelto a la universidad, había decidido estudiar Lenguas.
Y hacía dos semanas que no había ningún rastro de Luciano y me tenía preocupada, desde aquella vez que fuimos a tomar un café no había recibido una noticia de él.
Como todos los días en la cafetería esperaba al chico de ojos café que entrara por la puerta y pedir su café, pero eso no sucedió.
Todos los días lo esperaba, y él no venía.
Cuando ya pasaron las dos semanas, me di por vencida y me di cuenta, que talvez, él no quería verme, que se había ido a otro lado o se cansó de tomar el mismo jodido café todos los días.
Mi mente divagaba, generaba acciones y situaciones que tal vez podrían pasar con ese jodido chico. Me tenía loca.
Traté de convencerme a mí misma que él me llamaría o me mandaría un mensaje, pero no sucedía y me desesperaba. ¿Por qué lo hacía? ¿Acaso era divertido para él?
No tenía que perder la dignidad por él.
Félix siempre me estaba diciendo que no olvidara aquellos ojos, porque van a aparecer en el momento indicado y cuando menos me lo espere. Por supuesto que me reí en su cara y seguí con mi trabajo.
Félix sentimental.
Él solamente me dijo que recordara siempre sus ojos. Él siempre trata de hacerme sonreír y de sacarme de mi situación tan patética y deprimente. Yo acepto salir con él, ya que en mi casa no quiero estar. Mi padre estaba demasiado ocupado gastando el dinero en bebida y tratando de ignorarme.
Pero no puede...
Todas las noches cuando vengo de la universidad, me esperaba sentado en el sillón, con su típica botella de alcohol en su mano y empieza a decirme que mi madre murió por mi culpa; trato de ignorarlo pero sus comentarios me duelen.
Cada día extrañaba más a mi madre, a veces iba al hospital a ver a la señora Timpson para saber cómo va todo. Ella cada día estaba mejorando, y uno de sus hijos la visitaba a menudo y cuando ella salga del hospital, él se iba a hacer el cargo de ella.
Es lo menos que puede hacer.
-Hoult, te puedes ir.-La encargada se acerca a mí con una sonrisa. Atrás de ella, Félix sonríe.
-¿Enserio? -Ella asiente con la cabeza. Sonrío.-Gracias.-murmuro y me adentro de los vestidores para cambiarme y poder salir de este lugar.
Cuando estoy lista, saludo a mi amigo y salgo de la cafetería.
-¡Olivia! Espérame, voy contigo-un Félix llega a mi lado agitado por que tuvo que correr para llegar a mí. -¿Quieres ir a tomar un helado?-Pregunta dulcemente.
Frunzo el ceño y niego con la cabeza haciendo una mueca.
-Lo lamento, pero tengo que ir a estudiar. Mañana tengo un examen en la universidad.-murmuro mientras acomodo mi bolso en mi hombro.
Félix hace una mueca y asiente cabizbajo:
-Entiendo. Yo también tendría que ir a estudiar o a ver a mi hermana. -Sonríe y clava sus ojos en los míos- Está con una niñera, pero debería ir con ella y acompañarla, está muy dolida porque no puede moverse muy bien por su quebradura.
Asiento con una sonrisa y él cruza la calle marchándose. Con un suspiro me coloco bien mi abrigo y me dirijo a mi perdición.
Cuando llego a casa, el silencio me recibió y la sorpresa también.
Mi papá estaba en el piso con su botella de alcohol a su lado. Coloco mis manos en mi boca para tapar mi grito de sorpresa. Coloco mi bolso en la silla que hay lado de la puerta y corro en su dirección.
-¡Papá!-exclamo. Tomo mi teléfono y marco el número que me sé de memoria por motivos de los viejos tiempos...
-Hola. -murmuro-mi papá esta inconsciente, por favor, tienen que venir rápido. -les digo apresuradamente al sentir que me contestan del otro lado de la línea.
Siento que me contestan y me dicen las cosas que me sé de memoria, una de las más importantes, mantener la calma.
Cuando llegan las ambulancias, me subo con los médicos junto a mi padre y pido a Dios y a todos los santos del cielo, que todo salga bien.
