Ella abrió los ojos con dificultad,jamas había sentido tanto dolor en el cuerpo,y el escozor era aún peor,pero al abrirlos completamente se dio cuenta que ya no estaba en la celda donde le habían destrozado hasta la voluntad. Ahora estaba en una habitación pequeña y austera.
-No es muy grande,pero supongo que es todo lo que hay.
Ella no lo escuchó entrar,lo que le hizo pensar que llevaba tiempo ahí, observándola.
-¿Dónde estoy?. Preguntó, y aunque la sensación era mil veces mejor que estar en la celda,se daba cuenta perfectamente que seguía siendo una prisionera.
El se encogió de hombros y le respondió.
-En mi habitación. Ella no se miraba tan sorprendida como Parminius esperaba que lo estuviera,en realidad se veía mas molesta que sorprendida. La había llevado consigo a pesar de saber lo que ella era,del riesgo que estaba corriendo y de que el mismo Phillippe pediría su cabeza,pero no le importó en lo absoluto al verla casi inconsciente y desangrándose, el problema surgió al verla abrir los ojos y darse cuenta que podía perderse en ellos.
Julianna jaló su mano y no fue una sorpresa encontrar un grillete ahí, era lógico,era una prisionera pero entonces ¿por qué la había llevado a ese lugar? ¿pretendía hacerle algo?. Que ingenuo sería al intentarlo.
-No luches mujer,sólo conseguirás lastimarte.
Ella le lanzó una mirada de odio que el comandante respondió con una cínica sonrisa-Eres muy testaruda,supongo que por eso escapaste y ocupaste su lugar. Debiste quedarte donde estabas y dejar que yo lo atrapara a él en lugar de a ti.
Ella no comprendió muy bien en un principio, pero después se dio cuenta de lo que él estaba imaginando.
-¿Es todo lo que tiene? ¿Embustes y medias palabras?-resopló- No hace muy bien su trabajo si piensa que soy la mujer del fantôme.
-¿Y no lo eres?. Preguntó fallando en simular su interés.
¿Qué diablos tenía esa mujer para dejarlo desarmado? Era inútil negar su belleza, pero él había conocido a muchas mujeres bellas,mujeres de clase alta interesadas en compartir sus sábanas y ninguna de ellas había atrapado su atención como esa mujer.
-No hablaré señor, pueden acabar con mi voluntad,pero jamas con mi lealtad.
¿Lealtad?....
-Tú lealtad es letal mujer ¿Acaso no te das cuenta? -.replicó el comandante.
No sólo era testaruda,también era desafiante. Esa mujer iba a volverlo loco si no le hablaba pronto y le daba algo que le sirviera para atrapar al fantôme. Era su cabeza o la de él y al parecer era lo menos que le importaba a ella.
-Los gitanos somos leales soldado,y jamas te encontrarás con uno que se vaya de la lengua. Parminius la contempló un minuto y aunque ella se había negado a hablar con lo que acababa de decirle muchas cosas tomaban sentido. Los gitanos eran astutos,tramposos, ladrones y ahora sabía que también eran leales. Debió saber desde un principio que todo aquello era culpa de los gitanos y aunque el rey creía que los había desterrado a todos,ahora se daba cuenta que tan equivocados estaban.
-En eso tienes razón mujer,jamas he dado con ninguno que suelte la lengua- Se llevó un dedo al mentón pensativo y afirmó -Excepto por...,hace tiempo detuvimos a dos de los tuyos,ladrones obviamente-se burló -Se les dio el mismo trato que a ti,solo que al dejarlos en su celda algo pasó, no sé que fue,pero amanecieron muertos,que extraño ¿no te parece?.
Él debía estar loco si creía que le diría algo.
-Sí,mucho. Me pregunto qué habrá pasado.
Él sonrió ante su cinismo.
-Supongo que lo mismo ocurrirá contigo si te dejo sola,eso parece ser normal entre ustedes.
Entonces ella supo que no se le despegaría y el veneno que guardaba con ella terminaría por descubrirlo si actuaba mal. La paciencia no era una de sus virtudes y sin embargo agradeció que fuera tan entrometido, tendría tiempo de acomodar sus ideas y despedirse con calma de este mundo y mandar una plegaria para su hijo perdido.
Él no dejaba de observarla y parecía que podía leer sus pensamientos porque de un momento a otro lo vio tensar el gesto y atravesarle la piel con la mirada.
-No dejare que mueras mujer,es una promesa. Al igual que aquella donde le aseguraba que todo iba a estar bien.
-Lo sé soldado.
Las palabras de ella le dieron el valor para preguntar lo que tanto rondaba por su cabeza.
-¿Por qué lo hiciste mujer?.
Ella también sintió el cambio en la voz de Parminius. Tenía un talento especial para interpretar a las personas, él era íntegro y leal al igual que ella,aunque a veces no estuviera de acuerdo.
-Las cosas que deben pasar pasaran soldado,mi destino era cruzarme en el tuyo,no hay explicación para lo que pide,solo sé que nada pasa sin una razón.
No sabía si alegrarse o asustarse con la determinación de sus palabras.
-Parminius,ese es mi nombre.
-Interesante,soldado- él pensó que no diría nada mas-Yo soy Julianna.
(....)
Algunos no habían estado de acuerdo en volver y trazar un mejor plan,como Malaquias,pero Adasius se mostró paciente ante las quejas y los gruñidos de éste cuando los hicieron volver.
-¿Qué es lo que te molesta tanto? Horas necesita nuestro apoyo más que nunca,y sinceramente empiezo a creer que son los celos los que te mueven a actuar tan irracional. Malaquias endureció el gesto de inmediato,la idea no era exactamente que todos lo vieran de esa forma,mucho menos con debilidad,pero le estaba calando muy hondo el que Solan se mostrara como un blandengue con el crío ese,y aunque trataba de no darle tantas vueltas al asunto simplemente no podía,no era cuestión de que sólo quisiera romperle el culo y ya,no,ese era el maldito problema,Solan no se mostraba blando con nadie por más que este le importara o fuera un simple culo atractivo.
-¡Bah! Me la suda tus ideas,pero no me gusta ni un pelo el muchachito ese,es un espía y todos vamos a caer por su culpa y nadie más parece verlo.
Adasius no le escuchó mucho,estaban por llegar donde los otros se habían reunido de pronto al ser llamados de vuelta por Solan,si era celos o desconfianza era algo que no le importaba,como todos,sólo quería recuperar a Julianna y poder decirle lo que sentía por ella desde hacía mucho de una buena vez.
(...)
-¡Por allá! ¡Rápido que se escapa!. Tres soldados corrieron tras el enmascarado,éste se metió en uno de los callejones con una velocidad impresionante,el antifaz le cubría el rostro y llevaba el cabello oscuro en una coleta como siempre y la camisa entre abierta,la casaca voló con el viento mientras ellos seguían tras él.
Era muy de madrugada y el ruido de fuertes pisadas y gritos de soldados desorientados era lo único que se podía escuchar.
-¡Esperen,vuelvan! Gritó uno de ellos y al girarse se encontró con otro grupo de soldados que corrían hacia los tejados.
¿Era posible? Acababa de ver al fantôme correr hacia uno de los callejones,su vestimenta y su tamaño era inconfundibles, y ahora lo veía correr sobre los tejados con su espada en mano,y era tan veloz como siempre. El hombre palideció de pronto y jadeó asustado.
Sintió una mano posarse en su hombro y éste pegó un brinco sobresaltado.
-Tranquilo,soy yo. Le llamó su compañero. Parece que has visto un fantasma le dijo con burla. Éste sólo cerró los ojos y tomó aire.
-Lo vi,dos veces. Su compañero le miró con curiosidad.
-¿Qué dices, dos veces? Eso es imposible,están por atraparlo,se fueron por allá.
Señaló tras los callejones que hacía una encerrona-Amerís los encabeza,él lo atrapará.
Dijo decidido.
-No miento,lo he visto dos veces,tras el callejón y sobre aquel tejado-Apuntó con el mentón-Es él, el verdadero fantôme.
Su compañero se rió ante ante aquel absurdo.
-Estas chalado,ya te dije que Amerís va tras él.
Hubiera respondido,pero los separaron de un fuerte golpe al pasar por su lado otro grupo de soldados que corrían hacia la Catedral.
-Será mejor que dejen la charla para después, hemos visto al fantôme correr hacia la Catedral, deprisa.
Los alertó otro hombre. Ellos se miraron con expectación.
-Te lo he dicho,ese hombre es el verdadero fantôme. Pero su compañero aún seguía sin poder creer lo que escuchaba.
-¿Pero como ha podido estar en tantos lados? ¿Hay más de un fantôme?.
No,el fantôme era inconfundible,y sus hombres jamás habían usado un antifaz,no era necesario, nadie quedaba con vida tras enfrentarse a ellos.
-Ya te lo dije una vez,ese hombre es un fantasma de verdad, por eso nadie puede dar con él.
-No digas tonterías, está vivo y hay más de uno,pero ¿cuál es el verdadero?.
Se encogió de hombros y le respondió.
-Yo creo que todos y ninguno.
No era exactamente una respuesta que ayudara,aún así era la más acertada,porque a pesar de que toda la guardia estaba dividida buscando al fantôme, parecía que todos daban vueltas en círculos y ninguno lograba atraparlo,puesto que cada grupo seguía a su propio fantôme.
Amerís se separó del grupo al escuchar pasos tras él, dejó que la avanzada siguiera y él se quedó atrás, pegado a la pared para sorprender a quien los estuviera siguiendo,pero los pasos se perdieron tras la entrada cerca de palacio,y no se quedó a esperar. No podía correr como antes,pero apresuró el paso lo más que puedo. Aún así supo que le llevaban ventaja, pero sabía bien a donde se dirigía. Caminó un poco más despacio llevando su mano a las costillas,ahí donde tenía la herida. Le dolía, pero estaba a punto de saber quien era el fantôme y no pensaba detenerse por una simple herida.