Hace dos semanas murió mi madre, y ahora mi padre está en el hospital.
Que suerte la mía ¿Verdad?
Cuando llegamos al hospital, los médicos bajan a mi padre y yo voy a su lado. Mientras le hacen los exámenes, un médico sale de la sala de operaciones y viene a mí.
-¿Señorita Hoult?-asiento con mi cabeza y suspiro a la espera de noticias. El doctor suspira y mira una planilla que tiene en sus manos.-Lamento decirle que su padre tiene demasiado alcohol en su organismo. -mi corazón se detiene a la espera de la peor noticia pero al ver el rostro del doctor, algo dentro de mi siente alivio.-Su padre, esta inconsciente por momento. Pero tenga fe que va a despertar.
-¿Qué?-murmuro sin entender lo que me está diciendo.
El médico suspira y coloca una mano en mi hombro:-Hicimos lo posible, Olivia. Sé que tenías a tu madre aquí enferma. Tu padre va a estar bien. Solamente entró en un estado de depresión y quiso solucionar sus problemas. Por suerte lo agarramos a tiempo antes de que pasara otra cosa, Oli. Casi entra en un coma alcohólico.
>>Ahora, puedes ir a casa tranquila. Tu padre está en buenas manos. Mañana ven por él. Quiero revisar que todo esté bien para que pueda irse de aquí ¿Esta bien?
Trato de entender todo lo que me explicó y asiento cuando entendí que todo esto me estaba pasando. Saludo al doctor Henry, según su placa que tenía en su bata, y salgo del lugar que tiene tantos recuerdos, buenos y malos.
Salgo del hospital y veo que hay un taxi en la puerta del lugar, como no quería caminar y estaba demasiado oscuro para irme sola, me adentro en el taxi y le doy al señor que conduce mi dirección para poder ir a casa y dormir para olvidar todo lo que está pasando.
Tengo que admitir, que extraño aquellos ojos cafés.
Y mucho.
Joder, sí que lo extrañaba.
Bajo del taxi una vez que llegamos a casa y le pago al conductor. Entro a la casa y dejo, nuevamente, mi bolso en aquella silla y mi abrigo en el colgador.
Subo las escaleras con pasos lentos mientras pienso que una ducha no me vendría mal en estos momentos.
Abro la puerta de mi habitación y miro de reojo la puerta de la habitación de mis padres y pienso que antes de que mi madre enfermara y mi padre tomara, era todo diferente.
Prendo la luz de mi habitación y me saco mi suéter para dejarlo en la cómoda y giro en dirección de mi cama.
Abro los ojos y es imposible no gritar con la escena que tengo al frente de mis ojos.
Luciano se remueve en mi cama y abre sus ojos. Sonríe con su hermosa sonrisa al mirar que soy yo.
-Hola.-murmura con voz ronca. Se frota sus ojos y bosteza mientras se sienta en mi cama- Tanto tiempo sin ver a mi princesa, que encerrada en su torre, el ogro no la deja escapar. –Sonríe de lado con su típica sonrisa de galán.
Con solamente sonreír, mi día aburrido a la mañana y trágico a la tarde, mi noche, que se basaba en estudiar y luego dormir, cambió totalmente...
Luciano cambió mi vida con solamente sonreír....
-Hola. -murmuro extrañada y totalmente agradecida con la vida por tenerlo esta noche. Realmente no quería estar sola hoy.
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Mi inspiración volvió!!!!!!! Gracias, inspiración por volver...
Saluditos a todos, y este capitulo va dedicado a todos esos amores que se van o no te hablan por un día y no saben que estamos muriendo por dentro...
Quería hacerle sufrir a Oli, pero mi hermana me dijo que le diera más vida a su papá y que no le pasara nada, por que sufre mucho.
Muchas gracias a todos, ya llegamos a los 4k!!! y mucho para mi, casi muero cuando vi la cantidad de leídas...
Gracias a todos los que leen, votan y a las chicas que comentan. No se pongan en modo tímido a la hora de escribir, a mi me encantan cuando comentan y me alegran el día, muchas gracias...
Sin nada más que decir, ya que se hizo muy larga la nota, me despido...
Besos y abrazos...
Diana :)