-Tú te quedas-. Le dijo Solan y Gabrielle se detuvo de pronto.
-Pero...
Pensó replicar y Solan lo calló de pronto tapando su boca con una mano y apretándolo sobre su pecho-¡Shhh!-. Murmuró en su oído.
Alguien los estaba siguiendo. Solan lo hizo girarse aún sin soltarlo y con la mirada le pidió guardar silencio,Gabrielle asintió.
Ambos se echaron hacia atrás, pero por lo que Solan se dio cuenta estaban en una encerrona,debían salir de ahí para poder bajar a los calabozos y buscar a Julianna,no podrían.
-¡Sé que estas ahí, fantôme,ríndete!.
Gabrielle sintió que la sangre le bajó de golpe a los talones...¡Era Amerís, era su voz!.
Entonces Gabrielle se dio cuenta que era su oportunidad de escapar, de pedir ayuda para que atraparan al fantôme, sin embargo, él aún lo tenía contra su pecho sin soltarle. Sentía los latidos desbocados de su corazón en la espalda y su aliento en el cuello,entonces se preguntó qué era esa sensación extraña que sentía en el cuerpo con esa cercanía. Giró muy poco la cabeza y sus ojos miraron los de Solan un momento, un minuto si acaso y algo extraño pasó entre ellos,sus miradas lograron conectarse sin palabras,ninguno quería alejarse y Gabrielle sintió que ese era su lugar ahora.
¿Podía dejar que lo atraparan? ¿Y a Horas? ¿o Foran?. Volvió a despegar los ojos de Solan y tomó aire,empujó el cuerpo del fantôme y se alejó de él, Solan iba a tomarlo de la muñeca,pero Gabrielle fue más rápido y salió del escondite.
-Soy yo.
El rubio se quedó paralizado viendo a Gabrielle.
¿Estaba vivo? ¿Cómo?...
-¿Gabrielle?, eres tú.
Las palabras se ahogaron en su garganta y el cuerpo le tembló nervioso. No,debía ser un engaño,sí, eso era,un engaño. Una consecuencia de la fiebre,una ilusión solamente.
Gabrielle,su Gabrielle. Su dolor estaba siendo cruel, dios mismo estaba siendo cruel. Ahora tenía visiones suyas. El dolor en la costilla se intensificó y él llevó una mano a su costado. Estaba enfermo y delirando,seguramente la fiebre le estaba haciendo ver visiones. Sacudió la cabeza varias veces, pero se detuvo mareado y colocó una mano sobre la pared.
Gabrielle le miraba y quiso correr a su lado y ver que estuviera bien,pero de moverse Amerís se daría cuenta que Solan estaba detrás suyo y por muy ridículo que sonara,quería protegerlo.
Lo vio doblarse de dolor e iba a dar un paso cuando lo vio caminar fuera de ahí e irse poco a poco. Podía escuchar los fuerte pasos de sus botas sonar y seguía preguntándose qué había pasado. Le había visto, de eso estaba seguro y aún así ni siquiera le había escuchado.
-Se ha ido.
Oyó que Solan le dijo de pronto.
-No me ha visto,he hablado con él y no me ha visto,no a mí.
Parecía muy sorprendido de lo que acababa de suceder,más que sorprendido parecía confundido.
-Está enfermo.
Le dijo Solan.
-¿Enfermo?...
¿Por eso se había ido?. Porque le llamó por su nombre y Gabrielle pudo jurar que le reconoció,entonces ¿por qué se había ido?.
Verlo confundido y preocupado por ese hombre le molestó. ¿Por qué por él sí se preocupaba? ¿Qué había de Horas?. Y sobre todo ¿qué había entre ellos?. Era evidente que el soldado lucía confundido por verle,pero Solan pudo darse cuenta también de como Gabrielle le miraba a él.
-Sí,mucho. Quizá muera esta noche.
Lanzó con ponzoña. Y una rabia que le nació desde el pecho hasta revolverle el estómago.
-¡Noo! ¡Debo buscarlo!.
Suplicó el muchacho.
Sin embargo ni siquiera pudo correr tras él, la mano fuerte de Solan le detuvo. Le estrujó el hombro y lo acercó a su rostro para dejarle algo muy claro.
-Primero iremos por Julianna, no tenemos tiempo para ir tras tu amante.
-¿A..amante?. Negó confundido-. No sé que significa eso.
¡Ja! ¿No lo sabía?.
Solan suspiró con fuerza al haber perdido los estribos y sobre todo el tiempo.
-Gabrielle,Gabrielle, Gabrielle.... Tendremos mucho tiempo para explicarte a detalle lo que eso significa,por ahora,vayamos por Julianna.
-HOLA-
HOLA,ESPERO LES GUSTE Y COMENTEN